'Miedo' en la Biblia
Pero cuando oyó que Arquelao reinaba sobre Judea en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allá; y advertido {por Dios} en sueños, partió para la región de Galilea;
Y El les contestó: `` ¿Por qué tienen miedo, hombres de poca fe?" Entonces Jesús se levantó, reprendió a los vientos y al mar, y sobrevino una gran calma.
``Así que no les tengan miedo, porque nada hay encubierto que no haya de ser revelado, ni oculto que no haya de saberse.
Y aunque Herodes quería matarlo, tenía miedo al pueblo, porque consideraban a Juan como un profeta.
Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: Fantasma es. Y dieron voces de miedo.
Pero enseguida Jesús les habló, diciendo: Confiad, YO SOY; no tengáis miedo.
Pero viendo el viento fuerte, tuvo miedo; y comenzándose a hundir, dio voces, diciendo: Señor, sálvame.
Y cuando procuraron prenderle, tuvieron miedo de la multitud, porque le tenían por profeta.
por tanto tuve miedo, y fui, y escondí tu talento en la tierra; he aquí tienes lo que es tuyo.
Y de miedo de él los guardas se asombraron, y fueron vueltos como muertos.
Y vienen a Jesús, y ven al que había sido atormentado del demonio, y que había tenido la legión, sentado y vestido, y en su juicio cabal; y tuvieron miedo.
Pero ellos no entendían esta palabra, y tenían miedo de preguntarle.
Y estaban en el camino subiendo a Jerusalén; y Jesús iba delante de ellos, y se espantaban, y le seguían con miedo; entonces volviendo a tomar a los doce aparte, les comenzó a decir las cosas que le habían de acontecer:
Y lo oyeron los escribas y los príncipes de los sacerdotes, y procuraban cómo le matarían; porque le tenían miedo, porque toda la multitud estaba maravillada de su doctrina.
Y ellas se fueron huyendo del sepulcro; porque les había tomado temblor y espanto; ni decían nada a nadie, porque tenían miedo.
Y todos tuvieron miedo, y glorificaban a Dios, diciendo: Que un gran profeta se ha levantado entre nosotros; y que Dios ha visitado a su pueblo.
Y salieron a ver lo que había acontecido; y vinieron a Jesús, y hallaron sentado al hombre de quien habían salido los demonios, vestido, y en su juicio, a los pies de Jesús; y tuvieron miedo.
porque tuve miedo de ti, que eres hombre recio; tomas lo que no pusiste, y siegas lo que no sembraste.
Y los príncipes de los sacerdotes y los escribas procuraban cómo matarle; mas tenían miedo del pueblo.
Cuando hubieron navegado como veinticinco o treinta estadios, ven a Jesús que andaba sobre el mar, y se acercaba al navío; y tuvieron miedo.
Pero él les dijo: YO SOY; no tengáis miedo.
Mas ninguno hablaba abiertamente de él, por miedo de los judíos.
Esto dijeron sus padres, porque tenían miedo de los judíos; porque ya los judíos habían conspirado, que si alguno confesaba ser él el Cristo, fuera expulsado de la sinagoga.
La paz os dejo, mi paz os doy; no como el mundo la da, yo os la doy. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.
Cuando Pilato oyó esta palabra, tuvo más miedo.
Pasadas estas cosas, José de Arimatea, el cual era discípulo de Jesús, mas en secreto por miedo de los judíos, rogó a Pilato que pudiera quitar el cuerpo de Jesús; lo cual permitió Pilato. Entonces vino, y quitó el cuerpo de Jesús.
Y como fue tarde aquel día, el primero de los sábados, y estando las puertas cerradas donde los discípulos estaban juntos por miedo de los judíos, vino Jesús, y se puso en medio, y les dijo: Paz tengáis.
Y cuando Saulo llegó a Jerusalén, trataba de juntarse con los discípulos; pero todos tenían miedo de él, no creyendo que era discípulo.
Y mirándole, tuvo miedo, y dijo: ¿Qué es, Señor? Y le dijo: Tus oraciones y tus limosnas han subido como un memorial delante de Dios.
Y los alguaciles volvieron a decir a los magistrados estas palabras; y tuvieron miedo, oído que eran romanos.
Porque antes que vinieran unos de parte de Jacobo, comía con los gentiles; mas después que vinieron, se retraía y apartaba, teniendo miedo de los que eran de la circuncisión.
El cual en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fué oído por su reverencial miedo.
Así obedeció Sara a Abraham, llamándolo señor, y ustedes han llegado a ser hijas de ella, si hacen el bien y no tienen miedo de nada que pueda aterrorizarlas.
Pero aun si sufren por causa de la justicia, dichosos {son}. Y NO TENGAN MIEDO POR TEMOR A ELLOS NI SE TURBEN,
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