186 casos

'Con' en la Biblia

ESTOS son los nombres de los hijos de Israel, que entraron en Egipto con Jacob; cada uno entró con su familia.

Ahora, pues, seamos sabios para con él, porque no se multiplique, y acontezca que viniendo guerra, él también se junte con nuestros enemigos, y pelee contra nosotros, y se vaya de la tierra.

Y los Egipcios hicieron servir á los hijos de Israel con dureza:

Y amargaron su vida con dura servidumbre, en hacer barro y ladrillo, y en toda labor del campo, y en todo su servicio, al cual los obligaban con rigorismo.

Pero no pudiendo ocultarle más tiempo, tomó una arquilla de juncos, y calafateóla con pez y betún, y colocó en ella al niño, y púsolo en un carrizal á la orilla del río:

El clamor, pues, de los hijos de Israel ha venido delante de mí, y también he visto la opresión con que los Egipcios los oprimen.

Empero yo extenderé mi mano, y heriré á Egipto con todas mis maravillas que haré en él, y entonces os dejará ir.

Y tomarás esta vara en tu mano, con la cual harás las señales.

Y ellos dijeron: El Dios de los Hebreos nos ha encontrado: iremos, pues, ahora camino de tres días por el desierto, y sacrificaremos á Jehová nuestro Dios; porque no venga sobre nosotros con pestilencia ó con espada.

Y los capataces de los hijos de Israel vinieron á Faraón, y se quejaron á él, diciendo: ¿Por qué lo haces así con tus siervos?

No se da paja á tus siervos, y con todo nos dicen: Haced el ladrillo. Y he aquí tus siervos son azotados, y tu pueblo cae en falta.

JEHOVA respondió á Moisés: Ahora verás lo que yo haré á Faraón; porque con mano fuerte los ha de dejar ir; y con mano fuerte los ha de echar de su tierra.

Y también establecí mi pacto con ellos, de darles la tierra de Canaán, la tierra en que fueron extranjeros, y en la cual peregrinaron.

Y Faraón no os oirá; mas yo pondré mi mano sobre Egipto, y sacaré á mis ejércitos, mi pueblo, los hijos de Israel, de la tierra de Egipto, con grandes juicios.

Así ha dicho Jehová: En esto conocerás que yo soy Jehová: he aquí, yo heriré con la vara que tengo en mi mano el agua que está en el río, y se convertirá en sangre:

Y los encantadores de Egipto hicieron lo mismo con sus encantamientos: y el corazón de Faraón se endureció, y no los escuchó; como Jehová lo había dicho.

Y si no lo quisieres dejar ir, he aquí yo heriré con ranas todos tus términos:

Y Jehová dijo á Moisés: Di á Aarón: Extiende tu mano con tu vara sobre los ríos, arroyos, y estanques, para que haga venir ranas sobre la tierra de Egipto.

Entonces salieron Moisés y Aarón de con Faraón, y clamó Moisés á Jehová sobre el negocio de las ranas que había puesto á Faraón.

Y ellos lo hicieron así; y Aarón extendió su mano con su vara, é hirió el polvo de la tierra, el cual se volvió piojos, así en los hombres como en las bestias: todo el polvo de la tierra se volvió piojos en todo el país de Egipto.

Y los encantadores hicieron así también, para sacar piojos con sus encantamientos; mas no pudieron. Y había piojos así en los hombres como en las bestias.

Y dijo Faraón: Yo os dejaré ir para que sacrifiquéis á Jehová vuestro Dios en el desierto, con tal que no vayáis más lejos: orad por mí.

Y respondió Moisés: He aquí, en saliendo yo de contigo, rogaré á Jehová que las diversas suertes de moscas se vayan de Faraón, y de sus siervos, y de su pueblo mañana; con tal que Faraón no falte más, no dejando ir al pueblo á sacrificar á Jehová.

Entonces Moisés salió de con Faraón, y oró á Jehová.

He aquí la mano de Jehová será sobre tus ganados que están en el campo, caballos, asnos, camellos, vacas y ovejas, con pestilencia gravísima:

Hubo pues granizo, y fuego mezclado con el granizo, tan grande, cual nunca hubo en toda la tierra de Egipto desde que fué habitada.

Y salido Moisés de con Faraón de la ciudad, extendió sus manos á Jehová, y cesaron los truenos y el granizo; y la lluvia no cayó más sobre la tierra.

