'Monte' en la Biblia
Y fue su habitación desde Mesa viniendo de Sefar, monte de oriente.
Y se pasó de allí a un monte al oriente de Betel, y tendió su tienda, teniendo a Betel al occidente y Hai al oriente; y edificó allí altar al SEÑOR, e invocó el nombre del SEÑOR.
Y a los horeos en el monte de Seir, hasta la llanura de Parán, que está junto al desierto.
Y el valle de Sidim estaba lleno de pozos de betún; y huyeron el rey de Sodoma y el de Gomorra, y cayeron allí; y los demás huyeron al monte.
Y fue que sacándolos fuera, dijo: Escápate; sobre tu alma; no mires tras ti, ni pares en toda esta llanura; escapa al monte, para que no perezcas.
he aquí ahora ha hallado tu siervo gracia en tus ojos, y has engrandecido tu misericordia que has hecho conmigo dándome la vida; mas yo no podré escapar al monte, que por ventura no se me pegue el mal, y muera.
Pero Lot subió de Zoar, y se asentó en el monte, y sus dos hijas con él; porque tuvo miedo de quedar en Zoar, y se alojó en una cueva él y sus dos hijas.
Y llamó Abraham el nombre de aquel lugar, YHWH-jireh (el SEÑOR-verá). Por tanto se dice hoy, en el monte del SEÑOR será visto.
Huyó, pues, con todo lo que tenía; y se levantó, y pasó el río, y puso su rostro al monte de Galaad.
Entonces tomó a sus hermanos consigo, y fue tras él camino de siete días, y le alcanzó en el monte de Galaad.
Alcanzó pues Labán a Jacob, y éste había fijado su tienda en el monte; y Labán acampó con sus hermanos en el monte de Galaad.
Y ofreció Jacob sacrificio en el monte, y llamó a sus hermanos a comer pan; y comieron pan, y durmieron en el monte.
Estos son los linajes de Esaú, padre de Edom, en el monte de Seir.
Y apacentando Moisés las ovejas de Jetro su suegro, sacerdote de Madián, llevó las ovejas detrás del desierto, y vino a Horeb, monte de Dios.
Y él le respondió: Porque yo estaré contigo; y esto te será por señal de que yo te he enviado: luego que hubieres sacado este pueblo de Egipto, serviréis a Dios sobre este monte.
Y el SEÑOR dijo a Aarón: Ve a recibir a Moisés al desierto. Y él fue, y lo encontró en el monte de Dios, y le besó.
Tú los introducirás y los plantarás en el monte de tu heredad, en el lugar de tu morada, que tú has aparejado, oh SEÑOR; en el santuario del Señor, que han afirmado tus manos.
Y Jetro el suegro de Moisés, con sus hijos y su mujer, llegó a Moisés en el desierto, donde tenía el campamento junto al monte de Dios;
Porque partieron de Refidim, y llegaron al desierto de Sinaí, y se asentaron en el desierto; y acampó allí Israel delante del monte.
Y Moisés subió a encontrarse con Dios; y el SEÑOR lo llamó desde el monte, diciendo: Así dirás a la Casa de Jacob, y denunciarás a los hijos de Israel:
y estén apercibidos para el día tercero, porque al tercer día el SEÑOR descenderá, a ojos de todo el pueblo, sobre el monte de Sinaí.
Y señalarás término al pueblo en derredor, diciendo: Guardaos, no subáis al monte, ni toquéis a su término; cualquiera que tocare el monte, de seguro morirá.
No le tocará mano, porque será apedreado o asaeteado; sea animal o sea hombre, no vivirá. Cuando hubiere sonado largamente el jubileo, subirán al monte.
Y descendió Moisés del monte al pueblo, y santificó al pueblo; y lavaron sus vestidos.
Y aconteció al tercer día cuando vino la mañana, que vinieron truenos y relámpagos, y espesa nube sobre el monte, y un sonido del shofar (trompeta de cuerno de carnero) muy fuerte; y se estremeció todo el pueblo que estaba en el campamento.
Y Moisés sacó del campamento al pueblo a recibir a Dios; y se pusieron a lo bajo del monte.
Y todo el monte de Sinaí humeaba, porque el SEÑOR había descendido sobre él en fuego; y el humo de él subía como el humo de un horno, y todo el monte se estremeció en gran manera.
Y descendió el SEÑOR sobre el monte de Sinaí, sobre la cumbre del monte; y llamó el SEÑOR a Moisés a la cumbre del monte, y Moisés subió.
Y Moisés dijo al SEÑOR: El pueblo no podrá subir al monte de Sinaí, porque tú nos has requerido diciendo: Señala términos al monte, y santifícalo.
Todo el pueblo consideraba las voces, y las llamas, y el sonido de la trompeta, y el monte que humeaba; y viéndolo el pueblo, temblaron, y se pusieron de lejos.
