151 casos en 6 traducciones

'Un' en la Biblia

Hubo un varón de Ramataim de Zofim, del monte de Efraín, que se llamaba Elcana, hijo de Jeroham, hijo de Eliú, hijo de Tohu, hijo de Zuf, efrateo.

Y se levantó Ana después que hubo comido y bebido en Silo; y el sacerdote Elí estaba sentado sobre una silla junto a un pilar del templo del SEÑOR.

E hizo voto, diciendo: Jehová de los ejércitos, si te dignares mirar la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, mas dieres á tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré á Jehová todos los días de su vida, y no subirá nava

Y después que lo hubo destetado, lo llevó consigo, con tres becerros, un efa de harina, y un odre de vino, y lo trajo a la Casa del SEÑOR en Silo; y el niño era aún pequeño.

Levanta del polvo al pobre, del muladar levanta al necesitado para hacer{los} sentar con los príncipes, y heredar un sitio de honor; pues las columnas de la tierra son del SEÑOR, y sobre ellas ha colocado el mundo.

Era la costumbre de los sacerdotes con el pueblo que, cuando alguno ofrecía sacrificio, venía el criado del sacerdote mientras la carne se cocía, trayendo en su mano un garfio de tres ganchos;

Si un hombre peca contra otro, Dios mediará por él; pero si un hombre peca contra el SEÑOR, ¿quién intercederá por él? Pero ellos no escucharon la voz de su padre, porque el SEÑOR quería que murieran.

Y vino un varón de Dios a Elí, y le dijo: Así dijo el SEÑOR: ¿No me manifesté yo claramente a la casa de tu padre, cuando estaban en Egipto en casa de Faraón?

`` ¿{No} los escogí de entre todas las tribus de Israel para ser mis sacerdotes, para subir a mi altar, para quemar incienso, para llevar un efod delante de mí? ¿{No} di a la casa de tu padre todas las ofrendas encendidas de los hijos de Israel?

Y verás a un enemigo en mi habitación, en todas las riquezas que Dios dará a Israel; y nunca habrá anciano en tu casa.

Y te será por señal esto que acontecerá a tus dos hijos, Ofni y Finees: ambos morirán en un día.

Y yo me despertaré un sacerdote fiel, que haga conforme a mi corazón y a mi alma; y yo le edificaré casa firme, y él andará delante de mi Ungido \'

Y será que el que hubiere quedado en tu casa, vendrá a postrársele por un dinero de plata y un bocado de pan, diciéndole: Te ruego que me coloques en algún aspecto del sacerdocio, para que coma un bocado de pan.

Y aconteció un día, que estando Elí acostado en su aposento, cuando sus ojos comenzaban a oscurecerse, porque no podía ver,

Y corriendo de la batalla un varón de Benjamín, vino aquel día a Silo, rotos sus vestidos y tierra sobre su cabeza;

Y al tiempo que se moría, le decían las que estaban junto a ella: No tengas temor, porque has dado a luz un hijo. Mas ella no respondió, ni prestó atención.

Enviaron, pues, y reunieron a todos los príncipes de los filisteos, y dijeron: Sacad de aquí el arca del Dios de Israel, y que vuelva a su sitio, para que no nos mate a nosotros y a nuestro pueblo. Porque había un pánico mortal por toda la ciudad; la mano de Dios se hizo muy pesada allí.

Haced, pues, ahora un carro nuevo, y tomad luego dos vacas que críen, a las cuales no haya sido puesto yugo, y uncid las vacas al carro, y haced volver de detrás de ellas sus becerros a casa.

Y las vacas se fueron derecho por el camino de Bet-semes, e iban por un mismo camino andando y bramando, sin apartarse ni a diestra ni a siniestra; y los cardinales de los filisteos fueron tras ellas hasta el término de Bet-semes.

Y Samuel tomó un cordero de leche, y lo sacrificó entero al SEÑOR en holocausto; y clamó Samuel al SEÑOR por Israel, y el SEÑOR le oyó.

Cada año acostumbraba hacer un recorrido por Betel, Gilgal y Mizpa, y juzgaba a Israel en todos estos lugares.

Volvía después a Ramá, porque allí estaba su casa, y allí también juzgaba a Israel; y edificó allí un altar al SEÑOR.

y le dijeron: He aquí tú has envejecido, y tus hijos no van por tus caminos; por tanto, constitúyenos ahora un rey que nos juzgue, como tienen todos los gentiles.

