'Pueblo' en la Biblia
- 1.Gé 11:6-Éx 17:4
- 2.Éx 17:5-Levítico 20:3
- 3.Levítico 20:4-Deuteronomio 3:28
- 4.Deuteronomio 4:6-Josué 8:14
- 5.Josué 8:16-1 Samuel 9:24
- 6.1 Samuel 10:11-2 Samuel 12:29
- 7.2 Samuel 12:31-1 Reyes 18:22
- 8.1 Reyes 18:24-2 Crónicas 6:24
- 9.2 Crónicas 6:25-Nehemías 1:10
- 10.Nehemías 4:6-Salmos 81:13
- 11.Salmos 83:3-Isaías 30:6
- 12.Isaías 30:9-Jeremías 19:14
- 13.Jeremías 21:7-Lamentaciones 4:6
- 14.Lamentaciones 4:10-Joel 2:17
- 15.Joel 2:18-Lucas 7:29
- 16.Lucas 8:47-2 Corintios 6:16
- 17.Tito 2:14-Apocalipsis 21:3
Invocad luego vosotros el nombre de vuestros dioses, y yo invocaré el nombre de Jehová: y el Dios que respondiere por fuego, ése sea Dios. Y todo el pueblo respondió, diciendo: Bien dicho.
Entonces dijo Elías a todo el pueblo: Acercaos a mí. Y todo el pueblo se acercó a él: y él reparó el altar de Jehová que estaba arruinado.
Respóndeme, Jehová, respóndeme; para que conozca este pueblo que tú, oh Jehová, eres Dios, y que tú vuelves a ti el corazón de ellos.
Y viéndolo todo el pueblo, cayeron sobre sus rostros, y dijeron: ¡Jehová es el Dios! ¡Jehová es el Dios!
Y se volvió de en pos de él, y tomó un par de bueyes, y los mató, y con el arado de los bueyes coció la carne de éstos, y la dio al pueblo y ellos comieron. Después se levantó y fue tras Elías, y le servía.
Y todos los ancianos y todo el pueblo le respondieron: No le obedezcas, ni hagas lo que te pide.
Y Benadad envió a decirle: Así me hagan los dioses, y aun me añadan, que el polvo de Samaria no bastará a los puños de todo el pueblo que me sigue.
Entonces él pasó revista a los jóvenes de los príncipes de las provincias, los cuales fueron doscientos treinta y dos. Luego pasó revista a todo el pueblo, a todos los hijos de Israel, que fueron siete mil.
Y él le dijo: Así dice Jehová: Por cuanto soltaste de la mano el hombre de mi anatema, tu vida será por la suya, y tu pueblo por el suyo.
Y las cartas que escribió decían así: Proclamad ayuno, y poned a Nabot a la cabecera del pueblo;
Y promulgaron ayuno, y asentaron a Nabot a la cabecera del pueblo.
Vinieron entonces dos hombres perversos, y se sentaron delante de él; y aquellos hombres de Belial atestiguaron contra Nabot delante del pueblo, diciendo: Nabot ha blasfemado a Dios y al rey. Y lo sacaron fuera de la ciudad, y lo apedrearon con piedras, y murió.
Y dijo a Josafat: ¿Quieres venir conmigo a pelear contra Ramot de Galaad? Y Josafat respondió al rey de Israel: Yo soy como tú, y mi pueblo como tu pueblo, y mis caballos como tus caballos.
Y anduvo en todo el camino de Asa su padre, sin declinar de él, haciendo lo recto en los ojos de Jehová. Con todo eso, los lugares altos no fueron quitados; pues el pueblo aún sacrificaba y quemaba incienso en los lugares altos.
Y fue y envió a decir a Josafat rey de Judá: El rey de Moab se ha rebelado contra mí: ¿irás tú conmigo a la guerra contra Moab? Y él respondió: Iré, porque yo soy como tú eres; mi pueblo como tu pueblo; y mis caballos, como tus caballos.
Y él dijo a Giezi: Dile: He aquí tú has estado solícita por nosotros con todo este esmero; ¿qué quieres que haga por ti? ¿Necesitas que hable por ti al rey, o al general del ejército? Y ella respondió: Yo habito en medio de mi pueblo.
