'Al' en la Biblia
- 1.Gé 1:8-Gé 29:35
- 2.Gé 31:4-Éx 6:29
- 3.Éx 7:2-Éx 21:2
- 4.Éx 21:6-Levítico 1:13
- 5.Levítico 1:14-Levítico 16:10
- 6.Levítico 16:16-Números 7:13
- 7.Números 7:19-Números 20:27
- 8.Números 21:1-Deuteronomio 2:32
- 9.Deuteronomio 3:1-Deuteronomio 20:5
- 10.Deuteronomio 20:8-Josué 6:19
- 11.Josué 7:7-Josué 22:16
- 12.Josué 22:18-Jueces 13:16
- 13.Jueces 13:17-1 Samuel 10:10
- 14.1 Samuel 10:11-1 Samuel 26:14
- 15.1 Samuel 26:15-2 Samuel 18:5
- 16.2 Samuel 18:6-1 Reyes 5:5
- 17.1 Reyes 5:9-2 Reyes 2:6
- 18.2 Reyes 2:7-2 Reyes 20:2
- 19.2 Reyes 20:5-1 Crónicas 26:18
- 20.1 Crónicas 26:30-2 Crónicas 23:13
- 21.2 Crónicas 23:18-Esdras 4:14
- 22.Esdras 4:16-Ester 7:7
- 23.Ester 7:8-Salmos 3:4
- 24.Salmos 4:1-Salmos 40:1
- 25.Salmos 40:4-Salmos 94:6
- 26.Salmos 94:10-Salmos 136:10
- 27.Salmos 136:11-Proverbios 20:25
- 28.Proverbios 20:28-Cantares 3:5
- 29.Cantares 3:11-Isaías 40:3
- 30.Isaías 40:13-Jeremías 24:5
- 31.Jeremías 24:8-Ezequiel 2:2
- 32.Ezequiel 3:15-Ezequiel 40:49
- 33.Ezequiel 41:3-Daniel 6:19
- 34.Daniel 6:24-Miqueas 1:13
- 35.Miqueas 2:2-Mateo 8:13
- 36.Mateo 8:18-Marcos 1:16
- 37.Marcos 1:44-Lucas 2:27
- 38.Lucas 2:38-Lucas 23:33
- 39.Lucas 23:56-Juan 16:3
- 40.Juan 16:4-Hechos 13:2
- 41.Hechos 13:8-Romanos 4:4
- 42.Romanos 4:5-Efesios 2:18
- 43.Efesios 3:14-Hebreos 13:10
- 44.Hebreos 13:12-Apocalipsis 20:11
- 45.Apocalipsis 21:6-Apocalipsis 21:18
Y envió Jacob, y llamó a Raquel y a Lea al campo a sus ovejas,
Y sucedió que al tiempo que las ovejas se calentaban, alcé yo mis ojos y vi en sueños, y he aquí que los machos que subían sobre las hembras eran cinchados, pintados y abigarrados.
Huyó, pues, con todo lo que tenía; y se levantó, y pasó el río, y puso su rostro al monte de Galaad.
Y fue dicho a Labán al tercer día cómo Jacob había huido.
Y Jacob siguió su camino, y le salieron al encuentro ángeles de Dios.
Y mandó al primero, diciendo: Si Esaú mi hermano te encontrare, y te preguntare, diciendo: ¿De quién eres? ¿Y adónde vas? ¿Y para quién es esto que llevas delante de ti?
Y mandó también al segundo, y al tercero, y a todos los que iban tras aquellas manadas, diciendo: Conforme a esto hablaréis a Esaú, cuando le hallareis.
Pase ahora mi señor delante de su siervo, y yo me iré poco a poco al paso de la hacienda que va delante de mí, y al paso de los niños, hasta que llegue a mi señor a Seir.
Mas su alma se apegó a Dina la hija de Lea, y se enamoró de la joven, y habló al corazón de ella.
Y sucedió que al tercer día, cuando sentían ellos el mayor dolor, los dos hijos de Jacob, Simeón y Leví, hermanos de Dina, tomaron cada uno su espada, y vinieron contra la ciudad animosamente, y mataron a todo varón.
Y dijo Dios a Jacob: Levántate, sube a Bet-el, y estáte allí; y haz allí un altar al Dios que se te apareció cuando huías de tu hermano Esaú.
Y levantémonos, y subamos a Bet-el; y allí haré altar al Dios que me respondió en el día de mi angustia, y ha sido conmigo en el camino que he andado.
