'Hijos' en la Biblia
Esté ahora atento tu oído, y tus ojos abiertos, para oír la oración de tu siervo, que yo hago ahora delante de ti día y noche, por los hijos de Israel tus siervos; y confieso los pecados de los hijos de Israel que hemos contra ti cometido; sí, yo y la casa de mi padre hemos pecado.
Y oyéndolo Sanbalat horonita, y Tobías, el siervo amonita, les desagradó en extremo que viniese alguno para procurar el bien de los hijos de Israel.
Y los hijos de Senaa edificaron la puerta del Pescado; ellos la enmaderaron, y levantaron sus puertas, con sus cerraduras y sus cerrojos.
Después miré, y me levanté, y dije a los principales y a los magistrados, y al resto del pueblo: No temáis delante de ellos: acordaos del Señor grande y terrible, y pelead por vuestros hermanos, por vuestros hijos y por vuestras hijas, por vuestras esposas y por vuestras casas.
Y había quien decía: Nosotros, nuestros hijos y nuestras hijas, somos muchos; por tanto hemos tomado grano para comer y vivir.
Ahora bien, nuestra carne es como la carne de nuestros hermanos, nuestros hijos como sus hijos; y he aquí que nosotros estamos sometiendo a nuestros hijos y a nuestras hijas a servidumbre, y algunas de nuestras hijas ya están sujetas a servidumbre; y no tenemos poder para rescatarlas, porque nuestras tierras y nuestras viñas son de otros.
Éstos son los hijos de la provincia que subieron de la cautividad, de la transmigración que hizo pasar Nabucodonosor rey de Babilonia, y que volvieron a Jerusalén y a Judá cada uno a su ciudad;
Los hijos de Paros, dos mil ciento setenta y dos.
Los hijos de Sefatías, trescientos setenta y dos.
Los hijos de Ara, seiscientos cincuenta y dos.
Los hijos de Pahat-moab, de los hijos de Jesúa y de Joab, dos mil ochocientos dieciocho.
Los hijos de Elam, mil doscientos cincuenta y cuatro.
Los hijos de Zatu, ochocientos cuarenta y cinco.
Los hijos de Zacai, setecientos sesenta.
Los hijos de Binúi, seiscientos cuarenta y ocho;
Los hijos de Bebai, seiscientos veintiocho;
Los hijos de Azgad, dos mil trescientos veintidós.
Los hijos de Adonicam, seiscientos sesenta y siete.
Los hijos de Bigvai, dos mil sesenta y siete.
Los hijos de Adín, seiscientos cincuenta y cinco.
Los hijos de Ater, de Ezequías, noventa y ocho.
Los hijos de Hasum, trescientos veintiocho.
Los hijos de Besai, trescientos veinticuatro.
Los hijos de Gabaón, noventa y cinco.
Los hijos del otro Elam, mil doscientos cincuenta y cuatro.
Los hijos de Harim, trescientos veinte.
Los hijos de Jericó, trescientos cuarenta y cinco.
Los hijos de Lod, de Hadid, y Ono, setecientos veintiuno.
Los hijos de Senaa, tres mil novecientos treinta.
Los sacerdotes: los hijos de Jedaías, de la casa de Jesúa, novecientos setenta y tres.
Los hijos de Imer, mil cincuenta y dos.
Los hijos de Pasur, mil doscientos cuarenta y siete.
Levitas: los hijos de Jesúa, de Cadmiel, de los hijos de Odevía, setenta y cuatro.
Cantores: los hijos de Asaf, ciento cuarenta y ocho.
Porteros: los hijos de Salum, los hijos de Ater, los hijos de Talmón, los hijos de Acub, los hijos de Hatita, los hijos de Sobai, ciento treinta y ocho.
Sirvientes del templo: los hijos de Siha, los hijos de Hasufa, los hijos de Tabaot,
Los hijos de los siervos de Salomón: los hijos de Sotai, los hijos de Soferet, los hijos de Perida,
los hijos de Sefatías, los hijos de Hatil, los hijos de Poqueret-hazebaim, los hijos de Amón.
Todos los sirvientes del templo, e hijos de los siervos de Salomón, trescientos noventa y dos.
Los hijos de Delaías, los hijos de Tobías, los hijos de Necoda, seiscientos cuarenta y dos.
Y de los sacerdotes: los hijos de Habaías, los hijos de Cos, los hijos de Barzilai, el cual tomó esposa de las hijas de Barzilai galaadita, y se llamó del nombre de ellas.
Y habitaron los sacerdotes y los levitas, y los porteros, y los cantores, y los del pueblo, y los sirvientes del templo, y todo Israel en sus ciudades. Y venido el mes séptimo, los hijos de Israel estaban en sus ciudades.
Y hallaron escrito en la ley que Jehová había mandado por mano de Moisés, que habitasen los hijos de Israel en cabañas en la fiesta solemne del mes séptimo;
Y toda la congregación que volvió de la cautividad hicieron tabernáculos, y en tabernáculos habitaron; porque desde los días de Josué hijo de Nun hasta aquel día, no habían hecho así los hijos de Israel. Y hubo alegría muy grande.
