'Así' en la Biblia
No así los malos, que son como el tamo que arrebata el viento.
Las cuerdas me cayeron en lugares deleitosos, así mismo la heredad se hermoseó sobre mí.
Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía.
Y viéndola ellos así, se maravillaron, se asombraron, se dieron prisa a huir.
Como lo oímos, así lo hemos visto en la ciudad del SEÑOR de los ejércitos, en la ciudad de nuestro Dios; la afirmará Dios para siempre. (Selah.)
Conforme a tu Nombre, oh Dios, así es tu loor hasta los fines de la tierra; de justicia está llena tu diestra.
Así los hijos de los hombres como los hijos de los varones; el rico y el pobre juntamente.
Antes que vuestras ollas sientan el fuego de las espinas, así vivos, así airado, los arrebate él con tempestad.
Así cantaré tu Nombre para siempre, pagando mis votos cada día.
Así te miré en santidad, cuando vi tu fortaleza y tu gloria.
Así te bendeciré en mi vida; en tu Nombre alzaré mis manos.
Porque has sido mi socorro; y así en la sombra de tus alas me regocijaré.
Visitas la tierra, y desde que la has hecho desear mucho, la enriqueces con el Río de Dios lleno de aguas; preparas el grano de ellos, porque así la ordenaste.
Como es lanzado el humo, los lanzarás; como se derrite la cera delante del fuego, así perecerán los impíos delante de Dios.
Los carros de Dios son dos millares de miles de ángeles, el Señor entre ellos, como en Sinaí, así en el santuario.
Como sueño del que despierta, así, Señor, cuando despertares, menospreciarás sus apariencias.
Así no nos volveremos de ti; nos darás vida, e invocaremos tu Nombre.
Persíguelos así con tu tempestad, y asombralos con tu torbellino.
Para contar nuestros días haznos saber así, y traeremos al corazón sabiduría.
Así trocaron su gloria por la imagen de un buey que come hierba.
Se contaminaron así con sus propias obras, y fornicaron con sus hechos.
Tu pueblo será voluntario en el día de tu poder, en la hermosura de la santidad; como el rocío que cae de la matriz del alba, así te nacerán los tuyos.
Así es oh SEÑOR, porque yo soy tu siervo, yo soy tu siervo, hijo de tu sierva; tú rompiste mis prisiones.
He aquí como los ojos de los siervos miran a la mano de sus señores, y como los ojos de la sierva a la mano de su señora; así nuestros ojos esperan al SEÑOR nuestro Dios, hasta que tenga misericordia de nosotros.
Como Jerusalén tiene montes alrededor de ella, así el SEÑOR alrededor de su pueblo desde ahora y para siempre.
Como saetas en mano del valiente, así son los hijos mancebos.
He aquí que así será bendito el varón que teme al SEÑOR.
Así que ¡cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán multiplicadas son sus cuentas!