'Te' en la Biblia
Mira, Jehová tu Dios ha puesto la tierra delante de ti; sube y poséela, como Jehová el Dios de tus padres te ha dicho; no temas ni desmayes.
Y en el desierto has visto que Jehová tu Dios te ha traído, como trae el hombre a su hijo, por todo el camino que habéis andado, hasta llegar a este lugar.
pues Jehová tu Dios te ha bendecido en toda la obra de tus manos; Él conoce tu caminar por este gran desierto; estos cuarenta años Jehová tu Dios ha estado contigo; nada te ha faltado.
Y Jehová me dijo: No molestes a Moab, ni te empeñes con ellos en guerra, pues no te daré posesión de su tierra; porque yo he dado a Ar por heredad a los hijos de Lot.
y cuando te acerques a los hijos de Amón; no los molestes, ni te metas con ellos; pues no te daré posesión de la tierra de los hijos de Amón; porque a los hijos de Lot la he dado por heredad.
Pase yo, te ruego, y vea aquella tierra buena, que está más allá del Jordán, aquel buen monte, y el Líbano.
Por tanto, guárdate, y guarda tu alma con diligencia, que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, y no se aparten de tu corazón todos los días de tu vida; antes bien, las enseñarás a tus hijos, y a los hijos de tus hijos.
No sea que alzando tus ojos al cielo, y viendo el sol y la luna y las estrellas, y todo el ejército del cielo, seas incitado, y te inclines a ellos, y les sirvas; porque Jehová tu Dios los ha concedido a todos los pueblos debajo de todos los cielos.
Y Jehová se enojó contra mí por causa de vosotros, y juró que yo no pasaría el Jordán, ni entraría en la buena tierra, que Jehová tu Dios te da por heredad.
Guardaos, no sea que olvidéis el pacto de Jehová vuestro Dios, que Él estableció con vosotros, y os hagáis escultura o imagen de cualquier cosa, que Jehová tu Dios te ha prohibido.
Cuando estuviereis en angustia, y te alcanzaren todas estas cosas, si en los postreros días te volvieres a Jehová tu Dios, y oyeres su voz;
(porque Jehová tu Dios es Dios misericordioso;) Él no te abandonará, ni te destruirá, ni se olvidará del pacto que juró a tus padres.
A ti te fue mostrado, para que supieses que Jehová, Él es Dios; no hay otro fuera de Él.
Desde el cielo te hizo oír su voz, para enseñarte; sobre la tierra te mostró su gran fuego, y has oído sus palabras de en medio del fuego.
Y porque Él amó a tus padres, escogió a su simiente después de ellos, y te sacó delante de sí de Egipto con su gran poder;
Y guarda sus estatutos y sus mandamientos que yo te mando hoy, para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti, y prolongues tus días sobre la tierra que Jehová tu Dios te da para siempre.
Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre.
No te inclinarás a ellas ni les servirás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen,
Guarda el día sábado para santificarlo, como Jehová tu Dios te ha mandado.
Y acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto, y que Jehová tu Dios te sacó de allá con mano fuerte y brazo extendido: por lo cual Jehová tu Dios te ha mandado que guardes el día de reposo.
Honra a tu padre y a tu madre, como Jehová tu Dios te ha mandado, para que sean prolongados tus días, y para que te vaya bien sobre la tierra que Jehová tu Dios te da.
Acércate tú, y oye todas las cosas que Jehová nuestro Dios diga; y tú nos dirás todo lo que Jehová nuestro Dios te diga, y nosotros lo oiremos y lo haremos.
Y oyó Jehová la voz de vuestras palabras, cuando me hablabais; y me dijo Jehová: He oído la voz de las palabras de este pueblo, que ellos te han hablado: bien está todo lo que han dicho.
Y tú quédate aquí conmigo, y te diré todos los mandamientos, y estatutos, y derechos que les has de enseñar, a fin que los pongan ahora por obra en la tierra que yo les doy para poseerla.
Para que temas a Jehová tu Dios, guardando todos sus estatutos y sus mandamientos que yo te mando, tú, y tu hijo, y el hijo de tu hijo, todos los días de tu vida, y que tus días sean prolongados.