Y sucedió que cuando el rey oyó las palabras de aquella mujer, rasgó sus vestiduras, y pasó así por el muro; y el pueblo llegó a ver el cilicio que traía interiormente sobre su carne.
Entonces el pueblo salió, y saquearon el campamento de los sirios. Y fue vendida una medida de flor de harina por un siclo, y dos medidas de cebada por un siclo, conforme a la palabra de Jehová.
Y el rey puso a la puerta a aquel príncipe sobre cuya mano él se apoyaba: y le atropelló el pueblo a la entrada, y murió, conforme a lo que había dicho el varón de Dios, lo que habló cuando el rey descendió a él.
Y le sucedió así; porque el pueblo le atropelló a la entrada, y murió.
Joram por tanto pasó a Seir, y todos sus carros con él: y levantándose de noche hirió a los edomitas, los cuales le habían cercado, y a los capitanes de los carros: y el pueblo huyó a sus tiendas.
Y él se levantó, y entró en casa; y el otro derramó el aceite sobre su cabeza, y le dijo: Así dijo Jehová Dios de Israel: Yo te he ungido por rey sobre el pueblo de Jehová, sobre Israel.
Y sucedió que venida la mañana, salió él, y estando en pie dijo a todo el pueblo: Vosotros sois justos; he aquí yo he conspirado contra mi señor, y lo maté, pero, ¿quién mató a todos éstos?
Y juntó Jehú todo el pueblo, y les dijo: Acab sirvió poco a Baal; mas Jehú lo servirá mucho.
Y oyendo Atalía el estruendo del pueblo que corría, entró al pueblo en el templo de Jehová.
Y cuando miró, he aquí que el rey estaba junto a la columna, conforme era la costumbre, y los príncipes y los trompeteros junto al rey; y todo el pueblo del país se regocijaba, y tocaban las trompetas. Entonces Atalía, rasgando sus vestidos, gritó: ¡Traición, traición!
Entonces Joiada hizo alianza entre Jehová y el rey y el pueblo, que serían pueblo de Jehová: y asimismo entre el rey y el pueblo.
Y todo el pueblo de la tierra entró en el templo de Baal, y lo derribaron: asimismo despedazaron enteramente sus altares y sus imágenes, y mataron a Matán sacerdote de Baal delante de los altares. Y el sacerdote puso guarnición sobre la casa de Jehová.
Después tomó los centuriones, los capitanes, la guardia y a todo el pueblo de la tierra, e hicieron descender al rey de la casa de Jehová, y vinieron por el camino de la puerta de la guardia a la casa del rey; y se sentó el rey sobre el trono de los reyes.
Y todo el pueblo de la tierra hizo alegrías, y la ciudad estuvo en reposo, habiendo sido Atalía muerta a espada junto a la casa del rey.
Con todo eso los lugares altos no se quitaron; pues el pueblo aún sacrificaba y quemaba incienso en los lugares altos.
Y los sacerdotes consintieron en no tomar más dinero del pueblo, ni tener cargo de reparar las grietas del templo.
Con todo eso los lugares altos no fueron quitados; pues el pueblo aún sacrificaba y quemaba incienso en los lugares altos.
Entonces todo el pueblo de Judá tomó a Azarías, que tenía dieciséis años, y lo hicieron rey en lugar de Amasías su padre.
Con todo, los lugares altos no fueron quitados, pues el pueblo todavía sacrificaba y quemaba incienso en los lugares altos.
Mas Jehová hirió al rey con lepra, y fue leproso hasta el día de su muerte y habitó en una casa separada; y Jotam hijo del rey tenía el cargo del palacio, gobernando al pueblo de la tierra.
Contra él conspiró Salum hijo de Jabes, y lo hirió en presencia de su pueblo, y lo mató, y reinó en su lugar.
Con todo eso los lugares altos no fueron quitados; que el pueblo sacrificaba aún, y quemaba incienso en los lugares altos. Edificó él la puerta más alta de la casa de Jehová.
