'Era' en la Biblia
Y David iba avanzando y engrandeciéndose, y Jehová Dios de los ejércitos era con él.
Y se levantó David, y fue con todo el pueblo que tenía consigo, de Baala de Judá, para hacer pasar de allí el arca de Dios, sobre la cual era invocado el nombre de Jehová de los ejércitos, que mora entre los querubines.
Y cuando llegaron a la era de Nacón, Uza extendió su mano al arca de Dios, y la sostuvo; porque los bueyes tropezaron.
envió Toi a Joram su hijo al rey David, a saludarle pacíficamente y a bendecirle, porque había peleado con Hadad-ezer y lo había vencido; porque Toi era enemigo de Hadad-ezer. Y Joram trajo en su mano vasos de plata, y vasos de oro, y vasos de bronce;
Y Joab hijo de Sarvia era general de su ejército; y Josafat hijo de Ahilud, el cronista;
y Sadoc hijo de Ahitob, y Ahimelec hijo de Abiatar, eran sacerdotes; y Seraías era escriba;
Y moraba Mefiboset en Jerusalén, porque comía siempre a la mesa del rey; y era cojo de ambos pies.
Y sucedió que levantándose David de su cama a la hora de la tarde, se paseaba por el terrado de la casa real, cuando vio desde el terrado a una mujer que se estaba lavando, la cual era muy hermosa.
Y Amnón tenía un amigo que se llamaba Jonadab, hijo de Simea, hermano de David; y era Jonadab hombre muy astuto.
Y le nacieron a Absalón tres hijos, y una hija que se llamó Tamar. Ella era una mujer de hermoso semblante.
Y el consejo que daba Ahitofel en aquellos días, era como si consultaran la palabra de Dios. Tal era el consejo de Ahitofel, tanto con David como con Absalón.
Y Absalón constituyó a Amasa, sobre el ejército en lugar de Joab, Amasa era hijo de un varón de Israel llamado Itra, el cual había entrado a Abigail hija de Nahas, hermana de Sarvia, madre de Joab.
Y el rey dijo: ¿El joven Absalón tiene paz? Y Ahimaas respondió: Vi yo un grande alboroto cuando envió Joab al siervo del rey y a mí tu siervo; mas no sé qué era.
Y Simeí hijo de Gera, hijo de Benjamín, que era de Bahurim, se dio prisa a venir con los hombres de Judá para recibir al rey David;
Porque toda la casa de mi padre era digna de muerte delante de mi señor el rey, y tú pusiste a tu siervo entre los convidados a tu mesa. ¿Qué derecho, pues, tengo aún para clamar más al rey?
Y era Barzilai muy viejo, de ochenta años, el cual había dado provisión al rey cuando estaba en Mahanaim, porque era hombre muy rico.
y Seba era el escriba; y Sadoc y Abiatar, eran los sacerdotes;
E Isbibenob, que era de los hijos del gigante, y cuya lanza pesaba trescientos siclos de bronce, y que estaba ceñido de una espada nueva, trató de matar a David;
Y sucedió después de esto que hubo otra vez guerra en Gob contra los filisteos; entonces Sibecai husatita mató a Saf, que era de los hijos del gigante.
Y hubo guerra otra vez en Gob contra los filisteos, en la cual Elhanán, hijo de Jaare-oregim de Belén, mató al hermano de Goliat geteo, el asta de cuya lanza era como un rodillo de telar.
Después hubo otra guerra en Gat, donde hubo un hombre de gran estatura, el cual tenía doce dedos en las manos, y otros doce en los pies, veinticuatro por todos; y también era de los hijos del gigante.
Éstos son los nombres de los valientes que David tuvo: El tacmonita, que se sentaba en cátedra, principal de los capitanes; éste era Adino el eznita, que blandiendo su lanza mató a ochocientos hombres en una ocasión.
Él era el más distinguido de los tres, y llegó a ser su jefe; pero no igualó a los tres primeros.
Y cuando el ángel extendió su mano sobre Jerusalén para destruirla, Jehová se arrepintió de aquel mal, y dijo al ángel que destruía el pueblo: Basta ahora; detén tu mano. Entonces el ángel de Jehová estaba junto a la era de Arauna jebuseo.
