'Sus' en la Biblia
Y el SEÑOR respondió: ``Judá subirá {primero}; ya le he entregado el país en sus manos."
Judá subió, y el SEÑOR entregó en sus manos a los Cananeos y a los Ferezeos, y derrotaron a 10,000 hombres en Bezec.
Y Adoni Bezec dijo: ``Setenta reyes, con los pulgares de sus manos y de sus pies cortados, recogían {migajas} debajo de mi mesa. Como yo he hecho, así me ha pagado Dios." Lo llevaron a Jerusalén (Ciudad de Paz), y allí murió.
Entonces los hijos de Judá pelearon contra Jerusalén y la tomaron, pasaron a filo de espada {a sus habitantes} y prendieron fuego a la ciudad.
Pero Manasés no tomó posesión de Bet Seán y sus aldeas, ni de Taanac y sus aldeas, ni de los habitantes de Dor y sus aldeas, ni de los habitantes de Ibleam y sus aldeas, ni de los habitantes de Meguido y sus aldeas, porque los Cananeos persistían en habitar en aquella tierra.
El ángel del SEÑOR subió de Gilgal a Boquim y dijo {a los Israelitas}: ``Yo los saqué a ustedes de Egipto y los conduje a la tierra que había prometido a sus padres y les dije: `Jamás quebrantaré Mi pacto con ustedes,
y en cuanto a ustedes, no harán pacto con los habitantes de esta tierra; sus altares derribarán.' Pero no Me han obedecido. ¿Qué es esto que han hecho?
"Por lo cual también dije: `No los echaré de delante de ustedes, sino que serán {como espinas} en su costado, y sus dioses les serán lazo para ustedes.'"
También toda aquella generación fue reunida a sus padres. Y se levantó otra generación después de ellos que no conocía al SEÑOR, ni la obra que El había hecho por Israel.
Abandonaron al SEÑOR, el Dios de sus padres, que los había sacado de la tierra de Egipto, y siguieron a otros dioses de {entre} los dioses de los pueblos que {estaban} a su derredor; se postraron ante ellos y provocaron a ira al SEÑOR.
La ira del SEÑOR se encendió contra Israel, y los entregó en manos de salteadores que los saquearon. También los vendió en mano de sus enemigos de alrededor, y ya no pudieron hacer frente a sus enemigos.
Sin embargo no escucharon a sus jueces, porque se prostituyeron siguiendo a otros dioses, y se postraron ante ellos. Se apartaron pronto del camino en que sus padres habían andado en obediencia a los mandamientos del SEÑOR. No hicieron como {sus padres.}
Cuando el SEÑOR les levantaba jueces, el SEÑOR estaba con el juez y los libraba de mano de sus enemigos todos los días del juez. Porque el SEÑOR se compadecía por sus gemidos a causa de los que los oprimían y afligían.
Pero cuando moría el juez, ellos volvían atrás y se corrompían aún más que sus padres, siguiendo a otros dioses, sirviéndoles (adorándolos) e inclinándose ante ellos. No dejaban sus costumbres ni su camino obstinado.
Entonces se encendió la ira del SEÑOR contra Israel, y dijo: ``Por cuanto esta nación ha quebrantado Mi pacto que ordené a sus padres, y no ha escuchado Mi voz,
para probar por medio de ellas a Israel, a ver si guardan o no el camino del SEÑOR, y andan en él como {lo} hicieron sus padres."
Y eran para probar a Israel, para ver si obedecían los mandamientos que el SEÑOR había ordenado a sus padres por medio de Moisés.
Tomaron para sí a sus hijas por mujeres, y dieron sus propias hijas a los hijos de ellos, y sirvieron a sus dioses.
Entonces Aod les dijo: ``Persígan{los,} porque el SEÑOR ha entregado en sus manos a sus enemigos, los Moabitas." Y descendieron tras él y se apoderaron de los vados del Jordán frente a Moab, y no dejaron pasar a nadie.
~`Y yo atraeré hacia ti a Sísara, comandante del ejército de Jabín, con sus carros y sus muchas tropas hacia el torrente Cisón, y lo entregaré en tus manos.'"
Y juntó Sísara todos sus carros, 900 carros de hierro, y a toda la gente que {estaba} con él, desde Haroset Goyim hasta el torrente Cisón.