Y Moisés escribió todas las palabras del SEÑOR, y levantándose de mañana edificó un altar al pie del monte, y doce columnas, según las doce tribus de Israel.
Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: Sube a mí al monte, y espera allá, y te daré tablas de piedra, con la ley, y los mandamientos que he escrito para enseñarles.
Y se levantó Moisés, y Josué su ministro; y Moisés subió al monte de Dios.
Entonces Moisés subió al monte, y una nube cubrió el monte.
Y la gloria del SEÑOR reposó sobre el monte Sinaí, y la nube lo cubrió por seis días; y al séptimo día llamó a Moisés de en medio de la nube.
Y el parecer de la gloria del SEÑOR era como un fuego abrasador en la cumbre del monte, a los ojos de los hijos de Israel.
Y entró Moisés en medio de la nube, y subió al monte; y estuvo Moisés en el monte cuarenta días y cuarenta noches.
Y mira, y hazlos conforme a su semejanza, que te ha sido mostrado en el monte.
Y alzarás el tabernáculo conforme a su traza que te fue mostrada en el monte.
De tablas lo harás, hueco; de la manera que te fue mostrado en el monte, así lo harán.
Y dio a Moisés, cuando acabó de hablar con él en el monte de Sinaí, dos tablas del testimonio, tablas de piedra escritas con el dedo de Dios.
Mas viendo el pueblo que Moisés tardaba en descender del monte, se juntó entonces a Aarón, y le dijeron: Levántate, haznos dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Moisés, aquel varón que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido.
Y volvió Moisés, y descendió del monte trayendo en su mano las dos tablas del testimonio, las tablas escritas por ambos lados; de un lado y del otro estaban escritas.
Y aconteció, que cuando llegó él al campamento, y vio el becerro y las danzas, el furor se le encendió a Moisés, y arrojó las tablas de sus manos, y las quebró al pie del monte.
Entonces los hijos de Israel se despojaron de sus atavíos desde el monte Horeb.
Prepárate, pues, para mañana, y sube por la mañana al monte de Sinaí, y preséntate ante mí sobre la cumbre del monte.
Y no suba hombre contigo, ni aparezca alguno en todo el monte; ni ovejas ni bueyes pasten delante del monte.
Y él alisó dos tablas de piedra como las primeras; y se levantó por la mañana, y subió al monte de Sinaí, como le mandó el SEÑOR, y llevó en su mano las dos tablas de piedra.
Y aconteció, que descendiendo Moisés del monte Sinaí con las dos tablas del testimonio en su mano, mientras descendía del monte, no sabía él que la tez de su rostro resplandecía, después que hubo hablado con El.
Y después se acercaron todos los hijos de Israel, a los cuales mandó todas las cosas que el SEÑOR le había dicho en el monte de Sinaí.
la cual mandó el SEÑOR a Moisés, en el monte de Sinaí, el día que mandó a los hijos de Israel que ofrecieran sus ofrendas al SEÑOR en el desierto de Sinaí.
Y el SEÑOR habló a Moisés en el monte de Sinaí, diciendo:
Estos son los decretos, derechos y leyes que estableció el SEÑOR entre sí y los hijos de Israel en el monte de Sinaí por mano de Moisés.
Estos son los mandamientos que ordenó el SEÑOR a Moisés, para los hijos de Israel, en el monte de Sinaí.
Y éstas son las generaciones de Aarón y de Moisés, desde que el SEÑOR habló a Moisés en el monte de Sinaí.
Así partieron del monte del SEÑOR, camino de tres días; y el arca del pacto del SEÑOR fue delante de ellos camino de tres días, buscándoles reposo.
Los envió, pues, Moisés a reconocer la tierra de Canaán, diciéndoles: Subid por aquí, por el mediodía, y subid al monte,
Amalec habita la tierra del mediodía; y el heteo, y el jebuseo, y el amorreo, habitan en el monte; y el cananeo habita junto al mar, y a la ribera del Jordán.
Y se levantaron por la mañana, y subieron a la cumbre del monte, diciendo: Henos aquí preparados para subir al lugar del cual ha hablado el SEÑOR; porque hemos pecado.
Sin embargo, se esforzaron a subir a la cima del monte; pero el arca del pacto del SEÑOR, y Moisés, no se apartaron de en medio del campamento.
Y descendieron el amalecita y el cananeo, que habitaban en aquel monte, y les hirieron y los derrotaron, persiguiéndolos hasta Horma.
Y partidos de Cades los hijos de Israel, toda aquella congregación, vinieron al monte de Hor.
Y el SEÑOR habló a Moisés y a Aarón en el monte de Hor, en los términos de la tierra de Edom, diciendo:
Toma a Aarón y a Eleazar su hijo, y hazlos subir al monte de Hor;
Y Moisés hizo como el SEÑOR le mandó; y subieron al monte de Hor a ojos de toda la congregación.
