'Mas' en la Biblia
PABLO, apóstol, (no de los hombres ni por hombre, mas por Jesucristo y por Dios el Padre, que lo resucitó de los muertos),
Mas aun si nosotros o un ángel del cielo os anunciare otro Evangelio del que os hemos anunciado, sea anatema.
Mas os hago saber, hermanos, que el Evangelio que ha sido anunciado por mí, no es según hombre;
y aprovechaba en el Judaísmo sobre muchos de mis iguales en mi nación, siendo mucho más celoso que todos de las tradiciones de mis padres.
Mas cuando quiso Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre, y me llamó por su gracia,
Mas a ningún otro de los apóstoles vi, sino a Jacobo, el hermano del Señor.
Pero fui por revelación, y les comuniqué el Evangelio que predico entre los gentiles; mas particularmente a los que parecían ser algo, por no correr en vano, o haber corrido.
Mas ni aun Tito, que estaba conmigo, siendo griego, fue compelido a circuncidarse.
Porque antes que vinieran unos de parte de Jacobo, comía con los gentiles; mas después que vinieron, se retraía y apartaba, teniendo miedo de los que eran de la circuncisión.
Mas cuando vi que no andaban derechamente conforme á la verdad del evangelio, dije á Pedro delante de todos: Si tú, siendo Judío, vives como los Gentiles y no como Judío, ¿por qué constriñes á los Gentiles á judaizar?
Con Cristo estoy juntamente crucificado, y vivo, no ya yo, mas vive Cristo en mí: y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó, y se entregó á sí mismo por mí.
Mas por cuanto por la ley ninguno se justifica para con Dios, queda manifiesto: Que el justo por la fe vivirá.
Ahora bien, las promesas fueron hechas a Abraham y a su descendencia. No dice: y a las descendencias, como {refiriéndose} a muchas, sino {más bien} a una: y a tu descendencia, es decir, Cristo.
Lo que digo es esto: La ley, que vino cuatrocientos treinta años más tarde, no invalida un pacto ratificado anteriormente por Dios, como para anular la promesa.
Porque si la herencia fuese por la ley, ya no sería por la promesa: Mas Dios la dio a Abraham por la promesa.
Mas encerró la Escritura todo bajo pecado, para que la promesa fuera dada a los creyentes por la fe de Jesús, el Cristo.
Mas venida la fe, ya no estamos bajo la mano del ayo;
Mas está debajo de tutores y curadores hasta el tiempo señalado por el padre.
Mas venido el cumplimiento del tiempo, Dios envió su Hijo, nacido de mujer, nacido súbdito de la ley,
Así que ya no eres más siervo, sino hijo, y si hijo, también heredero de Dios por Cristo.
Mas entonces, no conociendo a Dios, servíais a los que por naturaleza no son dioses.
mas ahora, habiendo conocido a Dios, o más bien, siendo conocidos de Dios, ¿cómo os volvéis de nuevo a los débiles y pobres elementos, en los cuales queréis volver a servir?
Ellos tienen celo de vosotros, mas no para bien; antes, os quieren apartar para que vosotros tengáis celo por ellos.
Mas el de la sierva nació según la carne; pero el de la libre nació por la promesa.
Mas la Jerusalén de arriba, libre es; la cual es madre de todos nosotros.
Porque está escrito: Alégrate, la estéril, que no das a luz; Prorrumpe en alabanzas y clama, la que no estás de parto; Porque más son los hijos de la dejada, que de la que tiene marido.
Mas ¿qué dice la Escritura? Echa fuera a la sierva y a su hijo; porque no será heredero el hijo de la sierva con el hijo de la libre.
De manera, hermanos, que no somos hijos de la sierva, mas de la libre.
Mas nosotros por el Espíritu aguardamos la esperanza de la justicia por fe.
Yo confío de vosotros en el Señor, que ninguna otra cosa sentiréis; mas el que os inquieta, llevará el juicio, quienquiera que él sea.
Mas si os mordéis y devoráis los unos a los otros, mirad que no os consumáis los unos a los otros.
Mas si sois guiados del Espíritu, no estáis bajo la ley.
Mas el fruto del Espíritu es: caridad, gozo, paz, tolerancia, benignidad, bondad, fe,
Porque el que siembra en su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra en el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.
Porque ni aun los mismos que son circuncidados guardan la ley, mas ellos desean haceros circuncidar para gloriarse en vuestra carne.
Mas lejos esté de mí gloriarme, sino en el madero del Señor nuestro, Jesús el Cristo, por quien el mundo me es muerto a mí, y yo al mundo.
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