'Cómo' en la Biblia
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- 16.2 Reyes 23:25-2 Crónicas 13:9
- 17.2 Crónicas 13:10-Nehemías 8:5
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- 41.2 Corintios 8:19-Colosenses 2:7
- 42.Colosenses 2:20-Hebreos 5:6
- 43.Hebreos 5:10-1 Juan 3:3
- 44.1 Juan 3:7-Apocalipsis 22:1
Y como pasaron la primera y la segunda guardia, vinieron á la puerta de hierro que va á la ciudad, la cual se les abrió de suyo: y salidos, pasaron una calle; y luego el ángel se apartó de él.
La cual como conoció la voz de Pedro, de gozo no abrió el postigo, sino corriendo adentro, dió nueva de que Pedro estaba al postigo.
Y él haciéndoles con la mano señal de que callaran, les contó cómo el Señor le había sacado de la cárcel. Y dijo: Haced saber esto a Jacobo y a los hermanos. Y salió, y se fue a otro lugar.
Mas Herodes, como le buscó y no le halló, hecha inquisición de los guardas, los mandó llevar. Después descendiendo de Judea a Cesarea, se quedó allí.
Y llegados a Salamina, anunciaban la palabra de Dios en las sinagogas de los judíos; y tenían también a Juan como asistente.
Y por tiempo como de cuarenta años soportó sus costumbres en el desierto;
Después de destruir siete naciones en la tierra de Canaán, repartió sus tierras en herencia; {todo esto duró} como cuatrocientos cincuenta años.
Y después, como por cuatrocientos cincuenta años, les dio jueces hasta el profeta Samuel.
Mas como Juan cumpliese su carrera, dijo: ¿Quién pensáis que soy? No soy yo él; mas he aquí, viene tras mí uno, cuyo calzado de los pies no soy digno de desatar.
la cual Dios ha cumplido a los hijos de ellos, a nosotros, resucitando a Jesús; como también en el salmo segundo está escrito: Mi hijo eres tú, yo te engendré hoy.
Entonces Pablo y Bernabé, usando de libertad, dijeron: A vosotros a la verdad era necesario que se os hablara la palabra de Dios; pero como la desecháis, y os juzgáis indignos de la vida eterna, he aquí, nos volvemos a los gentiles.
Porque así nos lo ha mandado el Señor: TE HE PUESTO COMO LUZ PARA LOS GENTILES, A FIN DE QUE LLEVES LA SALVACION HASTA LOS CONFINES DE LA TIERRA.
Aconteció que en Iconio entraron juntos en la sinagoga de los judíos, y hablaron de tal manera que creyó una gran multitud, tanto de judíos como de griegos.
Este oyó hablar a Pablo; el cual, como puso los ojos en él, y vio que tenía fe para ser sanado,
Y como lo oyeron los apóstoles Bernabé y Pablo, rotas sus ropas, se lanzaron al gentío, dando voces,
Y como hubieron anunciado el Evangelio a aquella ciudad, y enseñado a muchos, volvieron a Listra, y a Iconio, y a Antioquía,
Y habiendo llegado, y reunida la Iglesia, relataron cuán grandes cosas había hecho Dios con ellos, y cómo había abierto a los gentiles la puerta de la fe.
Como Pablo y Bernabé tuvieran gran disensión y debate con ellos, {los hermanos} determinaron que Pablo y Bernabé, y algunos otros de ellos subieran a Jerusalén a los apóstoles y a los ancianos para tratar esta cuestión.
Y después de grande contienda, levantándose Pedro, les dijo: Varones hermanos, vosotros sabéis cómo ya hace algún tiempo que Dios escogió que los gentiles oyeran por mi boca la Palabra del Evangelio, y creyeran.
Y Dios, que conoce los corazones, les dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo también como a nosotros;
Antes por la gracia del Señor Jesús, el Cristo, creemos que seremos salvos, como también ellos.
Simón ha contado cómo Dios primero visitó a los gentiles, para tomar de ellos pueblo para su Nombre;
y con esto concuerdan las palabras de los profetas, como está escrito:
La cual, como leyeron, fueron gozosos de la consolación.
Judas y Silas, como ellos también eran profetas, consolaron y confirmaron a los hermanos con abundancia de palabra.
Y después de algunos días, Pablo dijo a Bernabé: Volvamos a visitar a los hermanos por todas las ciudades en las cuales hemos anunciado la palabra del Señor, para ver cómo están.
Y como pasaban por las ciudades, les daban que guardasen los decretos que habían sido determinados por los apóstoles y los ancianos que estaban en Jerusalem.
Y como vinieron á Misia, tentaron de ir á Bithynia; mas el Espíritu no les dejó.
Y como vio la visión, luego procuramos partir a Macedonia, dando por cierto que Dios nos llamaba para que les anunciáramos el Evangelio.
Como a medianoche, Pablo y Silas oraban y cantaban himnos a Dios, y los presos los escuchaban.
Y despertado el carcelero, como vio abiertas las puertas de la cárcel, sacando la espada se quería matar, pensando que los presos habían huido.
