'Las' en la Biblia
El SEÑOR es lento para la ira y grande en poder, Y ciertamente el SEÑOR no dejará sin castigo {al culpable.} En el torbellino y la tempestad está Su camino, Y las nubes son el polvo de Sus pies.
El reprende al mar y lo hace secar, Y todos los ríos agota. Languidecen Basán y el Carmelo, Y las flores del Líbano se marchitan.
En presencia de Su indignación, ¿quién resistirá? ¿Quién se mantendrá en pie ante el ardor de Su ira? Su furor se derrama como fuego, Y las rocas se despedazan ante El.
Pero con inundación desbordante Pondrá fin a su lugar (a Nínive), Y perseguirá a Sus enemigos {aun en} las tinieblas.
El SEÑOR ha dado una orden en cuanto a ti (rey de Nínive): ``No se perpetuará más tu nombre. De la casa de tus dioses Arrancaré los ídolos y las imágenes de fundición. Yo prepararé tu sepultura, porque eres vil."
El escudo de los valientes es rojo, Los guerreros están vestidos de escarlata, {Y} de acero centelleante los carros Cuando están en formación, Y se blanden las {lanzas} de ciprés.
Por las calles corren furiosos los carros, Se precipitan por las plazas, Su aspecto es semejante a antorchas, Como relámpagos se lanzan.
Las compuertas de los ríos se abren, Y el palacio se llena de terror.
¡Saqueen la plata! ¡Saqueen el oro! No hay límite a los tesoros, {A las} riquezas de toda clase de objetos codiciables.
¡Vacía está! Sí, desolada y desierta. Los corazones se derriten y las rodillas tiemblan; Hay también angustia en todo el cuerpo, Y los rostros de todos han palidecido.
{Todo} por las muchas prostituciones de la ramera, La encantadora, la maestra de hechizos, Que seduce a las naciones con sus prostituciones Y a los pueblos con sus hechizos.
``Aquí estoy contra ti," declara el SEÑOR de los ejércitos. ``Levantaré tus faldas sobre tu rostro, Y mostraré a las naciones tu desnudez Y a los reinos tu vergüenza.
¿Eres tú mejor que Tebas, La asentada junto al Nilo, Rodeada de aguas, Cuyo baluarte {era} el mar {Y} las aguas su muralla?
Sin embargo ella fue desterrada, Llevada al cautiverio; También sus niños fueron estrellados En todas las bocacalles. Sobre sus nobles echaron suertes, Y todos sus principales fueron atados con cadenas.
Todas tus fortalezas son higueras Cargadas de los primeros frutos; Si se sacuden, caen En la boca de quien las va a comer.
Así es tu pueblo: {sólo} mujeres en medio de ti. Las puertas de tu tierra se abren de par en par a tus enemigos; El fuego devora tus cerrojos.
Has multiplicado tus mercaderes Más que las estrellas del cielo; El pulgón despoja y vuela.
Tus oficiales son como la langosta, Tus jefes como nubes de langostas Posados sobre las tapias En un día de frío; Sale el sol, y se van, Y no se sabe donde están.