'Venir' en la Biblia
diciéndole: ¿Eres tú Aquél que había de venir, o esperaremos a otro?
Y si queréis recibirlo, él es aquel Elías que había de venir.
Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.
Pero Jesús dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se los impidáis, porque de los tales es el reino de los cielos.
y envió a sus siervos para que llamasen a los convidados a las bodas; mas no quisieron venir.
Velad, pues, porque no sabéis a que hora ha de venir vuestro Señor.
Pero sabed esto, que si el padre de familia supiese en qué vela el ladrón habría de venir, velaría, y no dejaría minar su casa.
Pero si aquel siervo malo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir;
Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir.
Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo mío con intereses.
Y llamando a la multitud y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.
Y viéndolo Jesús, se indignó, y les dijo: Dejad los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios.
Velad, pues, porque no sabéis cuándo el señor de la casa ha de venir; si a la tarde, o a la media noche, o al canto del gallo, o al amanecer;
Y cuando hubo pasado el sábado, María Magdalena, y María la madre de Jacobo, y Salomé, compraron especias aromáticas para venir a ungirle.
por lo que ni siquiera me tuve por digno de venir a ti; mas di la palabra, y mi siervo será sano.
Y llamó Juan a dos de sus discípulos, y los envió a Jesús, para preguntarle: ¿Eres tú Aquél que había de venir, o esperaremos a otro?
Y cuando los hombres vinieron a Él, dijeron: Juan el Bautista nos ha enviado a ti, para preguntarte: ¿Eres tú Aquél que había de venir, o esperaremos a otro?
Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz cada día, y sígame.
Después de estas cosas, designó el Señor también a otros setenta, y los envió de dos en dos delante de su faz, a toda ciudad y lugar a donde Él había de venir.
Y esto sabed, que si supiese el padre de familia a qué hora había de venir el ladrón, velaría ciertamente, y no dejaría minar su casa.
Pero si aquel siervo dice en su corazón: Mi señor tarda en venir; y comienza a golpear a los siervos y a las criadas, y a comer y beber y a embriagarse;
Y preguntándole los fariseos, cuándo había de venir el reino de Dios, respondió y les dijo: El reino de Dios no vendrá con advertencia;
Pero Jesús, llamándolos, dijo: Dejad los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios.
¿por qué, pues, no diste mi dinero al banco, para que al venir yo, lo hubiera recibido con los intereses?
Velad, pues, orando en todo tiempo, que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que han de venir, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre.
La mujer le dijo: Sé que el Mesías ha de venir, el que es llamado, el Cristo; cuando Él venga nos declarará todas las cosas.
Y no queréis venir a mí para que tengáis vida.
Entonces aquellos hombres, cuando vieron el milagro que Jesús había hecho, dijeron: Verdaderamente Éste es el Profeta que había de venir al mundo.
Y percibiendo Jesús que habían de venir para tomarle por fuerza y hacerle rey, volvió a retirarse al monte Él solo.
Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero.
Y dijo: Por eso os he dicho que ninguno puede venir a mí, si no le es dado de mi Padre.
Me buscaréis, y no me hallaréis; y donde yo estaré, vosotros no podréis venir.
¿Qué palabra es ésta que dijo: Me buscaréis, y no me hallaréis; y a donde yo estaré, vosotros no podréis venir?
Otros decían: Éste es el Cristo. Pero algunos decían: ¿De Galilea ha de venir el Cristo?
¿No dice la Escritura que de la simiente de David, y de la aldea de Belén, de donde era David, ha de venir el Cristo?
Entonces Jesús les dijo otra vez: Yo me voy, y me buscaréis, y en vuestro pecado moriréis; a donde yo voy, vosotros no podéis venir.
Decían entonces los judíos: ¿Se ha de matar a sí mismo, pues dice: A donde yo voy, vosotros no podéis venir?
Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa.
Ella le dijo: Sí, Señor, yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios que había de venir al mundo.
Hijitos, aún un poco estaré con vosotros. Me buscaréis; pero como dije a los judíos, así os digo a vosotros ahora: A donde yo voy, vosotros no podéis venir.
Pero cuando el Espíritu de verdad venga, Él os guiará a toda verdad; porque no hablará de sí mismo, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber las cosas que han de venir.
Pero Jesús, sabiendo todas las cosas que habían de venir sobre Él, salió y les dijo: ¿A quién buscáis?
Y enviando José, hizo venir a su padre Jacob, y a toda su parentela, en número de setenta y cinco almas.
Y como Lida estaba cerca de Jope, los discípulos, oyendo que Pedro estaba allí, le enviaron dos hombres, rogándole que no se detuviese en venir a ellos.
