'Oí' en la Biblia
Y él respondió: Te oí en el huerto, y tuve miedo porque estaba desnudo, y me escondí.
Rebeca habló a su hijo Jacob, diciendo: He aquí, oí a tu padre que hablaba con tu hermano Esaú, diciéndo{le:}
Y el hombre respondió: Se han ido de aquí, pues yo {les} oí decir: ``Vamos a Dotán." Entonces José fue tras sus hermanos y los encontró en Dotán.
Y cuando oí de este asunto, rasgué mi vestido y mi manto, y arranqué pelo de mi cabeza y de mi barba, y me senté atónito.
Y cuando oí estas palabras, me senté y lloré, e hice duelo {algunos} días, y estuve ayunando y orando delante del Dios del cielo.
Entonces me enojé en gran manera cuando oí su clamor y estas palabras.
{Algo} se detuvo, pero no pude reconocer su aspecto; una figura {estaba} delante de mis ojos, {hubo} silencio, después oí una voz:
El lo estableció por testimonio en José, cuando salió sobre la tierra de Egipto. Un lenguaje que yo no conocía, oí:
Y oí la voz del Señor que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí: Heme aquí; envíame a mí.
Porque oí un grito como de mujer de parto, angustia como de primeriza; {era} el grito de la hija de Sion que se ahogaba, {y} extendía sus manos, {diciendo:} ¿Ay ahora de mí, porque desfallezco ante los asesinos!
Y oí el ruido de sus alas cuando andaban, como el estruendo de muchas aguas, como la voz del Todopoderoso, un ruido de tumulto como el ruido de un campamento militar; cuando se detenían, bajaban sus alas.
Como el aspecto del arco iris que aparece en las nubes en un día lluvioso, así {era} el aspecto del resplandor en derredor. Tal {era} el aspecto de la semejanza de la gloria del SEÑOR. Cuando {lo} vi, caí rostro en tierra y oí una voz que hablaba.
Y el Espíritu entró en mí mientras me hablaba y me puso en pie; y oí al que me hablaba.
Entonces el Espíritu me levantó, y oí detrás de mí un gran ruido atronador: Bendita sea la gloria del SEÑOR desde su lugar.
{Oí} el ruido de las alas de los seres vivientes que se tocaban una a la otra, y el ruido de las ruedas junto a ellos, un gran ruido atronador.
Pero a los otros dijo, y yo lo oí: Pasad por la ciudad en pos de él y herid; no tenga piedad vuestro ojo, no perdonéis.
A las ruedas se les llamó torbellino, y yo lo oí.
Y oí a uno que me hablaba desde el templo, mientras el hombre estaba de pie junto a mí,
Oí entonces hablar a un santo, y otro santo dijo al que hablaba: ¿Hasta cuándo durará la visión del sacrificio continuo, de la transgresión que espanta, y de que el lugar santo y el ejército sean pisoteados?
Y oí una voz de hombre entre {las márgenes} del Ulai, que gritaba y decía: Gabriel, explícale a éste la visión.
Pero oí el sonido de sus palabras, y al oír el sonido de sus palabras, caí en un sueño profundo sobre mi rostro, con mi rostro en tierra.
Y oí al hombre vestido de lino, que estaba sobre las aguas del río, que levantando su mano derecha y su mano izquierda al cielo, juró por aquel que vive para siempre, que será por un tiempo, tiempos y la mitad de {un tiempo}; y cuando se termine la destrucción del poder del pueblo santo, se cumplirán todas estas {cosas}.
Yo oí, pero no pude entender. Entonces dije: Señor mío, ¿cuál {será} el resultado de estas cosas?
Oí, y se estremecieron mis entrañas; a {tu} voz temblaron mis labios. Entra podredumbre en mis huesos, y tiemblo donde estoy. Tranquilo espero el día de la angustia, al pueblo que se levantará para invadirnos.