Y como fué, día, los magistrados enviaron los alguaciles, diciendo: Deja ir á aquellos hombres.
Y Pablo, como acostumbraba, entró a ellos, y por tres sábados disputó con ellos de las Escrituras,
Por eso muchos de ellos creyeron, así como también un buen número de griegos, hombres y mujeres de distinción.
Mas como entendieron los Judíos de Tesalónica que también en Berea era anunciada la palabra de Dios por Pablo, fueron, y también allí tumultuaron al pueblo.
Empero luego los hermanos enviaron á Pablo que fuese como á la mar; y Silas y Timoteo se quedaron allí.
Y los que conducían a Pablo, le llevaron hasta Atenas; y habiendo recibido mandamiento para Silas y Timoteo, de que viniesen a él tan pronto como pudiesen, partieron.
Estando pues Pablo en medio del Areópago, dijo: Varones atenienses, en todo os veo como más superticiosos;
El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, éste, como es Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos de mano,
ni es servido por manos humanas, como si necesitara de algo, puesto que El da a todos vida y aliento y todas las cosas;
porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como también algunos de vuestros poetas dijeron: Porque linaje de éste somos también.
Y así como oyeron de la resurrección de los muertos, unos se burlaban, y otros decían: Te oiremos acerca de esto otra vez.
y como él era del mismo oficio, se quedó con ellos y trabajaban {juntos,} pues el oficio de ellos era hacer tiendas.
Y cuando Pablo iba a hablar, Galión dijo a los judíos: Si fuera cuestión de una injusticia o de un crimen depravado, oh judíos, yo os toleraría, como sería razonable.
Y comenzó á hablar confiadamente en la sinagoga: al cual como oyeron Priscila y Aquila, le tomaron, y le declararon más particularmente el camino de Dios.
Y eran por todos como unos doce hombres.
Esto continuó por dos años, de manera que todos los que vivían en Asia oyeron la palabra del Señor, tanto judíos como griegos.
Y esto fue notorio a todos, así judíos como griegos, los que habitaban en Efeso; y cayó temor sobre todos ellos, y era ensalzado el Nombre del Señor Jesús.
Mas como conocieron que era Judío, fué hecha un voz de todos, que gritaron casi por dos horas: Grande es Diana de los Efesios!
Y un joven llamado Eutico que estaba sentado en una ventana, tomado de un sueño profundo, como Pablo predicaba largamente, postrado del sueño cayó del tercer piso abajo, y fue alzado muerto.
Y como se juntó con nosotros en Assón, tomándole vinimos á Mitilene.
Y cuando vinieron a él, les dijo: Vosotros sabéis cómo, desde el primer día que entré en Asia, he estado con vosotros por todo el tiempo,
como nada que fuera útil he rehuido de anunciaros y enseñaros, públicamente y por las casas,
testificando solemnemente, tanto a judíos como a griegos, del arrepentimiento para con Dios y de la fe en nuestro Señor Jesucristo.
Pero en ninguna manera estimo mi vida como valiosa para mí mismo, a fin de poder terminar mi carrera y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio solemnemente del evangelio de la gracia de Dios.
Y como hubo dicho estas cosas, se puso de rodillas, y oró con todos ellos.
Y como avistamos a Chipre, dejándola a mano izquierda, navegamos a Siria, y vinimos a Tiro, porque el barco había de descargar allí su carga.
Lo cual como oímos, le rogamos nosotros y los de aquel lugar, que no subiera a Jerusalén.
Y como no le pudimos persuadir, desistimos, diciendo: Hágase la voluntad del Señor.
A los cuales, como los hubo saludado, contó por menudo lo que Dios había hecho entre los Gentiles por su ministerio.
Y ellos como lo oyeron, glorificaron á Dios, y le dijeron: Ya ves, hermano, cuántos millares de Judíos hay que han creído; y todos son celadores de la ley:
Y cuando estaban para acabarse los siete días, unos judíos de Asia, como le vieron en el Templo, alborotaron todo el pueblo y le echaron mano,
el cual tomando luego soldados y centuriones, corrió a ellos. Y ellos como vieron al tribuno y a los soldados, cesaron de herir a Pablo.
Y unos daban voces de una manera, y otros de otra manera en la multitud; y como no podía entender nada de cierto a causa del alboroto, mandó llevarle a la fortaleza.
Y como llegó á las gradas, aconteció que fué llevado de los soldados á causa de la violencia del pueblo;
Y como comenzaron á meter á Pablo en la fortaleza, dice al tribuno: ¿Me será lícito hablarte algo? Y él dijo: ¿Sabes griego?
Y como él se lo permitió, Pablo, estando en pie en las gradas, hizo señal con la mano al pueblo. Y hecho grande silencio, habló en lengua hebrea, diciendo:
(Y como oyeron que les hablaba en lengua hebrea, guardaron más silencio.) Y dijo:
Yo de cierto soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, mas criado en esta ciudad a los pies de Gamaliel, enseñado conforme a la verdad de la ley de la patria, celoso de la Ley, como todos vosotros sois hoy.