Pero fue desagradable a los ojos de Samuel que dijeran: Danos un rey que nos juzgue. Y Samuel oró al SEÑOR.

Y el SEÑOR dijo a Samuel: Oye su voz y nómbrales un rey. Entonces Samuel dijo a los hombres de Israel: Váyase cada uno a su ciudad.

Y había un varón de Benjamín, hombre de valor y de poder, el cual se llamaba Cis, hijo de Abiel, hijo de Zeror, hijo de Becorat, hijo de Afía, hijo de un varón de Jemini (Benjamín).

Y tenía él un hijo que se llamaba Saúl, joven y hermoso. Entre los hijos de Israel no había otro más agradable que él; de hombros arriba sobrepasaba a cualquiera del pueblo.

Y él le respondió: He aquí ahora hay en esta ciudad un hombre de Dios, que es varón insigne: todas las cosas que él dijere, sin duda vendrán. Vamos pues allá: quizá nos enseñará nuestro camino por donde hayamos de ir.

Entonces volvió el criado a responder a Saúl, diciendo: He aquí se halla en mi mano la cuarta parte de un siclo de plata; esto daré al varón de Dios, para que nos declare nuestro camino.

Y ellas les respondieron, y dijeron: Sí, he aquí {está} delante de ti. Apresúrate ahora, pues hoy ha venido a la ciudad porque el pueblo tiene hoy un sacrificio en el lugar alto.

Y un día antes que Saúl viniera, el SEÑOR había revelado al oído de Samuel, diciendo:

Mañana a esta misma hora yo enviaré a ti un varón de la tierra de Benjamín, al cual ungirás por príncipe sobre mi pueblo Israel, para que salve a mi pueblo de mano de los filisteos; porque yo he mirado a mi pueblo, y su clamor ha llegado hasta mí.

Entonces Samuel tomó a Saúl y a su criado, los llevó a la sala y les dio un lugar a la cabecera de los invitados que eran unos treinta hombres.

Y descendiendo ellos al límite de la ciudad, dijo Samuel a Saúl: Di al criado que vaya delante, (y se adelantó el criado); mas espera tú un poco para que te declare palabra de Dios.

Y como de allí irás más adelante, llegarás a la campiña de Tabor, te saldrán al encuentro tres varones que suben a Dios en Bet-el, llevando uno tres cabritos, el otro tres tortas de pan, y el tercero un cántaro de vino.

Después llegarás a la colina de Dios donde está la guarnición de los filisteos; y sucederá que cuando llegues a la ciudad, allá encontrarás a un grupo de profetas que descienden del lugar alto con arpa, pandero, flauta y lira delante de ellos, y estarán profetizando.

Cuando llegaron allá a la colina, he aquí, un grupo de profetas {salió} a su encuentro; y el Espíritu de Dios vino sobre él con gran poder, y profetizó entre ellos.

Y un varón de allí respondió, y dijo: ¿Y quién es el padre de ellos? Por esta causa se convirtió en proverbio: ¿También Saúl entre los profetas?

Y un tío de Saúl le dijo a él y a su criado: ¿A dónde fuisteis? Y él respondió: A buscar las asnas; y como vimos que no aparecían, fuimos a Samuel.

Pero vosotros habéis rechazado hoy a vuestro Dios, que os libra de todas vuestras calamidades y vuestras angustias, y habéis dicho: ``No, sino pon un rey sobre nosotros." Ahora pues, presentaos delante del SEÑOR por vuestras tribus y por vuestras familias.

Samuel recitó luego al pueblo el derecho del reino, y lo escribió en un libro, el cual guardó delante del SEÑOR.

Y subió Nahas amonita y sitió a Jabes de Galaad, y todos los hombres de Jabes dijeron a Nahas: Haz un pacto con nosotros y te serviremos.

Y tomando un par de bueyes, los cortó en piezas, y los envió por todos los términos de Israel por mano de mensajeros, diciendo: Cualquiera que no saliere en pos de Saúl y en pos de Samuel, así será hecho a sus bueyes. Y cayó temor del SEÑOR sobre el pueblo, y salieron como un solo hombre.

Entonces Samuel dijo a todo Israel: ``Yo he escuchado su voz en todo lo que me dijeron, y he puesto un rey sobre ustedes.

