'Fin' en la Biblia
para que pidieran misericordia del Dios del cielo acerca de este misterio, a fin de que no perecieran Daniel y sus amigos con el resto de los sabios de Babilonia.
Pero hay un Dios en el cielo que revela los misterios, y El ha dado a conocer al rey Nabucodonosor lo que sucederá al fin de los días. Tu sueño y las visiones que has tenido en tu cama eran éstos:
En cuanto a mí, me ha sido revelado este misterio, no porque yo tenga más sabiduría que cualquier {otro} viviente, sino con el fin de dar a conocer al rey la interpretación, y para que tú entiendas los pensamientos de tu corazón.
En los días de estos reyes, el Dios del cielo levantará un reino que jamás será destruido, y {este} reino no será entregado a otro pueblo; desmenuzará y pondrá fin a todos aquellos reinos, y él permanecerá para siempre,
Pero al fin vino ante mí Daniel, cuyo nombre es Beltsasar, como el nombre de mi dios, en quien está el espíritu de los dioses santos, y yo le conté el sueño, {diciendo:}
`Esta sentencia es por decreto de los vigilantes, y la orden es por decisión de los santos, con el fin de que sepan los vivientes que el Altísimo domina sobre el reino de los hombres, y se lo da a quien le place, y pone sobre él al más humilde de los hombres.'
``Por tanto, oh rey, que mi consejo te sea grato: pon fin a tus pecados {haciendo} justicia, y a tus iniquidades mostrando misericordia a los pobres; quizás sea prolongada tu prosperidad."
Pero al fin de los días, yo, Nabucodonosor, alcé mis ojos al cielo, y recobré mi razón, y bendije al Altísimo y alabé y glorifiqué al que vive para siempre; porque su dominio es un dominio eterno, y su reino {permanece} de generación en generación.
Esta es la interpretación del escrito: MENE: Dios ha contado tu reino y le ha puesto fin.
El se acercó adonde yo estaba, y cuando llegó, me aterroricé y caí sobre mi rostro, pero él me dijo: Entiende, hijo de hombre, que la visión se refiere al tiempo del fin.
Y dijo: He aquí, te voy a dar a conocer lo que sucederá al final de la ira, porque {se} refiere al tiempo señalado del fin.
Setenta semanas han sido decretadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para poner fin a la transgresión, para terminar con el pecado, para expiar la iniquidad, para traer justicia eterna, para sellar la visión y la profecía, y para ungir el {lugar} santísimo.
Después de las sesenta y dos semanas el Mesías será muerto y no tendrá nada, y el pueblo del príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario. Su fin {vendrá} con inundación; aun hasta el fin habrá guerra; las desolaciones están determinadas.
Y él hará un pacto firme con muchos por una semana, pero a la mitad de la semana pondrá fin al sacrificio y a la ofrenda de cereal. Sobre el ala de abominaciones {vendrá} el desolador, hasta que una destrucción completa, la que está decretada, sea derramada sobre el desolador.
Entonces volverá su rostro hacia las costas y tomará muchas {de ellas}. Pero un príncipe pondrá fin a su afrenta; además, hará recaer sobre él su afrenta.
En cuanto a los dos reyes, en sus corazones maquinarán el mal, y en la misma mesa se hablarán mentiras; pero esto no tendrá éxito, porque el fin aún ha de {venir} en el tiempo señalado.
También algunos de los entendidos caerán, a fin de ser refinados, purificados y emblanquecidos hasta el tiempo del fin; porque aún está {por venir} el tiempo señalado.
Y al tiempo del fin, el rey del sur se enfrentará con él, y el rey del norte lo atacará con carros, jinetes y con numerosas naves; entrará en sus tierras, {las} invadirá y pasará.
Y plantará las tiendas de su pabellón entre los mares y el monte glorioso y santo; pero llegará a su fin y no habrá quien lo ayude.
Pero tú, Daniel, guarda en secreto estas palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y el conocimiento aumentará.
Y {uno de ellos} dijo al hombre vestido de lino que estaba sobre las aguas del río: ¿Para cuándo {será} el fin de {estas} maravillas?
Y él respondió: Anda, Daniel, porque {estas} palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del fin.
Mas tú, sigue hasta el fin; descansarás y te levantarás para {recibir} tu heredad al fin de los días.