Y llenarse han tus casas, y las casas de todos tus siervos, y las casas de todos los Egipcios, cual nunca vieron tus padres ni tus abuelos, desde que ellos fueron sobre la tierra hasta hoy. Y volvióse, y salió de con Faraón.

Y Moisés respondió: Hemos de ir con nuestros niños y con nuestros viejos, con nuestros hijos y con nuestras hijas: con nuestras ovejas y con nuestras vacas hemos de ir; porque tenemos solemnidad de Jehová.

Y él les dijo: Así sea Jehová con vosotros como yo os dejaré ir á vosotros y á vuestros niños: mirad como el mal está delante de vuestro rostro.

Entonces Faraón hizo llamar á Moisés, y dijo: Id, servid á Jehová; solamente queden vuestras ovejas y vuestras vacas: vayan también vuestros niños con vosotros.

Nuestros ganados irán también con nosotros; no quedará ni una uña; porque de ellos hemos de tomar para servir á Jehová nuestro Dios; y no sabemos con qué hemos de servir á Jehová, hasta que lleguemos allá.

Y descenderán á mí todos estos tus siervos, é inclinados delante de mí dirán: Sal tú, y todo el pueblo que está bajo de ti; y después de esto yo saldré. Y salióse muy enojado de con Faraón.

Y aquella noche comerán la carne asada al fuego, y panes sin levadura: con hierbas amargas lo comerán.

Ninguna cosa comeréis de él cruda, ni cocida en agua, sino asada al fuego; su cabeza con sus pies y sus intestinos.

Y tomad un manojo de hisopo, y mojadle en la sangre que estará en una jofaina, y untad el dintel y los dos postes con la sangre que estará en la jofaina; y ninguno de vosotros salga de las puertas de su casa hasta la mañana.

Y también subió con ellos grande multitud de diversa suerte de gentes; y ovejas, y ganados muy muchos.

Y Moisés dijo al pueblo: Tened memoria de aqueste día, en el cual habéis salido de Egipto, de la casa de servidumbre; pues Jehová os ha sacado de aquí con mano fuerte; por tanto, no comeréis leudado.

Y contarás en aquel día á tu hijo, diciendo: Hácese esto con motivo de lo que Jehová hizo conmigo cuando me sacó de Egipto.

Y serte ha como una señal sobre tu mano, y como una memoria delante de tus ojos, para que la ley de Jehová esté en tu boca; por cuanto con mano fuerte te sacó Jehová de Egipto.

Mas todo primogénito de asno redimirás con un cordero; y si no lo redimieres, le degollarás: asimismo redimirás todo humano primogénito de tus hijos.

Y cuando mañana te preguntare tu hijo, diciendo: ¿Qué es esto? decirle has: Jehová nos sacó con mano fuerte de Egipto, de casa de servidumbre;

Serte ha, pues, como una señal sobre tu mano, y por una memoria delante de tus ojos; ya que Jehová nos sacó de Egipto con mano fuerte.

Tomó también consigo Moisés los huesos de José, el cual había juramentado á los hijos de Israel, diciendo: Dios ciertamente os visitará, y haréis subir mis huesos de aquí con vosotros.

Y endureció Jehová el corazón de Faraón rey de Egipto, y siguió á los hijos de Israel; pero los hijos de Israel habían salido con mano poderosa.

Siguiéndolos, pues, los Egipcios, con toda la caballería y carros de Faraón, su gente de á caballo, y todo su ejército, alcanzáronlos asentando el campo junto á la mar, al lado de Pihahiroth, delante de Baalzephón.

Y dijeron á Moisés: ¿No había sepulcros en Egipto, que nos has sacado para que muramos en el desierto? ¿Por qué lo has hecho así con nosotros, que nos has sacado de Egipto?

Y Moisés dijo al pueblo: No temáis; estaos quedos, y ved la salud de Jehová, que él hará hoy con vosotros; porque los Egipcios que hoy habéis visto, nunca más para siempre los veréis.

Y con la grandeza de tu poder has trastornado á los que se levantaron contra ti: Enviaste tu furor; los tragó como á hojarasca.

Con el soplo de tus narices se amontonaron las aguas; Paráronse las corrientes como en un montón; Los abismos se cuajaron en medio de la mar.

Soplaste con tu viento, cubriólos la mar: Hundiéronse como plomo en las impetuosas aguas.

Porque Faraón entró cabalgando con sus carros y su gente de á caballo en la mar, y Jehová volvió á traer las aguas de la mar sobre ellos; mas los hijos de Israel fueron en seco por medio de la mar.

