'Pero' en la Biblia
pero tú no edificarás la Casa, sino tu hijo que saldrá de tus lomos, él edificará Casa a mi nombre.
Pero Salomón le declaró todas sus palabras; ninguna cosa quedó que Salomón no le declarara.
Envió luego el rey Roboam a Adoram, que tenía a su cargo los tributos; pero le apedrearon los hijos de Israel, y murió. Entonces se esforzó el rey Roboam, y subiendo en un carro huyó a Jerusalén.
Pero serán sus siervos; para que sepan qué es servirme a mí, y servir a los reinos de las naciones.
Pero Jeroboam hijo de Nabat, siervo de Salomón hijo de David, se levantó y se rebeló contra su señor;
Pero Jeroboam hizo girar una emboscada para venir a ellos por la espalda; y estando así delante de ellos, la emboscada estaba a espaldas de Judá.
Pero se fortificó Abías; y tomó catorce mujeres, y engendró veintidós hijos, y dieciséis hijas.
Pero Asa salió contra él, y ordenaron la batalla en el valle de Sefata junto a Maresa.
Pero Sedequías hijo de Quenaana se había hecho unos cuernos de hierro, y decía: Así ha dicho el SEÑOR: Con estos acornearás a los sirios hasta destruirlos del todo.
Pero se han hallado en ti buenas cosas, porque quemaste los bosques del culto pagano de la tierra, y has apercibido tu corazón a buscar a Dios.
Pero esto venía de Dios, para que Ocozías fuera hollado viniendo a Joram; porque tan pronto llegó, salió con Joram a encontrarse con Jehú hijo de Nimsi, al cual el SEÑOR había ungido para que talara la casa de Acab.
Pero si tú vas, si lo haces, y te esfuerzas para pelear, Dios te hará caer delante de los enemigos; porque en Dios está la fortaleza, o para ayudar, o para derribar.
Pero los del escuadrón que Amasías había despedido, para que no fueran con él a la guerra, se derramaron sobre las ciudades de Judá, desde Samaria hasta Bet-horón, e hirieron de ellos tres mil, y tomaron un gran despojo.
Pero cayó Judá delante de Israel, y huyó cada uno a su estancia.
Y él hizo lo recto ante los ojos del SEÑOR, conforme a todas las cosas que había hecho Uzías su padre, salvo que no entró en el templo del SEÑOR. Pero el pueblo se corrompía aún.
Pero Ezequías, después de haberse enaltecido su corazón, se humilló, él y los moradores de Jerusalén; y no vino sobre ellos la ira del SEÑOR en los días de Ezequías.
Pero a causa de los embajadores de los príncipes de Babilonia, que enviaron a él para saber del prodigio que había acaecido en aquella tierra, Dios lo dejó, para probarle, para hacer conocer todo lo que estaba en su corazón.
Pero el pueblo aun sacrificaba en los lugares altos, aunque al SEÑOR su Dios.