'Nuestro' en la Biblia
Como lo hemos oído, así {lo} hemos visto en la ciudad del SEÑOR de los ejércitos, en la ciudad de nuestro Dios; Dios la afirmará para siempre. (Selah)
Porque este es Dios, nuestro Dios por siempre jamás; El nos guiará hasta la muerte.
Que venga nuestro Dios y no calle; el fuego consume delante de El, y a su derredor hay gran tempestad.
No los mates, para que mi pueblo no se olvide; dispérsalos con tu poder, y humíllalos, oh Señor, escudo nuestro.
Confiad en El en todo tiempo, oh pueblo; derramad vuestro corazón delante de El; Dios es nuestro refugio. (Selah)
Bendecid, oh pueblos, a nuestro Dios, y haced oír la voz de su alabanza.
La tierra ha dado su fruto; Dios, nuestro Dios, nos bendice.
Santo es, oh Dios, tu camino; ¿qué dios hay grande como {nuestro} Dios?
No recuerdes contra nosotros las iniquidades de {nuestros} antepasados; venga pronto a nuestro encuentro tu compasión, porque estamos muy abatidos.
Mira, oh Dios, escudo nuestro, y contempla el rostro de tu ungido.
Porque tú eres la gloria de su potencia, y por tu gracia es exaltado nuestro poder.
Pues del SEÑOR es nuestro escudo, y del Santo de Israel nuestro rey.
y sea la gracia del Señor nuestro Dios sobre nosotros. Confirma, pues, sobre nosotros la obra de nuestras manos; sí, la obra de nuestras manos confirma.
Plantados en la casa del SEÑOR, florecerán en los atrios de nuestro Dios.
El ha hecho volver sobre ellos su {propia} iniquidad, y los destruirá en su maldad; el SEÑOR, nuestro Dios, los destruirá.
Venid, adoremos y postrémonos; doblemos la rodilla ante el SEÑOR nuestro Hacedor.
Porque El es nuestro Dios, y nosotros el pueblo de su prado y las ovejas de su mano. Si oís hoy su voz,
Se ha acordado de su misericordia y de su fidelidad para con la casa de Israel; todos los términos de la tierra han visto la salvación de nuestro Dios.
Exaltad al SEÑOR nuestro Dios, y postraos ante el estrado de sus pies; El es santo.
Oh SEÑOR, Dios nuestro, tú les respondiste; fuiste para ellos un Dios perdonador, {mas} también vengador de sus {malas} obras.
Exaltad al SEÑOR nuestro Dios, y postraos ante su santo monte, porque santo es el SEÑOR nuestro Dios.
El es el SEÑOR nuestro Dios; sus juicios están en toda la tierra.
Sálvanos, oh SEÑOR, Dios nuestro, y reúnenos de entre las naciones, para dar gracias a tu santo nombre, y para gloriarnos en tu alabanza.
¿Quién es como el SEÑOR nuestro Dios, que está sentado en las alturas,
Nuestro Dios está en los cielos; El hace lo que le place.
Clemente y justo es el SEÑOR; sí, compasivo es nuestro Dios.
Por amor de la casa del SEÑOR nuestro Dios procuraré tu bien.
He aquí, como los ojos de los siervos {miran} a la mano de su señor, como los ojos de la sierva a la mano de su señora, así nuestros ojos {miran} al SEÑOR nuestro Dios hasta que se apiade de nosotros.
Cántico de ascenso gradual; de David.Si el SEÑOR no hubiera estado a nuestro favor, --diga ahora Israel--
si el SEÑOR no hubiera estado a nuestro favor cuando los hombres se levantaron contra nosotros,
Nuestro socorro está en el nombre del SEÑOR, que hizo los cielos y la tierra.
los que estáis en la casa del SEÑOR, en los atrios de la casa de nuestro Dios.
Porque yo sé que el SEÑOR es grande, y que nuestro Señor está sobre todos los dioses.