"Aquí estoy; testifiquen contra mí delante del SEÑOR y delante de Su ungido. ¿A quién he quitado un buey, o a quién he quitado un asno, o a quién he defraudado? ¿A quién he oprimido, o de mano de quién he tomado soborno para cegar mis ojos con él? {Testifiquen, y} se {lo} restituiré."

Cuando visteis que Nahas, rey de los hijos de Amón, venía contra vosotros, me dijisteis: ``No, sino que un rey ha de reinar sobre nosotros", aunque el SEÑOR vuestro Dios {era} vuestro rey.

¿No es ahora la siega del trigo? Yo clamaré al SEÑOR, para que mande truenos y lluvia. Entonces conoceréis y veréis que es grande la maldad que habéis hecho ante los ojos del SEÑOR, al pedir para vosotros un rey.

Entonces todo el pueblo dijo a Samuel: Ruega por tus siervos al SEÑOR tu Dios para que no muramos, porque hemos añadido {este} mal a todos nuestros pecados al pedir para nosotros un rey.

Como un hijo de un año era Saúl cuando comenzó a reinar; y dos años reinó sobre Israel,

Cuando los hombres de Israel vieron que estaban en un apuro (pues el pueblo estaba en gran aprieto), el pueblo se escondió en cuevas, en matorrales, en peñascos, en sótanos y en fosos.

Pero ahora tu reino no perdurará. El SEÑOR ha buscado para sí un hombre conforme a su corazón, y el SEÑOR le ha designado como príncipe sobre su pueblo porque tú no guardaste lo que el SEÑOR te ordenó.

Y salieron del campamento de los filisteos tres escuadrones a destruir la tierra. Un escuadrón marchaba por el camino de Ofra hacia la tierra de Sual.

y tenían un afilador para las rejas de arado y para los azadones, y para los tridentes y para las hachas, y para componer las aguijadas.

Y un día aconteció, que Jonatán hijo de Saúl dijo a su criado que le traía las armas: Ven, y pasemos a la guarnición de los filisteos, que está a aquel lado. Y no lo hizo saber a su padre.

Y Saúl estaba en el término de Gabaa, debajo de un granado que hay en Migrón, y el pueblo que estaba con él era como seiscientos hombres.

y Ahías, hijo de Ahitob, hermano de Icabod, hijo de Finees, hijo de Elí, el sacerdote del SEÑOR en Silo, llevaba un efod. Y el pueblo no sabía que Jonatán se había ido.

Y entre los pasos por donde Jonatán procuraba pasar a la guarnición de los filisteos, había un peñasco agudo de un lado, y otro del otro lado; el uno se llamaba Boses y el otro Sene.

Un peñasco estaba situado al norte hacia Micmas, y el otro al mediodía hacia Gabaa.

Esta fue la primera matanza, en la cual Jonatán con su paje de armas, mató como unos veinte varones, como en la mitad de una yugada que un par de bueyes suelen arar en un campo.

Y hubo estremecimiento en el campamento, en el campo y entre todo el pueblo. Aun la guarnición y los merodeadores se estremecieron, y la tierra tembló; fue un gran temblor.

Y los centinelas de Saúl vieron desde Gabaa de Benjamín cómo la multitud estaba turbada, e iba de un lado a otro , y era deshecha.

Y aquel ejército de toda la tierra llegó a un bosque, donde había miel en la superficie del campo.

Pero Jonatán no había oído cuando su padre conjuró al pueblo, y extendió la punta de una vara que traía en su mano, y la mojó en un panal de miel, y llevó su mano a su boca; y sus ojos fueron aclarados.

Y respondió Jonatán: Mi padre ha turbado la tierra. Ved ahora cómo han sido aclarados mis ojos, por haber gustado un poco de esta miel.

Dijo luego a todo Israel: Vosotros estaréis a un lado, y yo y Jonatán mi hijo estaremos al otro lado. Y el pueblo respondió a Saúl: Haz lo que bien te pareciere.

Entonces Saúl dijo a Jonatán: Declárame qué has hecho. Y Jonatán se lo declaró, y dijo: Cierto que gusté con la punta de la vara que traía en mi mano, un poco de miel; ¿he de morir por eso?

Entonces el pueblo dijo a Saúl: ¿Ha pues de morir Jonatán, el que ha hecho esta salud grande en Israel? No será así. Vive el SEÑOR, que no ha de caer un cabello de su cabeza en tierra, pues que ha obrado hoy con Dios. Así rescató el pueblo a Jonatán, para que no muriera.