Y mandó el rey Acaz al sacerdote Urías, diciendo: En el gran altar encenderás el holocausto de la mañana y la ofrenda de la tarde, y el holocausto del rey y su ofrenda, y asimismo el holocausto de todo el pueblo de la tierra y su presente y sus libaciones: y esparcirás sobre él toda la sangre del holocausto, y toda la sangre del sacrificio: y el altar de bronce será mío para consultar en él.
Y temían a Jehová; e hicieron del pueblo bajo sacerdotes de los lugares altos, quienes sacrificaban para ellos en los templos de los lugares altos.
Entonces dijo Eliaquim hijo de Hilcías, y Sebna y Joah, al Rabsaces: Te ruego que hables a tus siervos en arameo, porque nosotros lo entendemos, y no hables con nosotros en lengua judaica a oídos del pueblo que está sobre el muro.
Y el pueblo calló, y no le respondió palabra: porque había mandamiento del rey, el cual había dicho: No le respondáis.
Vuelve, y di a Ezequías, príncipe de mi pueblo: Así dice Jehová, el Dios de David tu padre: Yo he oído tu oración, y he visto tus lágrimas; he aquí yo te sano; al tercer día subirás a la casa de Jehová.
Entonces el pueblo de la tierra mató a todos los que habían conspirado contra el rey Amón; y puso el pueblo de la tierra por rey en su lugar a Josías su hijo.
Ve a Hilcías, sumo sacerdote: dile que recoja el dinero que se ha metido en la casa de Jehová, que han juntado del pueblo los guardianes de la puerta,
Id, y consultad a Jehová por mí, y por el pueblo, y por todo Judá, acerca de las palabras de este libro que se ha hallado; porque grande es la ira de Jehová que se ha encendido contra nosotros, por cuanto nuestros padres no escucharon las palabras de este libro, para hacer conforme a todo lo que nos fue escrito.
Y subió el rey a la casa de Jehová con todos los varones de Judá, y con todos los moradores de Jerusalén, con los sacerdotes y profetas y con todo el pueblo, desde el más chico hasta el más grande; y leyó, oyéndolo ellos, todas las palabras del libro del pacto que había sido hallado en la casa de Jehová.
Y el rey se puso en pie junto a la columna, e hizo pacto delante de Jehová, de que irían en pos de Jehová, y guardarían sus mandamientos, y sus testimonios, y sus estatutos con todo su corazón y con toda su alma, y que cumplirían las palabras del pacto que estaban escritas en aquel libro. Y todo el pueblo confirmó el pacto.
También sacó la imagen de Asera fuera de la casa de Jehová, fuera de Jerusalén, al torrente de Cedrón, y la quemó en el torrente de Cedrón, y la redujo a polvo, y echó el polvo de ella sobre los sepulcros de los hijos del pueblo.
Entonces mandó el rey a todo el pueblo, diciendo: Haced la pascua a Jehová vuestro Dios, conforme a lo que está escrito en el libro de este pacto.
Y sus siervos lo pusieron en un carro, y lo trajeron muerto de Meguido a Jerusalén, y lo sepultaron en su sepulcro. Entonces el pueblo de la tierra tomó a Joacaz hijo de Josías, y le ungieron y le pusieron por rey en lugar de su padre.
Y Joacim pagó a Faraón la plata y el oro; e impuso gravamen sobre la tierra para dar el dinero conforme al mandamiento de Faraón, sacando la plata y el oro del pueblo de la tierra, de cada uno según la estimación de su hacienda, para dar a Faraón Necao.
Y llevó en cautiverio a toda Jerusalén, a todos los príncipes, y a todos los hombres valientes, hasta diez mil cautivos, y a todos los artesanos y herreros. No quedó nadie, excepto los pobres del pueblo de la tierra.
A los nueve días del cuarto mes prevaleció el hambre en la ciudad, hasta que no hubo pan para el pueblo de la tierra.
Y a los del pueblo que habían quedado en la ciudad, y a los que se habían juntado al rey de Babilonia, con los que habían quedado del vulgo, los llevó cautivos Nabuzaradán, capitán de la guardia.
y de la ciudad tomó a un oficial que estaba a cargo de los hombres de guerra, y a cinco varones de los que estaban en la presencia del rey que se hallaban en la ciudad; y al principal escriba del ejército, que reclutaba la gente del país; y sesenta varones del pueblo de la tierra, que se hallaban en la ciudad.
