'Maldito' en la Biblia
Ahora pues, maldito seas tú de la tierra que abrió su boca para recibir la sangre de tu hermano de tu mano:
y dijo: Maldito sea Canaán; siervo de siervos será a sus hermanos.
Maldito su furor, que es fuerte; y su ira, que es dura; yo los apartaré en Jacob, y los esparciré en Israel.
Ven pues, ahora, te ruego, maldíceme este pueblo, porque es más fuerte que yo; por ventura podré yo herirle, y echarlo de la tierra; pues yo sé que el que tú bendijeres, será bendito, y el que tú maldijeres, será maldito.
Maldito el varón que hiciere escultura o imagen de fundición, abominación al SEÑOR, obra de mano de artífice, y la pusiere en oculto. Y todo el pueblo responderá y dirá: Amén.
Maldito el que deshonrare a su padre o a su madre. Y dirá todo el pueblo: Amén.
Maldito el que redujere el término de su prójimo. Y dirá todo el pueblo: Amén.
Maldito el que hiciere errar al ciego en el camino. Y dirá todo el pueblo: Amén.
Maldito el que torciere el derecho del extranjero, del huérfano, y de la viuda. Y dirá todo el pueblo: Amén.
Maldito el que se acueste con la mujer de su padre; por cuanto descubrió el regazo de su padre. Y dirá todo el pueblo: Amén.
Maldito el que se ayunte con cualquier bestia. Y dirá todo el pueblo: Amén.
Maldito el que se acueste con su hermana, hija de su padre, o hija de su madre. Y dirá todo el pueblo: Amén.
Maldito el que se acueste con su suegra. Y dirá todo el pueblo: Amén.
Maldito el que hiriere a su prójimo ocultamente. Y dirá todo el pueblo: Amén.
Maldito el que recibiere soborno para herir de muerte al inocente. Y dirá todo el pueblo: Amén.
Maldito el que no confirmare las palabras de esta ley para cumplirlas. Y dirá todo el pueblo: Amén.
Maldito serás tú en la ciudad, y maldito en el campo.
Maldito tu canastillo, y tus sobras.
Maldito el fruto de tu vientre, y el fruto de tu tierra, y la cría de tus vacas, y los rebaños de tus ovejas.
Maldito serás en tu entrar, y maldito en tu salir.
Y en aquel tiempo Josué juró diciendo: Maldito sea delante del SEÑOR el hombre que se levantare y reedificare esta ciudad de Jericó. En su primogénito eche sus cimientos, y en su menor asiente sus puertas.
Nosotros sin embargo, no les podemos dar mujeres de nuestras hijas, porque los hijos de Israel han jurado, diciendo: Maldito el que diere mujer a alguno de Benjamín.
Pero los varones de Israel fueron puestos en apuro aquel día; porque Saúl había conjurado al pueblo, diciendo: Cualquiera que comiere pan hasta la tarde, hasta que haya tomado venganza de mis enemigos, sea maldito. Y todo el pueblo no había gustado pan.
Entonces habló uno del pueblo, diciendo: Tu padre ha conjurado expresamente al pueblo, diciendo: Maldito sea el varón que comiere hoy alimento. Y el pueblo desfallecía de hambre.
No habrá más allí niño de días, ni viejo que sus días no cumpla; porque el niño morirá de cien años; y al que de cien años pecare, será maldito.
Y les dirás tú: Así dijo el SEÑOR Dios de Israel: Maldito el varón que no oyere las palabras de este Pacto,
Así dijo el SEÑOR: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta del SEÑOR.
Maldito el día en que nací; el día en que mi madre me dio a luz no sea bendito.
Maldito el hombre que dio nuevas a mi padre, diciendo: Hijo varón te ha nacido, haciéndole alegrarse así mucho.
Maldito el que hiciere engañosamente la obra del SEÑOR, y maldito el que detuviere su espada de la sangre.
Maldito el engañoso, que tiene macho en su rebaño, y promete, y sacrifica corrompido al SEÑOR; porque yo soy Gran Rey, dice el SEÑOR de los ejércitos, y mi Nombre es formidable entre los gentiles.