Y reunun ejército, e hirió a Amalec, y libró a Israel de mano de los que le saqueaban.

Y Samuel madrugó para ir a encontrar a Saúl por la mañana; y fue dado aviso a Samuel, diciendo: Saúl ha venido al Carmel, y he aquí él se ha levantado un monumento, y después volviendo, ha pasado y descendido a Gilgal.

Entonces Samuel le dijo: Hoy el SEÑOR ha arrancado de ti el reino de Israel, y lo ha dado a un prójimo tuyo que es mejor que tú.

Y el SEÑOR dijo a Samuel: ¿Hasta cuándo te lamentarás por Saúl, después que yo lo he desechado para que no reine sobre Israel? Llena tu cuerno de aceite y ve; te enviaré a Isaí, el de Belén, porque de entre sus hijos he escogido un rey para mí.

Y los criados de Saúl le dijeron: He aquí ahora, que un espíritu malo de parte de Dios te atormenta.

Ordene ahora nuestro señor a tus siervos que están delante de ti, que busquen un hombre que sepa tocar el arpa, y cuando el espíritu malo de parte de Dios esté sobre ti, él tocará {el arpa} con su mano y te pondrás bien.

Entonces Saúl dijo a sus siervos: Buscadme ahora un hombre que toque bien y traédme{lo.}

Entonces uno de los criados respondió, diciendo: He aquí yo he visto a un hijo de Jessé de Belén, que sabe tocar, y es valiente y vigoroso, y hombre de guerra, prudente en sus palabras, y hermoso, y el SEÑOR está con él.

Y tomó Jessé un asno cargado de pan, y un cántaro de vino y un cabrito, y lo envió a Saúl por mano de David su hijo.

Y los filisteos estaban sobre un monte a un lado, e Israel estaba sobre otro monte al otro lado, y el valle entre ellos.

Salió entonces un varón del campamento de los filisteos que se puso entre los dos campamentos, el cual se llamaba Goliat, de Gat, y tenía de altura seis codos y un palmo.

Y traía un casco de acero en su cabeza, e iba vestido con cota de escamas; y era el peso de las corazas cinco mil siclos de bronce.

El asta de su lanza era como un rodillo de telar, y tenía el hierro de su lanza seiscientos siclos de hierro; e iba su escudero delante de él.

Y se paró, y dio voces a los escuadrones de Israel, diciéndoles: ¿Para qué salís a dar batalla? ¿No soy yo el filisteo, y vosotros los siervos de Saúl? Escoged de entre vosotros un varón que venga contra mí.

Y añadió el filisteo: Hoy yo he deshonrado el campamento de Israel; dadme un varón que pelee conmigo.

Y David era hijo de un varón efrateo de Belén de Judá, cuyo nombre era Jessé, el cual tenía ocho hijos; y era este hombre en el tiempo de Saúl, viejo, y de gran edad entre los hombres.

Y dijo Jessé a David su hijo: Toma ahora para tus hermanos un efa de esta cebada tostada, y estos diez panes, y llévalo presto al campamento a tus hermanos.

Se levantó, pues, David de mañana, y dejando las ovejas al cuidado de un guarda, se fue con su carga, como Jessé le había mandado; y llegó al atrincheramiento del ejército, el cual había salido en ordenanza, y ya tocaban alarma en batalla.

Y dijo Saúl a David: No podrás tú ir contra aquel filisteo, para pelear con él; porque tú eres joven, y él es un hombre de guerra desde su juventud.

Y David respondió a Saúl: Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre, y venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la manada,

Y Saúl vistió a David con sus ropas, y puso sobre su cabeza un casco de acero, y le armó de cota.

Y dijo el filisteo a David: ¿Soy yo un perro para que vengas a mí con palos? Y maldijo a David por sus dioses.

Y aconteció al día siguiente que un espíritu malo {de parte} de Dios se apoderó de Saúl, y éste deliraba en medio de la casa, mientras David tocaba {el arpa} con su mano como de costumbre. Saúl {tenía} la lanza en la mano,

Y los criados de Saúl hablaron estas palabras a los oídos de David. Y David dijo: ¿Os parece a vosotros que es poco ser yerno del rey, siendo yo un hombre pobre y de ninguna estima?

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