Y al pueblo que Nabucodonosor rey de Babilonia dejó en tierra de Judá, puso por gobernador a Gedalías, hijo de Ahicam hijo de Safán.
Y levantándose todo el pueblo, desde el menor hasta el mayor, con los capitanes del ejército, se fueron a Egipto por temor de los caldeos.
Y luego que le despojaron, tomaron su cabeza y sus armas, y enviaron mensajeros por toda la tierra de los filisteos, para dar las nuevas a sus ídolos y al pueblo.
Y además antes de ahora, aún mientras Saúl reinaba, tú sacabas y metías a Israel. También Jehová tu Dios te ha dicho: Tú apacentarás a mi pueblo Israel, y tú serás príncipe sobre Israel mi pueblo.
Éste estuvo con David en Pasdamim, estando allí juntos en batalla los filisteos: y había allí una parcela de tierra llena de cebada, y huyendo el pueblo delante de los filisteos,
Y toda la congregación dijo que se hiciese así, porque la cosa parecía bien a todo el pueblo.
Y entendió David que Jehová lo había confirmado por rey sobre Israel, y que había exaltado su reino sobre su pueblo Israel.
Y como David hubo acabado de ofrecer el holocausto y los sacrificios de paz, bendijo al pueblo en el nombre de Jehová.
y andaban de nación en nación, y de un reino a otro pueblo.
Bendito sea Jehová Dios de Israel, de eternidad a eternidad. Y todo el pueblo dijo: Amén, y alabó a Jehová.
Y todo el pueblo se fue cada uno a su casa; y David se volvió para bendecir su casa.
Dondequiera que anduve con todo Israel ¿hablé una palabra a alguno de los jueces de Israel, a los cuales mandé que apacentasen mi pueblo, para decirles: Por qué no me edificáis una casa de cedro?
Por tanto, ahora dirás a mi siervo David: Así dice Jehová de los ejércitos: Yo te tomé del redil, de detrás del rebaño, para que fueses príncipe sobre mi pueblo Israel;
Asimismo he dispuesto lugar a mi pueblo Israel, y lo he plantado para que habite en su lugar, y no sea más removido; ni los hijos de iniquidad lo consumirán más, como antes,
y desde el tiempo que puse los jueces sobre mi pueblo Israel; mas humillaré a todos tus enemigos. Además te hago saber que Jehová te edificará casa.
¿Y qué pueblo hay en la tierra como tu pueblo Israel, cuyo Dios fuese y se redimiese un pueblo, para hacerte nombre con grandezas y maravillas, echando las naciones de delante de tu pueblo, que tú rescataste de Egipto?
Tú has constituido a tu pueblo Israel por pueblo tuyo para siempre; y tú, Jehová, has venido a ser su Dios.
Y reinó David sobre todo Israel, y hacía juicio y justicia a todo su pueblo.
Y tomaron a sueldo treinta y dos mil carros, y al rey de Maaca y a su pueblo, los cuales vinieron y acamparon delante de Medeba. Y se juntaron también los hijos de Amón de sus ciudades, y vinieron a la guerra.
Esfuérzate y mostremos hombría por nuestro pueblo, y por las ciudades de nuestro Dios; y que haga Jehová lo que bien le pareciere.
Se acercó luego Joab y el pueblo que tenía consigo, para pelear contra los sirios; mas ellos huyeron delante de él.
Sacó también al pueblo que estaba en ella y les hizo cortar con sierras, con trillos de hierro, y con hachas. Lo mismo hizo David a todas las ciudades de los hijos de Amón. Y se volvió David con todo el pueblo a Jerusalén.
Y dijo David a Joab y a los príncipes del pueblo: Id, contad a Israel desde Beerseba hasta Dan, y traedme el número de ellos para que yo lo sepa.
Y dijo Joab: Añada Jehová a su pueblo cien veces más. Rey señor mío, ¿no son todos éstos siervos de mi señor? ¿Para qué procura mi señor esto, que será pernicioso a Israel?
