128 casos

'Porque' en la Biblia

Y toda planta del campo antes que fuese en la tierra, y toda hierba del campo antes que naciese: porque aun no había Jehová Dios hecho llover sobre la tierra, ni había hombre para que labrase la tierra;

Mas del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, porque no muráis.

Y conoció de nuevo Adam á su mujer, la cual parió un hijo, y llamó su nombre Seth: Porque Dios (dijo ella) me ha sustituído otra simiente en lugar de Abel, á quien mató Caín.

Porque pasados aún siete días, yo haré llover sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches; y raeré toda sustancia que hice de sobre la faz de la tierra.

Y no halló la paloma donde sentar la planta de su pie, y volvióse á él al arca, porque las aguas estaban aún sobre la faz de toda la tierra: entonces él extendió su mano y cogiéndola, hízola entrar consigo en el arca.

Porque ciertamente demandaré la sangre de vuestras vidas; de mano de todo animal la demandaré, y de mano del hombre; de mano del varón su hermano demandaré la vida del hombre.

Y á Heber nacieron dos hijos: el nombre de uno fué Peleg, porque en sus días fué repartida la tierra; y el nombre de su hermano, Joctán.

Por esto fué llamado el nombre de ella Babel, porque allí confudió Jehová el lenguaje de toda la tierra, y desde allí los esparció sobre la faz de toda la tierra.

Y la tierra no podía darles para que habitasen juntos: porque su hacienda era mucha, y no podían morar en un mismo lugar.

Entonces Abram dijo á Lot: No haya ahora altercado entre mí y ti, entre mis pastores y los tuyos, porque somos hermanos.

Levántate, ve por la tierra á lo largo de ella y á su ancho; porque á ti la tengo de dar.

Que desde un hilo hasta la correa de un calzado, nada tomaré de todo lo que es tuyo, porque no digas: Yo enriquecí á Abram:

Díjole aún el ángel de Jehová: He aquí que has concebido, y parirás un hijo, y llamarás su nombre Ismael, porque oído ha Jehová tu aflicción.

Entonces llamó el nombre de Jehová que con ella hablaba: Tú eres el Dios de la vista; porque dijo: ¿No he visto también aquí al que me ve?

Y no se llamará más tu nombre Abram, sino que será tu nombre Abraham, porque te he puesto por padre de muchedumbre de gentes.

Y traeré un bocado de pan, y sustentad vuestro corazón; después pasaréis: porque por eso habéis pasado cerca de vuestro siervo. Y ellos dijeron: Haz así como has dicho.

Entonces Sara negó diciendo: No me reí; porque tuve miedo. Y él dijo: No es así, sino que te has reído.

Porque vamos á destruir este lugar, por cuanto el clamor de ellos ha subido de punto delante de Jehová; por tanto Jehová nos ha enviado para destruirlo.

Entonces salió Lot, y habló á sus yernos, los que habían de tomar sus hijas, y les dijo: Levantaos, salid de este lugar; porque Jehová va á destruir esta ciudad. Mas pareció á sus yernos como que se burlaba.

Y al rayar el alba, los ángeles daban prisa á Lot, diciendo: Levántate, toma tu mujer, y tus dos hijas que se hallan aquí, porque no perezcas en el castigo de la ciudad.

Date priesa, escápate allá; porque nada podré hacer hasta que allí hayas llegado. Por esto fué llamado el nombre de la ciudad, Zoar.

Empero Lot subió de Zoar, y asentó en el monte, y sus dos hijas con él; porque tuvo miedo de quedar en Zoar, y se alojó en una cueva él y sus dos hijas.

Ahora, pues, vuelve la mujer á su marido; porque es profeta, y orará por ti, y vivirás. Y si tú no la volvieres, sabe que de cierto morirás, con todo lo que fuere tuyo.

Y Abraham respondió: Porque dije para mí: Cierto no hay temor de Dios en este Lugar, y me matarán por causa de mi mujer.

Porque había del todo cerrado Jehová toda matriz de la casa de Abimelech, á causa de Sara mujer de Abraham.

