'Tú' en la Biblia
Arráncate los cabellos y ráete por los hijos de tus delicias; ensancha tu calva como la del buitre, porque irán al cautiverio lejos de ti.
Y tú, torre del rebaño, colina de la hija de Sion, hasta ti vendrá, vendrá el antiguo dominio, el reino de la hija de Jerusalén.
Ahora, ¿por qué gritas tan fuerte? ¿No hay rey en ti? ¿Ha perecido tu consejero, que el dolor te aflige como a mujer de parto?
Levántate y trilla, hija de Sion, pues yo haré tu cuerno de hierro y haré tus pezuñas de bronce, para que desmenuces a muchos pueblos, para que consagres al SEÑOR su injusta ganancia, y sus riquezas al Señor de toda la tierra.
Pero tú, Belén Efrata, aunque eres pequeña entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que ha de ser gobernante en Israel. Y sus orígenes son desde tiempos antiguos, desde los días de la eternidad.
Se alzará tu mano contra tus adversarios, y todos tus enemigos serán exterminados.
También exterminaré las ciudades de tu tierra, y derribaré todas tus fortalezas.
Exterminaré las hechicerías de tu mano, y no tendrás más adivinos.
Oíd ahora lo que dice el SEÑOR: Levántate, litiga con los montes, y oigan las colinas tu voz.
El te ha declarado, oh hombre, lo que es bueno. ¿Y qué es lo que demanda el SEÑOR de ti, sino sólo practicar la justicia, amar la misericordia, y andar humildemente con tu Dios?
La voz del SEÑOR clamará a la ciudad (prudente es temer tu nombre): Oíd, oh tribu, ¿quién ha señalado su tiempo?
Tú comerás, pero no te saciarás, y tu vileza estará en medio de ti. Apartarás, pero nada salvarás, y lo que salves, yo lo entregaré a la espada.
El mejor de ellos es como un zarzal, {y} el más recto como un seto de espinos. El día {que pongas} tus centinelas, tu castigo llegará. ¿Entonces será su confusión!
No os fiéis del vecino, ni confiéis en el amigo. De la que reposa en tu seno, guarda tus labios.
Entonces mi enemiga {lo} verá, y se cubrirá de vergüenza la que me decía: ¿Dónde está el SEÑOR tu Dios? Mis ojos la contemplarán; entonces será pisoteada como el lodo de las calles.
Pastorea a tu pueblo con tu cayado, el rebaño de tu heredad, que mora solo en el bosque, en medio de un campo fértil. Que se apacienten en Basán y Galaad como en los días de antaño.
Como en los días de tu salida de la tierra de Egipto, te mostraré milagros.
¿Qué Dios hay como tú, que perdona la iniquidad y pasa por alto la rebeldía del remanente de su heredad? No persistirá en su ira para siempre, porque se complace en la misericordia.