'Tesoro' en la Biblia
Y él respondió: Paz a vosotros, no temáis; vuestro Dios y el Dios de vuestro padre os dio el tesoro en vuestros costales: yo recibí vuestro dinero. Y sacó a Simeón a ellos.
Ahora pues, si obedeciereis mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra.
Mas toda la plata y el oro, y los vasos de bronce y de hierro, son consagrados a Jehová. Entrarán al tesoro de Jehová.
Y consumieron con fuego la ciudad, y todo lo que en ella había; solamente pusieron en el tesoro de la casa de Jehová la plata, y el oro, y los vasos de bronce y de hierro.
A más de esto, por cuanto tengo mi afecto en la casa de mi Dios, yo guardo en mi tesoro particular oro y plata que he dado para la casa de mi Dios, además de todas las cosas que he preparado para la casa del santuario;
Y todo el que se halló con piedras preciosas, las dio para el tesoro de la casa de Jehová, en mano de Jehiel gersonita.
Y algunos de los príncipes de las familias dieron para la obra. El Tirsata dio para el tesoro mil dracmas de oro, cincuenta tazones, y quinientas treinta vestiduras sacerdotales.
Y de los príncipes de las familias dieron para el tesoro de la obra, veinte mil dracmas de oro, y dos mil doscientas libras de plata.
Y que estaría el sacerdote hijo de Aarón con los levitas, cuando los levitas recibirían el diezmo: y que los levitas llevarían el diezmo del diezmo a la casa de nuestro Dios, a las cámaras en la casa del tesoro.
De los hombres con tu mano, oh Jehová, de los hombres del mundo, que tienen su porción en esta vida, y cuyo vientre llenas de tu tesoro; sacian a sus hijos, y dejan el resto a sus pequeños.
Porque Jehová ha escogido a Jacob para sí, a Israel como su especial tesoro.
Mejor es lo poco con el temor de Jehová, que el gran tesoro donde hay turbación.
Tesoro codiciable y aceite hay en la casa del sabio; mas el hombre insensato lo disipa.
Acumulé también plata y oro, y tesoro preciado de reyes y de provincias; me hice de cantores y cantoras, y de los deleites de los hijos de los hombres, y de toda clase de instrumentos de música.
Y reinarán en tus tiempos la sabiduría y la ciencia, y el poder de la salvación; El temor de Jehová será tu tesoro.
Y se regocijó con ellos Ezequías, y les enseñó la casa de su tesoro, plata y oro, y especias, y ungüentos preciosos, y toda su casa de armas, y todo lo que se pudo hallar en sus tesoros; no hubo cosa en su casa y en todo su señorío, que Ezequías no les mostrase.
Y el Señor entregó en sus manos a Joacim rey de Judá, y parte de los vasos de la casa de Dios, y los trajo a tierra de Sinar, a la casa de su dios; y metió los vasos en la casa del tesoro de su dios.
Aunque él fructifique entre sus hermanos, vendrá el solano, viento de Jehová, subiendo de la parte del desierto, y se secará su manantial, y se agotará su fuente; él saqueará el tesoro de todos los vasos preciosos.
Y me dijo Jehová: Échalo al tesoro, ¡hermoso precio con que me han apreciado! Y tomé las treinta piezas de plata, y las eché al tesoro en la casa de Jehová.
Y ellos serán míos, dice Jehová de los ejércitos, en el día que yo prepare mi especial tesoro; y los perdonaré como un hombre perdona a su hijo que le sirve.
Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.
El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas.
Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo; el cual hallándolo un hombre, lo esconde, y gozoso por ello, va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo.
Entonces Él les dijo: Por eso todo escriba docto en el reino de los cielos es semejante a un padre de familia, que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas.
Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, ve, vende lo que tienes, y da a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo, y ven y sígueme.
Y los príncipes de los sacerdotes, tomando las piezas de plata, dijeron: No es lícito echarlas en el tesoro, porque es precio de sangre.
Entonces Jesús, mirándole, le amó, y le dijo: Una cosa te falta: Ve, vende todo lo que tienes y da a los pobres; y tendrás tesoro en el cielo; y ven, toma tu cruz, y sígueme.
El hombre bueno del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla su boca.
Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios.
Vended lo que poseéis, y dad limosna; haceos bolsas que no se envejezcan, tesoro en el cielo que no se agote; donde ladrón no llega, ni polilla corrompe.
Porque donde está vuestro tesoro, allí también estará vuestro corazón.
Y cuando Jesús oyó esto, le dijo: Aún te falta una cosa: Vende todo lo que tienes, y da a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme.
Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros;
Vuestro oro y plata están corroídos, y su óxido testificará contra vosotros, y comerá vuestra carne como fuego. Habéis acumulado tesoro para los días postreros.