'Manos' en la Biblia
Y llamó su nombre Noé, diciendo: Éste nos aliviará de nuestras obras, y del trabajo de nuestras manos, a causa de la tierra que Jehová maldijo.
Y él será hombre fiero; su mano será contra todos, y las manos de todos contra él, y delante de todos sus hermanos habitará.
Y deteniéndose él, los varones asieron de su mano, y de la mano de su esposa, y de las manos de sus dos hijas según la misericordia de Jehová para con él; y le sacaron, y le pusieron fuera de la ciudad.
¿No me dijo él: Mi hermana es; y ella también dijo: Es mi hermano? Con sencillez de mi corazón, y con limpieza de mis manos he hecho esto.
Levántate, alza al muchacho, y tómalo en tus manos, porque haré de él una gran nación.
Y sucedió que cuando los camellos acabaron de beber, el hombre le presentó un pendiente de oro que pesaba medio siclo, y dos brazaletes para sus manos que pesaban diez siclos de oro,
Y sucedió que cuando él vio el pendiente y los brazaletes en las manos de su hermana, y cuando oyó las palabras de su hermana Rebeca, que decía: Así me habló aquel hombre, vino a él; y he aquí que él estaba con los camellos junto a la fuente.
Entonces le pregunté, y dije: ¿De quién eres hija? Y ella respondió: Hija de Betuel, hijo de Nacor, que le dio a luz Milca. Entonces le puse un pendiente sobre su nariz, y brazaletes sobre sus manos:
Y le hizo vestir sobre sus manos y sobre la cerviz donde no tenía vello, las pieles de los cabritos de las cabras;
Y se acercó Jacob a su padre Isaac; y él le palpó, y dijo: La voz es la voz de Jacob, mas las manos, son las manos de Esaú.
Y no le conoció, porque sus manos eran vellosas como las manos de Esaú; y le bendijo.
Y apartó aquel día los machos cabríos rayados y manchados; y todas las cabras manchadas y pintadas, y toda aquella que tenía en sí algo de blanco, y todas las de color oscuro entre las ovejas, y las puso en manos de sus hijos;
Si el Dios de mi padre, el Dios de Abraham, y el temor de Isaac, no fuera conmigo, de cierto me enviarías ahora vacío; pero Dios vio mi aflicción y el trabajo de mis manos, y te reprendió anoche.
Y cuando Rubén oyó esto, lo libró de sus manos y dijo: No lo matemos.
Y les dijo Rubén: No derraméis sangre; echadlo en este pozo que está en el desierto, y no pongáis mano en él; por librarlo así de sus manos, para hacerlo volver a su padre.
Y ella lo asió por su ropa, diciendo: Acuéstate conmigo. Entonces él dejó su ropa en las manos de ella, y huyó y salió.
Y aconteció que cuando vio ella que le había dejado su ropa en sus manos, y había huido fuera,
Y tomad en vuestras manos el doble de dinero, y llevad en vuestra mano el dinero vuelto en las bocas de vuestros costales; quizá fue equivocación.
Y aconteció que cuando vinimos al mesón y abrimos nuestros costales, he aquí el dinero de cada uno estaba en la boca de su costal, nuestro dinero en su justo peso; y lo hemos vuelto a traer en nuestras manos.
Hemos también traído en nuestras manos otro dinero para comprar alimentos: nosotros no sabemos quién haya puesto nuestro dinero en nuestros costales.
Entonces Israel extendió su diestra, y la puso sobre la cabeza de Efraín, que era el menor, y su izquierda sobre la cabeza de Manasés, colocando así sus manos adrede, aunque Manasés era el primogénito.
Mas su arco permaneció fuerte, y los brazos de sus manos fueron fortalecidos por las manos del poderoso Dios de Jacob, (De allí es el Pastor, la Roca de Israel),
Resultados de Búsqueda por Versiones
Resultados de Búsqueda por Libro
Artículos Relacionados
- Agitar las manos
- Cielo, vislumbradas por los seres humanos
- Con las manos vacías
- Cortar manos y pies
- Deseos humanos
- Emperadores romanos
- Entregado en las manos de uno
- Hermanos
- Imposición de manos
- Imposición de manos para sanar
- Joyas
- La culpa, los aspectos humanos de la
- La imposición de manos sobre sacrificios