'Para' en la Biblia
- 1.Gé 1:14-Gé 27:36
- 2.Gé 27:46-Éx 5:12
- 3.Éx 5:21-Éx 25:12
- 4.Éx 25:14-Éx 36:24
- 5.Éx 36:25-Levítico 19:19
- 6.Levítico 19:25-Números 7:77
- 7.Números 7:79-Números 32:9
- 8.Números 32:14-Deuteronomio 11:31
- 9.Deuteronomio 12:1-Deuteronomio 28:56
- 10.Deuteronomio 28:57-Josué 24:27
- 11.Jueces 1:9-Rut 4:6
- 12.Rut 4:7-1 Samuel 28:7
- 13.1 Samuel 28:9-2 Samuel 22:40
- 14.2 Samuel 22:44-1 Reyes 18:6
- 15.1 Reyes 18:9-2 Reyes 23:7
- 16.2 Reyes 23:10-1 Crónicas 28:5
- 17.1 Crónicas 28:7-2 Crónicas 18:24
- 18.2 Crónicas 18:29-Esdras 1:5
- 19.Esdras 2:68-Nehemías 13:7
- 20.Nehemías 13:19-Job 34:30
- 21.Job 34:36-Salmos 40:14
- 22.Salmos 41:12-Salmos 101:6
- 23.Salmos 101:8-Salmos 136:11
- 24.Salmos 136:12-Proverbios 24:7
- 25.Proverbios 24:11-Isaías 19:19
- 26.Isaías 20:4-Isaías 49:9
- 27.Isaías 49:15-Jeremías 12:8
- 28.Jeremías 12:12-Jeremías 34:16
- 29.Jeremías 34:20-Ezequiel 5:16
- 30.Ezequiel 6:6-Ezequiel 30:21
- 31.Ezequiel 31:14-Daniel 6:21
- 32.Daniel 6:22-Habacuc 1:12
- 33.Habacuc 1:13-Mateo 18:26
- 34.Mateo 18:29-Marcos 14:64
- 35.Marcos 15:15-Lucas 22:8
- 36.Lucas 22:30-Juan 17:22
- 37.Juan 17:23-Romanos 1:5
- 38.Romanos 1:10-1 Corintios 1:29
- 39.1 Corintios 1:31-2 Corintios 8:6
- 40.2 Corintios 8:9-Filipenses 2:15
- 41.Filipenses 2:16-Tito 1:13
- 42.Tito 1:16-1 Pedro 2:14
- 43.1 Pedro 2:21-Apocalipsis 20:10
- 44.Apocalipsis 21:2-Apocalipsis 22:16
Sucedió pues, que cuando la sombra llegó a las puertas de Jerusalén antes del sábado, dije que se cerraren las puertas, y ordené que no las abrieran hasta después del sábado; y puse a las puertas algunos de mis criados, para que en día de sábado no entraran carga.
Y dije a los levitas que se purificaran, y vinieran a guardar las puertas, para santificar el día del sábado. También por esto acuérdate de mí, Dios mío, y perdóname según la muchedumbre de tu misericordia.
Y reñí con ellos, y los maldije, y herí a algunos de ellos, y les arranqué los cabellos, y los juramenté, diciendo: No daréis vuestras hijas a sus hijos, y no tomaréis de sus hijas para vuestros hijos, o para vosotros.
¿Y escucharemos a vosotros para cometer todo este mal tan grande de prevaricar contra nuestro Dios, tomando mujeres extranjeras?
y para la ofrenda de la leña en los tiempos señalados, y para las primicias. Acuérdate de mí, Dios mío, para bien.
para mostrar él las riquezas de la gloria de su reino, y la honra de la hermosura de su grandeza, por muchos días, ciento ochenta días.
que trajeran a la reina Vasti delante del rey con la corona del reino, para mostrar a los pueblos y a los príncipes su hermosura; porque era hermosa de parecer.
Preguntó entonces el rey a los sabios que sabían los tiempos (porque así era la costumbre del rey para con todos los que sabían la ley y el derecho;
Porque este hecho de la reina pasará a noticia de todas las mujeres, para hacerles tener en poca estima a sus maridos, diciendo: El rey Asuero mandó traer delante de sí a la reina Vasti, y ella no vino.
y ponga el rey personas en todas las provincias de su reino, que junte todas las jóvenes vírgenes de buen parecer en Susa, el palacio, en la casa de las mujeres, al cuidado de Hegai, eunuco del rey, guarda de las mujeres, dándoles lo que necesitan para su purificación;
Sucedió, pues, que cuando se divulgó el mandamiento del rey y su ley, y siendo reunidas muchas jóvenes en Susa, el palacio, a cargo de Hegai, fue tomada también Ester para casa del rey, al cuidado de Hegai, guarda de las mujeres.
