3393 casos

'Mi' en la Biblia

Y pondré mi silla en Elam, y destruiré de allí rey y príncipe, dice Jehová.

Porque os alegrasteis, porque os gozasteis destruyendo mi heredad, porque os henchisteis como becerra de renuevos, y relinchasteis como caballos;

He aquí que como león subirá de la hinchazón del Jordán á la morada fuerte: porque muy pronto le haré correr de sobre ella, y al que fuere escogido la encargaré: porque ¿quién es semejante á mí? ¿y quién me emplazará? ¿ó quién será aquel pastor que me pod

ASI ha dicho Jehová: He aquí que yo levanto sobre Babilonia, y sobre sus moradores que se levantan contra mí, un viento destruidor.

He aquí yo contra ti, oh monte destruidor, dice Jehová, que destruiste toda la tierra; y extenderé mi mano sobre ti, y te haré rodar de las peñas, y te tornaré monte quemado.

Sobre Babilonia la violencia contra mí y mi carne, dirá la moradora de Sión; y mi sangre sobre los moradores de Caldea, dirá Jerusalem.

Si subiese Babilonia al cielo, y si fortaleciere en lo alto su fuerza, de mí vendrán á ella destruidores, dice Jehová.

Sus inmundicias en sus faldas; no se acordó de su postrimería: Por tanto ella ha descendido maravillosamente, no tiene consolador. Mira, oh Jehová, mi aflicción, porque el enemigo se ha engrandecido.

¿No os conmueve á cuantos pasáis por el camino? Mirad, y ved si hay dolor como mi dolor que me ha venido; Porque Jehová me ha angustiado en el día de la ira de su furor.

El yugo de mis rebeliones está ligado por su mano, Enlazadas han subido sobre mi cerviz: ha hecho caer mis fuerzas: Hame entregado el Señor en sus manos, contra quienes no podré levantarme.

El Señor ha hollado todos mis fuertes en medio de mí; Llamó contra mí compañía para quebrantar mis mancebos: Como lagar ha pisado el Señor á la virgen hija de Judá.

Por esta causa yo lloro; mis ojos, mis ojos fluyen aguas; Porque se alejó de mí consolador que dé reposo á mi alma: Mis hijos son destruídos, porque el enemigo prevaleció.

Jehová es justo; que yo contra su boca me rebelé. Oid ahora, pueblos todos, y ved mi dolor: Mis vírgenes y mis mancebos fueron en cautiverio.

Mira, oh Jehová, que estoy atribulada: mis entrañas rugen, Mi corazón está trastornado en medio de mí; porque me rebelé desaforadamente: De fuera deshijó el cuchillo, de dentro parece una muerte.

Oyeron que gemía, y no hay consolador para mí: Todos mis enemigos han oído mi mal, se han holgado de que tú lo hiciste. Harás venir el día que has anunciado, y serán como yo.

Entre delante de ti toda su maldad, Y haz con ellos como hiciste conmigo por todas mis rebeliones: Porque muchos son mis suspiros, y mi corazón está doloroso.

Mis ojos desfallecieron de lágrimas, rugieron mis entrañas, Mi hígado se derramó por tierra por el quebrantamiento de la hija de mi pueblo, Cuando desfallecía el niño y el que mamaba, en las plazas de la ciudad.

Has llamado, como a día de solemnidad, mis temores de todas partes; Y en el día del furor de Jehová no hubo quien escapase ni quedase vivo: Los que crié y mantuve, mi enemigo los acabó

Acuérdate de mi aflicción y de mi abatimiento, del ajenjo y de la hiel.

Mis ojos contristaron mi alma, por todas las hijas de mi ciudad.

Aguas de avenida vinieron sobre mi cabeza; yo dije: Muerto soy.

Oiste mi voz; no escondas tu oído á mi clamor, para mi respiro

Tú has oído el oprobio de ellos, oh Jehová, todas sus maquinaciones contra mí;

Los dichos de los que contra mí se levantaron, y su designio contra mí todo el día.

Aun los monstruos marinos sacan la teta, dan de mamar a sus chiquitos: La hija de mi pueblo es cruel, como los avestruces en el desierto.

Y aumentóse la iniquidad de la hija de mi pueblo más que el pecado de Sodoma, Que fué trastornada en un momento, y no asentaron sobre ella compañías.