Y dijo Moisés: Jehová os dará á la tarde carne para comer, y á la mañana pan en hartura; por cuanto Jehová ha oído vuestras murmuraciones con que habéis murmurado contra él: que nosotros, ¿qué somos? vuestras murmuraciones no son contra nosotros, sino con

Y altercó el pueblo con Moisés, y dijeron: Danos agua que bebamos. Y Moisés les dijo: ¿Por qué altercáis conmigo? ¿por qué tentáis á Jehová?

Entonces clamó Moisés á Jehová, diciendo: ¿Qué haré con este pueblo? de aquí á un poco me apedrearán.

Y Jehová dijo á Moisés: Pasa delante del pueblo, y toma contigo de los ancianos de Israel; y toma también en tu mano tu vara, con que heriste el río, y ve:

Y dijo Moisés á Josué: Escógenos varones, y sal, pelea con Amalec: mañana yo estaré sobre la cumbre del collado, y la vara de Dios en mi mano.

E hizo Josué como le dijo Moisés, peleando con Amalec; y Moisés y Aarón y Hur subieron á la cumbre del collado.

Y dijo: Por cuanto la mano sobre el trono de Jehová, Jehová tendrá guerra con Amalec de generación en generación.

Y OYO Jethro, sacerdote de Madián, suegro de Moisés, todas las cosas que Dios había hecho con Moisés, y con Israel su pueblo, y cómo Jehová había sacado á Israel de Egipto:

Y Jethro el suegro de Moisés, con sus hijos y su mujer, llegó á Moisés en el desierto, donde tenía el campo junto al monte de Dios;

Y dijo á Moisés: Yo tu suegro Jethro vengo á ti, con tu mujer, y sus dos hijos con ella.

Y tomó Jethro, suegro de Moisés, holocaustos y sacrificios para Dios: y vino Aarón y todos los ancianos de Israel á comer pan con el suegro de Moisés delante de Dios.

Y viendo el suegro de Moisés todo lo que él hacía con el pueblo, dijo: ¿Qué es esto que haces tú con el pueblo? ¿por qué te sientas tú solo, y todo el pueblo está delante de ti desde la mañana hasta la tarde?

Entonces Moisés descendió al pueblo y habló con ellos.

Y dijeron á Moisés: Habla tú con nosotros, que nosotros oiremos; mas no hable Dios con nosotros, porque no muramos.

Y Jehová dijo á Moisés: Así dirás á los hijos de Israel: Vosotros habéis visto que he hablado desde el cielo con vosotros.

Si entró solo, solo saldrá: si tenía mujer, saldrá él y su mujer con él.

Entonces su amo lo hará llegar á los jueces, y harále llegar á la puerta ó al poste; y su amo le horadará la oreja con lesna, y será su siervo para siempre.

Mas si la hubiere desposado con su hijo, hará con ella según la costumbre de las hijas.

Además, si alguno se ensoberbeciere contra su prójimo, y lo matare con alevosía, de mi altar lo quitarás para que muera.

Además, si algunos riñeren, y alguno hiriere á su prójimo con piedra ó con el puño, y no muriere, pero cayere en cama;

Haya acorneado hijo, ó haya acorneado hija, conforme á este juicio se hará con él.

Si fuere hallado con el hurto en la mano, sea buey ó asno ú oveja vivos, pagará el duplo.

Si dieres á mi pueblo dinero emprestado, al pobre que está contigo, no te portarás con él como logrero, ni le impondrás usura.

Si vieres el asno del que te aborrece caído debajo de su carga, ¿le dejarás entonces desamparado? Sin falta ayudarás con él á levantarlo.

No ofrecerás con pan leudo la sangre de mi sacrificio, ni el sebo de mi víctima quedará de la noche hasta la mañana.

Las primicias de los primeros frutos de tu tierra traerás á la casa de Jehová tu Dios. No guisarás el cabrito con la leche de su madre.

Mas Moisés sólo se llegará á Jehová; y ellos no se lleguen cerca, ni suba con él el pueblo.

Entonces Moisés tomó la sangre, y roció sobre el pueblo, y dijo: He aquí la sangre de la alianza que Jehová ha hecho con vosotros sobre todas estas cosas.

Y dijo á los ancianos: Esperadnos aquí hasta que volvamos á vosotros: y he aquí Aarón y Hur están con vosotros: el que tuviere negocios, lléguese á ellos.

Y meterás las varas por los anillos á los lados del arca, para llevar el arca con ellas.

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