'Jueces' en la Biblia
Entonces su amo lo hará llegar a los jueces, y le hará llegar a la puerta o al poste; y su amo le horadará la oreja con lezna, y será su siervo para siempre.
Si algunos riñeren, e hirieren a alguna mujer embarazada, y ésta abortare, pero sin haber muerte, será penado conforme a lo que le impusiere el marido de la mujer y pagará por jueces.
Si el ladrón no se hallare, entonces el dueño de la casa será presentado a los jueces, para jurar si ha metido su mano en la hacienda de su prójimo.
Sobre todo negocio de fraude, sobre buey, sobre asno, sobre oveja, sobre vestido, sobre toda cosa perdida, cuando uno dijere: Esto es mío, la causa de ambos vendrá delante de los jueces; y el que los jueces condenaren, pagará el doble a su prójimo.
No maldecirás a los jueces, ni maldecirás al príncipe de tu pueblo.
Entonces Moisés dijo a los jueces de Israel: Matad cada uno a sus varones que se han juntado con Baal-peor.
Y entonces mandé a vuestros jueces, diciendo: Oíd entre vuestros hermanos, y juzgad justamente entre el hombre y su hermano, y el que le es extranjero.
Jueces y alcaldes pondrás en todas las puertas de tus ciudades que el SEÑOR tu Dios te dará en tus tribus, los cuales juzgarán al pueblo con juicio de justicia.
entonces los dos hombres litigantes se presentarán delante del SEÑOR, delante de los sacerdotes y jueces que fueren en aquellos días;
y los jueces inquirirán bien, y si pareciere ser aquel testigo falso, que testificó falsamente contra su hermano,
entonces tus ancianos y tus jueces saldrán y medirán hasta las ciudades que están alrededor del muerto;
Que el fuerte de ellos no es como nuestro Fuerte; y aun nuestros enemigos son de ello jueces.
Y todo Israel, y sus ancianos, oficiales, y jueces, estaban a uno y otro lado junto al arca, delante de los sacerdotes levitas que llevan el arca del pacto del SEÑOR; así los extranjeros como los naturales, la mitad de ellos estaba hacia el monte de Gerizim, y la otra mitad hacia el monte de Ebal; de la manera que Moisés, siervo del SEÑOR, lo había mandado antes, para que bendijeran al pueblo de Israel.
Y Josué llamó a todo Israel, a sus ancianos, a sus príncipes, a sus jueces y a sus oficiales, y les dijo: Yo soy ya viejo y entrado en días;
Y juntando Josué todas las tribus de Israel en Siquem, llamó a los ancianos de Israel, a sus príncipes, a sus jueces, y a sus oficiales; y se presentaron delante de Dios.
Mas el SEÑOR despertó jueces que los libraran de mano de los que les saqueaban.
Y tampoco oyeron a sus jueces, sino que fornicaron tras dioses ajenos, a los cuales adoraron; y se apartaron muy pronto del camino en que anduvieron sus padres escuchando los mandamientos del SEÑOR; mas ellos no lo hicieron así.
Y cuando el SEÑOR les despertaba jueces, el SEÑOR era con el juez, y los libraba de mano de los enemigos todo el tiempo de aquel juez; porque el SEÑOR se arrepentía por sus gemidos a causa de los que los oprimían y afligían.
Aconteció en los días que gobernaban los jueces, que hubo hambre en la tierra. Y un varón de Belén de Judá, fue a peregrinar en los campos de Moab, él y su mujer, y dos hijos suyos.
Si el hombre pecare en contra del hombre, los jueces le juzgarán; mas si alguno pecare en contra del SEÑOR, ¿quién rogará por él? Mas ellos no oyeron la voz de su padre, porque el SEÑOR ya había decidido matarlos.
Y aconteció que cuando Samuel se hizo viejo, puso a sus hijos por jueces sobre Israel.
Y el nombre de su hijo primogénito fue Joel, y el nombre del segundo, Abías; los cuales fueron jueces en Beerseba.
desde el día que puse jueces sobre mi pueblo Israel. Y yo te daré descanso de todos tus enemigos. Asimismo el SEÑOR te hace saber, que él te quiere hacer casa a ti.