Y acaeció que al salírsele el alma, (pues murió) llamó su nombre Benoni; mas su padre lo llamó Benjamín.
He aquí que atábamos manojos en medio del campo, y he aquí que mi manojo se levantaba, y estaba derecho, y que vuestros manojos estaban alrededor, y se inclinaban al mío.
Entonces quitó ella de sobre sí los vestidos de su viudez, y se cubrió con un velo, y se arrebozó, y se puso a la puerta de las aguas que están junto al camino de Timnat; porque veía que había crecido Sela, y ella no era dada a él por mujer.
Y preguntó a los hombres de aquel lugar, diciendo: ¿Dónde está la ramera de las aguas junto al camino? Y ellos le dijeron: No ha estado aquí ramera.
Y acaeció que al cabo de unos tres meses fue dado aviso a Judá, diciendo: Tamar tu nuera ha fornicado, y aun cierto está encinta de las fornicaciones. Y Judá dijo: Sacadla, y sea quemada.
Y aconteció que al tiempo de dar a luz, he aquí había dos en su vientre.
Y fue que hablando ella a José cada día, y no escuchándola él para acostarse al lado de ella, para estar con ella.
al cabo de tres días el Faraón levantará tu cabeza, y te hará volver a tu asiento; y darás el vaso al Faraón en su mano, como solías cuando eras su maestresala.
Por tanto te acordarás de mí dentro de ti cuando tuvieres bien, y te ruego que hagas conmigo misericordia, que hagas mención de mí al Faraón, y me saques de esta casa;
Al cabo de tres días quitará el Faraón tu cabeza de sobre ti, y te hará colgar en la horca, y las aves comerán tu carne de sobre ti.
Y fue al tercer día el día del nacimiento del Faraón, e hizo banquete a todos sus siervos; y alzó la cabeza del príncipe de los maestresalas, y la cabeza del príncipe de los panaderos, entre sus siervos.
E hizo volver a su oficio al príncipe de los maestresalas; y dio el vaso en mano del Faraón.
Mas hizo colgar al príncipe de los panaderos, como le había declarado José.
Y acaeció que a la mañana su espíritu se atormentó; y envió e hizo llamar a todos los magos de Egipto, y a todos sus sabios: y les contó el Faraón sus sueños, mas no había quién los declarase al Faraón.
Entonces el príncipe de los maestresalas habló al Faraón, diciendo: De mis pecados me acuerdo hoy:
El Faraón se enojó contra sus siervos, y a mí me echó en la cárcel de la casa del capitán de los de la guardia, a mí y al príncipe de los panaderos.
Y aconteció que como él nos declaró, así fue: a mí me hizo volver a mi asiento, e hizo colgar al otro.
Entonces el Faraón envió y llamó a José; y le hicieron salir corriendo de la cárcel, y le cortaron el pelo, y mudaron sus vestidos, y vino al Faraón.
Y respondió José al Faraón, diciendo: No está en mí; Dios será el que responda paz al Faraón.
Entonces respondió José al Faraón: El sueño del Faraón es uno mismo: Dios ha mostrado al Faraón lo que él hace.
Esto es lo que respondo al Faraón. Lo que Dios hace, lo ha mostrado al Faraón.
Y el suceder el sueño al Faraón dos veces, significa que la cosa es firme de parte de Dios, y que Dios se apresura a hacerla.
Y hubo hambre en toda la tierra de Egipto, y el pueblo clamó al Faraón por pan. Y dijo el Faraón a todo los egipcios: Id a José, y haced lo que él os dijere.
Y al tercer día les dijo José: Haced esto, y vivid. Yo temo a Dios.
Y decían el uno al otro: Verdaderamente hemos pecado contra nuestro hermano, que vimos la angustia de su alma cuando nos rogaba, y no le oímos; por eso ha venido sobre nosotros esta angustia.
Y dijo a sus hermanos: Mi dinero se me ha devuelto, y aun helo aquí en mi saco. Se les sobresaltó entonces el corazón, y espantados dijeron el uno al otro: ¿Qué es esto que nos ha hecho Dios?
Y dijo Israel: ¿Por qué me hicisteis tanto mal, declarando al varón que teníais otro hermano?
Entonces Judá dijo a Israel su padre: Envía al joven conmigo, y nos levantaremos e iremos, a fin de que vivamos y no muramos nosotros, y tú, y nuestros niños.