Y Joab dio la cuenta del número del pueblo a David. Y había en todo Israel un millón cien mil que sacaban espada, y de Judá cuatrocientos setenta mil hombres que sacaban espada.
Y dijo David a Dios: ¿No soy yo el que hizo contar el pueblo? Yo mismo soy el que pequé, y ciertamente he hecho mal; mas estas ovejas, ¿qué han hecho? Jehová Dios mío, sea ahora tu mano contra mí, y contra la casa de mi padre, y no haya plaga en tu pueblo.
Entonces dijo David a Ornán: Dame este lugar de la era, para que edifique un altar a Jehová, y dámelo por su cabal precio, para que cese la plaga del pueblo.
¿No está con vosotros Jehová vuestro Dios, el cual os ha dado reposo por todas partes? porque Él ha entregado en mi mano a los moradores de la tierra, y la tierra ha sido sujetada delante de Jehová, y delante de su pueblo.
Porque David dijo: Jehová Dios de Israel ha dado reposo a su pueblo Israel, y el habitar en Jerusalén para siempre.
Y levantándose el rey David, puesto en pie dijo: Oídme, hermanos míos, y pueblo mío. Yo tenía en propósito edificar una casa, para que en ella reposara el arca del pacto de Jehová, y para el estrado de los pies de nuestro Dios; y había ya aprestado todo para edificar.
He aquí los grupos de los sacerdotes y de los levitas para todo el ministerio de la casa de Dios estarán contigo en toda la obra; asimismo todos los voluntarios e inteligentes para toda forma de servicio; y los príncipes, y todo el pueblo para ejecutar todas tus órdenes.
Y se gozó el pueblo de haber contribuido voluntariamente; porque de todo corazón ofrecieron a Jehová voluntariamente. Asimismo se gozó mucho el rey David,
Porque ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que pudiésemos ofrecer de nuestra voluntad cosas semejantes? Porque todo es tuyo, y lo recibido de tu mano te damos.
Yo sé, Dios mío, que tú escudriñas los corazones, y que la rectitud te agrada; por eso yo con rectitud de mi corazón voluntariamente te he ofrecido todo esto, y ahora he visto con alegría que tu pueblo, que aquí se ha hallado ahora, ha dado para ti espontáneamente.
Jehová, Dios de Abraham, de Isaac, y de Israel, nuestros padres; conserva perpetuamente esta voluntad del corazón de tu pueblo, y encamina su corazón a ti.
Confírmese pues, ahora, oh Jehová Dios, tu palabra dada a David mi padre; porque tú me has puesto por rey sobre un pueblo tan numeroso como el polvo de la tierra.
Dame ahora sabiduría y entendimiento, para salir y entrar delante de este pueblo: porque ¿quién podrá juzgar a este tu pueblo que es tan grande?
Y dijo Dios a Salomón: Por cuanto esto fue en tu corazón, que no pediste riquezas, ni posesiones, ni gloria, ni la vida de tus enemigos, ni pediste muchos días, sino que has pedido para ti sabiduría y entendimiento para gobernar a mi pueblo, sobre el cual te he puesto por rey,
Entonces Hiram rey de Tiro respondió por escrito que envió a Salomón: Porque Jehová amó a su pueblo, te ha puesto por rey sobre ellos.
Y señaló de ellos setenta mil cargadores, y ochenta mil canteros en la montaña, y tres mil seiscientos supervisores para hacer trabajar al pueblo.
Desde el día que saqué mi pueblo de la tierra de Egipto, ninguna ciudad he elegido de todas las tribus de Israel para edificar casa donde estuviese mi nombre, ni he escogido varón que fuese príncipe sobre mi pueblo Israel.
Mas a Jerusalén he elegido para que en ella esté mi nombre, y a David he elegido para que esté sobre mi pueblo Israel.
Asimismo que oigas el ruego de tu siervo, y de tu pueblo Israel, cuando en este lugar hicieren oración, que tú oirás desde los cielos, desde el lugar de tu morada; que oigas y perdones.
Si tu pueblo Israel cayere delante de los enemigos, por haber prevaricado contra ti, y se convirtieren, y confesaren tu nombre, y rogaren delante de ti en esta casa,
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