'Moisés' en la Biblia
Y todos los hijos de Israel hicieron como mandó el SEÑOR a Moisés y a Aarón, así lo hicieron.
Y Moisés dijo al pueblo: Tened memoria de este día, en el cual habéis salido de Egipto, de la casa de servidumbre; pues el SEÑOR os ha sacado de aquí con mano fuerte; por tanto, no comeréis leudado.
Tomó también consigo Moisés los huesos de José, el cual había juramentado a los hijos de Israel, diciendo: Dios ciertamente os visitará, y haréis subir mis huesos de aquí con vosotros.
Y dijeron a Moisés: ¿No había sepulcros en Egipto, que nos has sacado para que muramos en el desierto? ¿Por qué lo has hecho así con nosotros, que nos has sacado de Egipto?
Y Moisés dijo al pueblo: No temáis; estaos quietos, y ved la salud del SEÑOR, que él hará hoy con vosotros; porque los egipcios que hoy habéis visto, nunca más para siempre los veréis.
Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: ¿Por qué me das voces? Di a los hijos de Israel que marchen.
Y extendió Moisés su mano sobre el mar, e hizo el SEÑOR que el mar se retirase por recio viento oriental toda aquella noche; y tornó el mar en seco, y las aguas quedaron divididas.
Y el SEÑOR dijo a Moisés: Extiende tu mano sobre el mar, para que las aguas vuelvan sobre los egipcios, sobre sus carros, y sobre su caballería.
Y Moisés extendió su mano sobre el mar, y el mar se volvió en su fuerza cuando amanecía; y los egipcios huían hacia ella; y el SEÑOR derribó a los egipcios en medio del mar.
Y vio Israel aquel grande hecho que el SEÑOR ejecutó contra los egipcios; y el pueblo temió al SEÑOR, y creyeron al SEÑOR y a Moisés su siervo.
Entonces cantó Moisés y los hijos de Israel este cántico al SEÑOR, y dijeron: Cantaré yo al SEÑOR, porque se ha magnificado grandemente, echando en el mar al caballo y al que en él subía.
E hizo Moisés que partiese Israel del mar Bermejo, y salieron al desierto de Shur; y anduvieron tres días por el desierto sin hallar agua.
Entonces el pueblo murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Qué hemos de beber?
Y Moisés clamó al SEÑOR; y el SEÑOR le mostró un árbol, el cual cuando lo metió dentro de las aguas, las aguas se endulzaron. Allí les dio estatutos y derechos, y allí los probó;
Y toda la congregación de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aarón en el desierto;
Y el SEÑOR dijo a Moisés: He aquí yo os lloveré pan del cielo; y el pueblo saldrá, y cogerá para cada día, para que yo le pruebe si anda en mi ley, o no.
Entonces dijo Moisés y Aarón a todos los hijos de Israel: A la tarde sabréis que el SEÑOR os ha sacado de la tierra de Egipto.
Y dijo Moisés: El SEÑOR os dará a la tarde carne para comer, y a la mañana pan hasta saciaros; porque el SEÑOR ha oído vuestras murmuraciones con que habéis murmurado contra él; que nosotros, ¿qué somos ? Vuestras murmuraciones no son contra nosotros, sino contra el SEÑOR.
Y dijo Moisés a Aarón: Di a toda la congregación de los hijos de Israel: Acercaos en la presencia del SEÑOR; que él ha oído vuestras murmuraciones.
Y viéndolo los hijos de Israel, se dijeron unos a otros: Este es Maná ¿Qué es esto? porque no sabían qué era. Entonces Moisés les dijo: Este es el pan que el SEÑOR os da para comer.
Y les dijo Moisés: Ninguno deje nada de ello para mañana.
Mas ellos no escucharon a Moisés, y algunos dejaron de ello para otro día, y crió gusanos, y se pudrió; y se enojó contra ellos Moisés.
En el sexto día recogieron doblada comida, dos gomeres para cada uno; y todos los príncipes de la congregación vinieron a Moisés, y se lo hicieron saber.
Y ellos lo guardaron hasta la mañana, según que Moisés había mandado, y no se pudrió, ni hubo en él gusano.
Y dijo Moisés: Comedlo hoy, porque hoy es sábado del SEÑOR; hoy no lo hallaréis en el campo.
Y el SEÑOR dijo a Moisés: ¿Hasta cuándo no querréis guardar mis mandamientos y mis leyes?
Y dijo Moisés: Esto es lo que el SEÑOR ha mandado: Llenarás un gomer de él para que se guarde para vuestros descendientes, a fin de que vean el pan que yo os di a comer en el desierto, cuando yo os saqué de la tierra de Egipto.
Y dijo Moisés a Aarón: Toma un vaso y pon en él un gomer lleno de maná, y ponlo delante del SEÑOR, para que sea guardado para vuestros descendientes.
