'Digan' en la Biblia
Entonces dijo Moisés a Dios: He aquí, {si} voy a los hijos de Israel, y les digo: ``El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros," tal vez me digan: `` ¿Cuál es su nombre?", ¿qué les responderé?
Moisés respondió, y dijo: ¿Y si no me creen, ni escuchan mi voz? Porque quizá digan: ``No se te ha aparecido el SEÑOR."
sino para que sea testigo entre nosotros y vosotros, y entre nuestras generaciones después de nosotros, que hemos de cumplir el servicio del SEÑOR delante de El con nuestros holocaustos, con nuestros sacrificios y con nuestras ofrendas de paz, para que en el día de mañana vuestros hijos no digan a nuestros hijos: `No tenéis porción en el SEÑOR.'"
Y el SEÑOR dijo a Samuel: Escucha la voz del pueblo en cuanto a todo lo que te digan, pues no te han desechado a ti, sino que me han desechado a mí para que no sea rey sobre ellos.
Alégrense los cielos y regocíjese la tierra; y digan entre las naciones: El SEÑOR reina.
Porque la conducta de la reina llegará a conocerse por todas las mujeres y hará que ellas miren con desdén a sus maridos, y digan: ``El rey Asuero ordenó que la reina Vasti fuera llevada a su presencia, pero ella no fue."
¿Envías los relámpagos para que vayan y te digan: ``Aquí estamos?"
Que no digan en su corazón: ¡Ajá, lo que queríamos! Que no digan: ¡Lo hemos devorado!
Canten de júbilo y regocíjense los que favorecen mi vindicación; y digan continuamente: Engrandecido sea el SEÑOR, que se deleita en la paz de su siervo.
Regocíjense y alégrense en ti todos los que te buscan; que digan continuamente: ¡Engrandecido sea el SEÑOR! los que aman tu salvación.
Regocíjense y alégrense en ti todos los que te buscan; que digan continuamente: ¡Engrandecido sea Dios! los que aman tu salvación.
Dígan{lo} los redimidos del SEÑOR, a quienes ha redimido de la mano del adversario,
Digan ahora los que temen al SEÑOR: Para siempre es su misericordia.
Y no {les} digan los que pasan: La bendición del SEÑOR sea sobre vosotros; os bendecimos en el nombre del SEÑOR.
porque es mejor que te digan: Sube acá, a que te humillen delante del príncipe a quien tus ojos han visto.
Y cuando os digan: Consultad a los médium y a los adivinos que susurran y murmuran, {decid:} ¿No debe un pueblo consultar a su Dios? ¿{Acaso consultará} a los muertos por los vivos?
Todas las naciones a una se han reunido y se han congregado los pueblos. ¿Quién de ellos declarará esto y nos proclamará las cosas anteriores? Que presenten sus testigos y que se justifiquen, que oigan y digan: Es verdad.
Pues aunque digan: ``Vive el SEÑOR", de cierto juran falsamente.
Porque también tus hermanos y la casa de tu padre, también ellos te han traicionado, también ellos han dado gritos en pos de ti; no les creas aunque te digan cosas agradables.
También les dirás esta palabra: ``Así dice el SEÑOR, Dios de Israel: `Todo cántaro se llenará de vino.'" Y cuando ellos te digan: `` ¿Acaso no sabemos bien que todo cántaro ha de llenarse de vino?",
Y será que cuando te digan: `` ¿Adónde iremos?", les responderás: ``Así dice el SEÑOR: `Los {destinados} para la muerte, a la muerte; los {destinados} para la espada, a la espada; los {destinados} para el hambre, al hambre, y los {destinados} para el cautiverio, al cautiverio.'"
Y ordénales que digan a sus señores: ``Así dice el SEÑOR de los ejércitos, el Dios de Israel, así diréis a vuestros señores:
Y cuando te digan: `` ¿Por qué gimes?", dirás: ``Por la noticia que viene, todo corazón desfallecerá, toda mano se debilitará, todo espíritu se apagará y toda rodilla flaqueará. He aquí, viene y sucederá" --declara el Señor DIOS.
Entre el pórtico y el altar, lloren los sacerdotes, ministros del SEÑOR, y digan: Perdona, oh SEÑOR, a tu pueblo, y no entregues tu heredad al oprobio, a la burla entre las naciones. ¿Por qué han de decir entre los pueblos: ``Dónde está su Dios"?
Bienaventurados seréis cuando os insulten y persigan, y digan todo género de mal contra vosotros falsamente, por causa de mí.
De modo que haced y observad todo lo que os digan; pero no hagáis conforme a sus obras, porque ellos dicen y no hacen.
Por eso, ordena que el sepulcro quede asegurado hasta el tercer día, no sea que vengan sus discípulos, se lo roben, y digan al pueblo: ``Ha resucitado de entre los muertos"; y el último engaño será peor que el primero.
O si no, que éstos mismos digan qué delito encontraron cuando comparecí ante el concilio,