Y Gad vino a David aquel día, y le dijo: Sube, y haz un altar a Jehová en la era de Arauna jebuseo.
Y Arauna dijo: ¿Por qué viene mi señor el rey a su siervo? Y David respondió: Para comprar de ti la era, para edificar altar a Jehová, para que cese la mortandad del pueblo.
Y el rey dijo a Arauna: No, sino por precio te lo compraré; porque no ofreceré a Jehová mi Dios holocaustos que no me cuesten nada. Entonces David compró la era y los bueyes por cincuenta siclos de plata.
Cuando el rey David era viejo, y entrado en días, le cubrían de ropas, mas no se calentaba.
Y la joven era hermosa; y ella abrigaba al rey, y le servía; pero el rey nunca la conoció.
Y su padre nunca lo entristeció en todos sus días con decirle: ¿Por qué haces así? Y además éste era de hermoso parecer; y su madre lo había engendrado después de Absalón.
Entonces Betsabé entró al rey a la cámara; y el rey era muy viejo; y Abisag sunamita servía al rey.
Y él dijo: Tú sabes que el reino era mío, y que todo Israel había puesto en mí su rostro, para que yo reinara; mas el reino fue traspasado, y vino a ser de mi hermano; porque por Jehová era suyo.
E iba el rey a Gabaón, porque aquél era el lugar alto principal, y sacrificaba allí, mil holocaustos sacrificaba Salomón sobre aquel altar.
Y cuando Salomón despertó, vio que era sueño. Y vino a Jerusalén, y se presentó delante del arca del pacto de Jehová, y sacrificó holocaustos, e hizo ofrendas de paz; hizo también banquete a todos sus siervos.
Y cuando yo me levanté por la mañana para dar el pecho a mi hijo, he aquí que estaba muerto; mas le observé por la mañana, y vi que no era mi hijo, el que yo había dado a luz.
Entonces la mujer de quien era el hijo vivo, habló al rey (porque sus entrañas se le conmovieron por su hijo), y dijo: ¡Ah, señor mío! dad a ésta el niño vivo, y no lo matéis. Mas la otra dijo: Ni a mí ni a ti; partidlo.
Benaía hijo de Joiada era sobre el ejército; y Sadoc y Abiatar eran los sacerdotes;
Azarías hijo de Natán era sobre los gobernadores; Zabud hijo de Natán era el oficial principal y amigo del rey;
Y Ahisar era mayordomo; y Adoniram hijo de Abda era sobre el tributo.
Geber hijo de Uri, en la tierra de Galaad, la tierra de Sehón rey de los amorreos, y de Og rey de Basán; éste era el único gobernador en aquella tierra.
Y la provisión de Salomón era cada día treinta coros de flor de harina, y sesenta coros de harina,
Y el pórtico delante del templo de la casa, tenía veinte codos de largo, según la anchura de la casa, y su ancho era de diez codos delante de la casa.
El aposento de abajo era de cinco codos de ancho, y el de en medio de seis codos de ancho, y el tercero de siete codos de ancho; porque por fuera había hecho ranuras a la casa en derredor, para no trabar las vigas de las paredes de la casa.
Y la casa estaba cubierta de cedro por dentro, y tenía entalladuras de calabazas silvestres y de botones de flores. Todo era cedro; ninguna piedra se veía.
La altura de un querubín era de diez codos, y asimismo la del otro.
El cimiento era de piedras costosas, de piedras grandes, de piedras de diez codos, y de piedras de ocho codos.
De allí hacia arriba era también de piedras preciosas, labradas conforme a sus medidas, y madera de cedro.
hijo de una viuda de la tribu de Neftalí, y su padre era de Tiro, y trabajaba en bronce, lleno de sabiduría y de inteligencia y saber en toda obra de bronce. Éste, pues, vino al rey Salomón, e hizo toda su obra.
Y vació dos columnas de bronce, la altura de cada una era de dieciocho codos; y rodeaba a una y a otra columna un cordón de doce codos.
Hizo también dos capiteles de bronce fundido, para que fuesen puestos sobre las cabezas de las columnas; la altura de un capitel era de cinco codos, y la del otro capitel de cinco codos.