Envía, pues, ahora hombres a Jope, y haz venir a Simón, que tiene por sobrenombre Pedro.
Y ellos dijeron: Cornelio, el centurión, varón justo y temeroso de Dios, y de buen testimonio en toda la nación de los judíos, fue avisado de Dios por un santo Ángel, de hacerte venir a su casa, y oír de ti palabras.
por lo cual, al ser llamado, vine sin objetar. Así que pregunto: ¿Por qué causa me habéis hecho venir?
Envía, pues, a Jope, y haz venir a un Simón, que tiene por sobrenombre Pedro; éste posa en casa de Simón, curtidor, junto al mar; el cual cuando venga, te hablará.
Así que en seguida envié por ti; y tú has hecho bien en venir. Ahora, pues, todos nosotros estamos aquí en la presencia de Dios, para oír todo lo que Dios te ha encomendado.
el cual nos contó cómo había visto en su casa al Ángel, que se puso en pie, y le dijo: Envía hombres a Jope, y haz venir a Simón, que tiene por sobrenombre Pedro;
Y al día siguiente, queriendo saber de cierto la causa por la que era acusado de los judíos, le soltó de las cadenas, y mandó venir a los príncipes de los sacerdotes y a todo su concilio; y sacando a Pablo, le presentó delante de ellos.
Y mandó al centurión que se guardase a Pablo, y que tuviese libertades; y que no impidiesen a ninguno de los suyos servirle o venir a él.
Esperando también con esto, que de parte de Pablo le sería dado dinero para que le soltase; por lo cual, haciéndole venir muchas veces, hablaba con él.
Pero habiendo obtenido auxilio de Dios, persevero hasta el día de hoy, dando testimonio a pequeños y a grandes, no diciendo nada fuera de las cosas que los profetas y Moisés dijeron que habían de venir.
El cual creyó en esperanza contra esperanza, para venir a ser padre de muchas naciones, conforme a lo que le había sido dicho: Así será tu simiente.
No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán; el cual es figura del que había de venir.
Por lo cual estoy seguro que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir,
Por esta causa muchas veces he sido impedido de venir a vosotros.
sea Pablo, sea Apolos, sea Cefas, sea el mundo, sea la vida, sea la muerte, sea lo presente, sea lo por venir; todo es vuestro,
y de vosotros pasar a Macedonia, y de Macedonia venir otra vez a vosotros, y ser encaminado de vosotros a Judea.
Esto, pues, determiné para conmigo, no venir otra vez a vosotros con tristeza.
que son la sombra de lo por venir; mas el cuerpo es de Cristo.
y esperar del cielo a su Hijo, al cual resucitó de los muertos; a Jesús, el cual nos libró de la ira que ha de venir.
atesorando para sí buen fundamento para lo por venir; que echen mano de la vida eterna.
Procura venir antes del invierno. Eubulo te saluda, y Pudente, y Lino, y Claudia, y todos los hermanos.
Cuando enviare a ti a Artemas o a Tíquico, apresúrate a venir a mí a Nicópolis; porque allí he determinado pasar el invierno.
Por cuanto le era preciso ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel Sumo Sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo.
Mas estando ya presente Cristo, Sumo Sacerdote de los bienes que habían de venir, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación;
Porque aún un poco de tiempo, y el que ha de venir vendrá, y no tardará.
Por fe Isaac bendijo a Jacob y a Esaú acerca de cosas que habían de venir.
Porque no tenemos aquí ciudad permanente, mas buscamos la por venir.
Acerca de esta salvación inquirieron y diligentemente indagaron los profetas que profetizaron de la gracia que había de venir a vosotros,
Hijitos, ya es el último tiempo; y como vosotros habéis oído que el anticristo ha de venir, así también al presente hay muchos anticristos; por lo cual sabemos que es el último tiempo.
y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y éste es el espíritu del anticristo, del cual vosotros habéis oído que ha de venir, y que ahora ya está en el mundo.
Juan, a las siete iglesias que están en Asia: Gracia sea a vosotros, y paz del que es y que era y que ha de venir, y de los siete Espíritus que están delante de su trono;
Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.
Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre todo el mundo, para probar a los que moran sobre la tierra.
Y los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas alrededor, y por dentro estaban llenos de ojos; y no reposaban día y noche, diciendo: Santo, santo, santo, Señor Dios Todopoderoso, que era, y que es, y que ha de venir.
Diciendo: Te damos gracias, oh Señor Dios Todopoderoso, que eres y que eras y que has de venir, porque has tomado tu gran poder, y has reinado.