El SEÑOR derrotó a Sísara, con todos {sus} carros y todo {su} ejército, a filo de espada delante de Barac. Y Sísara bajó de {su} carro, y huyó a pie.
Al sonido de los que dividen las {manadas} entre los abrevaderos, Allí repetirán los actos de justicia del SEÑOR, Los actos de justicia para con Sus campesinos en Israel. Entonces el pueblo del SEÑOR descendió a las puertas.
Galaad se quedó al otro lado del Jordán. ¿Y por qué se quedó Dan en {las} naves? Aser se sentó a la orilla del mar, Y se quedó junto a sus puertos.
Desde los cielos las estrellas pelearon, Desde sus órbitas pelearon contra Sísara.
Entonces resonaron los cascos de los caballos Por el galopar, el galopar de sus valientes corceles.
`Maldigan a Meroz,' dijo el ángel del SEÑOR, `maldigan, maldigan a sus moradores; Porque no vinieron en ayuda del SEÑOR, En ayuda del SEÑOR contra los guerreros.'
Extendió ella la mano hacia la estaca de la tienda, Y su diestra hacia el martillo de trabajadores. Entonces golpeó a Sísara, desbarató su cabeza. Destruyó y perforó sus sienes.
A sus pies él se encorvó, cayó, quedó tendido; A sus pies se encorvó {y} cayó. Donde se encorvó, allí quedó muerto.
Miraba por la ventana y se lamentaba La madre de Sísara, por entre la celosía: ` ¿Por qué se tarda en venir su carro? ¿Por qué se retrasa el trotar de sus carros?'
Sus sabias princesas le respondían, Aun a sí misma ella repite sus palabras:
Porque subían con su ganado y sus tiendas, y entraban como langostas en multitud. Tanto ellos como sus camellos eran innumerables, y entraban en la tierra para devastarla.
~`Los libré de la mano de los Egipcios y de la mano de todos sus opresores. Los desalojé delante de ustedes, les di su tierra,
Entonces Gedeón le respondió: ``Ah señor mío, si el SEÑOR está con nosotros, ¿por qué nos ha ocurrido todo esto? ¿Y dónde están todas Sus maravillas que nuestros padres nos han contado, diciendo: ` ¿No nos hizo el SEÑOR subir de Egipto?' Pero ahora el SEÑOR nos ha abandonado, y nos ha entregado en mano de los Madianitas."
Gedeón tomó diez hombres de sus siervos e hizo como el SEÑOR le había dicho. Pero como temía mucho a la casa de su padre y a los hombres de la ciudad para hacer esto de día, lo hizo de noche.
Y el SEÑOR dijo a Gedeón: ``El pueblo que está contigo es demasiado numeroso para que Yo entregue a Madián en sus manos; no sea que Israel se vuelva orgulloso, y diga: `Mi propia fortaleza me ha librado.'
Y los 300 hombres tomaron en sus manos las provisiones del pueblo y sus trompetas. Y {Gedeón} envió a todos los {demás} hombres de Israel, cada uno a su tienda, pero retuvo a los 300 hombres. El campamento de Madián le quedaba abajo en el valle.
Los Madianitas, los Amalecitas y todos los hijos del oriente estaban recostados en el valle, numerosos como langostas; y sus camellos eran innumerables, tan numerosos como la arena a la orilla del mar.
Ahora bien, Zeba y Zalmuna estaban en Carcor, y sus ejércitos con ellos, unos 15,000 hombres, los que habían quedado de todo el ejército de los hijos del oriente. Porque los que habían caído eran 120,000 hombres que sacaban espada.
Y capturó a un joven de Sucot y lo interrogó. Entonces {el joven} le dio por escrito {los nombres de} los príncipes de Sucot y de sus ancianos, setenta y siete hombres.
Entonces Zeba y Zalmuna dijeron: ``Levántate tú y cae sobre nosotros; porque como es el hombre, así es su fortaleza (valentía)." Y se levantó Gedeón y mató a Zeba y a Zalmuna, y tomó los adornos de media luna que sus camellos llevaban al cuello.
El peso de los zarcillos de oro que él pidió fue de 1,700 {siclos} (19.4 kilos) de oro, sin contar los adornos de media luna, los pendientes y los vestidos de púrpura que {llevaban} los reyes de Madián y sin contar los collares que {llevaban} sus camellos al cuello.