No fue hecha tal pascua desde los tiempos de los jueces que gobernaron a Israel, ni en todos los tiempos de los reyes de Israel, y de los reyes de Judá.
En todo cuanto anduve con todo Israel ¿hablé una palabra a alguno de los jueces de Israel, a los cuales mandé que apacentaran mi pueblo, para decirles: Por qué no me edificáis una casa de cedro?
desde el tiempo que puse los jueces sobre mi pueblo Israel. He humillado a todos tus enemigos, y te anuncio: El SEÑOR te ha de edificar casa.
De éstos, veinticuatro mil para dar prisa a la obra de la Casa del SEÑOR; y gobernadores y jueces, seis mil;
De los izharitas, Quenanías y sus hijos eran gobernadores y jueces sobre Israel en las obras de fuera.
Y llamó Salomón a todo Israel, a los príncipes de mil y de cien, y a los jueces, y a todos los príncipes de todo Israel, cabezas de familias.
Y puso en la tierra jueces en todas las ciudades fuertes de Judá, por todas las ciudades.
Y dijo a los jueces: Mirad lo que hacéis; para que no juzguéis en lugar de hombre, sino en lugar del SEÑOR, el cual está con vosotros en la palabra del juicio.
Y tú, Esdras, conforme a la sabiduría de tu Dios que tienes, pon por jueces y gobernadores, que gobiernen a todo el pueblo que está al otro lado del río, a todos los que tienen noticia de las leyes de tu Dios; y al que no la tuviere le enseñaréis.
Estén ahora nuestros príncipes, los de toda la congregación; y todos aquellos que en nuestras ciudades hubieren tomado mujeres extranjeras, vengan a tiempos aplazados, y con ellos los ancianos de cada ciudad, y los jueces de ellas, hasta que apartemos de nosotros el furor de la ira de nuestro Dios sobre esto.
La tierra es entregada en manos de los impíos, y él cubre el rostro de sus jueces. Si no es él el que lo hace, ¿quién es? ¿Dónde está?
El hace andar a los consejeros desnudos de consejo, y hace enloquecer a los jueces.
Y ahora, reyes, entended; admitid castigo, jueces de la tierra.
Serán derribados de lugares fuertes sus jueces, y oirán mis palabras, que son suaves.
los reyes de la tierra, y todos los pueblos; los príncipes, y todos los jueces de la tierra;
y restituiré tus jueces como al principio, y tus consejeros como de primero; entonces te llamarán Ciudad de justicia, Ciudad fiel.
Y envió el rey Nabucodonosor a juntar los grandes, los asistentes y capitanes, jueces, tesoreros, los del concejo, presidentes, y a todos los gobernadores de las provincias, para que vinieran a la dedicación de la estatua que el rey Nabucodonosor había levantado.
Y él afirmó su palabra que habló sobre nosotros, y sobre nuestros jueces que nos gobernaron, trayendo sobre nosotros tan grande mal; que nunca fue hecho debajo del cielo como el que fue hecho en Jerusalén.
Todos ellos arden como un horno, y devoraron a sus jueces; cayeron todos sus reyes; no hay entre ellos quien clame a mí.
¿Dónde está tu rey, para que te guarde con todas tus ciudades? ¿y tus jueces? De los cuales dijiste: Dame rey y príncipes.
Sus príncipes en medio de ella son leones bramadores; sus jueces, lobos de tarde que no dejan hueso para la mañana;
Y si yo por Beelzebú echo fuera los demonios, ¿vuestros hijos por quién los echan? Por tanto, ellos serán vuestros jueces.
Pues si yo echo fuera los demonios en Beelzebú, ¿vuestros hijos en quién los echan fuera? Por tanto, ellos serán vuestros jueces.
Y después, como por cuatrocientos cincuenta años, les dio jueces hasta el profeta Samuel.
Por tanto, si hubiereis de tener juicios de cosas de esta vida, poned por jueces a los más humildes que están en la Iglesia.
¿vosotros no juzgáis en vosotros mismos, y sois hechos jueces de pensamientos malos?