Y el Dios Omnipotente os dé misericordias delante de aquel varón, y os suelte al otro vuestro hermano, y a este Benjamín. Y si he de ser privado de mis hijos, séalo.
Y vio José a Benjamín con ellos, y dijo al mayordomo de su casa: Mete a aquellos varones en casa, y degüella víctima, y aderézala; porque estos varones comerán conmigo al mediodía.
Y dijeron: Ay, señor mío, nosotros descendimos al principio a comprar alimentos;
y aconteció que cuando vinimos al mesón y abrimos nuestros costales, he aquí que el dinero de cada uno estaba en la boca de su costal, nuestro dinero en su justo peso; y lo hemos vuelto a traer en nuestras manos.
Y ellos prepararon el presente entretanto que venía José al mediodía, porque habían oído que allí habían de comer pan.
Y se sentaron delante de él, el mayor conforme a su mayoría, y el menor conforme a su menoría; y estaban aquellos hombres atónitos mirándose el uno al otro.
Y mandó José al mayordomo de su casa, diciendo: Llene los costales de estos varones de alimentos, cuanto pudieren llevar, y pon el dinero de cada uno en la boca de su costal;
sucederá que cuando él no vea al joven, morirá: y tus siervos harán descender las canas de tu siervo nuestro padre con dolor a la sepultura.
Entonces José no pudo contenerse delante de todos los que estaban al lado suyo, y clamó: Haced salir de mi presencia a todos. Y no quedó nadie con él, para darse a conocer José a sus hermanos.
Salió Israel con todo lo que tenía, y vino a Beerseba, y ofreció sacrificios al Dios de su padre Isaac.
Y José dijo a sus hermanos, y a la casa de su padre: Subiré y haré saber al Faraón, y le diré: Mis hermanos y la casa de mi padre, que estaban en la tierra de Canaán, han venido a mí;
Y José vino, e hizo saber al Faraón, y dijo: Mi padre y mis hermanos, y sus ovejas y sus vacas, con todo lo que tienen, han venido de la tierra de Canaán, y he aquí, están en la tierra de Gosén.
Dijeron además al Faraón: Por morar en esta tierra hemos venido; porque no hay pasto para las ovejas de tus siervos, pues el hambre es grave en la tierra de Canaán; por tanto, te rogamos ahora que habiten tus siervos en la tierra de Gosén.
Y José introdujo a su padre, y lo presentó delante del Faraón; y Jacob bendijo al Faraón.
Y Jacob respondió al Faraón: Los días de los años de mi peregrinación son ciento treinta años; pocos y malos han sido los días de los años de mi vida, y no han llegado a los días de los años de la vida de mis padres en los días de sus peregrinaciones.
Y Jacob bendijo al Faraón, y se salió de delante del Faraón.
Y al pueblo lo hizo pasar a las ciudades desde un cabo del término de Egipto hasta el otro cabo.
Y José dijo al pueblo: He aquí os he comprado hoy y a vuestra tierra para el Faraón; ved aquí simiente, y sembraréis la tierra.
Y será que de los frutos daréis el quinto al Faraón, y las cuatro partes serán vuestras para sembrar las tierras, y para vuestro mantenimiento, y de los que están en vuestras casas, y para que coman vuestros niños.
Corriente como las aguas, no seas el principal; por cuanto subiste al lecho de tu padre; entonces te envileciste, subiendo a mi estrado.
Será Dan serpiente junto al camino, cerasta junto a la senda, que muerde los talones de los caballos, y hace caer por detrás al cabalgador de ellos.
Gad, ejército lo acometerá; mas él acometerá al fin.
El pan de Aser será grueso, y él dará deleites al rey.
Y llegaron hasta la era de Atad, que está al otro lado del Jordán, y endecharon allí con grande y muy grave lamentación; y José hizo a su padre duelo por siete días.
Y viendo los moradores de la tierra, los cananeos, el llanto en la era de Atad, dijeron: Llanto grande es este de los egipcios: por eso fue llamado su nombre Abel-mizraim, que está al otro lado del Jordán.
Ahora, pues, no tengáis miedo; yo os sustentaré a vosotros y a vuestros hijos. Así los consoló, y les habló al corazón.
Entonces pusieron sobre él comisarios de tributos que los molestasen con sus cargas; y edificaron al Faraón las ciudades de los bastimentos: Pitón y Ramesés.
y amargaron su vida con dura servidumbre, en hacer barro y ladrillo, y en toda labor del campo, y en todo su servicio, al cual los obligaban con dureza.