Hizo asimismo un mar de fundición, de diez codos de un lado al otro, perfectamente redondo; su altura era de cinco codos, y lo ceñía alrededor un cordón de treinta codos.
El grueso del mar era de un palmo menor, y su borde era labrado como el borde de un cáliz, o de flor de lirio; y contenía dos mil batos.
La obra de las bases era de esta manera: tenían unos tableros, los cuales estaban entre molduras;
Y la boca de la fuente entraba un codo en el remate que salía para arriba de la base; y era su boca redonda, de la hechura del mismo remate, y éste era de codo y medio. Había también sobre la boca entalladuras con sus tableros, los cuales eran cuadrados, no redondos.
Las cuatro ruedas estaban debajo de los tableros, y los ejes de las ruedas nacían en la misma base. La altura de cada rueda era de un codo y medio.
Y la hechura de las ruedas era como la hechura de las ruedas de un carro; sus ejes, sus rayos, y sus cubos, y sus cinchos, todo era de fundición.
Hizo también diez fuentes de bronce; cada fuente contenía cuarenta batos, y cada una era de cuatro codos; y asentó una fuente sobre cada una de las diez bases.
Aquel mismo día santificó el rey el medio del atrio que estaba delante de la casa de Jehová: porque ofreció allí los holocaustos, y los presentes, y las grosuras de las ofrendas de paz; por cuanto el altar de bronce que estaba delante de Jehová era demasiado pequeño, y no cabían en él los holocaustos, las ofrendas y las grosuras de los sacrificios de paz.
El peso del oro que Salomón recibía en un año, era seiscientos sesenta y seis talentos de oro;
Seis gradas tenía el trono, y lo alto de él era redondo por el respaldo; y tenía apoyos en ambos lados cerca del asiento, junto a los cuales estaban colocados dos leones.
Y todos los vasos de beber del rey Salomón eran de oro, y asimismo toda la vajilla de la casa del bosque del Líbano era de oro puro; ninguno era de plata; en tiempo de Salomón la plata no era de estima.
Y aconteció que cuando Salomón era viejo, sus esposas inclinaron su corazón tras dioses ajenos; y su corazón no era perfecto para con Jehová su Dios, como lo fue el corazón de su padre David.
Y oyendo Hadad en Egipto que David había dormido con sus padres, y que era muerto Joab general del ejército, Hadad dijo a Faraón: Déjame ir a mi tierra.
Y el varón Jeroboam era valiente y esforzado; y viendo Salomón al joven que era hombre activo, le encomendó todo el cargo de la casa de José.
Y Baasa hijo de Ahías, el cual era de la casa de Isacar, conspiró contra él; y lo hirió Baasa en Gibetón, que era de los filisteos; porque Nadab y todo Israel tenían sitiado a Gibetón.
Y sucedió que cuando Zimri vio que la ciudad era tomada, se metió en el palacio de la casa real, y prendió fuego a la casa sobre sí; y así murió.
Entonces Elías tisbita, que era de los moradores de Galaad, dijo a Acab: Vive Jehová Dios de Israel, delante del cual estoy, que no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi palabra.
Y Acab llamó a Abdías que era el mayordomo de su casa. Y Abdías era en gran manera temeroso de Jehová.
Pero él se quitó pronto la ceniza de sobre su rostro, y el rey de Israel conoció que era de los profetas.
Viendo entonces los capitanes de los carros que no era el rey de Israel, se apartaron de él.
Y era Josafat de treinta y cinco años cuando comenzó a reinar, y reinó veinticinco años en Jerusalén. El nombre de su madre fue Azuba hija de Silhi.
Entonces él les dijo: ¿Cómo era aquel varón que encontrasteis, y os dijo tales palabras?
Entonces Mesa rey de Moab era propietario de ganados, y pagaba al rey de Israel cien mil corderos, y cien mil carneros, más la lana.
Una mujer, de las esposas de los hijos de los profetas, clamó a Eliseo, diciendo: Tu siervo mi marido ha muerto; y tú sabes que tu siervo era temeroso de Jehová; y ha venido el acreedor para tomarse dos hijos míos por siervos.
Y salió uno al campo a recoger hierbas, y halló una como parra montés, y tomó de ella su manto lleno de calabazas silvestres; y volvió, y las cortó en la olla del potaje, pues no sabía lo que era.