Y tuvo setenta hijos que fueron sus descendientes directos, porque tuvo muchas mujeres.
Así que los Israelitas se olvidaron del SEÑOR su Dios que los había librado de manos de todos sus enemigos en derredor.
Luego fue a la casa de su padre en Ofra y sobre una piedra mató a sus hermanos, los hijos de Jerobaal, setenta hombres. Pero Jotam, el hijo menor de Jerobaal, se libró porque se escondió.
pero ustedes se han rebelado hoy contra la casa de mi padre y han matado a sus hijos, setenta hombres, sobre una piedra, y han hecho rey sobre los habitantes de Siquem a Abimelec, el hijo de su sierva, porque es pariente de ustedes)
para que viniera la violencia hecha a los setenta hijos de Jerobaal, y recayera la sangre de ellos sobre su hermano Abimelec que los mató, y sobre los habitantes de Siquem que fortalecieron las manos de él para matar a sus hermanos.
Gaal, hijo de Ebed, vino con sus parientes, y pasaron a Siquem; y los habitantes de Siquem pusieron su confianza en él.
Y salieron al campo y vendimiaron sus viñedos, pisaron las uvas e hicieron fiesta. Y entrando a la casa de su dios, comieron y bebieron y maldijeron a Abimelec.
Y envió secretamente mensajeros a Abimelec, diciendo: ``Gaal, hijo de Ebed, y sus parientes han venido a Siquem, y están alborotando a la ciudad contra ti.
Y Abimelec se quedó en Aruma, pero Zebul expulsó a Gaal y a sus parientes para que no se quedaran en Siquem.
Así pagó Dios a Abimelec por la maldad que había hecho a su padre al matar a sus setenta hermanos.
Dios también hizo volver sobre sus cabezas toda la maldad de los hombres de Siquem, y vino sobre ellos la maldición de Jotam, hijo de Jerobaal.
"Cuando los Sidonios, los Amalecitas y los Maonitas los oprimían, clamaron a Mí, y Yo los libré de sus manos.
Jefté huyó de sus hermanos y habitó en la tierra de Tob. Y hombres indignos se juntaron con Jefté y salían con él.
Entonces Jefté fue con los ancianos de Galaad, y el pueblo lo hizo cabeza y jefe sobre ellos. Y Jefté habló todas sus palabras delante del SEÑOR en Mizpa.
~`Mientras Israel habitaba en Hesbón y sus pueblos, y en Aroer y sus aldeas, y en todas las ciudades que están a orillas del Arnón por, 300 años, ¿por qué no las recuperó durante ese tiempo?
Al verla, él rasgó sus ropas y dijo: `` ¡Ay, hija mía! Me has abatido y estás entre los que me afligen. Porque he dado mi palabra al SEÑOR, y no me puedo retractar."
Y él dijo: ``Ve," y la dejó ir por dos meses; y ella se fue con sus compañeras, y lloró su virginidad por los montes.
Y Jefté les respondió: ``Yo y mi pueblo estábamos en gran lucha con los Amonitas, y cuando los llamé a ustedes, no me libraron de sus manos.
Y tuvo treinta hijos y treinta hijas, {a éstas las} casó fuera {de la familia,} y trajo de afuera treinta hijas para sus hijos. El juzgó a Israel siete años.
Recogió la miel en sus manos y siguió adelante, comiéndo{la} mientras caminaba. Cuando llegó {adonde estaban} su padre y su madre, les dio {miel} y ellos comieron. Pero no les contó que había recogido la miel del cuerpo del león.
Entonces el Espíritu del SEÑOR vino sobre él con gran poder, y descendió a Ascalón y mató a treinta de ellos y tomando sus despojos, dio las mudas {de ropa} a los que habían declarado la adivinanza. Y ardiendo en ira, subió a la casa de su padre.
Ellos le respondieron: ``No, sino que te ataremos bien y te entregaremos en sus manos. Ciertamente no te mataremos." Entonces lo ataron con dos sogas nuevas y lo sacaron de la peña.
Al llegar él a Lehi, los Filisteos salieron a su encuentro gritando. Y el Espíritu del SEÑOR vino sobre él con poder, y las sogas que estaban en sus brazos fueron como lino quemado con fuego y las ataduras cayeron de sus manos.