Las manos de las mujeres piadosas cocieron á sus hijos; Fuéronles comida en el quebrantamiento de la hija de mi pueblo.

Cual parece el arco del cielo que está en las nubes el día que llueve, así era el parecer del resplandor alrededor. Esta fué la visión de la semejanza de la gloria de Jehová. Y luego que yo la hube visto, caí sobre mi rostro, y oí voz de uno que hablaba.

Y díjome: Hijo del hombre, yo te envío á los hijos de Israel, á gentes rebeldes que se rebelaron contra mí: ellos y sus padres se han rebelado contra mí hasta este mismo día.

Y extendiólo delante de mí, y estaba escrito delante y detrás: y había escritas en él endechas, y lamentación, y ayes.

Y díjome: Hijo del hombre, haz á tu vientre que coma, é hinche tus entrañas de este rollo que yo te doy. Y comílo, y fué en mi boca dulce como miel.

Mas la casa de Israel no te querrán oir, porque no me quieren oír á mí: porque toda la casa de Israel son tiesos de frente, y duros de corazón.

Y levantóme el espíritu, y oí detrás de mí una voz de grande estruendo, que decía: Bendita sea la gloria de Jehová desde su lugar.

Levantóme pues el espíritu, y me tomó; y fuí en amargura, en la indignación de mi espíritu: mas la mano de Jehová era fuerte sobre mí.

Y aconteció que al cabo de los siete días fué á mí palabra de Jehová, diciendo:

Hijo del hombre, yo te he puesto por atalaya á la casa de Israel: oirás pues tú la palabra de mi boca, y amonestarlos has de mi parte.

Y fué allí la mano de Jehová sobre mí, y díjome: Levántate, y sal al campo, y allí hablaré contigo.

Y levantéme, y salí al campo: y he aquí que allí estaba la gloria de Jehová, como la gloria que había visto junto al río de Chebar: y caí sobre mi rostro.

Entonces entró espíritu en mí, y afirmóme sobre mis pies, y hablóme, y díjome: Entra, y enciérrate dentro de tu casa.

Y dije: ­Ah Señor Jehová! he aquí que mi alma no es inmunda, ni nunca desde mi mocedad hasta este tiempo comí cosa mortecina ni despedazada, ni nunca en mi boca entró carne inmunda.

Por tanto, vivo yo, dice el Señor Jehová, ciertamente por haber violado mi santuario con todas tus abominaciones, te quebrantaré yo también: mi ojo no perdonará, ni tampoco tendré yo misericordia.

Y cumpliráse mi furor, y haré que repose en ellos mi enojo, y tomaré satisfacción: y sabrán que yo Jehová he hablado en mi celo, cuando habré cumplido en ellos mi enojo.

Y los que de vosotros escaparen, se acordarán de mí entre las gentes entre las cuales serán cautivos: porque yo me quebranté á causa de su corazón fornicario, que se apartó de mí, y á causa de sus ojos, que fornicaron tras sus ídolos: y se avergonzarán de

El que estuviere lejos, morirá de pestilencia; y el que estuviere cerca caerá á cuchillo; y el que quedare, y fuere cercado, morirá de hambre: así cumpliré en ellos mi enojo.

Y extenderé mi mano sobre ellos, y tornaré la tierra asolada y desierta, más que el desierto hacia Diblath, en todas sus habitaciones: y conocerán que yo soy Jehová.

Y FUÉ á mí palabra de Jehová, diciendo:

Ahora será el fin sobre ti, y enviaré sobre ti mi furor, y te juzgaré según tus caminos; y pondré sobre ti todas tus abominaciones.

Y mi ojo no te perdonará, ni tendré misericordia; antes pondré sobre ti tus caminos, y en medio de ti estarán tus abominaciones; y sabréis que yo soy Jehová.

Ahora presto derramaré mi ira sobre ti, y cumpliré en ti mi furor, y te juzgaré según tus caminos; y pondré sobre ti tus abominaciones.

Y mi ojo no perdonará, ni tendré misericordia: según tus caminos pondré sobre ti, y en medio de ti serán tus abominaciones; y sabréis que yo Jehová soy el que hiero.

Tocarán trompeta, y aparejarán todas las cosas, y no habrá quien vaya á la batalla: porque mi ira está sobre toda su multitud.