Y aquella joven agradó en sus ojos, y halló misericordia delante de él; por lo que hizo darle prestamente lo necesario para su purificación y sus raciones, dándole también siete convenientes doncellas de la casa del rey; y la pasó con sus doncellas a lo mejor de la casa de las mujeres.
Y cuando llegaba el tiempo de cada una de las jóvenes para venir al rey Asuero, al cabo de haber estado ya doce meses conforme a la ley acerca de las mujeres (porque así se cumplía el tiempo de sus purificaciones, esto es, seis meses con óleo de mirra, y seis meses con cosas aromáticas y aceites de mujeres),
entonces la joven venía así al rey; todo lo que ella decía se le daba, para venir con ello de la casa de las mujeres hasta la casa del rey.
Y cuando le llegó el tiempo de Ester, hija de Abihail tío de Mardoqueo, que él se había tomado por hija, para venir al rey, ninguna cosa procuró sino lo que dijo Hegai eunuco del rey, guarda de las mujeres; y ganaba Ester la gracia de todos los que la veían.
Si place al rey, escríbase que sean destruidos; y yo pesaré diez mil talentos de plata en manos de los que manejan la hacienda, para que sean traídos a los tesoros del rey.
y le dijo: La plata propuesta sea para ti, y asimismo el pueblo, para que hagas de él lo que bien te pareciere.
Y fueron enviadas cartas por mano de los correos a todas las provincias del rey, para destruir, matar, y echar a perder a todos los judíos, desde el niño hasta el viejo, niños y mujeres en un día, en el trece del mes duodécimo, que es el mes de Adar, y para apoderarse de su despojo.
La copia del escrito que se diera por ley en cada provincia, que fuera manifiesto a todos los pueblos, a fin de que estuvieran apercibidos para aquel día.
Y vinieron las doncellas de Ester y sus eunucos, y se lo dijeron; y la reina tuvo gran dolor, y envió vestidos para hacer vestir a Mardoqueo, y hacerle quitar el cilicio de sobre él; mas él no los recibió.
Entonces Ester llamó a Hatac, uno de los eunucos del rey, que él había puesto al servicio de ella, y lo mandó a Mardoqueo, para saber qué era aquello, y por qué.
Y Mardoqueo le declaró todo lo que le había acontecido, y le dio noticia de la plata que Amán había dicho que pesaría para los tesoros del rey por razón de los judíos, para destruirlos.
Le dio también la copia de la escritura del decreto que había sido dado en Susa para que fueran destruidos, a fin de que la mostrara a Ester y se lo declarare, y le encargara que fuera al rey a suplicarle, y a pedir delante de él por su pueblo.
Todos los siervos del rey, y el pueblo de las provincias del rey saben, que todo varón o mujer que entra al rey al patio de adentro sin ser llamado, por una sola ley ha de morir; salvo aquel a quien el rey extendiere la vara de oro, el cual vivirá; y yo no he sido llamada para entrar al rey estos treinta días.
Porque si absolutamente callares en este tiempo, respiro y liberación tendrán los judíos de otra parte; mas tú y la casa de tu padre pereceréis. ¿Y quién sabe si para esta hora has llegado al reino?
Y respondió el rey: Daos prisa, llamad a Amán, para que haga el mandamiento de Ester. Vino, pues, el rey con Amán al banquete que Ester dispuso.
Y añadió Amán: También la reina Ester a ninguno hizo venir con el rey al banquete que ella dispuso, sino a mí; y aun para mañana soy convidado de ella con el rey.
Entonces dijo el rey: ¿Quién está en el patio? Y Amán había venido al patio de afuera de la casa del rey, para decir al rey que hiciera colgar a Mardoqueo en la horca que él le tenía preparada.
Aun estaban ellos hablando con él, cuando los eunucos del rey llegaron apresurados, para hacer venir a Amán al banquete que Ester había dispuesto.
Porque vendidos estamos yo y mi pueblo, para ser destruidos, para ser muertos y echados a perder. Si para siervos y siervas fuéramos vendidos, me callaría, aunque el enemigo no compensara el daño al rey.
Y respondió el rey Asuero, y dijo a la reina Ester: ¿Quién es, y dónde está, el que ha ensoberbecido su corazón para obrar así?
Se levantó luego el rey del banquete del vino en su furor, y se fue al huerto del palacio; y se quedó Amán para procurar de la reina Ester por su vida; porque vio que se concluyó para él el mal de parte del rey.
