'Yo' en la Biblia
Y le dijo Jehová: Ponle por nombre Jezreel; porque de aquí a poco yo vengaré la sangre de Jezreel sobre la casa de Jehú, y haré cesar el reino de la casa de Israel.
Y acontecerá que en aquel día quebraré yo el arco de Israel en el valle de Jezreel.
Y dijo Dios: Ponle por nombre Lo-ammi, porque vosotros no sois mi pueblo, ni yo seré vuestro Dios.
Contended con vuestra madre, contended, porque ella no es mi esposa, y yo no soy su marido; quite, pues, de su rostro sus prostituciones, y sus adulterios de entre sus pechos;
no sea que yo la despoje y desnude, y la deje como el día en que nació, y la ponga como un desierto, y la deje como tierra seca, y la mate de sed.
Por tanto, he aquí yo voy a cercar con espinos su camino, y le pondré vallado, para que no encuentre sus senderos.
Y ella no reconoció que yo le daba el trigo, el vino y el aceite, y que les multipliqué la plata y el oro que ofrecían a Baal.
Por tanto yo volveré, y tomaré mi trigo a su tiempo, y mi vino a su sazón, y quitaré mi lana y mi lino que le había dado para cubrir su desnudez.
Y ahora descubriré yo su locura delante de los ojos de sus amantes, y nadie la librará de mi mano.
Pero he aquí, yo la atraeré, y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón.
Y será que en aquel tiempo responderé, dice Jehová, yo responderé a los cielos, y ellos responderán a la tierra;
Y le dije: Tú te quedarás para mí muchos días; no fornicarás, ni tomarás otro varón; lo mismo haré yo por ti.
Mi pueblo fue destruido porque le faltó conocimiento. Porque tú desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos.
Y haciendo víctimas han bajado hasta lo profundo; por tanto yo castigaré a todos ellos.
Yo conozco a Efraín, e Israel no me es desconocido; porque ahora, oh Efraín, te has prostituido, y se ha contaminado Israel.
Yo, pues, seré como polilla a Efraín, y como carcoma a la casa de Judá.
Porque yo seré como león a Efraín, y como cachorro de león a la casa de Judá; yo, yo arrebataré, y andaré; tomaré, y no habrá quien liberte.
También para ti oh Judá, está preparada una cosecha, cuando yo haga volver el cautiverio de mi pueblo.
Mientras curaba yo a Israel, se descubrió la iniquidad de Efraín, y las maldades de Samaria; porque obran con engaño; y el ladrón entra, y los salteadores despojan por fuera.
¡Ay de ellos! porque se apartaron de mí; destrucción vendrá sobre ellos, porque contra mí se rebelaron; yo los redimí, y ellos hablaron mentiras contra mí.
Aunque yo ceñí y fortalecí sus brazos, contra mí pensaron mal.
Ellos hicieron reyes, mas no de parte mía; constituyeron príncipes, mas yo no lo supe: de su plata y de su oro hicieron ídolos para sí, para ser talados.
Olvidó, pues, Israel a su Hacedor, y edificó templos, y Judá multiplicó ciudades fortificadas; mas yo meteré fuego en sus ciudades, el cual devorará sus palacios.
Efraín fue herido, se secó su raíz, no dará más fruto; aunque engendren, yo mataré el amado fruto de su vientre.
Cuando yo lo desee, los castigaré; y pueblos se juntarán contra ellos cuando sean atados en sus dos surcos.
Efraín es becerra domada, amadora del trillar; mas yo pasaré sobre su lozana cerviz; yo haré llevar yugo a Efraín; arará Judá, quebrará sus terrones Jacob.
Cuando Israel era muchacho, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo.
Yo con todo enseñé a caminar a Efraín, tomándolo de los brazos; y no conocieron que yo los cuidaba.
¿Cómo he de dejarte, oh Efraín? ¿He de entregarte yo, Israel? ¿Cómo podré yo hacerte como Adma, o ponerte como a Zeboim? Mi corazón se conmueve dentro de mí, se inflama toda mi compasión.
Y dijo Efraín: Ciertamente yo he enriquecido, he hallado riquezas para mí: nadie hallará en mí iniquidad, ni pecado en todos mis trabajos.
Pero yo soy Jehová tu Dios desde la tierra de Egipto; aún te haré morar en tiendas, como en los días de la fiesta.
Y he hablado a los profetas, y yo aumenté la profecía, y por medio de los profetas puse semejanzas.
Mas yo soy Jehová tu Dios desde la tierra de Egipto; no conocerás dios fuera de mí, ni otro salvador sino a mí.
Yo te conocí en el desierto, en tierra seca.
Por tanto, yo seré para ellos como león; como un leopardo en el camino los espiaré.
De la mano del sepulcro los redimiré, los libraré de la muerte. Oh muerte, yo seré tu muerte; y seré tu destrucción, oh sepulcro; el arrepentimiento será escondido de mis ojos.
Yo sanaré su rebelión, los amaré de pura gracia; porque mi ira se apartó de ellos.
Yo seré a Israel como rocío; él florecerá como lirio, y extenderá sus raíces como el Líbano.
Efraín dirá: ¿Qué más tendré ya con los ídolos? Yo lo oiré, y miraré; yo seré a él como el ciprés verde; de mí será hallado tu fruto.