'Que' en la Biblia
pues nuestro evangelio no vino a vosotros solamente en palabras, sino también en poder y en el Espíritu Santo y con plena convicción; como sabéis qué clase de personas demostramos ser entre vosotros por amor a vosotros.
de manera que llegasteis a ser un ejemplo para todos los creyentes en Macedonia y en Acaya.
Porque {saliendo} de vosotros, la palabra del Señor ha resonado, no sólo en Macedonia y Acaya, sino que también por todas partes vuestra fe en Dios se ha divulgado, de modo que nosotros no tenemos necesidad de hablar nada.
Pues ellos mismos cuentan acerca de nosotros, de la acogida que tuvimos por parte de vosotros, y de cómo os convertisteis de los ídolos a Dios para servir al Dios vivo y verdadero,
Porque vosotros mismos sabéis, hermanos, que nuestra visita a vosotros no fue en vano,
sino que después de haber sufrido y sido maltratados en Filipos, como sabéis, tuvimos el valor, {confiados} en nuestro Dios, de hablaros el evangelio de Dios en medio de mucha oposición.
sino que así como hemos sido aprobados por Dios para que se nos confiara el evangelio, así hablamos, no como agradando a los hombres, sino a Dios que examina nuestros corazones.
Más bien demostramos ser benignos entre vosotros, como una madre que cría con ternura a sus propios hijos.
así como sabéis de qué manera os exhortábamos, alentábamos e implorábamos a cada uno de vosotros, como un padre {lo haría} con sus propios hijos,
para que anduvierais como es digno del Dios que os ha llamado a su reino y a su gloria.
Por esto también nosotros sin cesar damos gracias a Dios de que cuando recibisteis la palabra de Dios, que oísteis de nosotros {la} aceptasteis no {como} la palabra de hombres, sino como lo que realmente es, la palabra de Dios, la cual también hace su obra en vosotros los que creéis.
Pues vosotros, hermanos, vinisteis a ser imitadores de las iglesias de Dios en Cristo Jesús que están en Judea, porque también vosotros padecisteis los mismos sufrimientos a manos de vuestros propios compatriotas, tal como ellos {padecieron} a manos de los judíos,
los cuales mataron tanto al Señor Jesús como a los profetas, y a nosotros nos expulsaron, y no agradan a Dios sino que son contrarios a todos los hombres,
impidiéndonos hablar a los gentiles para que se salven, con el resultado de que siempre llenan la medida de sus pecados. Pero la ira ha venido sobre ellos hasta el extremo.
Ya que queríamos ir a vosotros (al menos yo, Pablo, más de una vez) pero Satanás nos lo ha impedido.
Por lo cual, no pudiendo soportar{lo} más, pensamos que era mejor quedarnos solos en Atenas,
a fin de que nadie se inquiete por {causa de} estas aflicciones, porque vosotros mismos sabéis que para esto hemos sido destinados.
Porque en verdad, cuando estábamos con vosotros os predecíamos que íbamos a sufrir aflicción, y así ha acontecido, como sabéis.
Por eso también yo, cuando ya no pude soportar más, envié para informarme de vuestra fe, por temor a que el tentador os hubiera tentado y que nuestro trabajo resultara en vano.
Pero ahora Timoteo ha regresado de vosotros a nosotros, y nos ha traído buenas noticias de vuestra fe y amor y de que siempre tenéis buen recuerdo de nosotros, añorando vernos, como también nosotros a vosotros;
porque ahora {sí que} vivimos, si vosotros estáis firmes en el Señor.
Pues ¿qué acción de gracias podemos dar a Dios por vosotros, por todo el gozo con que nos regocijamos delante de nuestro Dios a causa de vosotros,
según oramos intensamente de noche y de día que podamos ver vuestro rostro y que completemos lo que falta a vuestra fe?
Ahora, {pues,} que el mismo Dios y Padre nuestro, y Jesús nuestro Señor, dirijan nuestro camino a vosotros;
y que el Señor os haga crecer y abundar en amor unos para con otros, y para con todos, como también nosotros {lo hacemos} para con vosotros;
a fin de que El afirme vuestros corazones irreprensibles en santidad delante de nuestro Dios y Padre, en la venida de nuestro Señor Jesús con todos sus santos.
Por lo demás, hermanos, os rogamos, pues, y os exhortamos en el Señor Jesús, que como habéis recibido de nosotros {instrucciones} acerca de la manera en que debéis andar y agradar a Dios (como de hecho ya andáis), así abundéis {en ello} más y más.
Pues sabéis qué preceptos os dimos por autoridad del Señor Jesús.
Porque esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación; {es decir,} que os abstengáis de inmoralidad sexual;
que cada uno de vosotros sepa cómo poseer su propio vaso en santificación y honor,
no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios;
{y} que nadie peque y defraude a su hermano en este asunto, porque el Señor es {el} vengador en todas estas cosas, como también antes os lo dijimos y advertimos solemnemente.
Por consiguiente, el que rechaza {esto} no rechaza a hombre, sino al Dios que os da su Espíritu Santo.
Mas en cuanto al amor fraternal, no tenéis necesidad de que {nadie} os escriba, porque vosotros mismos habéis sido enseñados por Dios a amaros unos a otros;
porque en verdad lo practicáis con todos los hermanos que están en toda Macedonia. Pero os instamos, hermanos, a que abundéis {en ello} más y más,
y a que tengáis por vuestra ambición el llevar una vida tranquila, y os ocupéis en vuestros propios asuntos y trabajéis con vuestras manos, tal como os hemos mandado;
a fin de que os conduzcáis honradamente para con los de afuera, y no tengáis necesidad de nada.
Pero no queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como lo hacen los demás que no tienen esperanza.
Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también Dios traerá con El a los que durmieron en Jesús.
Por lo cual os decimos esto por la palabra del Señor: que nosotros los que estemos vivos {y} que permanezcamos hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron.
Entonces nosotros, los que estemos vivos {y} que permanezcamos, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes al encuentro del Señor en el aire, y así estaremos con el Señor siempre.
Ahora bien, hermanos, con respecto a los tiempos y a las épocas, no tenéis necesidad de que se os escriba {nada.}
Pues vosotros mismos sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como un ladrón en la noche;
{que} cuando estén diciendo: Paz y seguridad, entonces la destrucción vendrá sobre ellos repentinamente, como dolores de parto a una mujer que está encinta, y no escaparán.
Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que el día os sorprenda como ladrón;
Porque los que duermen, de noche duermen, y los que se emborrachan, de noche se emborrachan.
Pero puesto que nosotros somos del día, seamos sobrios, habiéndonos puesto la coraza de la fe y del amor, y por yelmo la esperanza de la salvación.
que murió por nosotros, para que ya sea que estemos despiertos o dormidos, vivamos juntamente con El.
Pero os rogamos hermanos, que reconozcáis a los que con diligencia trabajan entre vosotros, y os dirigen en el Señor y os instruyen,
y que los tengáis en muy alta estima con amor, por causa de su trabajo. Vivid en paz los unos con los otros.
Y os exhortamos, hermanos, a que amonestéis a los indisciplinados, animéis a los desalentados, sostengáis a los débiles {y} seáis pacientes con todos.
Mirad que ninguno devuelva a otro mal por mal, sino procurad siempre lo bueno los unos para con los otros, y para con todos.
Y que el mismo Dios de paz os santifique por completo; y que todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea preservado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.
Fiel es el que os llama, el cual también {lo} hará.
Os encargo solemnemente por el Señor que se lea esta carta a todos los hermanos.