'También' en la Biblia
También en El hemos obtenido herencia, habiendo sido predestinados según el propósito de Aquél que obra todas las cosas conforme al consejo de Su voluntad,
En El también ustedes, después de escuchar el mensaje de la verdad, el evangelio de su salvación, y habiendo creído, fueron sellados en El con el Espíritu Santo de la promesa,
Por esta razón también yo, habiendo oído de la fe en el Señor Jesús que {hay} entre ustedes, y {de} su amor por todos los santos,
muy por encima de todo principado, autoridad, poder, dominio y de todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo sino también en el venidero.
Entre ellos también todos nosotros en otro tiempo vivíamos en las pasiones de nuestra carne, satisfaciendo los deseos de la carne y de la mente (de los pensamientos), y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.
En Cristo también ustedes son juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.
de manera que Cristo habite por la fe en sus corazones. {También ruego} que arraigados y cimentados en amor,
{Hay} un solo cuerpo y un solo Espíritu, así como también ustedes fueron llamados en una misma esperanza de su vocación;
Esta {expresión:} ``Ascendió," ¿qué significa, sino que El también había descendido a las profundidades de la tierra?
El que descendió es también el mismo que ascendió mucho más arriba de todos los cielos, para poder llenarlo todo.
Esto digo, pues, y afirmo juntamente con el Señor: que ustedes ya no anden así como andan también los Gentiles (paganos), en la vanidad de su mente.
Sean más bien amables unos con otros, misericordiosos, perdonándose unos a otros, así como también Dios los perdonó en Cristo.
y anden en amor, así como también Cristo les amó y se dio a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios, como fragante aroma.
Pero así como la iglesia está sujeta a Cristo, también las mujeres {deben estarlo} a sus maridos en todo.
Así deben también los maridos amar a sus mujeres, como a sus propios cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama.
Porque nadie aborreció jamás su propio cuerpo, sino que lo sustenta y lo cuida, así como también Cristo a la iglesia;
En todo caso, cada uno de ustedes ame también a su mujer como a sí mismo, y que la mujer respete a su marido.
Tomen también el CASCO DE LA SALVACION, y la espada del Espíritu que es la palabra de Dios.
{Oren} también por mí, para que me sea dada palabra al abrir mi boca, a fin de dar a conocer sin temor el misterio del evangelio,
Pero a fin de que también ustedes sepan mi situación {y} lo que hago, todo se lo hará saber Tíquico, amado hermano y fiel ministro en el Señor,