Y Aarón lo puso delante del Testimonio para guardarlo, como el SEÑOR lo mandó a Moisés.
Y riñó el pueblo con Moisés, y dijeron: Danos agua que bebamos. Y Moisés les dijo: ¿Por qué reñís conmigo? ¿Por qué tentáis al SEÑOR?
Así que el pueblo tuvo allí sed de agua, y murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para matarnos de sed a nosotros, y a nuestros hijos y a nuestros ganados?
Entonces clamó Moisés al SEÑOR, diciendo: ¿Qué haré con este pueblo? De aquí a un poco me apedrearán.
Y el SEÑOR dijo a Moisés: Pasa delante del pueblo, y toma contigo de los ancianos de Israel; y toma también en tu mano tu vara, con que heriste el río, y ve:
He aquí que yo estoy delante de ti allí sobre la peña en Horeb; y herirás la peña, y saldrán de ella aguas, y beberá el pueblo. Y Moisés lo hizo así en presencia de los ancianos de Israel.
Y dijo Moisés a Josué: Escógenos varones, y sal, pelea con Amalec; mañana yo estaré sobre la cumbre del collado, y la vara de Dios en mi mano.
E hizo Josué como le dijo Moisés, peleando con Amalec; y Moisés y Aarón y Hur subieron a la cumbre del collado.
Y sucedía que cuando alzaba Moisés su mano, Israel prevalecía; mas cuando él bajaba su mano, prevalecía Amalec.
Y las manos de Moisés estaban pesadas; por lo que tomaron una piedra, y la pusieron debajo de él, y se sentó sobre ella; y Aarón y Hur sustentaban sus manos, el uno de un lado y el otro de otro; así hubo en sus manos firmeza hasta que se puso el sol.
Y el SEÑOR dijo a Moisés: Escribe esto para memoria en el libro, y di a Josué que del todo tengo de raer la memoria de Amalec de debajo del cielo.
Y Moisés edificó un altar, y llamó su nombre El SEÑOR Es Mí Bandera (YHWH-nisi );
Y oyó Jetro, sacerdote de Madián, suegro de Moisés, todas las cosas que Dios había hecho con Moisés, y con Israel su pueblo, y cómo el SEÑOR había sacado a Israel de Egipto.
Y tomó Jetro, suegro de Moisés a Séfora la mujer de Moisés, después que él la envió,
Y Jetro el suegro de Moisés, con sus hijos y su mujer, llegó a Moisés en el desierto, donde tenía el campamento junto al monte de Dios;
y dijo a Moisés: Yo tu suegro Jetro vengo a ti, con tu mujer, y sus dos hijos con ella.
Y Moisés salió a recibir a su suegro, y se inclinó, y lo besó; y se preguntaron el uno al otro por la paz, y vinieron a la tienda.
Y Moisés contó a su suegro todas las cosas que el SEÑOR había hecho al Faraón y a los egipcios por causa de Israel, y todo el trabajo que habían pasado en el camino, y cómo los había librado el SEÑOR.
Y tomó Jetro, el suegro de Moisés, holocaustos y sacrificios para Dios; y vino Aarón y todos los ancianos de Israel a comer pan con el suegro de Moisés delante de Dios.
Y aconteció que otro día se sentó Moisés a juzgar al pueblo; y el pueblo estuvo delante de Moisés desde la mañana hasta la tarde.
Y viendo el suegro de Moisés todo lo que él hacía con el pueblo, dijo: ¿Qué es esto que haces tú con el pueblo? ¿Por qué te sientas tú solo, y todo el pueblo está delante de ti desde la mañana hasta la tarde?
Y Moisés respondió a su suegro: Porque el pueblo viene a mí para consultar a Dios.
Entonces el suegro de Moisés le dijo: No haces bien.
Entonces Moisés oyó la voz de su suegro, e hizo todo lo que dijo.
Y escogió Moisés varones de virtud de todo Israel, y los puso por cabezas sobre el pueblo, príncipes sobre mil, sobre ciento, sobre cincuenta, y sobre diez.
Los cuales juzgaban al pueblo en todo tiempo; el negocio arduo lo traían a Moisés, y ellos juzgaban todo negocio pequeño.
Y despidió Moisés a su suegro, y se fue a su tierra.
Y Moisés subió a Dios; y el SEÑOR lo llamó desde el monte, diciendo: Así dirás a la Casa de Jacob, y denunciarás a los hijos de Israel:
Entonces vino Moisés, y llamó a los ancianos del pueblo, y propuso en presencia de ellos todas estas palabras que el SEÑOR le había mandado.
Y todo el pueblo respondió a una, y dijeron: Todo lo que el SEÑOR ha dicho haremos. Y Moisés refirió las palabras del pueblo al SEÑOR.