Y las parteras respondieron al Faraón: Porque las mujeres hebreas no son como las egipcias; porque son robustas, y dan a luz antes que la partera venga a ellas.
Y no pudiendo tenerle más escondido, tomó una arquilla de juncos, y la calafateó con pez y betún, y colocó en ella al niño, y lo puso en un carrizal a la orilla del río.
Y la hija del Faraón descendió a lavarse al río, y paseándose sus doncellas por la ribera del río, vio ella la arquilla en el carrizal, y envió una criada suya a que la tomase.
Y cuando la abrió, vio al niño; y he aquí que el niño lloraba. Y teniendo compasión de él, dijo: De los niños de los hebreos es éste.
a la cual dijo la hija de Faraón: Lleva este niño, y críamelo, y yo te lo pagaré. Y la mujer tomó al niño, y lo crió.
Y miró a todas partes, y viendo que no parecía haber nadie, mató al egipcio, y lo escondió en la arena.
Y salió al día siguiente, y viendo a dos hebreos que reñían, dijo al malo: ¿Por qué hieres a tu prójimo?
Y él respondió: ¿Quién te ha puesto a ti por príncipe y juez sobre nosotros? ¿Piensas matarme como mataste al egipcio? Entonces Moisés tuvo miedo, y dijo: Ciertamente esta cosa es descubierta.
Ven por tanto ahora, y te enviaré al Faraón, para que saques a mi pueblo, los hijos de Israel, de Egipto.
Entonces Moisés respondió a Dios: ¿Quién soy yo, para que vaya al Faraón, y saque de Egipto a los hijos de Israel?
Y oirán tu voz; e irás tú, y los ancianos de Israel, al rey de Egipto, y le diréis: El SEÑOR Dios de los hebreos, nos ha encontrado; por tanto nosotros iremos ahora camino de tres días por el desierto, para que sacrifiquemos al SEÑOR nuestro Dios.
Entonces dijo Moisés al SEÑOR: ¡Ruego Señor! Yo no soy hombre de palabras de ayer ni de anteayer, ni aun desde que tú hablas a tu siervo; porque soy pesado de boca y pesado de lengua.
Y el SEÑOR le respondió: ¿Quién dio la boca al hombre? ¿O quién hizo al mudo y al sordo, al que ve y al ciego? ¿No soy yo el SEÑOR?
Y él hablará por ti al pueblo; y él te será por boca, y tú serás a él por Dios.
Y dijo el SEÑOR a Moisés: Cuando hubiereis vuelto a Egipto, mira que hagas delante del Faraón todas las maravillas que he puesto en tu mano; pero yo endureceré su corazón, de modo que no dejará ir al pueblo.
Y dirás al Faraón: El SEÑOR ha dicho así: Israel es mi hijo, mi primogénito.
Y el SEÑOR dijo a Aarón: Ve a recibir a Moisés al desierto. Y él fue, y lo encontró en el monte de Dios, y le besó.
Después de esto Moisés y Aarón entraron al Faraón, y le dijeron: El SEÑOR Dios de Israel, dice así: Deja ir a mi pueblo a celebrarme fiesta en el desierto.
Y el Faraón respondió: ¿Quién es el SEÑOR, para que yo oiga su voz y deje ir a Israel? Yo no conozco al SEÑOR, ni tampoco dejaré ir a Israel.
Y ellos dijeron: El Dios de los hebreos nos ha encontrado; por tanto nosotros iremos ahora camino de tres días por el desierto, y sacrificaremos al SEÑOR nuestro Dios; para que no nos encuentre con pestilencia o con espada.
Entonces el rey de Egipto les dijo: Moisés y Aarón, ¿por qué hacéis cesar al pueblo de su obra? Idos a vuestros cargos.
De aquí en adelante no daréis hornija al pueblo para hacer ladrillo, como ayer y antes de ayer; vayan ellos y recojan hornija por sí mismos.
Y saliendo los cuadrilleros del pueblo y sus gobernadores, hablaron al pueblo, diciendo: Así ha dicho el Faraón: Yo no os doy hornija.
Y los gobernadores de los hijos de Israel vinieron y se quejaron al Faraón, diciendo: ¿Por qué lo haces así con tus siervos?
Y él respondió: Estáis ociosos, sí , ociosos, y por eso decís: Vamos y sacrifiquemos al SEÑOR.
