'Mano' en la Biblia
E invocó Jabes al Dios de Israel, diciendo: ¡Oh si me dieras bendición, y ensancharas mi término, y si tu mano fuera conmigo, y me libraras de mal, que no me dañe! E hizo Dios que le viniera lo que pidió.
Y en los días de Saúl trajeron guerra contra los agarenos (ismaelitas), los cuales cayeron en su mano; y ellos habitaron en sus tiendas sobre toda la parte oriental de Galaad.
Y Josadac fue cautivo cuando el SEÑOR transportó a Judá y a Jerusalén, por mano de Nabucodonosor.
Y su hermano Asaf, el cual estaba a su mano derecha: Asaf, hijo de Baasías, hijo de Simea;
Mas los hijos de Merari sus hermanos estaban a la mano siniestra, es a saber, Etán hijo de Quisi, hijo de Abdi, hijo de Maluc;
Y vinieron todos los ancianos de Israel al rey en Hebrón, y David hizo con ellos pacto delante del SEÑOR; y ungieron a David por rey sobre Israel, conforme a la palabra del SEÑOR por mano de Samuel.
El mismo venció a un egipcio, hombre de cinco codos de estatura; y el egipcio traía una lanza como un rodillo de un telar; mas él descendió a él con un bastón, y arrebató al egipcio la lanza de la mano, y lo mató con su misma lanza.
Y cuando llegaron a la era de Quidón, Uza extendió su mano al arca para tenerla, porque los bueyes se apartaban.
Y el furor del SEÑOR se encendió contra Uza, y le hirió, porque había extendido su mano al arca; y murió allí delante de Dios.
Y David consultó a Dios, diciendo: ¿Subiré contra los filisteos? ¿Los entregarás en mi mano? Y el SEÑOR le dijo: Sube, que yo los entregaré en tus manos.
Entonces subieron a Baal-perazim, y allí los hirió David. Dijo luego David: Dios ha partido mis enemigos por mi mano, como se parten las aguas. Por esto llamaron el nombre de aquel lugar Baal-perazim.
Entonces, en aquel día, dio David principio a confesar al SEÑOR por mano de Asaf y de sus hermanos:
Después de estas cosas aconteció que David hirió a los filisteos, y los humilló; y tomó a Gat y a sus villas de mano de los filisteos.
y Benaía hijo de Joiada era sobre los cereteos y peleteos; y los hijos de David eran los primeros, a la mano del rey.
Puso luego el resto de la gente en mano de Abisai su hermano, ordenándolos en escuadrón contra los amonitas.
Estos fueron hijos del gigante en Gat, los cuales cayeron por mano de David y de sus siervos.
Entonces David dijo a Gad: Estoy en gran angustia; ruego que yo caiga en la mano del SEÑOR; porque sus misericordias son muchas en extremo, y que no caiga yo en manos de hombres.
Y envió el SEÑOR el ángel a Jerusalén para destruirla; pero estando él destruyendo, miró el SEÑOR, y se arrepintió de aquel mal. Y dijo al ángel que destruía: Basta; detén tu mano. Y el ángel del SEÑOR estaba junto a la era de Ornán, el jebuseo.
Y alzando David sus ojos, vio al ángel del SEÑOR, que estaba entre el cielo y la tierra, teniendo una espada desnuda en su mano extendida contra Jerusalén. Entonces David y los ancianos se postraron sobre sus rostros, cubiertos de cilicio.
Y dijo David a Dios: ¿No soy yo el que hizo contar al pueblo? Yo mismo soy el que pequé, y ciertamente he hecho mal; mas estas ovejas, ¿qué han hecho? SEÑOR Dios mío, sea ahora tu mano contra mí, y contra la casa de mi padre, y no haya plaga en tu pueblo.
¿No es con vosotros el SEÑOR vuestro Dios, el cual os ha dado quietud de todas partes? Porque él ha entregado en mi mano los moradores de la tierra, y la tierra ha sido sujetada delante del SEÑOR, y delante de su pueblo.
Y su puesto era a la mano de los hijos de Aarón, para servir en la Casa del SEÑOR, en los atrios y en las cámaras, y en la purificación de toda cosa santificada, y en la obra del servicio de la Casa de Dios;
De los hijos de Asaf: Zacur, José, Netanías, y Asarela, hijos de Asaf, bajo la dirección de Asaf, el cual profetizaba a la mano del rey.
De Jedutún, los hijos de Jedutún: Gedalías, Zeri, Jesaías, Hasabías, y Matatías: seis, bajo la mano de su padre Jedutún, el cual profetizaba con arpa, para confesar y alabar al SEÑOR.
Y todos éstos estaban bajo la dirección de su padre en la música, en la Casa del SEÑOR, con címbalos, salterios y arpas, para el ministerio de la Casa de Dios, bajo la mano del rey, de Asaf, de Jedutún, y de Hemán.
Asimismo todas las cosas que había consagrado Samuel vidente, y Saúl hijo de Cis, y Abner hijo de Ner, y Joab hijo de Sarvia; y todo lo que cualquiera consagraba, estaba bajo la mano de Selomit y de sus hermanos.
Todas estas cosas por escrito de la mano del SEÑOR que fue sobre mí, dijo David, y me hizo entender todas las obras del diseño.
Y cado uno dio las piedras preciosas con que se halló para el tesoro de la casa del SEÑOR, en mano de Jehiel, el gersonita.
Las riquezas y la gloria están delante de ti, y tú señoreas a todos; y en tu mano está la potencia y la fortaleza, y en tu mano la grandeza y fuerza de todas las cosas.
Porque ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que pudiéramos ofrecer de nuestra voluntad cosas semejantes? Porque todo es tuyo, y lo recibido de tu mano te damos.
Oh SEÑOR Dios nuestro, toda esta abundancia que hemos aparejado para edificar Casa a tu santo Nombre, de tu mano es, y todo es tuyo.