Esté cargado nuestro ganado, sin fracasos y sin pérdida, y no {haya} gritos en nuestras calles.
¿Aleluya! Porque bueno es cantar alabanzas a nuestro Dios, porque agradable {y} apropiada es la alabanza.
Grande es nuestro Señor, y muy poderoso; su entendimiento es infinito.
Cantad al SEÑOR con acción de gracias; cantad alabanzas con la lira a nuestro Dios,
Cuán hermoso eres, amado mío, {y} tan placentero. Ciertamente nuestro lecho es de exuberante verdor.
Mi amado es semejante a una gacela o a un cervatillo. He aquí, se detiene detrás de nuestro muro, mirando por las ventanas, atisbando por las celosías.
Oíd la palabra del SEÑOR, gobernantes de Sodoma; escuchad la instrucción de nuestro Dios, pueblo de Gomorra:
Cuando un hombre eche mano a su hermano en la casa de su padre, {diciendo:} Tú tienes manto, serás nuestro jefe, y estas ruinas {estarán} bajo tu mando,
Porque siete mujeres echarán mano de un hombre en aquel día, diciendo: Nuestro pan comeremos y con nuestra ropa nos vestiremos; tan sólo déjanos llevar tu nombre; quita nuestro oprobio.
Han pasado por el desfiladero, {diciendo:} Geba será nuestro alojamiento. Ramá está aterrada, y Guibeá de Saúl ha huido.
Y en aquel día se dirá: He aquí, éste es nuestro Dios a quien hemos esperado para que nos salvara; éste es el SEÑOR a quien hemos esperado; regocijémonos y alegrémonos en su salvación.
Oh SEÑOR, Dios nuestro, otros señores fuera de ti nos han gobernado; {pero} en ti solo confesamos tu nombre.
Porque habéis dicho: Hemos hecho un pacto con la muerte, hemos hecho un convenio con el Seol; cuando pase el azote abrumador, no nos alcanzará, porque hemos hecho de la mentira nuestro refugio y en el engaño nos hemos escondido.
Porque el SEÑOR es nuestro juez, el SEÑOR es nuestro legislador, el SEÑOR es nuestro rey; El nos salvará.
florecerá copiosamente y se regocijará en gran manera y gritará de júbilo. La gloria del Líbano le será dada, la majestad del Carmelo y de Sarón. Ellos verán la gloria del SEÑOR, la majestad de nuestro Dios.
`Pero si me decís: ``Nosotros confiamos en el SEÑOR nuestro Dios," ¿no es El aquel cuyos lugares altos y cuyos altares Ezequías ha quitado y ha dicho a Judá y a Jerusalén: ``Adoraréis delante de este altar"?
Y ahora, SEÑOR, Dios nuestro, líbranos de su mano para que todos los reinos de la tierra sepan que sólo tú, oh SEÑOR, eres Dios.
Una voz clama: Preparad en el desierto camino al SEÑOR; allanad en la soledad calzada para nuestro Dios.
Sécase la hierba, marchítase la flor, mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre.
Hazme recordar, discutamos juntos nuestro caso; habla tú para justificarte.
Nuestro Redentor, el SEÑOR de los ejércitos es su nombre, el Santo de Israel.
El SEÑOR ha desnudado su santo brazo a la vista de todas las naciones, y todos los confines de la tierra verán la salvación de nuestro Dios.
¿Quién ha creído a nuestro mensaje? ¿A quién se ha revelado el brazo del SEÑOR?
Abandone el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase al SEÑOR, que tendrá de él compasión, al Dios nuestro, que será amplio en perdonar.
transgredir y negar al SEÑOR, apartarse de nuestro Dios, hablar de opresión y rebelión, concebir y proferir en el corazón palabras mentirosas.
para proclamar el año favorable del SEÑOR, y el día de venganza de nuestro Dios; para consolar a todos los que lloran,
Y vosotros seréis llamados sacerdotes del SEÑOR; ministros de nuestro Dios se os llamará. Comeréis las riquezas de las naciones, y en su gloria os jactaréis.
