'Un' en la Biblia
y como un manto los envolverás, y serán mudados; pero tú eres el mismo, y tus años no acabarán.
Le hiciste un poco menor que los ángeles, le coronaste de gloria y de honra, y le pusiste sobre las obras de tus manos.
Pero vemos a Jesús coronado de gloria y de honra, el cual fue hecho un poco menor que los ángeles, por el padecimiento de su muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos.
otra vez determina un cierto día, diciendo por medio de David: Hoy, después de tanto tiempo; como está dicho: Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones.
Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios.
Por tanto, teniendo un gran Sumo Sacerdote, que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión.
Porque no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas; sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.
para que por dos cosas inmutables, en las cuales, es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo, los que nos hemos refugiado asiéndonos de la esperanza puesta delante de nosotros.
Y aun es mucho más manifiesto, si a semejanza de Melquisedec se levanta un sacerdote diferente;
Por tanto, Jesús es hecho fiador de un mejor testamento.
mas Éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable;
Mas ahora tanto mejor ministerio es el suyo, por cuanto Él es el mediador de un mejor testamento, que ha sido establecido sobre mejores promesas.
Porque hallando falta en ellos, dice: He aquí vienen días, dice el Señor, cuando estableceré con la casa de Israel y con la casa de Judá un nuevo pacto;
Ahora bien, el primer pacto tenía en verdad ordenanzas de servicio a Dios y un santuario terrenal.
Pero Éste, habiendo ofrecido por los pecados un solo sacrificio para siempre, se ha sentado a la diestra de Dios,
y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios,
Porque aún un poco de tiempo, y el que ha de venir vendrá, y no tardará.
que ninguno sea fornicario, o profano, como Esaú, que por un bocado vendió su primogenitura.
Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gracia, por la cual sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia;
Tenemos un altar, del cual no tienen derecho de comer los que sirven al tabernáculo.