Y perseguí este Camino hasta la muerte, encadenando y echando en cárceles tanto a hombres como a mujeres,
como también el príncipe de los sacerdotes me es testigo, y todos los ancianos; de los cuales también tomando letras a los hermanos, iba a Damasco para traer presos a Jerusalén aun a los que estuvieran allí, para que fueran castigados.
Mas aconteció que yendo yo, y llegando cerca de Damasco, como a mediodía, de repente me rodeó mucha luz del cielo;
Y como yo no veía a causa de la claridad de la luz, llevado de la mano por los que estaban conmigo, vine a Damasco.
Como ellos vociferaban y arrojaban sus mantos y echaban polvo al aire,
Y como le ataron con correas, Pablo dijo al centurión que estaba presente: ¿Os es lícito azotar a un hombre romano sin ser condenado?
Y como el centurión oyó esto, fué y dió aviso al tribuno, diciendo ¿Qué vas á hacer? porque este hombre es Romano.
Y como hubo dicho esto, fue hecha disensión entre los fariseos y los saduceos; y la multitud fue dividida.
Y como hubo gran disensión, el tribuno, teniendo temor de que Pablo fuera despedazado por ellos, ordenó a los soldados que bajaran y lo arrebataran de en medio de ellos y lo llevaran a la fortaleza.
Y la noche siguiente, presentán-dosele el Señor, le dijo: Confía, Pablo; que como has testificado de mí en Jerusalén, así te conviene testificar también en Roma.
Ahora pues, vosotros, con el concilio, requerid al tribuno que le saque mañana a vosotros como que queréis entender de él alguna cosa más cierta; y nosotros, antes que él llegue, estaremos aparejados para matarle.
Y él dijo: Los judíos han concertado rogarte que mañana saques a Pablo al concilio, como que han de inquirir de él alguna cosa más cierta.
Y cuando me fue dicho de como los judíos asechaban a este hombre, al punto le he enviado a ti, mandando también a los acusadores que digan delante de ti lo que tienen contra él. Pásalo bien.
Y los soldados, tomando a Pablo como les era mandado, le llevaron de noche a Antípatris.
Y como llegaron a Cesarea, y dieron la carta al gobernador presentaron también a Pablo delante de él.
Y citado que fue, Tértulo comenzó a acusarle, diciendo: Como por causa tuya vivamos en gran paz, y muchas cosas son bien gobernadas en el pueblo por tu prudencia,
teniendo esperanza en Dios que ha de haber la resurrección de los muertos, así de justos como de injustos, que ellos esperan.
Pero transcurridos dos años, Porcio Festo llegó como sucesor de Félix, y deseando hacer un favor a los judíos, Félix dejó preso a Pablo.
Y Pablo dijo: Ante el tribunal de César estoy, donde conviene que sea juzgado. A los judíos no he hecho injuria alguna, como tú sabes muy bien.
Y como estuvieron allí muchos días, Festo declaró la causa de Pablo al rey, diciendo: Un varón ha sido dejado preso por Félix,
Pero estando yo perplejo cómo investigar estas cuestiones, le pregunté si estaba dispuesto a ir a Jerusalén y ser juzgado de estas cosas allá.
Pero como Pablo apeló que se lo tuviera bajo custodia para que el emperador {diera} el fallo, ordené que continuase bajo custodia hasta que yo lo enviara al César.
Y Festo dijo*: Rey Agripa y todos los demás aquí presentes con nosotros; {aquí} veis a este {hombre} acerca de quien toda la multitud de los judíos, tanto en Jerusalén como aquí, me hizo una petición declarando a gritos que no debe vivir más.
Pero yo encontré que no había hecho nada digno de muerte; y como él mismo apeló al emperador, he decidido enviarlo.
puesto que ellos han sabido de mí desde hace mucho tiempo, si están dispuestos a testificar, que viví {como} fariseo, de acuerdo con la secta más estricta de nuestra religión.
``Pero levántate y ponte en pie; porque te he aparecido con el fin de designarte como ministro y testigo, no sólo de las cosas que has visto, sino también de aquellas en que me apareceré a ti;
Así que habiendo recibido ayuda de Dios, continúo hasta este día testificando tanto a pequeños como a grandes, no declarando más que lo que los profetas y Moisés dijeron que sucedería:
que el Cristo había de padecer, {y} que por motivo de {su} resurrección de entre los muertos, El debía ser el primero en proclamar luz tanto al pueblo {judío} como a los gentiles.
Y Pablo {dijo:} Quisiera Dios que, ya fuera en poco tiempo o en mucho, no sólo tú, sino también todos los que hoy me oyen, llegaran a ser tal como yo soy, a excepción de estas cadenas.
Y como hubo dicho estas cosas, se levantó el rey, y el gobernador, y Berenice, y los que se habían sentado con ellos;
Y como se retiraron aparte, hablaban los unos á los otros, diciendo: Ninguna cosa digna ni de muerte, ni de prisión, hace este hombre.
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