Y abrió Dios la cuenca que está en Lehi y salió agua de ella. Cuando bebió, recobró sus fuerzas y se reanimó. Por eso llamó a aquel lugar En Hacore (Manantial del que Clamó), el cual está en Lehi hasta el día de hoy.
Dalila tomó sogas nuevas, lo ató con ellas, y le dijo: `` ¡Sansón, los Filisteos se te echan encima!" Pues los {hombres} estaban al acecho en el aposento interior. Pero él rompió las sogas de sus brazos como un hilo.
Y como ella le presionaba diariamente con sus palabras y le apremiaba, su alma se angustió hasta la muerte.
Viendo Dalila que él le había declarado todo {lo que había} en su corazón, mandó llamar a los príncipes de los Filisteos y dijo: ``Vengan una vez más, porque él me ha declarado todo {lo que hay} en su corazón." Entonces los príncipes de los Filisteos vinieron a ella y trajeron el dinero en sus manos.
Y ella lo hizo dormir sobre sus rodillas, y mandó llamar a un hombre que le rasuró las siete trenzas de su cabellera. Luego ella comenzó a afligirlo y su fuerza lo dejó.
Y dijo Sansón: `` ¡Muera yo con los Filisteos!" Y se inclinó con todas sus fuerzas y el edificio se derrumbó sobre los príncipes y sobre todo el pueblo que {estaba} en él. Así que los que mató al morir fueron más que los que había matado durante su vida.
Entonces descendieron sus hermanos y toda la casa de su padre, y tomándolo, lo llevaron y lo sepultaron entre Zora y Estaol en la tumba de Manoa, su padre. Sansón había juzgado a Israel veinte años.
Y este hombre Micaía tenía un santuario. Hizo un efod e ídolos domésticos, y consagró a uno de sus hijos para que fuera su sacerdote.
En aquellos días no había rey en Israel. Cada uno hacía lo que le parecía bien ante sus propios ojos.
El Levita consintió en quedarse con el hombre, y el joven fue para él como uno de sus hijos.
Al regresar a sus hermanos en Zora y Estaol, sus hermanos les dijeron: `` ¿Qué {noticias} tienen?"
Y los cinco hombres que fueron a reconocer la región de Lais, les dijeron a sus parientes: `` ¿No saben que en estas casas hay un efod, ídolos domésticos, una imagen tallada y una imagen de fundición? Ahora pues, consideren lo que deben hacer."
Y los 600 hombres armados con sus armas de guerra, que {eran} de los hijos de Dan, se pusieron a la entrada de la puerta.
Entonces ellos se volvieron y salieron, y pusieron los niños, el ganado y sus bienes por delante.
Y los hijos de Dan levantaron para sí la imagen tallada. Jonatán, hijo de Gersón, hijo de Manasés, y sus hijos fueron sacerdotes para la tribu de los Danitas, hasta el día del cautiverio de la tierra.
Y alzó sus ojos y vio al viajero en la plaza de la ciudad. Y el anciano dijo: `` ¿A dónde vas y de dónde vienes?"
Al levantarse su señor por la mañana, abrió las puertas de la casa y salió para seguir su camino, y vio que su concubina estaba tendida a la entrada de la casa, con sus manos en el umbral.
"Entreguen ahora a los hombres, esos perversos en Guibeá, para que les demos muerte y quitemos {esta} infamia de Israel." Pero los de la tribu de Benjamín no quisieron escuchar la voz de sus hermanos, los Israelitas.
Y los Benjamitas, de sus ciudades, se reunieron en Guibeá para salir a combatir contra los Israelitas.
Entonces todos los hombres de Israel se levantaron de sus puestos y se pusieron en orden de batalla en Baal Tamar. Y los emboscados de Israel salieron de sus puestos, de Maareh Geba.
Entonces el pueblo vino a Betel (Casa de Dios), y permaneció allí delante de Dios hasta la noche. Y alzaron sus voces y lloraron amargamente.
"Y cuando sus padres o sus hermanos vengan a quejarse a nosotros, les diremos: `Dénnoslas voluntariamente, porque no pudimos tomar en batalla una mujer para cada hombre {de Benjamín.} Tampoco ustedes {se} las dieron, {pues} entonces serían culpables.'"
En esos días no había rey en Israel; cada uno hacía lo que le parecía bien ante sus propios ojos.