'Tú' en la Biblia
No te des prisa en hablar, Ni se apresure tu corazón a proferir palabra delante de Dios. Porque Dios está en el cielo y tú en la tierra; Por tanto sean pocas tus palabras.
No permitas que tu boca te haga pecar, y no digas delante del mensajero {de Dios} que fue un error. ¿Por qué ha de enojarse Dios a causa de tu voz y destruir la obra de tus manos?
Porque en los muchos sueños y {en} las muchas palabras {hay} vanidades; tú, sin embargo, teme (reverencia) a Dios.
No te apresures en tu espíritu a enojarte, Porque el enojo se anida en el seno de los necios.
No seas demasiado impío, Ni seas necio. ¿Por qué has de morir antes de tu tiempo?
Bueno es que retengas esto Sin soltar aquello de tu mano; Porque el que teme a Dios se sale con todo ello.
Tampoco tomes en serio todas las palabras que se hablan, No sea que oigas a tu siervo maldecirte.
Porque tú también te das cuenta Que muchas veces has maldecido a otros de la misma manera.
Vete, come tu pan con gozo, Y bebe tu vino con corazón alegre, Porque Dios ya ha aprobado tus obras.
En todo tiempo sean blancas tus ropas, Y que no falte ungüento sobre tu cabeza.
Goza de la vida con la mujer que amas todos los días de tu vida fugaz que El te ha dado bajo el sol, todos los días de tu vanidad. Porque ésta es tu parte en la vida y en el trabajo con que te afanas bajo el sol.
Todo lo que tu mano halle para hacer, haz{lo} según tus fuerzas; porque no hay actividad ni propósito ni conocimiento ni sabiduría en el Seol (región de los muertos) adonde vas.
Si la ira del gobernante se levanta contra ti, No abandones tu puesto, Porque la serenidad suaviza grandes ofensas.
Bienaventurada tú, tierra, cuyo rey es de noble cuna Y cuyos príncipes comen a su debida hora, Para fortalecerse y no para embriagarse.
Ni aun en tu recámara maldigas al rey, Ni en tus alcobas maldigas al rico, Porque un ave de los cielos llevará el rumor, Y un ser alado hará conocer el asunto.
Echa tu pan sobre las aguas, Que después de muchos días lo hallarás.
Reparte {tu} porción con siete, o aun con ocho, Porque no sabes qué mal puede venir sobre la tierra.
De mañana siembra tu semilla Y a la tarde no des reposo a tu mano, Porque no sabes si esto o aquello prosperará, O si ambas cosas serán igualmente buenas.
Alégrate, joven, en tu juventud, Y tome placer tu corazón en los días de tu juventud. Sigue los impulsos de tu corazón y el gusto de tus ojos; Pero debes saber que por todas estas cosas, Dios te traerá a juicio.
Por tanto, aparta de tu corazón la congoja Y aleja el sufrimiento de tu cuerpo, Porque la juventud y la primavera de la vida son vanidad.
Acuérdate, pues, de tu Creador en los días de tu juventud, Antes que vengan los días malos, Y se acerquen los años en que digas: ``No tengo en ellos placer."