Oye pues, oh Israel, y cuida de ponerlos por obra, para que te vaya bien, y seáis multiplicados, como te ha prometido Jehová el Dios de tus padres, en la tierra que fluye leche y miel.
Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón:
Y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes:
Y será, cuando Jehová tu Dios te hubiere introducido en la tierra que juró a tus padres Abraham, Isaac, y Jacob, que te daría; en ciudades grandes y buenas que tú no edificaste,
y casas llenas de todo bien, que tú no llenaste, y cisternas cavadas, que tú no cavaste, viñas y olivares que no plantaste; luego que comieres y te saciares,
guárdate que no te olvides de Jehová, que te sacó de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre.
Porque el Dios celoso, Jehová tu Dios, en medio de ti está; no sea que se encienda el furor de Jehová tu Dios contra ti, y te destruya de sobre la faz de la tierra.
Guardaréis diligentemente los mandamientos de Jehová vuestro Dios, y sus testimonios y sus estatutos que te ha mandado.
Y harás lo recto y bueno en ojos de Jehová, para que te vaya bien, y entres y poseas la buena tierra que Jehová juró a tus padres;
Y cuando mañana te preguntare tu hijo, diciendo: ¿Qué significan los testimonios y estatutos y derechos que Jehová nuestro Dios os ha mandado?
Cuando Jehová tu Dios te hubiere introducido en la tierra en la cual tú has de entrar para poseerla, y hubiere echado de delante de ti muchas naciones, al heteo, al gergeseo, y al amorreo, y al cananeo, y al ferezeo, y al heveo, y al jebuseo, siete naciones mayores y más fuertes que tú;
Porque desviará a tu hijo de en pos de mí, y servirán a dioses ajenos; y el furor de Jehová se encenderá sobre vosotros, y te destruirá presto.
Porque tú eres pueblo santo a Jehová tu Dios: Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la faz de la tierra.
Guarda por tanto los mandamientos, estatutos y derechos que yo te mando hoy que cumplas.
y te amará, y te bendecirá, y te multiplicará, y bendecirá el fruto de tu vientre, y el fruto de tu tierra, y tu grano, y tu mosto, y tu aceite, la cría de tus vacas, y los rebaños de tus ovejas, en la tierra que juró a tus padres que te daría.
Y quitará Jehová de ti toda enfermedad; y todas las malas plagas de Egipto, que tú conoces, no las pondrá sobre ti, antes las pondrá sobre todos los que te aborrecieren.
Y consumirás a todos los pueblos que te da Jehová tu Dios; no los perdonará tu ojo; ni servirás a sus dioses, porque te será tropiezo.
de las grandes pruebas que vieron tus ojos, y de las señales y milagros, y de la mano fuerte y brazo extendido con que Jehová tu Dios te sacó; así hará Jehová tu Dios con todos los pueblos de cuya presencia tú temieres.
Y Él entregará sus reyes en tu mano, y tú destruirás el nombre de ellos de debajo del cielo; nadie te hará frente hasta que los destruyas.
Y te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta años en el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos.
Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido; para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre.
Tu ropa nunca se envejeció sobre ti, ni el pie se te ha hinchado por estos cuarenta años.
Reconoce asimismo en tu corazón, que como castiga el hombre a su hijo, así Jehová tu Dios te castiga.
Porque Jehová tu Dios te introduce en la buena tierra, tierra de arroyos, de aguas, de fuentes, de abismos que brotan por vegas y montes;
tierra en la cual no comerás el pan con escasez, no te faltará nada en ella; tierra que sus piedras son hierro, y cortarás bronce de sus montes.
Y comerás y te saciarás, y bendecirás a Jehová tu Dios por la buena tierra que te habrá dado.
Guárdate de que no te olvides de Jehová tu Dios, dejando de observar sus mandamientos, y sus derechos y sus estatutos que yo te ordeno hoy.