Entonces dijo Dios á Abraham: No te parezca grave á causa del muchacho y de tu sierva; en todo lo que te dijere Sara, oye su voz, porque en Isaac te será llamada descendencia.

Y también al hijo de la sierva pondré en gente, porque es tu simiente.

Y oyó Dios la voz del muchacho; y el ángel de Dios llamó á Agar desde el cielo, y le dijo: ¿Qué tienes, Agar? No temas; porque Dios ha oído la voz del muchacho en donde está.

Levántate, alza al muchacho, y ásele de tu mano, porque en gran gente lo tengo de poner.

Y venía Isaac del pozo del Viviente que me ve; porque él habitaba en la tierra del Mediodía;

Porque había preguntado al criado: ¿Quién es este varón que viene por el campo hacia nosotros? Y el siervo había respondido: Este es mi señor. Ella entonces tomó el velo, y cubrióse.

Habita en esta tierra, y seré contigo, y te bendeciré; porque á ti y á tu simiente daré todas estas tierras, y confirmaré el juramento que juré á Abraham tu padre:

Y los hombres de aquel lugar le preguntaron acerca de su mujer; y él respondió: Es mi hermana; porque tuvo miedo de decir: Es mi mujer; que tal vez, dijo, los hombres del lugar me matarían por causa de Rebeca; porque era de hermoso aspecto.

Y llamó Abimelech á Isaac, y dijo: He aquí ella es de cierto tu mujer: ¿cómo, pues, dijiste: Es mi hermana? E Isaac le respondió: Porque dije: Quizá moriré por causa de ella.

Y dijo Abimelech á Isaac: Apártate de nosotros, porque mucho más poderoso que nosotros te has hecho.

Y los pastores de Gerar riñeron con los pastores de Isaac, diciendo: El agua es nuestra: por eso llamó el nombre del pozo Esek, porque habían altercado con él.

Y apartóse de allí, y abrió otro pozo, y no riñeron sobre él: y llamó su nombre Rehoboth, y dijo: Porque ahora nos ha hecho ensanchar Jehová y fructificaremos en la tierra.

Entonces Isaac dijo á su hijo: ¿Cómo es que la hallaste tan presto, hijo mío? Y él respondió: Porque Jehová tu Dios hizo que se encontrase delante de mí.

Y no le conoció, porque sus manos eran vellosas como las manos de Esaú: y le bendijo.

Y encontró con un lugar, y durmió allí porque ya el sol se había puesto: y tomó de las piedras de aquel paraje y puso á su cabecera, y acostóse en aquel lugar.

Y miró, y vió un pozo en el campo: y he aquí tres rebaños de ovejas que yacían cerca de él; porque de aquel pozo abrevaban los ganados: y había una gran piedra sobre la boca del pozo.

Estando aún él hablando con ellos Rachêl vino con el ganado de su padre, porque ella era la pastora.

Y concibió Lea, y parió un hijo, y llamó su nombre Rubén, porque dijo: Ya que ha mirado Jehová mi aflicción; ahora por tanto me amará mi marido.

Y concibió otra vez, y parió un hijo, y dijo: Ahora esta vez se unirá mi marido conmigo, porque le he parido tres hijos: por tanto, llamó su nombre Leví.

Y dijo Lea: Para dicha mía; porque las mujeres me dirán dichosa: y llamó su nombre Aser.

Y cuando Jacob volvía del campo á la tarde, salió Lea á él, y le dijo: A mí has de entrar, porque á la verdad te he alquilado por las mandrágoras de mi hijo. Y durmió con ella aquella noche.

Y dijo Lea: Dios me ha dado una buena dote: ahora morará conmigo mi marido, porque le he parido seis hijos: y llamó su nombre Zabulón.

Porque poco tenías antes de mi venida, y ha crecido en gran número; y Jehová te ha bendecido con mi llegada: y ahora ¿cuándo tengo de hacer yo también por mi propia casa?

