'Cuyos' en la Biblia

Rama fructífera es José, rama fructífera junto a fuente, cuyos vástagos se extienden sobre el muro.

con tal que vosotros no hagáis alianza con los moradores de esta tierra, cuyos altares habéis de derribar: mas vosotros no habéis obedecido a mi voz: ¿por qué habéis hecho esto?

Y Ruth la moabita dijo a Noemí: Te ruego que me dejes ir al campo, y recogeré espigas en pos de aquel a cuyos ojos hallare gracia. Y ella le respondió: Ve, hija mía.

Y si me decís: Nosotros confiamos en Jehová nuestro Dios, ¿no es Éste Aquél cuyos lugares altos y altares ha quitado Ezequías, y ha dicho a Judá y a Jerusalén: Delante de este altar adoraréis en Jerusalén?

Y Maaca esposa de Maquir le dio a luz un hijo, y le llamó Peres; y el nombre de su hermano fue Seres, cuyos hijos fueron Ulam y Requem.

Y los hijos de Azel fueron seis, cuyos nombres son Azricam, Bocru, Ismael, Searías, Abdías y Hanán; todos éstos fueron hijos de Azel.

Y durmió Abías con sus padres, y fue sepultado en la ciudad de David. Y reinó en su lugar su hijo Asa, en cuyos días tuvo sosiego el país por diez años.

y de los hijos de Adonicam, los postreros, cuyos nombres son estos, Elifelet, Jeiel, y Semaías, y con ellos sesenta varones;

Aquel cuyos pies van a resbalar, es como una lámpara despreciada de aquel que está a sus anchas.

Pero ahora se ríen de mí los más jóvenes que yo; a cuyos padres yo desdeñara poner con los perros de mi ganado.

Aquel a cuyos ojos es menospreciado el vil; mas honra a los que temen a Jehová; el que aun jurando en daño suyo, no cambia;

Hay generación cuyos ojos son altivos, y cuyos párpados son alzados.

Hay generación cuyos dientes son espadas, y sus muelas cuchillos, para devorar a los pobres de la tierra, y a los menesterosos de entre los hombres.

¿Quién decretó esto sobre Tiro, la que repartía coronas, cuyos negociantes eran príncipes, cuyos mercaderes eran los nobles de la tierra?

Y si me dijeres: En Jehová nuestro Dios confiamos; ¿no es Éste Aquél cuyos lugares altos y cuyos altares hizo quitar Ezequías, y dijo a Judá y a Jerusalén: Delante de este altar adoraréis?

Él está sentado sobre el globo de la tierra, cuyos moradores son como langostas; Él extiende los cielos como una cortina, los despliega como una tienda para morar.

Y las casas de Jerusalén, y las casas de los reyes de Judá, serán como el lugar de Tofet inmundas, por todas las casas sobre cuyos tejados quemaron incienso a todo el ejército del cielo, y vertieron libaciones a dioses ajenos.

Pero actué por causa de mi nombre, para que no se infamase ante los ojos de las naciones en medio de las cuales estaban, en cuyos ojos me di a conocer sacándolos de la tierra de Egipto.

Pero actué por causa de mi nombre, para que éste no se infamase a vista de las naciones, delante de cuyos ojos los saqué.

Mas retraje mi mano, y actué por causa de mi nombre, para que no se infamase a la vista de las naciones, delante de cuyos ojos los saqué.

diciendo: Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, y cuyos pecados son cubiertos.

¡Oh gálatas insensatos! ¿Quién os fascinó para no obedecer a la verdad, ante cuyos ojos Jesucristo fue ya descrito entre vosotros como crucificado?

Y te ruego también a ti, fiel compañero, ayuda a aquellas mujeres que trabajaron juntamente conmigo en el evangelio, con Clemente también, y los otros de mis colaboradores, cuyos nombres están en el libro de la vida.

Mas ¿con quiénes estuvo enojado cuarenta años? ¿No fue con los que pecaron, cuyos cuerpos cayeron en el desierto?

Y le adorarán todos los moradores de la tierra cuyos nombres no están escritos en el libro de la vida del Cordero, el cual fue inmolado desde la fundación del mundo.

La bestia que has visto, era, y no es; y ha de subir del abismo, y ha de ir a perdición; y los moradores de la tierra, cuyos nombres no están escritos en el libro de la vida desde la fundación del mundo, se maravillarán cuando vean la bestia, que era y no es, aunque es.