Así colgaron a Amán en la horca que él había hecho aparejar para Mardoqueo; y se apaciguó la ira del rey.
Y dijo: Si place al rey, y si he hallado gracia delante de él, y si la cosa es recta delante del rey, y si yo soy buena en sus ojos, sea escrito para revocar las cartas del designio de Amán hijo de Hamedata agagueo, que escribió para destruir a los judíos que están en todas las provincias del rey.
Escribid pues vosotros a los judíos como bien os pareciere en el nombre del rey, y selladlo con el anillo del rey; porque la escritura que se escribe en el nombre del rey, y se sella con el anillo del rey, no es para revocarla.
La copia de la escritura que había de darse por ley en cada provincia, para que fuera manifiesta a todos los pueblos, decía que los judíos estuvieran apercibidos para aquel día, para vengarse de sus enemigos.
Y en el mes duodécimo, que es el mes de Adar, a los trece del mismo, donde llegó el mandamiento del rey y su ley, para que se pusiera por obra, el mismo día en que esperaban los enemigos de los judíos enseñorearse de ellos, fue lo contrario; porque los judíos se enseñorearon de los que los aborrecían.
Los judíos se juntaron en sus ciudades en todas las provincias del rey Asuero, para meter mano sobre los que habían procurado su mal; y nadie se puso delante de ellos, porque el temor de ellos había caído sobre todos los pueblos.
Porque Amán hijo de Hamedata, agagueo, enemigo de los judíos, había ideado contra los judíos para destruirlos, y echó Pur, que quiere decir suerte, para consumirlos y echarlos a perder.
Y la reina Ester hija de Abihail, y Mardoqueo judío, escribieron con toda autoridad, para confirmar esta segunda carta de Purim.
para confirmar estos días del Purim en sus tiempos señalados, según les había constituido Mardoqueo judío y la reina Ester, y cómo habían ellos tomado sobre sí y sobre su simiente las palabras de los ayunos y de su clamor.
Porque Mardoqueo judío fue segundo después del rey Asuero, y grande entre los judíos, y acepto a la multitud de sus hermanos, procurando el bien de su pueblo, y hablando paz para toda su simiente.
E iban sus hijos y hacían banquetes en sus casas, cada uno en su día; y enviaban a llamar a sus tres hermanas, para que comieren y bebieren con ellos.
y acometieron los sabeos, y los tomaron, e hirieron a los criados a filo de espada; solamente escapé yo para traerte las nuevas.
Aun estaba éste hablando, y vino otro que dijo: Fuego de Dios cayó del cielo, que quemó las ovejas y los criados, y los consumió; solamente escapé yo para traerte las nuevas.
Todavía estaba éste hablando, y vino otro que dijo: Los caldeos hicieron tres escuadrones, y dieron sobre los camellos, y los tomaron, e hirieron a los criados a filo de espada; y solamente escapé yo para traerte las nuevas.
y he aquí un gran viento que vino del lado del desierto, e hirió las cuatro esquinas de la casa, y cayó sobre los jóvenes, y murieron; y solamente escapé yo para traerte las nuevas.
Y otro día aconteció que vinieron los hijos de Dios para presentarse delante del SEÑOR, y vino también entre ellos Satanás compareciendo delante del SEÑOR.
Y el SEÑOR dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado de mal, y que aún retiene su perfección, habiéndome tú incitado contra él, para que lo arruinara sin causa?
Y tomaba una teja para rascarse con ella, y estaba sentado en medio de ceniza.
Maldijéranla los que maldicen al día, los que se aparejan para levantar su llanto.
¿Por qué me previnieron las rodillas? ¿Y para qué los senos que mamare?
con los reyes y con los consejeros de la tierra, que edifican para sí los desiertos;
De la mañana a la tarde son quebrantados, y se pierden para siempre, sin haber quien lo considere.
Antes como las chispas se levantan para volar por el aire, así el hombre nace para la aflicción.
Que frustra los pensamientos de los astutos, para que sus manos no hagan nada.
He aquí lo que hemos inquirido, lo cual es así: Oyelo, y juzga tú para contigo.
¿Cuál es mi fortaleza para esperar aún? ¿Y cuál mi fin para dilatar mi vida?
¿No estáis pensando las palabras para reprender, y echáis al viento palabras perdidas?
Acuérdate que mi vida es un viento, y que mis ojos no volverán para ver el bien.
Abominé la vida; no quiero vivir para siempre; déjame, pues, que mis días son vanidad.