Y ACONTECIO en el sexto año, en el mes sexto, á los cinco del mes, que estaba yo sentado en mi casa, y los ancianos de Judá estaban sentados delante de mí, y allí cayó sobre mí la mano del Señor Jehová.

Y aquella semejanza extendió la mano, y tomóme por las guedejas de mi cabeza; y el espíritu me alzó entre el cielo y la tierra, y llevóme en visiones de Dios á Jerusalem, á la entrada de la puerta de adentro que mira hacia el aquilón, donde estaba la habi

Díjome entonces: Hijo del hombre, ¿no ves lo que éstos hacen, las grandes abominaciones que la casa de Israel hace aquí, para alejarme de mi santuario? Mas vuélvete aún, y verás abominaciones mayores.

Pues también yo haré en mi furor; no perdonará mi ojo, ni tendré misericordia, y gritarán á mis oídos con gran voz, y no los oiré.

Matad viejos, mozos y vírgenes, niños y mujeres, hasta que no quede ninguno: mas á todo aquel sobre el cual hubiere señal, no llegaréis; y habéis de comenzar desde mi santuario. Comenzaron pues desde los varones ancianos que estaban delante del templo.

Y aconteció que, habiéndolos herido, yo quedé y postréme sobre mi rostro, y clamé, y dije: ­Ah, Señor Jehová! ¿has de destruir todo el resto de Israel derramando tu furor sobre Jerusalem?

Así pues, yo, mi ojo no perdonará, ni tendré misericordia: el camino de ellos tornaré sobre su cabeza.

Y cayó sobre mí el espíritu de Jehová, y díjome: Di: Así ha dicho Jehová: Así habéis hablado, oh casa de Israel, y las cosas que suben á vuestro espíritu, yo las he entendido.

Y aconteció que, estando yo profetizando, Pelatías hijo de Benaías murió. Entonces caí sobre mi rostro, y clamé con grande voz, y dije: ­Ah, Señor Jehová! ¿harás tú consumación del resto de Israel?

Y fué á mí palabra de Jehová, diciendo:

Luego me levantó el espíritu, y volvióme á llevar en visión del espíritu de Dios á la tierra de los Caldeos, á los trasportados. Y partióse de mí la visión que había visto.

Y FUÉ á mí palabra de Jehová, diciendo:

Y fué á mi palabra de Jehová por la mañana, diciendo:

Mas yo extenderé mi red sobre él, y será preso en mi malla, y harélo llevar á Babilonia, á tierra de Caldeos; mas no la verá, y allá morirá.

Y fué á mí palabra de Jehová, diciendo:

Y fué á mí palabra de Jehová, diciendo:

Y fué á mí palabra de Jehová, diciendo:

Y FUÉ á mí palabra de Jehová, diciendo:

Y será mi mano contra los profetas que ven vanidad, y adivinan mentira: no serán en la congregación de mi pueblo, ni serán escritos en el libro de la casa de Israel, ni á la tierra de Israel volverán; y sabréis que yo soy el Señor Jehová.

Por tanto, y por cuanto engañaron á mi pueblo, diciendo, Paz, no habiendo paz; y el uno edificaba la pared, y he aquí que los otros la encostraban con lodo suelto;

Por tanto, así ha dicho el Señor Jehová: Y haré que la rompa viento tempestuoso con mi ira, y lluvia inundante vendrá con mi furor, y piedras de granizo con enojo para consumir.

Cumpliré así mi furor en la pared y en los que la encostraron con lodo suelto; y os diré: No existe la pared, ni aquellos que la encostraron,

Y di: Así ha dicho el Señor Jehová: ­Ay de aquellas que cosen almohadillas á todos codos de manos, y hacen veletes sobre la cabeza de toda edad para cazar las almas! ¿Habéis de cazar las almas de mi pueblo, para mantener así vuestra propia vida?

¿Y habéis de profanarme entre mi pueblo por puñados de cebada y por pedazos de pan, matando las almas que no mueren, y dando vida á las almas que no vivirán, mintiendo á mi pueblo que escucha la mentira?

Romperé asimismo vuestro veletes, y libraré mi pueblo de vuestra mano, y no estarán más en vuestra mano para caza; y sabréis que yo soy Jehová.

Por tanto no veréis vanidad, ni más adivinaréis adivinación; y libraré mi pueblo de vuestra mano; y sabréis que yo soy Jehová.

Y fué á mí palabra de Jehová, diciendo:

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