'Hablaba' en la Biblia
Entonces fue traído a Él un endemoniado, ciego y mudo; y le sanó, de tal manera que el ciego y mudo veía y hablaba.
Y cuando Él aún hablaba a la gente, he aquí su madre y sus hermanos estaban afuera, y querían hablar con Él.
Todas estas cosas habló Jesús por parábolas a la multitud, y sin parábolas no les hablaba;
Mientras Él aún hablaba, una nube resplandeciente los cubrió; y he aquí una voz desde la nube, que decía: Éste es mi Hijo amado, en quien tengo contentamiento; a Él oíd.
Y oyendo sus parábolas los príncipes de los sacerdotes y los fariseos, entendieron que hablaba de ellos.
Y cuando Él aún hablaba, vino Judas, uno de los doce, y una gran multitud con él, con espadas y palos, de parte de los príncipes de los sacerdotes y de los ancianos del pueblo.
Y con muchas parábolas semejantes les hablaba la palabra, conforme ellos podían oír.
Y sin parábola no les hablaba, mas a sus discípulos en privado les aclaraba todas las cosas.
Mientras Él aún hablaba, vinieron unos de la casa del príncipe de la sinagoga, diciendo: Tu hija ha muerto; ¿para qué molestas más al Maestro?
Y al instante sus oídos fueron abiertos, y fue suelta la atadura de su lengua, y hablaba bien.
Porque no sabía lo que hablaba; pues estaban aterrados.
Y en ese momento, mientras Él aún hablaba, vino Judas, que era uno de los doce, y con él una gran multitud con espadas y palos, de parte de los príncipes de los sacerdotes y de los escribas y de los ancianos.
Y cuando salió, no les podía hablar; y entendieron que había visto visión en el templo, pues les hablaba por señas, y permanecía mudo.
Y ésta, viniendo en la misma hora, también daba gracias al Señor, y hablaba de Él a todos los que esperaban la redención en Jerusalén.
Y cuando la gente lo supo, le siguieron; y Él les recibió, y les hablaba del reino de Dios, y sanaba a los que necesitaban ser curados.
Y mientras Él aún hablaba, he aquí una turba; y el que se llamaba Judas, uno de los doce, iba delante de ellos; y se acercó a Jesús para besarle.
Y Pedro dijo: Hombre, no sé qué dices. Y al instante, mientras él aún hablaba, el gallo cantó.
Y se decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras?
Y en esto llegaron sus discípulos, y se maravillaron de que hablaba con la mujer; pero ninguno dijo: ¿Qué preguntas? O: ¿Por qué hablas con ella?
Y hablaba de Judas Iscariote, hijo de Simón, porque éste era el que le iba a entregar, y era uno de los doce.
Pero ninguno hablaba abiertamente de Él, por miedo a los judíos.
Mas no entendieron que les hablaba del Padre.
Pero esto decía Jesús de su muerte; y ellos pensaban que hablaba del reposar del sueño.
Entonces los discípulos se miraban unos a otros, dudando de quién hablaba.
A éste, pues, hizo señas Simón Pedro, para que le preguntase quién era aquel de quien hablaba.
Pero no podían resistir a la sabiduría y al Espíritu con que hablaba.
Éste es aquél que estuvo en la iglesia en el desierto con el Ángel que le hablaba en el monte Sinaí, y con nuestros padres; y recibió los oráculos de vida para dárnoslos:
y hablaba con denuedo en el nombre del Señor Jesús; y disputaba con los griegos; pero éstos procuraban matarle.
Mientras aún hablaba Pedro estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían la palabra.
Éste había sido instruido en el camino del Señor; y siendo ferviente de espíritu, hablaba y enseñaba diligentemente lo concerniente al Señor, aunque sólo conocía el bautismo de Juan.
Y cuando oyeron que les hablaba en lengua hebrea, guardaron más silencio. Y les dijo:
Y los que estaban conmigo vieron a la verdad la luz, y se espantaron; mas no oyeron la voz del que hablaba conmigo.
Esperando también con esto, que de parte de Pablo le sería dado dinero para que le soltase; por lo cual, haciéndole venir muchas veces, hablaba con él.
Y habiendo caído todos nosotros en tierra, oí una voz que me hablaba, y decía en lengua hebrea: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar coces contra los aguijones.
Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño, mas cuando ya fui hombre hecho, dejé lo que era de niño.
y al sonido de la trompeta, y a la voz que les hablaba, la cual los que la oyeron rogaron que no se les hablase más;
Mirad que no desechéis al que habla. Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que hablaba en la tierra, mucho menos nosotros, si desecháramos al que habla desde el cielo.
Y me volví para ver la voz que hablaba conmigo; y vuelto, vi siete candeleros de oro;
Después de estas cosas miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, era como de trompeta que hablaba conmigo, diciendo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que han de ser después de éstas.
Y le fue dada boca que hablaba grandes cosas y blasfemias; y le fue dada potestad de actuar cuarenta y dos meses.
Después vi otra bestia que subía de la tierra; y tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero hablaba como un dragón.
Y el que hablaba conmigo, tenía una caña de oro para medir la ciudad, y sus puertas, y su muro.