'Ay' en la Biblia
La prueba del rostro de ellos los convence; que como Sodoma predican su pecado, no lo disimulan. ¡Ay del alma de ellos! Porque allegaron mal para sí.
¡Ay del impío! Mal le irá , porque según las obras de sus manos le será pagado.
¡Ay de los que juntan casa con casa, y allegan heredad a heredad hasta acabar el término! ¿Habitaréis vosotros solos en medio de la tierra?
¡Ay de los que se levantan de mañana para seguir la embriaguez; que se están hasta la noche, hasta que el vino los enciende!
¡Ay de los que traen tirando la iniquidad con sogas de vanidad, y el pecado como con coyundas de carreta,
¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que tornen de lo amargo dulce, y de lo dulce amargo!
¡Ay de los sabios en sus propios ojos, y de los que son prudentes delante de sí mismos!
¡Ay de los que son valientes para beber vino, y varones fuertes para mezclar bebida;
Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; que siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, el SEÑOR de los ejércitos.
¡Ay de los que establecen leyes injustas, y determinando prescriben tiranía,
¡Ay! multitud de muchos pueblos, que sonarán como sonido del mar; y murmullo de naciones harán alboroto como murmullo de muchas aguas.
¡Ay de la tierra que hace sombra con las alas, que está tras los ríos de Etiopía!
De lo postrero de la tierra oímos salmos: Gloria al justo. Y yo dije: ¡Mi flaqueza, mi flaqueza, ay de mí! Prevaricadores han prevaricado; y han prevaricado con prevaricación de desleales.
¡Ay de la corona de soberbia, de los ebrios de Efraín, y de la flor caduca de la hermosura de su gloria, que está sobre la cabeza del valle fértil de los aturdidos del vino!
¡Ay de Ariel, ciudad donde habitó David! Añadid un año a otro, los corderos cesarán.
¡Ay de los que se esconden del SEÑOR, encubriendo el consejo; y sus obras son en tinieblas, y dicen: ¿Quién nos ve, o quién nos conoce?
¡Ay de los hijos que se apartan, dice el SEÑOR, para hacer consejo, y no de mí, para cubrirse con cobertura, y no por mi Espíritu, añadiendo pecado a pecado!
¡Ay de los que descienden a Egipto por ayuda; y confían en caballos; y en carros ponen su esperanza, porque son muchos; y en caballeros, porque son valientes; y no miraron al Santo de Israel, ni buscaron al SEÑOR!
¡Ay de ti, el que saqueas, y nunca fuiste saqueado; el que haces deslealtad, y que nadie la hizo contra ti! Cuando acabares de saquear, serás tú también saqueado; y cuando acabares de hacer deslealtad, se hará también contra ti.
¡Ay del que pleitea con su Hacedor! ¡El tiesto, contra los tiestos de la tierra! ¿Dirá el barro al que lo labra: Qué haces? y tu obra: No tiene forma.
¡Ay del que dice al padre: ¿Por qué engendraste? Y a la mujer: ¿Por qué diste a luz?