Y el SEÑOR dijo a Moisés: He aquí, yo vengo a ti en una nube espesa, para que el pueblo oiga mientras yo hablo contigo, y también para que te crean para siempre. Y Moisés denunció las palabras del pueblo al SEÑOR.
Y el SEÑOR dijo a Moisés: Ve al pueblo, y santifícalos hoy y mañana, y laven sus vestidos;
Y descendió Moisés del monte al pueblo, y santificó al pueblo; y lavaron sus vestidos.
Y Moisés sacó del real al pueblo a recibir a Dios; y se pusieron a lo bajo del monte.
Y el sonido de la trompeta iba esforzándose en extremo: Moisés hablaba, y Dios le respondía en voz.
Y descendió el SEÑOR sobre el monte de Sinaí, sobre la cumbre del monte; y llamó el SEÑOR a Moisés a la cumbre del monte, y Moisés subió.
Y el SEÑOR dijo a Moisés: Desciende, requiere al pueblo que no traspasen el término por ver al SEÑOR, porque caerá multitud de ellos.
Y Moisés dijo al SEÑOR: El pueblo no podrá subir al monte de Sinaí, porque tú nos has requerido diciendo: Señala términos al monte, y santifícalo.
Entonces Moisés descendió al pueblo y habló con ellos.
Y dijeron a Moisés: Habla tú con nosotros, que nosotros oiremos; y no hable Dios con nosotros, para que no muramos.
Entonces Moisés respondió al pueblo: No temáis; que por probaros vino Dios, y para que su temor esté en vuestra presencia para que no pequéis.
Entonces el pueblo se puso de lejos, y Moisés se llegó a la oscuridad en la cual estaba Dios.
Y el SEÑOR dijo a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: Vosotros habéis visto que he hablado desde el cielo con vosotros.
Y dijo a Moisés: Sube al SEÑOR, tú, y Aarón, Nadab, y Abiú, y setenta de los ancianos de Israel; y os inclinaréis desde lejos.
Mas Moisés sólo se llegará al SEÑOR; y ellos no se lleguen cerca, ni suba con él el pueblo.
Y Moisés vino y contó al pueblo todas las palabras del SEÑOR, y todos los derechos; y todo el pueblo respondió a una voz, y dijeron: Haremos todas las palabras que el SEÑOR ha dicho.
Y Moisés escribió todas las palabras del SEÑOR, y levantándose de mañana edificó un altar al pie del monte, y doce columnas, según las doce tribus de Israel.
Y Moisés tomó la mitad de la sangre, y la puso en tazones, y esparció la otra mitad de la sangre sobre el altar.
Entonces Moisés tomó la sangre, y roció sobre el pueblo, y dijo: He aquí la sangre de la alianza que el SEÑOR ha hecho con vosotros sobre todas estas cosas.
Y subieron Moisés y Aarón, Nadab y Abiú, y setenta de los ancianos de Israel;
Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: Sube a mí al monte, y espera allá, y te daré tablas de piedra, y la ley, y mandamientos que he escrito para enseñarles.
Y se levantó Moisés, y Josué su ministro; y Moisés subió al monte de Dios.
Entonces Moisés subió al monte, y una nube cubrió el monte.
Y la gloria del SEÑOR reposó sobre el monte Sinaí, y la nube lo cubrió por seis días; y al séptimo día llamó a Moisés de en medio de la nube.
Y entró Moisés en medio de la nube, y subió al monte; y estuvo Moisés en el monte cuarenta días y cuarenta noches.
Dijo aún El SEÑOR a Moisés: Tómate aromas, estacte y uña olorosa y gálbano aromático e incienso limpio; de todo en igual peso.
Y dio a Moisés, cuando acabó de hablar con él en el monte de Sinaí, dos tablas del testimonio, tablas de piedra escritas con el dedo de Dios.
Mas viendo el pueblo que Moisés tardaba en descender del monte, se juntó entonces a Aarón, y le dijeron: Levántate, haznos dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Moisés, aquel varón que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido.
Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: Anda, desciende, porque tu pueblo que sacaste de la tierra de Egipto se ha corrompido.
Dijo más el SEÑOR a Moisés: Yo he visto a este pueblo, que por cierto es pueblo de dura cerviz.
Entonces Moisés oró a la faz del SEÑOR su Dios, y dijo: ¡Oh SEÑOR! ¿Por qué se encenderá tu furor en tu pueblo, que tú sacaste de la tierra de Egipto con gran fortaleza, y con mano fuerte?
Y volvió Moisés, y descendió del monte trayendo en su mano las dos tablas del testimonio, las tablas escritas por ambos lados; de una parte y de otra estaban escritas.
Y oyendo Josué el clamor del pueblo que gritaba, dijo a Moisés: Alarido de pelea hay en el campamento.