Porque tú eres nuestro Padre, aunque Abraham no nos conoce, ni nos reconoce Israel. Tú, oh SEÑOR, eres nuestro Padre, desde la antigüedad tu nombre es Nuestro Redentor.
¿Por qué, oh SEÑOR, nos haces desviar de tus caminos y endureces nuestro corazón a tu temor? Vuélvete por amor de tus siervos, las tribus de tu heredad.
Mas ahora, oh SEÑOR, tú eres nuestro Padre, nosotros el barro, y tú nuestro alfarero; obra de tus manos somos todos nosotros.
Volved, hijos infieles, yo sanaré vuestra infidelidad. Aquí estamos, venimos a ti, porque tú, el SEÑOR, eres nuestro Dios.
Ciertamente engaño son las colinas, {y el} tumulto {sobre} los montes; ciertamente, en el SEÑOR nuestro Dios está la salvación de Israel.
Acostémonos en nuestra vergüenza, y que nos cubra nuestra humillación; porque hemos pecado contra el SEÑOR nuestro Dios, nosotros y nuestros padres desde nuestra juventud hasta hoy, y no hemos obedecido la voz del SEÑOR nuestro Dios.
Y cuando te pregunten: `` ¿Por qué el SEÑOR nuestro Dios nos ha hecho todo esto?" Les dirás: ``Así como me dejasteis y servisteis a dioses extraños en vuestra tierra, así serviréis a extranjeros en una tierra que no es vuestra."
``Y no dicen en su corazón: `Temamos ahora al SEÑOR nuestro Dios, que da la lluvia a su tiempo, tanto la lluvia de otoño como la de primavera, y que reserva para nosotros las semanas establecidas de la cosecha.'
¿Por qué estamos {aún} sentados? Congregaos, y entremos en las ciudades fortificadas, y perezcamos allí, pues el SEÑOR nuestro Dios nos hace perecer y nos ha dado a beber agua envenenada, porque hemos pecado contra el SEÑOR.
¿Hasta cuándo estará de luto la tierra y marchita la vegetación de todo el campo? Por la maldad de los que moran en ella han sido destruidos los animales y las aves, porque han dicho: Dios no verá nuestro fin.
¿Por qué has de ser como hombre desalentado, como guerrero incapaz de salvar? Sin embargo tú estás en medio nuestro, oh SEÑOR, y por tu nombre somos llamados; ¿no nos abandones!
¿Hay entre los ídolos de las naciones alguno que haga llover? ¿O pueden los cielos {solos} dar lluvia? ¿No eres tú, oh SEÑOR, nuestro Dios? En ti, pues, esperamos, porque tú has hecho todas estas cosas.
Y sucederá que cuando anuncies a este pueblo todas estas palabras, ellos te dirán: `` ¿Por qué el SEÑOR ha pronunciado toda esta gran calamidad contra nosotros? ¿Cuál es nuestra iniquidad y cuál es nuestro pecado que hemos cometido contra el SEÑOR nuestro Dios?"
Trono de gloria, enaltecido desde el principio es el lugar de nuestro santuario.
Y no os acordaréis más de la profecía del SEÑOR, porque la palabra de cada uno le será por profecía, pues habéis pervertido las palabras del Dios viviente, del SEÑOR de los ejércitos, nuestro Dios.
Dijeron los jefes y todo el pueblo a los sacerdotes y a los profetas: Que no haya sentencia de muerte para este hombre, porque en nombre del SEÑOR nuestro Dios nos ha hablado.
Porque habrá un día en que clamarán los guardas en la región montañosa de Efraín: ``Levantaos y subamos {a} Sion, al SEÑOR nuestro Dios."
