'Castigo' en la Biblia
Para conocer sabiduría y castigo; para entender las razones prudentes;
para recibir el castigo de prudencia, justicia, juicio y equidad;
El principio del conocimiento es el temor del SEÑOR; los locos despreciaron la sabiduría y el castigo.
Oye, hijo mío, el castigo de tu padre, y no deseches la ley de tu madre;
No deseches, hijo mío, el castigo del SEÑOR; ni te fatigues de su corrección;
Oíd, hijos, el castigo del padre; y estad atentos para que sepáis inteligencia.
Ten el castigo, no lo dejes; guárdalo, porque eso es tu vida.
y digas: ¡Cómo aborrecí el castigo, y mi corazón menospreció la reprensión;
El morirá por no haberse sometido al castigo; y por la grandeza de su locura, errará.
Porque el mandamiento es candela, y la enseñanza luz; y camino de vida las reprensiones del castigo;
Recibid mi castigo, y no plata; y ciencia más que el oro escogido.
Escuchad al castigo, y sed sabios; y no lo menospreciéis.
Camino a la vida es guardar el castigo; mas el que deja la reprensión, yerra.
El que ama el castigo ama la sabiduría; mas el que aborrece la reprensión, es carnal.
El hijo sabio toma el castigo del padre; mas el burlador no escucha la reprensión.
Pobreza y vergüenza tendrá el que menosprecia el castigo; mas el que guarda la corrección, será honrado.
El que detiene el castigo, a su hijo aborrece; mas el que lo ama, madruga a castigarlo.
El loco menosprecia el castigo de su padre; mas el que guarda la corrección, saldrá prudente.
El castigo es molesto al que deja el camino; mas el que aborreciere la corrección, morirá.
El que tiene en poco el castigo, menosprecia su alma; mas el que escucha la corrección, tiene corazón entendido.
Abominación es al SEÑOR todo altivo de corazón; el pacto que él haga, no será sin castigo.
El que escarnece al pobre, afrenta a su Hacedor; y el que se alegra en la calamidad ajena, no quedará sin castigo.
El testigo falso no quedará sin castigo; y el que habla mentiras, perecerá.
Escucha el consejo, y recibe el castigo, para que seas sabio en tu vejez.
Aplica tu corazón al castigo, y tus oídos a las palabras de sabiduría.
No detengas el castigo del niño; porque si lo hirieres con vara, no morirá.
Y yo miré, y lo puse en mi corazón; lo vi, y tomé castigo.
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