'Cómo' en la Biblia
que en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, había de reunir todas las cosas en Cristo, así las que están en el cielo, como las que están en la tierra, aun en Él.
que por revelación me hizo conocer el misterio, como antes escribí en breve,
misterio que en otras edades no se dio a conocer a los hijos de los hombres, como ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu;
Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno del llamamiento con que sois llamados;
Un cuerpo, y un Espíritu, como sois también llamados en una misma esperanza de vuestro llamamiento.
Esto, pues, digo y requiero en el Señor; que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente,
si es que le habéis oído, y habéis sido por Él enseñados de cómo la verdad está en Jesús.
y sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como también Dios en Cristo os perdonó.
Sed, pues, seguidores de Dios como hijos amados;
y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros a Dios, ofrenda y sacrificio de dulce fragancia.
Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros como conviene a santos;
Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor: Andad como hijos de luz
Mirad, pues, que andéis con diligencia; no como necios, sino como sabios,
Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor.
Porque el marido es cabeza de la esposa, así como Cristo es cabeza de la iglesia; y Él es el Salvador del cuerpo.
Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus propios maridos en todo.
Maridos, amad a vuestras esposas, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella;
Así los maridos deben amar a sus esposas como a sus propios cuerpos. El que ama a su esposa, a sí mismo se ama.
Porque ninguno aborreció jamás a su propia carne, antes la sustenta y la cuida, como también el Señor a la iglesia;
Por lo demás, cada uno de vosotros en particular, ame también a su esposa como a sí mismo; y la esposa reverencie a su marido.
Siervos, obedeced a vuestros amos según la carne con temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como a Cristo.
No sirviendo al ojo, como los que agradan a los hombres; sino como siervos de Cristo, haciendo la voluntad de Dios de corazón.
Sirviendo con buena voluntad, como al Señor, y no a los hombres;
por el cual soy embajador en cadenas; para que en ellas hable osadamente, como debo hablar.