Y Moisés hizo desnudar a Aarón de sus vestidos y los vistió a Eleazar su hijo; y Aarón murió allí en la cumbre del monte; y Moisés y Eleazar descendieron del monte.
Y partieron del monte de Hor, camino del mar Bermejo, para rodear la tierra de Edom; y el alma del pueblo fue angustiada en el camino.
Y Balaam dijo a Balac: Ponte junto a tu holocausto, y yo iré: quizá Jehová vendrá a encontrarme, y cualquier cosa que Él me muestre, te la haré saber. Y se fue a un monte.
Entonces Balac llevó a Balaam a la cumbre del Monte Peor, que da hacia el desierto.
Y el SEÑOR dijo a Moisés: Sube a este monte Abarim, y verás la tierra que he dado a los hijos de Israel.
Es holocausto continuo, que fue hecho en el monte de Sinaí en olor grato, ofrenda encendida al SEÑOR.
Y partidos de Ceelata, acamparon en el monte de Sefer.
Y partidos del monte de Sefer, acamparon en Harada.
Y partidos de Bene-jaacán, acamparon en el monte de Gidgad.
Y partidos del monte de Gidgad, acamparon en Jotbata.
Y partidos de Cades, acamparon en el monte de Hor, en la extremidad de la tierra de Edom.
Y subió Aarón el sacerdote al monte de Hor, conforme al dicho del SEÑOR, y allí murió a los cuarenta años de la salida de los hijos de Israel de la tierra de Egipto, en el mes quinto, en el primero del mes.
Y era Aarón de edad de ciento veintitrés años, cuando murió en el monte de Hor.
Y partidos del monte de Hor, acamparon en Zalmona.
Y el término del norte será éste: desde el Gran Mar os señalaréis al monte de Hor.
Del monte de Hor señalaréis a la entrada de Hamat, y serán las salidas de aquel término a Zedad;
Once jornadas hay desde Horeb, camino del monte de Seir, hasta Cades-barnea.
El SEÑOR nuestro Dios nos habló en Horeb, diciendo: Habéis estado bastante tiempo en este monte;
volveos, partíos, e id al monte del amorreo, y a todas sus comarcas, en el llano, en el monte, en los valles, al mediodía, y a la costa del mar, a la tierra del cananeo, y al Líbano, hasta el gran río, el río Eufrates.
Y partidos de Horeb, anduvimos todo este desierto grande y temeroso que habéis visto, por el camino del monte del amorreo, como el SEÑOR nuestro Dios nos lo mandó; y llegamos hasta Cades-barnea.
Entonces os dije: Habéis llegado al monte del amorreo, el cual el SEÑOR nuestro Dios nos da.
Y se encaminaron, y subieron al monte, y llegaron hasta el valle de Escol, y reconocieron la tierra.
Entonces respondisteis y me dijisteis: Hemos pecado contra el SEÑOR; nosotros subiremos y pelearemos, conforme a todo lo que el SEÑOR nuestro Dios nos ha mandado. Y os armasteis cada uno de sus armas de guerra, y os preparasteis para subir al monte.
Y os hablé, y no disteis oído; antes fuisteis rebeldes al dicho del SEÑOR, y porfiasteis con soberbia, y subisteis al monte.
Y salió el amorreo, que habitaba en aquel monte, a vuestro encuentro, y os persiguieron, como hacen las avispas, y os quebrantaron en Seir, persiguiéndoos hasta Horma.
Y volvimos, y partimos al desierto, camino del mar Bermejo, como el SEÑOR me había dicho; y rodeamos el monte de Seir por muchos días;
Habéis rodeado este monte bastante tiempo; volveos al aquilón.
no os busquéis pelea con ellos; que no os daré de su tierra ni aun la holladura de la planta de un pie; porque yo he dado por heredad a Esaú el monte de Seir.
Solamente a la tierra de los hijos de Amón no llegaste, ni a todo lo que está a la orilla del arroyo de Jaboc ni a las ciudades del monte, ni a lugar alguno que el SEÑOR nuestro Dios había prohibido.
También tomamos en aquel tiempo de mano de los dos reyes amorreos que estaban a este lado del Jordán, la tierra desde el arroyo de Arnón hasta el monte de Hermón.
Y esta tierra que heredamos entonces desde Aroer, que está junto al arroyo de Arnón, y la mitad del monte de Galaad con sus ciudades, di a los rubenitas y a los gaditas;
Pase yo ahora, te ruego, y vea aquella tierra buena, que está al otro lado del Jordán, aquel buen monte, y el Líbano.
~`Sube a la cumbre del Monte Pisga y alza tus ojos al occidente, al norte, al sur y al oriente, y míra{la} con tus propios ojos, porque tú no cruzarás este Jordán.
Y os acercasteis, y os pusisteis al pie del monte; y el monte ardía en fuego hasta en medio de los cielos con tinieblas, nube, y oscuridad.
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