¿Qué es el hombre, para que lo engrandezcas, y que pongas sobre él tu corazón,
Porque pregunta ahora a la edad pasada, y disponte para inquirir de sus padres de ellas;
Si yo soy impío, ¿para qué trabajaré en vano?
Porque no es hombre como yo, para que yo le responda, y vengamos juntamente a juicio.
para que inquieras mi iniquidad, y busques mi pecado,
¿No son mis días poca cosa? Cesa pues, y déjame, para que me esfuerce un poco.
Antes que vaya para no volver, a la tierra de tinieblas y de sombra de muerte;
Para siempre serás más fuerte que él, y él se va; demudarás su rostro, y lo enviarás.
¿Qué cosa es el hombre para que sea limpio, y que se justifique el nacido de mujer?
Tribulación y angustia le asombrarán, y se esforzarán contra él como un rey apercibido para la batalla.
Tú me has arrugado; el testigo es mi delgadez, que se levanta contra mí para testificar en mi rostro.
E hizo inflamar contra mí su furor, y me contó para sí entre sus enemigos.
¡Que con cincel de hierro y con plomo fueran en piedra esculpidas para siempre!
Temed vosotros delante de la espada; porque sobreviene el furor de la espada a causa de las iniquidades, para que sepáis que hay un juicio.
como su mismo estiércol perecerá para siempre; los que le hubieren visto, dirán: ¿Qué es de él?
Todas tinieblas están guardadas para sus secretos; fuego no soplado lo devorará; su sucesor será quebrantado en su tienda.
¿Quién es el Todopoderoso, para que le sirvamos? ¿Y de qué nos aprovechará que oremos a él?
Dios guardará para los hijos de ellos su violencia; y le dará su pago, para que conozca.
Que el malo es guardado para el día de la destrucción, para el día de las iras son llevados.
¿Por ventura traerá el hombre provecho a Dios? Porque para sí mismo es provechoso el sabio.
o tinieblas, para que no veas; y abundancia de agua te cubre.
Allí el recto disputaría con él; y escaparía para siempre del que me condena.
He aquí, como asnos monteses en el desierto, salen a su obra madrugando para robar; el desierto es su mantenimiento y de sus hijos.
En las tinieblas minan las casas, que de día para sí señalaron; no conocen la luz.
Esta es para con Dios la suerte del hombre impío, y la herencia que los violentos han de recibir del Omnipotente.
Si sus hijos fueren multiplicados, serán para la espada; y sus descendientes no se saciarán de pan.
Porque ¿para qué yo habría menester la fuerza de sus manos, en los cuales pereció el tiempo?
Que cogían malvas entre los arbustos, y raíces de enebro para su comida.
Te has vuelto cruel para mí; con la fortaleza de tu mano me odias.
¿Por ventura no hay quebrantamiento para el impío, e infortunio para los que obran iniquidad?
muela para otro mi mujer, y sobre ella otros se encorven.
que ni aun entregué al pecado mi paladar, pidiendo maldición para su alma;
Para que no digáis: Nosotros hemos hallado sabiduría; que conviene que Dios lo derribe, y no el hombre.
para quitar al hombre de su propia obra, y cubrir al varón de la soberbia.
para apartar su alma de la huesa, e iluminarlo con la luz de los vivientes.
Porque el oído prueba las palabras, como el paladar gusta para comer.
Escojamos para nosotros el juicio, conozcamos entre nosotros cuál sea lo bueno;
No carga pues él al hombre más de lo justo, para que vaya con Dios a juicio.
para que el hombre hipócrita no reine, y el pueblo no tropiece.
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- 18.2 Crónicas 18:29-Esdras 1:5
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- 20.Nehemías 13:19-Job 34:30
- 21.Job 34:36-Salmos 40:14
- 22.Salmos 41:12-Salmos 101:6
- 23.Salmos 101:8-Salmos 136:11
- 24.Salmos 136:12-Proverbios 24:7
- 25.Proverbios 24:11-Isaías 19:19
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- 27.Isaías 49:15-Jeremías 12:8
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- 31.Ezequiel 31:14-Daniel 6:21
- 32.Daniel 6:22-Habacuc 1:12
- 33.Habacuc 1:13-Mateo 18:26
- 34.Mateo 18:29-Marcos 14:64
- 35.Marcos 15:15-Lucas 22:8
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- 37.Juan 17:23-Romanos 1:5
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- 40.2 Corintios 8:9-Filipenses 2:15
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- 42.Tito 1:16-1 Pedro 2:14
- 43.1 Pedro 2:21-Apocalipsis 20:10
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