'Eran' en la Biblia
Sobrevino temor a toda persona; y muchos prodigios y señales eran hechas por los apóstoles.
{estaban allí} el sumo sacerdote Anás, Caifás, Juan y Alejandro, y todos los que eran del linaje de los sumos sacerdotes.
Al ver la confianza de Pedro y de Juan, y dándose cuenta de que eran hombres sin letras y sin preparación, se maravillaban, y reconocían que ellos habían estado con Jesús.
La congregación de los que creyeron era de un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo lo que poseía, sino que todas las cosas eran de propiedad común.
También la gente de las ciudades en los alrededores de Jerusalén acudía trayendo enfermos y atormentados por espíritus inmundos, y todos eran sanados.
Por aquellos días, al multiplicarse {el número} {de} los discípulos, surgió una queja de parte de los {judíos} helenistas en contra de los judíos {nativos,} porque sus viudas eran desatendidas en la distribución diaria {de los alimentos}.
Porque {de} muchos que tenían espíritus inmundos, {éstos} salían {de ellos} gritando a gran voz; y muchos que habían sido paralíticos y cojos eran sanados.
Y todos los creyentes {que eran} de la circuncisión, que habían venido con Pedro, se quedaron asombrados, porque el don del Espíritu Santo había sido derramado también sobre los gentiles,
Y cuando Pedro subió a Jerusalén, los que eran de la circuncisión le reprocharon,
Así que las iglesias eran confirmadas en la fe, y diariamente crecían en número.
Y los oficiales informaron esto a los magistrados superiores, y al saber que eran romanos, tuvieron temor.
Estos eran más nobles que los de Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando diariamente las Escrituras, {para ver} si estas cosas eran así.
Y Crispo, el oficial de la sinagoga, creyó en el Señor con toda su casa, y muchos de los corintios, al oír, creían y eran bautizados.
Y siete hijos de un tal Esceva, uno de los principales sacerdotes judíos, eran los que hacían esto.
Y la ciudad se llenó de confusión, y a una se precipitaron en el teatro, arrastrando consigo a Gayo y a Aristarco, los compañeros de viaje de Pablo, {que eran} de Macedonia.
También algunos de los asiarcas, que eran amigos de Pablo, enviaron a él y repetidamente le rogaron que no se aventurara {a presentarse} en el teatro.
Entonces Pablo, dándose cuenta de que una parte eran saduceos y otra fariseos, alzó la voz en el concilio: Hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseos; se me juzga a causa de la esperanza de la resurrección de los muertos.
Y los que tramaron esta conjura eran más de cuarenta,
Y esto es precisamente lo que hice en Jerusalén; no sólo encerré en cárceles a muchos de los santos con la autoridad recibida de los principales sacerdotes, sino que también, cuando eran condenados a muerte, yo daba mi voto contra {ellos}.
De allí partimos y navegamos al abrigo de {la isla de} Chipre, porque los vientos eran contrarios.
Cuando esto sucedió, los demás habitantes de la isla que tenían enfermedades venían {a él} y eran curados.
Algunos eran persuadidos con lo que se decía, pero otros no creían.