Parallel Verses
La Biblia de las Américas
El SEÑOR me ha reprendido severamente, pero no me ha entregado a la muerte.
Biblia del Jubileo 2000 (Grátis)
Me castigó gravemente JAH, mas no me entregó a la muerte.
Reina Valera 1909
Castigóme gravemente JAH: Mas no me entregó á la muerte.
La Nueva Biblia de los Hispanos
El SEÑOR me ha reprendido severamente, Pero no me ha entregado a la muerte.
Spanish: Sagradas Escrituras 1569
Me castigó gravemente JAH, mas no me entregó a la muerte.
Spanish: Reina Valera Gómez
Me castigó gravemente JAH; mas no me entregó a la muerte.
New American Standard Bible
The LORD has disciplined me severely, But He has not given me over to death.
Referencias Cruzadas
2 Corintios 6:9
como desconocidos, pero bien conocidos; como moribundos, y he aquí, vivimos; como castigados, pero no condenados a muerte;
1 Corintios 11:32
Pero cuando somos juzgados, el Señor nos disciplina para que no seamos condenados con el mundo.
2 Samuel 12:10
``Ahora pues, la espada nunca se apartará de tu casa, porque me has despreciado y has tomado la mujer de Urías hitita para que sea tu mujer."
2 Samuel 13:1-39
Después de esto aconteció que teniendo Absalón, hijo de David, una hermana {muy} hermosa que se llamaba Tamar, se enamoró de ella Amnón, hijo de David.
2 Samuel 16:1-23
Cuando David pasó un poco más allá de la cumbre, he aquí que Siba, el criado de Mefiboset, {salió} a su encuentro con un par de asnos aparejados, y sobre ellos {había} doscientos panes, cien racimos de uvas pasas, cien frutas de verano y un odre de vino.
Job 5:17-18
He aquí, cuán bienaventurado es el hombre a quien Dios reprende; no desprecies, pues, la disciplina del Todopoderoso.
Job 33:16-30
entonces El abre el oído de los hombres, y sella su instrucción,
Salmos 66:10-12
Porque tú nos has probado, oh Dios; nos has refinado como se refina la plata.
Salmos 94:12-13
Bienaventurado el hombre a quien corriges, SEÑOR, y lo instruyes en tu ley;
Proverbios 3:11-12
Hijo mío, no rechaces la disciplina del SEÑOR ni aborrezcas su reprensión,
Jonás 2:6
Descendí hasta las raíces de los montes, la tierra con sus cerrojos me {ponía} cerco para siempre; pero tú sacaste de la fosa mi vida, oh SEÑOR, Dios mío.
2 Corintios 1:9-11
De hecho, dentro de nosotros mismos {ya} teníamos la sentencia de muerte, a fin de que no confiáramos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos,
Hebreos 12:10-11
Porque ellos nos disciplinaban por pocos días como les parecía, pero El {nos disciplina} para {nuestro} bien, para que participemos de su santidad.