'Ellos' en la Biblia
Arrepiéntete, porque si no, vendré pronto a ti, y pelearé contra ellos con la espada de mi boca.
Pero a vosotros digo, y a los demás en Tiatira, a cuantos no tienen esta doctrina, y no han conocido lo que ellos llaman las profundidades de Satanás. No pondré sobre vosotros otra carga.
Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los seres vivientes, y de los ancianos; y el número de ellos era millones de millones,
Y oí a toda criatura que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y que está en el mar, y todas las cosas que en ellos hay, diciendo: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, y la honra, y la gloria y el poder, por siempre jamás.
Y cuando abrió el quinto sello, vi debajo del altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que ellos tenían.
Y les fueron dadas vestiduras blancas a cada uno de ellos, y les fue dicho que reposasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completaran sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos.
Por esto están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo; y el que está sentado sobre el trono extenderá su tabernáculo sobre ellos.
No tendrán más hambre, ni sed; y el sol no caerá más sobre ellos, ni ningún calor;
porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes vivas de aguas: Y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos.
Y el cuarto ángel tocó la trompeta, y fue herida la tercera parte del sol, y la tercera parte de la luna, y la tercera parte de las estrellas; de tal manera que se oscureció la tercera parte de ellos, y no alumbraba la tercera parte del día, y lo mismo de la noche.
Y en aquellos días los hombres buscarán la muerte, y no la hallarán; y desearán morir, pero la muerte huirá de ellos.
Y tenían por rey sobre ellos al ángel del abismo, cuyo nombre en hebreo es Abadón, y en griego, Apolyón.
Y el número del ejército de los de a caballo era doscientos millones. Y oí el número de ellos.
Y así vi en visión los caballos y a los que sobre ellos estaban sentados, los cuales tenían corazas de fuego, de jacinto, y de azufre. Y las cabezas de los caballos eran como cabezas de leones; y de su boca salía fuego y humo y azufre.
Pero el patio que está fuera del templo, déjalo aparte, y no lo midas, porque es dado a los gentiles; y ellos hollarán la ciudad santa cuarenta y dos meses.
Y daré potestad a mis dos testigos, y ellos profetizarán por mil doscientos sesenta días, vestidos de cilicio.
Y si alguno quisiere dañarles, sale fuego de la boca de ellos, y devora a sus enemigos; y si alguno quisiere hacerles daño, debe morir él de la misma manera.
Y cuando ellos hubieren acabado su testimonio, la bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos, y los vencerá, y los matará.
Y los de los pueblos, y tribus, y lenguas, y naciones verán los cadáveres de ellos por tres días y medio, y no permitirán que sus cadáveres sean puestos en sepulcros.
Y los moradores de la tierra se regocijarán sobre ellos, y se alegrarán, y se enviarán dones unos a otros; porque estos dos profetas han atormentado a los que moran sobre la tierra.
Y después de tres días y medio el Espíritu de vida enviado de Dios, entró en ellos, y se alzaron sobre sus pies, y vino gran temor sobre los que los vieron.
pero no prevalecieron, ni fue hallado ya el lugar de ellos en el cielo.
Y ellos le han vencido por la sangre del Cordero, y por la palabra de su testimonio; y no han amado sus vidas hasta la muerte.
Por lo cual alegraos, cielos, y los que moráis en ellos. ¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha descendido a vosotros, teniendo grande ira, sabiendo que le queda poco tiempo.
Y en sus bocas no fue hallado engaño; porque ellos son sin mácula delante del trono de Dios.
Y el humo del tormento de ellos sube para siempre jamás; y los que adoran a la bestia y a su imagen no tienen reposo ni de día ni de noche, ni cualquiera que reciba la marca de su nombre.
Y oí una voz del cielo que me decía: Escribe: Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, porque descansan de sus trabajos; pero sus obras con ellos continúan.
Por cuanto ellos derramaron la sangre de santos y de profetas, y tú les has dado a beber sangre; pues lo merecen.
Ellos pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque Él es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con Él son llamados, y elegidos, y fieles.
Y llorarán y se lamentarán sobre ella los reyes de la tierra, los cuales han fornicado con ella, y han vivido en deleites, cuando ellos vieren el humo de su incendio,
para que comáis carnes de reyes, y carnes de capitanes, y carnes de fuertes, y carnes de caballos, y de los que están sentados sobre ellos; y carnes de todos, libres y siervos, pequeños y grandes.
Y los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca del que estaba sentado sobre el caballo, y todas las aves fueron saciadas de las carnes de ellos.
Y vi tronos, y a los que se sentaron sobre ellos les fue dado juicio; y vi las almas de los decapitados por el testimonio de Jesús, y por la palabra de Dios, y que no habían adorado la bestia, ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos, y vivieron y reinaron con Cristo mil años.
Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado sobre él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo; y no fue hallado lugar para ellos.
Y el mar dio los muertos que estaban en él; y la muerte y el infierno dieron los muertos que estaban en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras.
Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y Él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos, y será su Dios.
Y enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.
Y el muro de la ciudad tenía doce fundamentos, y en ellos los nombres de los doce apóstoles del Cordero.
Resultados de Búsqueda por Versiones
Resultados de Búsqueda por Libro
Artículos Relacionados
- Afligidos, deber para con ellos
- Aquellos en contra de la verdad
- Aquellos que rasgaron la ropa
- Aquellos que vieron Visiones
- Aquellos que vieron a Dios
- Bendiciones para aquellos que ayudan a los pobres
- Comodidad, aquellos en necesidad
- Cuellos
- Dios puso atención a ellos
- La gente ellos mismos contaminantes
- La voz de Dios
- Los camellos
- Montar camellos
- Perdonar a aquellos enemigos
- Resto, eterna
- Sellos
- Aquellos a quienes Dios da
- Aquellos demonizados
- Aquellos en paz
- Aquellos que Jesús sanó
- Aquellos que aman a Dios
- Aquellos que amaron
- Aquellos que ayudan a los pobres
- Aquellos que buscan personas
- Aquellos que celan del pueblo
- Aquellos que cometieron adulterio
- Aquellos que creyeron en Cristo
- Aquellos que dieron una comida
- Aquellos que engañaron
- Aquellos que envidiaron
- Aquellos que esperan a Dios
- Aquellos que fueron ignorantes
- Aquellos que le temen a Dios
- Aquellos que le tienen envidia al pueblo
- Aquellos que no hablaron
- Aquellos que no han sido salvados
- Aquellos que no temen
- Aquellos que serán cortados de Israel
- Aquellos que son mentirosos
- Aquellos que trabajaron arduamente
- Aquellos que tuvieron fe
- Aquellos que vuelan
- Aquellos sometidos al pueblo
- El martirio
- El martirio de la tribulación
- La protección de los cabellos
- Los dos testigos
- Los juicios de los sellos
- ¿Cuál será el cielo