Entonces Moisés se volvió al SEÑOR, y dijo: Señor, ¿por qué afliges a este pueblo? ¿Para qué me enviaste?
Porque desde que yo vine al Faraón para hablarle en tu Nombre, ha afligido a este pueblo; y tú tampoco has librado a tu pueblo.
El SEÑOR respondió a Moisés: Ahora verás lo que yo haré al Faraón; porque con mano fuerte los ha de dejar ir; y con mano fuerte los ha de echar de su tierra.
Entra, y habla al Faraón rey de Egipto, que deje ir de su tierra a los hijos de Israel.
Estos son los que hablaron al Faraón rey de Egipto, para sacar de Egipto a los hijos de Israel. Moisés y Aarón fueron éstos.
Entonces el SEÑOR habló a Moisés, diciendo: Yo soy el SEÑOR; di al Faraón rey de Egipto todas las cosas que yo te digo a ti.
Resutados de la Búsqueda continuados...
- 1.Gé 1:8-Gé 29:35
- 2.Gé 31:4-Éx 6:29
- 3.Éx 7:2-Éx 21:2
- 4.Éx 21:6-Levítico 1:13
- 5.Levítico 1:14-Levítico 16:10
- 6.Levítico 16:16-Números 7:13
- 7.Números 7:19-Números 20:27
- 8.Números 21:1-Deuteronomio 2:32
- 9.Deuteronomio 3:1-Deuteronomio 20:5
- 10.Deuteronomio 20:8-Josué 6:19
- 11.Josué 7:7-Josué 22:16
- 12.Josué 22:18-Jueces 13:16
- 13.Jueces 13:17-1 Samuel 10:10
- 14.1 Samuel 10:11-1 Samuel 26:14
- 15.1 Samuel 26:15-2 Samuel 18:5
- 16.2 Samuel 18:6-1 Reyes 5:5
- 17.1 Reyes 5:9-2 Reyes 2:6
- 18.2 Reyes 2:7-2 Reyes 20:2
- 19.2 Reyes 20:5-1 Crónicas 26:18
- 20.1 Crónicas 26:30-2 Crónicas 23:13
- 21.2 Crónicas 23:18-Esdras 4:14
- 22.Esdras 4:16-Ester 7:7
- 23.Ester 7:8-Salmos 3:4
- 24.Salmos 4:1-Salmos 40:1
- 25.Salmos 40:4-Salmos 94:6
- 26.Salmos 94:10-Salmos 136:10
- 27.Salmos 136:11-Proverbios 20:25
- 28.Proverbios 20:28-Cantares 3:5
- 29.Cantares 3:11-Isaías 40:3
- 30.Isaías 40:13-Jeremías 24:5
- 31.Jeremías 24:8-Ezequiel 2:2
- 32.Ezequiel 3:15-Ezequiel 40:49
- 33.Ezequiel 41:3-Daniel 6:19
- 34.Daniel 6:24-Miqueas 1:13
- 35.Miqueas 2:2-Mateo 8:13
- 36.Mateo 8:18-Marcos 1:16
- 37.Marcos 1:44-Lucas 2:27
- 38.Lucas 2:38-Lucas 23:33
- 39.Lucas 23:56-Juan 16:3
- 40.Juan 16:4-Hechos 13:2
- 41.Hechos 13:8-Romanos 4:4
- 42.Romanos 4:5-Efesios 2:18
- 43.Efesios 3:14-Hebreos 13:10
- 44.Hebreos 13:12-Apocalipsis 20:11
- 45.Apocalipsis 21:6-Apocalipsis 21:18
Resultados de Búsqueda por Versiones
Resultados de Búsqueda por Libro
Artículos Relacionados
- Aceite en sacrificios
- Alabanza
- Compromiso con Dios
- Construir altares
- Cristo, nombres para
- Día 7
- El acto de apertura
- El amor de Dios
- El séptimo día de la semana
- Futuro
- Instrumentos musicales, tipos de
- La opresión, la actitud de Dios
- La oración, la factibilidad de
- La ética, social
- Mendigos
- Más allá de Jordania
- Música
- Oro
- Quienes se levantaron temprano
- Sacrificio perfecto
- Siete días
- Subiendo las montañas
- Adorar a Dios
- Devolver el favor
- El padre
- El tercer día de la semana
- Esperar al Señor
- Hacer ofrendas de cereal y libaciones
- La adoración conjunta
- La alabanza y el culto
- Las medidas correctas
- Los siete días para efectos legales
- Servir a Dios