Naamán, general del ejército del rey de Siria, era un gran varón delante de su señor, y le tenía en alta estima, porque por medio de él había dado Jehová salvamento a Siria. Era este hombre valeroso en extremo, pero leproso.
Y aconteció que derribando uno un árbol, se le cayó el hacha en el agua; y dio voces, diciendo: ¡Ah, señor mío, que era prestada!
Y hubo gran hambre en Samaria; y la sitiaron, hasta que la cabeza de un asno era vendida por ochenta piezas de plata, y la cuarta de un cabo de estiércol de palomas por cinco piezas de plata.
De treinta y dos años era cuando comenzó a reinar, y ocho años reinó en Jerusalén.
Y anduvo en el camino de la casa de Acab, e hizo lo malo en ojos de Jehová, como la casa de Acab; porque era yerno de la casa de Acab.
Y Atalía madre de Ocozías, viendo que su hijo era muerto, se levantó, y destruyó toda la simiente real.
Y cuando miró, he aquí que el rey estaba junto a la columna, conforme era la costumbre, y los príncipes y los trompeteros junto al rey; y todo el pueblo del país se regocijaba, y tocaban las trompetas. Entonces Atalía, rasgando sus vestidos, gritó: ¡Traición, traición!
Y no se pedían cuentas a los hombres en cuyas manos el dinero era entregado, para que ellos lo diesen a los que hacían la obra; porque ellos procedían con fidelidad.
El dinero por el delito, y el dinero por los pecados, no se metía en la casa de Jehová; porque era de los sacerdotes.
Él restituyó los términos de Israel desde la entrada de Hamat hasta el mar de la llanura, conforme a la palabra de Jehová Dios de Israel, la cual había Él hablado por su siervo Jonás hijo de Amitai, profeta que era de Gat-hefer.
Cuando comenzó a reinar era de veinticinco años, y reinó dieciséis años en Jerusalén. El nombre de su madre fue Jerusa hija de Sadoc.
Veinticinco años tenía él cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén veintinueve años. El nombre de su madre era Abi hija de Zacarías.
Y aconteció que en el cuarto año del rey Ezequías, que era el año séptimo de Oseas hijo de Ela rey de Israel, subió Salmanasar rey de Asiria contra Samaria, y la sitió.
Y la tomaron al cabo de tres años; esto es, en el año sexto de Ezequías, el cual era el año noveno de Oseas rey de Israel, fue Samaria tomada.
Llamaron luego al rey, y salió a ellos Eliaquim hijo de Hilcías, que era mayordomo, y Sebna escriba, y Joah hijo de Asaf, el cronista.
Entonces Eliaquim hijo de Hilcías, que era mayordomo, y Sebna el escriba, y Joah hijo de Asaf, el cronista, vinieron a Ezequías, rasgadas sus vestiduras, y le declararon las palabras del Rabsaces.
Y aconteció que la misma noche salió el ángel de Jehová, e hirió en el campamento de los asirios ciento ochenta y cinco mil; y cuando se levantaron por la mañana, he aquí, todo era cuerpos de muertos.
Doce años tenía Manasés cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén cincuenta y cinco años; el nombre de su madre era Hefziba.
Veintidós años tenía Amón cuando comenzó a reinar, y reinó dos años en Jerusalén. El nombre de su madre era Mesalemet hija de Harus de Jotba.
Veintitrés años tenía Joacaz cuando comenzó a reinar, y reinó tres meses en Jerusalén. El nombre de su madre era Amutal, hija de Jeremías de Libna.
Veinticinco años tenía Joacim cuando comenzó a reinar, y once años reinó en Jerusalén. El nombre de su madre era Zebuda hija de Pedaías, de Ruma.
Y nunca más el rey de Egipto salió de su tierra; porque el rey de Babilonia le tomó todo lo que era suyo, desde el río de Egipto hasta el río Éufrates.
Dieciocho años tenía Joaquín cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén tres meses. El nombre de su madre era Neusta hija de Elnatán, de Jerusalén.
Veintiún años tenía Sedequías cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén once años. El nombre de su madre era Amutal hija de Jeremías, de Libna.