Y el día veinticuatro del mismo mes se reunieron los hijos de Israel en ayuno, y con cilicio y tierra sobre sí.
Y multiplicaste sus hijos como las estrellas del cielo, y los metiste en la tierra, de la cual habías dicho a sus padres que habían de entrar a poseerla.
Y los hijos vinieron y poseyeron la tierra, y humillaste delante de ellos a los moradores del país, a los cananeos, los cuales entregaste en su mano, y a sus reyes, y a los pueblos de la tierra, para que hiciesen de ellos a su voluntad.
Y los levitas: Jesúa hijo de Azanías, Binúi de los hijos de Henadad, Cadmiel;
Y el resto del pueblo, los sacerdotes, levitas, porteros, y cantores, sirvientes del templo y todos los que se habían apartado de los pueblos de las tierras a la ley de Dios, sus esposas, y sus hijos y sus hijas, todos los que podían comprender y discernir,
Y que no daríamos nuestras hijas a los pueblos de la tierra, ni tomaríamos sus hijas para nuestros hijos.
Asimismo los primogénitos de nuestros hijos y de nuestras bestias, como está escrito en la ley; y que traeríamos los primogénitos de nuestras vacas y de nuestras ovejas a la casa de nuestro Dios, a los sacerdotes que ministran en la casa de nuestro Dios:
Porque a las cámaras han de llevar los hijos de Israel y los hijos de Leví la ofrenda del grano, del vino, y del aceite; y allí estarán los vasos del santuario, y los sacerdotes que ministran, y los porteros, y los cantores; y no abandonaremos la casa de nuestro Dios.
Y éstos son los principales de la provincia que moraron en Jerusalén; mas en las ciudades de Judá habitaron cada uno en su posesión en sus ciudades, de Israel, de los sacerdotes, y levitas, y sirvientes del templo, y de los hijos de los siervos de Salomón.
En Jerusalén pues habitaron de los hijos de Judá, y de los hijos de Benjamín. De los hijos de Judá: Ataías, hijo de Uzías, hijo de Zacarías, hijo de Amarías, hijo de Sefatías, hijo de Mahalaleel, de los hijos de Fares;
Todos los hijos de Fares que moraron en Jerusalén, fueron cuatrocientos sesenta y ocho hombres fuertes.
Y éstos son los hijos de Benjamín: Salú hijo de Mesulam, hijo de Joed, hijo de Pedaías, hijo de Colaías, hijo de Maasías, hijo de Itiel, hijo de Jesahías.
Y el prepósito de los levitas en Jerusalén era Uzi hijo de Bani, hijo de Hasabías, hijo de Matanías, hijo de Micaías de los cantores los hijos de Asaf, sobre la obra de la casa de Dios.
Y Petaías hijo de Mesezabeel, de los hijos de Zera hijo de Judá, estaba a la mano del rey en todos los asuntos del pueblo.
Y tocante a las aldeas y sus tierras, algunos de los hijos de Judá habitaron en Quiriat-arba y sus aldeas, y en Dibón y sus aldeas, y en Jecabseel y sus aldeas;
Y los hijos de Benjamín desde Geba habitaron en Micmas, y Hai, y en Betel y sus aldeas;
Los hijos de Leví, cabezas de familias, fueron escritos en el libro de las Crónicas hasta los días de Johanán, hijo de Eliasib.
Y fueron reunidos los hijos de los cantores, así de la región de alrededor de Jerusalén como de las aldeas de Netofati;
Y de los hijos de los sacerdotes iban con trompetas, Zacarías hijo de Jonatán, hijo de Semaías, hijo de Matanías, hijo de Micaías, hijo de Zacur, hijo de Asaf;
Y todo Israel en días de Zorobabel, y en días de Nehemías, daba raciones a los cantores y a los porteros, cada cosa en su día: consagraban asimismo sus porciones a los levitas, y los levitas consagraban parte a los hijos de Aarón.
por cuanto no salieron a recibir a los hijos de Israel con pan y agua, antes alquilaron a Balaam contra ellos, para que los maldijese; mas nuestro Dios volvió la maldición en bendición.
También estaban en ella tirios que traían pescado y toda mercadería, y vendían en sábado a los hijos de Judá en Jerusalén.
Y de sus hijos, la mitad hablaban la lengua de Asdod, y no podían hablar la lengua de los judíos, sino que hablaban conforme a la lengua de cada pueblo.
Y reñí con ellos y los maldije, y herí algunos de ellos y les arranqué los cabellos, y les hice jurar por Dios, diciendo: No daréis vuestras hijas a sus hijos, ni tomaréis de sus hijas para vuestros hijos, ni para vosotros mismos.
Y uno de los hijos de Joiada, hijo de Eliasib el sumo sacerdote era yerno de Sanbalat horonita; por tanto lo ahuyenté de mí.
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