Y él dijo: Alza ahora tus ojos, y verás todos los machos que cubren á las ovejas listados, pintados y abigarrados; porque yo he visto todo lo que Labán te ha hecho.

Porque toda la riqueza que Dios ha quitado á nuestro padre, nuestra es y de nuestros hijos: ahora pues, haz todo lo que Dios te ha dicho.

Y ya que te ibas, porque tenías deseo de la casa de tu padre, ¿por qué me hurtaste mis dioses?

Y Jacob respondió, y dijo á Labán: Porque tuve miedo; pues dije, que quizás me quitarías por fuerza tus hijas.

Y ella dijo á su padre: No se enoje mi señor, porque no me puedo levantar delante de ti; pues estoy con la costumbre de las mujeres. Y él buscó, pero no halló los ídolos.

Porque Labán dijo: Este majano es testigo hoy entre mí y entre ti; por eso fué llamado su nombre Galaad.

Líbrame ahora de la mano de mi hermano, de la mano de Esaú, porque le temo; no venga quizá, y me hiera la madre con los hijos.

Y diréis también: He aquí tu siervo Jacob viene tras nosotros. Porque dijo: Apaciguaré su ira con el presente que va delante de mí, y después veré su rostro: quizá le seré acepto.

Por esto no comen los hijos de Israel, hasta hoy día, del tendón que se contrajo, el cual está en el encaje del muslo: porque tocó á Jacob este sitio de su muslo en el tendón que se contrajo.

Toma, te ruego, mi dádiva que te es traída; porque Dios me ha hecho merced, y todo lo que hay aquí es mío. Y porfió con él, y tomóla.

Y los hijos de Jacob vinieron del campo cuando lo supieron; y se entristecieron los varones, y se ensañaron mucho, porque hizo vileza en Israel echándose con la hija de Jacob, lo que no se debía haber hecho.

Y habitad con nostros; porque la tierra estará delante de vosotros; morad y negociad en ella, y tomad en ella posesión.

Y dijéronles: No podemos hacer esto de dar nuestra hermana á hombre que tiene prepucio; porque entre nosotros es abominación.

Y no dilató el mozo hacer aquello, porque la hija de Jacob le había agradado: y él era el más honrado de toda la casa de su padre.

Y edificó allí un altar, y llamó el lugar El-Beth-el, porque allí le había aparecido Dios, cuando huía de su hermano.

Porque la hacienda de ellos era grande, y no podían habitar juntos, ni la tierra de su peregrinación los podía sostener á causa de sus ganados.

Y levantáronse todos sus hijos y todas sus hijas para consolarlo; mas él no quiso tomar consolación, y dijo: Porque yo tengo de descender á mi hijo enlutado hasta la sepultura. Y llorólo su padre.

Y Judá dijo á Thamar su nuera: Estáte viuda en casa de tu padre, hasta que crezca Sela mi hijo; porque dijo: Que quizá no muera él también como sus hermanos. Y fuése Thamar, y estúvose en casa de su padre.

Entonces quitó ella de sobre sí los vestidos de su viudez, y cubrióse con un velo, y arrebozóse, y se puso á la puerta de las aguas que están junto al camino de Timnath; porque veía que había crecido Sela, y ella no era dada á él por mujer.

Y vióla Judá, y túvola por ramera, porque había ella cubierto su rostro.

Y apartóse del camino hacia ella, y díjole: Ea, pues, ahora entraré á ti; porque no sabía que era su nuera; y ella dijo: ¿Qué me has de dar, si entrares á mí?

Y Judá dijo: Tómeselo para sí, porque no seamos menospreciados: he aquí yo he enviado este cabrito, y tú no la hallaste.

No veía el principal de la cárcel cosa alguna que en su mano estaba; porque Jehová era con él, y lo que él hacía, Jehová lo prosperaba.

Porque hurtado he sido de la tierra de los Hebreos; y tampoco he hecho aquí porqué me hubiesen de poner en la cárcel.

Y entraban en sus entrañas, mas no se conocía que hubiese entrado en ellas, porque su parecer era aún malo, como de primero. Y yo desperté.

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