No sea que comas y te sacies, y edifiques buenas casas en que mores,
y se multipliquen tus vacas y tus ovejas, y se te multiplique la plata y el oro, y todo lo que tuvieres se te aumente,
y se eleve luego tu corazón, y te olvides de Jehová tu Dios, que te sacó de tierra de Egipto, de casa de siervos;
que te hizo caminar por un desierto grande y espantoso, de serpientes ardientes, y de escorpiones, y de sed, donde no había agua, y Él te sacó agua de la roca del pedernal;
que te sustentó con maná en el desierto, comida que tus padres no habían conocido, afligiéndote y probándote, para a la postre hacerte bien;
Antes acuérdate de Jehová tu Dios; porque Él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día.
Sabe, pues, hoy que Jehová tu Dios es el que pasa delante de ti, fuego consumidor, que los destruirá y humillará delante de ti: y tú los echarás, y los destruirás luego, como Jehová te ha dicho.
Por tanto, sabe que no por tu justicia Jehová tu Dios te da esta buena tierra para poseerla; que pueblo duro de cerviz eres tú.
Acuérdate, no te olvides que has provocado a ira a Jehová tu Dios en el desierto: desde el día que saliste de la tierra de Egipto, hasta que entrasteis en este lugar, habéis sido rebeldes a Jehová.
que guardes los mandamientos de Jehová y sus estatutos, que yo te prescribo hoy para tu bien?
Con setenta almas descendieron tus padres a Egipto; y ahora Jehová te ha hecho como las estrellas del cielo en multitud.
Daré también hierba en tu campo para tus bestias; y comerás, y te saciarás.
Y las enseñaréis a vuestros hijos, hablando de ellas, cuando estés sentado en tu casa, y cuando andes por el camino; cuando te acuestes, y cuando te levantes.
Y será que, cuando Jehová tu Dios te introdujere en la tierra a la cual vas para poseerla, pondrás la bendición sobre el monte Gerizim, y la maldición sobre el monte Ebal.
Éstos son los estatutos y derechos que cuidaréis de poner por obra, en la tierra que Jehová el Dios de tus padres te ha dado para que la poseas, todos los días que vosotros viviereis sobre la tierra.
Y comeréis allí delante de Jehová vuestro Dios, y os alegraréis, vosotros y vuestras familias, en toda obra de vuestras manos en que Jehová tu Dios te hubiere bendecido.
sino en el lugar que Jehová escogiere, en una de tus tribus, allí ofrecerás tus holocaustos, y allí harás todo lo que yo te mando.
Con todo, podrás matar y comer carne en todas tus poblaciones conforme al deseo de tu alma, según la bendición de Jehová tu Dios que Él te habrá dado; el inmundo y el limpio la comerá, como la de corzo o de ciervo.
Mas delante de Jehová tu Dios las comerás, en el lugar que Jehová tu Dios hubiere escogido, tú, y tu hijo, y tu hija, y tu siervo, y tu sierva, y el levita que está en tus poblaciones; y te alegrarás delante de Jehová tu Dios en toda obra de tus manos.
Cuando Jehová tu Dios ensanchare tu término, como Él te ha dicho, y tú dijeres: Comeré carne, porque deseó tu alma comerla, conforme a todo el deseo de tu alma comerás carne.
Cuando estuviere lejos de ti el lugar que Jehová tu Dios habrá escogido, para poner allí su nombre, matarás de tus vacas y de tus ovejas, que Jehová te hubiere dado, como te he mandado yo, y comerás en tus puertas según todo lo que deseare tu alma.
No comerás de ella; para que te vaya bien a ti, y a tus hijos después de ti, cuando hicieres lo recto en ojos de Jehová.
Guarda y escucha todas estas palabras que yo te mando, para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti para siempre, cuando hicieres lo bueno y lo recto ante los ojos de Jehová tu Dios.
Cuando se levantare en medio de ti profeta, o soñador de sueños, y te diere señal o prodigio,
y se cumpliere la señal o prodigio que él te dijo, diciendo: Vamos en pos de dioses ajenos, que no conociste, y sirvámosles;
Y el tal profeta o soñador de sueños, ha de ser muerto; por cuanto habló para alejaros de Jehová vuestro Dios (que te sacó de tierra de Egipto, y te rescató de casa de siervos), y de echarte del camino por el que Jehová tu Dios te mandó que anduvieses. Así quitarás el mal de en medio de ti.
