'Vine' en la Biblia
Porque desde que yo vine al Faraón para hablarle en tu Nombre, ha afligido a este pueblo; y tú tampoco has librado a tu pueblo.
Y el joven que le daba las nuevas respondió: Casualmente vine al monte de Gilboa, y hallé a Saúl que estaba recostado sobre su lanza, y venían tras él carros y gente de a caballo.
Y Absalón respondió a Joab: He aquí, yo he enviado por ti, diciendo que vinieras acá, a fin de enviarte yo al rey a que le dijeras: ¿Para qué vine de Gesur? Mejor me fuera estar aún allá. Vea yo ahora la cara del rey; y si hay en mí iniquidad, máteme.
Y vine luego a los capitanes del otro lado del río, y les di las cartas del rey. Y el rey envió conmigo príncipes del ejército y gente de a caballo.
Vine luego en secreto a casa de Semaías hijo de Delaía, hijo de Mehetabel, porque él estaba encerrado; el cual me dijo: Juntémonos en la casa de Dios dentro del templo, y cerremos las puertas del templo, porque vienen para matarte; sí, esta noche vendrán a matarte.
Mas a todo esto, yo no estaba en Jerusalén; porque el año treinta y dos de Artajerjes rey de Babilonia, vine al rey; y al cabo de días fui enviado del rey.
Puse además cilicio por mi vestido; y vine a serles por proverbio.
Yo vine a mi huerto, oh hermana, esposa mía; he cogido mi mirra y mis aromas; he comido mi panal y mi miel, mi vino y mi leche he bebido. Comed, amigos; bebed, amados, y embriagaos.
¿Y por ventura vine yo ahora a esta tierra para destruirla sin el SEÑOR? El SEÑOR me dijo: Sube a esta tierra para destruirla.
porque vine, y nadie apareció; llamé, y nadie respondió. ¿Ha llegado a acortarse mi mano, para no redimir? ¿No hay en mí poder para librar? He aquí que con mi reprensión hago secar el mar; torno los ríos en desierto; hasta pudrirse sus peces, y morirse de sed por falta de agua.
Y vine a los cautivos en Tel-abib, que moraban junto al río de Quebar, y me senté donde ellos estaban sentados, y allí permanecí siete días desconsolado entre ellos.
Yo, el SEÑOR, hablé; vine, e hice. No me tornaré atrás, ni tendré misericordia, ni me arrepentiré; según tus caminos y tus obras te juzgarán, dijo el Señor DIOS.
Y la visión que vi era como la visión, como aquella visión que vi cuando vine para destruir la ciudad; y las visiones eran como la visión que vi junto al río de Quebar; y caí sobre mi rostro.
Fuego vine a meter en la tierra; ¿y qué quiero, sino que se encienda?
Y yo no le conocía; más para que fuera manifestado a Israel, por eso vine yo bautizando con agua.
Y como yo no veía a causa de la claridad de la luz, llevado de la mano por los que estaban conmigo, vine a Damasco.
Pero pasados muchos años, vine a hacer limosnas a mi nación, y ofrendas,
Cuando vine a Troas por el Evangelio del Cristo, aunque me fue abierta puerta en el Señor,