Mas ellos dijeron: No beberemos vino, porque Jonadab, hijo de Recab, nuestro padre, nos ordenó, diciendo: ``No beberéis vino jamás, ni vosotros ni vuestros hijos.
Y nosotros hemos obedecido la voz de Jonadab, hijo de Recab, nuestro padre, en todo lo que él nos mandó de no beber vino en todos nuestros días, ni nosotros, ni nuestras mujeres, ni nuestros hijos, ni nuestras hijas,
Hemos habitado solamente en tiendas, y hemos obedecido y hecho conforme a todo lo que nos mandó nuestro padre Jonadab.
Y el rey Sedequías envió a Jucal, hijo de Selemías, y al sacerdote Sofonías, hijo de Maasías, a decir al profeta Jeremías: Ruega ahora por nosotros al SEÑOR nuestro Dios.
Sea buena o mala, escucharemos la voz del SEÑOR nuestro Dios a quien te enviamos, para que nos vaya bien cuando escuchemos la voz del SEÑOR nuestro Dios.
Porque os engañáis a vosotros mismos, pues fuisteis vosotros los que me enviasteis al SEÑOR vuestro Dios, diciendo: Ruega por nosotros al SEÑOR nuestro Dios, y lo que el SEÑOR nuestro Dios diga, nos lo haces saber y lo haremos.
Azarías, hijo de Osaías, y Johanán, hijo de Carea, y todos los hombres arrogantes dijeron a Jeremías: Es mentira lo que dices. El SEÑOR nuestro Dios no te ha enviado a decir: ``No debéis entrar en Egipto para residir allí";
Han tropezado muchas veces; en verdad, han caído uno sobre otro. Entonces dijeron: ``Levántate y volvamos a nuestro pueblo y a nuestra tierra natal, ante la espada opresora."
{Se oye} la voz de los fugitivos y evadidos de la tierra de Babilonia anunciando en Sion la venganza del SEÑOR nuestro Dios, la venganza de su templo.
El SEÑOR ha sacado {a la luz} nuestra justicia; venid y contemos en Sion la obra del SEÑOR nuestro Dios.
alcemos nuestro corazón en nuestras manos hacia Dios en los cielos.
Aun nuestros ojos desfallecían, {buscar} ayuda fue inútil. En nuestro velar hemos aguardado a una nación incapaz de salvar.
Ponían trampas a nuestros pasos para que no anduviéramos por nuestras calles. Se acercó nuestro fin, se cumplieron nuestros días, porque había llegado nuestro fin.
Acuérdate, oh SEÑOR, de lo que nos ha sucedido; mira y ve nuestro oprobio.
Con peligro de nuestras vidas conseguimos nuestro pan, enfrentándonos a la espada del desierto.
Ha cesado el gozo de nuestro corazón, se ha convertido en duelo nuestra danza.
Por esto está abatido nuestro corazón, por estas cosas se nublan nuestros ojos,
En el año duodécimo de nuestro destierro, a los cinco {días} del décimo mes, vino a mí un fugitivo de Jerusalén, diciendo: La ciudad ha sido tomada.
En el año veinticinco de nuestro destierro, al principio del año, a los diez {días} del mes, catorce años después de haber sido tomada la ciudad, en aquel mismo día vino sobre mí la mano del SEÑOR, y me llevó allá.
Ciertamente nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiente; y de tu mano, oh rey, nos librará.
Al Señor nuestro Dios {pertenece} la compasión y el perdón, porque nos hemos rebelado contra El,
y no hemos obedecido la voz del SEÑOR nuestro Dios para andar en sus enseñanzas, que El puso delante de nosotros por medio de sus siervos los profetas.
Como está escrito en la ley de Moisés, toda esta calamidad ha venido sobre nosotros, pero no hemos buscado el favor del SEÑOR nuestro Dios, apartándonos de nuestra iniquidad y prestando atención a tu verdad.