Cuando te incitare tu hermano, hijo de tu madre, o tu hijo, o tu hija, o la esposa de tu seno, o tu amigo que sea como tu alma, diciendo en secreto: Vamos y sirvamos a dioses ajenos, que ni tú ni tus padres conocisteis,
Y lo apedrearás hasta que muera; por cuanto procuró apartarte de Jehová tu Dios, que te sacó de tierra de Egipto, de casa de siervos:
Cuando oyeres de alguna de tus ciudades que Jehová tu Dios te da para que mores en ellas, que se dice:
Y no se pegará algo a tu mano del anatema; para que Jehová se aparte del furor de su ira y te muestre misericordia, y tenga compasión de ti, y te multiplique, como lo juró a tus padres,
cuando obedecieres a la voz de Jehová tu Dios, guardando todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, para hacer lo recto en ojos de Jehová tu Dios.
porque eres pueblo santo a Jehová tu Dios, y Jehová te ha escogido para que le seas un pueblo singular de entre todos los pueblos que están sobre la faz de la tierra.
Y si el camino fuere tan largo que tú no puedas llevarlo por él, por estar lejos de ti el lugar que Jehová tu Dios hubiere escogido para poner en él su nombre, cuando Jehová tu Dios te bendijere,
y darás el dinero por todo lo que deseare tu alma, por vacas, o por ovejas, o por vino, o por sidra, o por cualquier cosa que tu alma te demandare: y comerás allí delante de Jehová tu Dios, y te alegrarás tú y tu familia.
Y vendrá el levita, que no tiene parte ni heredad contigo, y el extranjero, el huérfano y la viuda que hubiere en tus poblaciones, y comerán y serán saciados; para que Jehová tu Dios te bendiga en toda obra de tus manos que hicieres.
Para que así no haya en ti mendigo; porque Jehová te bendecirá con abundancia en la tierra que Jehová tu Dios te da por heredad para que la poseas,
si sólo escuchares fielmente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y cumplir todos estos mandamientos que yo te intimo hoy.
Ya que Jehová tu Dios te habrá bendecido, como te ha dicho, prestarás entonces a muchas naciones, mas tú no tomarás prestado; y señorearás sobre muchas naciones, pero ellas no señorearán sobre ti.
Cuando hubiere en ti menesteroso de alguno de tus hermanos en alguna de tus ciudades, en tu tierra que Jehová tu Dios te da, no endurecerás tu corazón, ni cerrarás tu mano a tu hermano pobre:
Guárdate que no haya en tu corazón perverso pensamiento, diciendo: Cerca está el año séptimo, el de la remisión; y tu ojo sea maligno sobre tu hermano menesteroso para no darle: que él podrá clamar contra ti a Jehová, y se te imputará a pecado.
Sin falta le darás, y no sea tu corazón maligno cuando le dieres: que por ello te bendecirá Jehová tu Dios en todos tus hechos, y en todo lo que pusieres mano.
Porque no faltarán menesterosos de en medio de la tierra; por eso yo te mando, diciendo: Abrirás tu mano a tu hermano, a tu pobre, y a tu menesteroso en tu tierra.
Cuando se vendiere a ti tu hermano hebreo o hebrea, y te hubiere servido seis años, al séptimo año le despedirás libre de ti.
Le abastecerás liberalmente de tus ovejas, de tu era, y de tu lagar; le darás de aquello en que Jehová te hubiere bendecido.
Y te acordarás que fuiste siervo en la tierra de Egipto, y que Jehová tu Dios te rescató: por tanto yo te mando esto hoy.
Y será que si él te dijere: No saldré de contigo; porque te ama a ti y a tu casa, y porque le va bien contigo;
No te parezca duro cuando de ti le enviares libre; que digno de doble salario de jornalero te sirvió seis años: y Jehová tu Dios te bendecirá en todo cuanto hicieres.
Santificarás a Jehová tu Dios todo primerizo macho que nacerá de tus vacas y de tus ovejas: no te sirvas del primerizo de tus vacas, ni trasquiles el primerizo de tus ovejas.