31 Versículo de la Biblia sobre La mujer estéril
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El hace habitar en familia á la estéril, Gozosa en ser madre de hijos. Aleluya.
Y oró Isaac á Jehová por su mujer, que era estéril; y aceptólo Jehová, y concibió Rebeca su mujer.
ALÉGRATE, oh estéril, la que no paría; levanta canción, y da voces de júbilo, la que nunca estuvo de parto: porque más son los hijos de la dejada que los de la casada, ha dicho Jehová.
Y vió Jehová que Lea era aborrecida, y abrió su matriz; pero Rachêl era estéril.
Y VIENDO Rachêl que no daba hijos á Jacob, tuvo envidia de su hermana, y decía á Jacob: Dame hijos, ó si no, me muero.
Porque está escrito: Alégrate, estéril, que no pares: Prorrumpe y clama, la que no estás de parto; Porque más son los hijos de la dejada, que de la que tiene marido.
Y acordóse Dios de Rachêl, y oyóla Dios, y abrió su matriz.
ALÉGRATE, oh estéril, la que no paría; levanta canción, y da voces de júbilo, la que nunca estuvo de parto: porque más son los hijos de la dejada que los de la casada, ha dicho Jehová. Ensancha el sitio de tu cabaña, y las cortinas de tus tiendas sean extendidas; no seas escasa; alarga tus cuerdas, y fortifica tus estacas. Porque á la mano derecha y á la mano izquierda has de crecer; y tu simiente heredará gentes, y habitarán las ciudades asoladas.Leer más.
No temas, que no serás avergonzada; y no te avergüences, que no serás afrentada: antes, te olvidarás de la vergüenza de tu mocedad, y de la afrenta de tu viudez no tendrás más memoria. Porque tu marido es tu Hacedor; Jehová de los ejércitos es su nombre: y tu redentor, el Santo de Israel; Dios de toda la tierra será llamado.
Tampoco en la promesa de Dios dudó con desconfianza: antes fué esforzado en fe, dando gloria á Dios,
Bendito serás más que todos los pueblos: no habrá en ti varón ni hembra estéril, ni en tus bestias.
Y había un hombre de Sora, de la tribu de Dan, el cual se llamaba Manoa; y su mujer era estéril, que nunca había parido. A esta mujer apareció el ángel de Jehová, y díjole: He aquí que tú eres estéril, y no has parido: mas concebirás y parirás un hijo.
No habrá mujer que aborte, ni estéril en tu tierra; y yo cumpliré el número de tus días.
Tu mujer será como parra que lleva fruto á los lados de tu casa; Tus hijos como plantas de olivas alrededor de tu mesa.
El sepulcro, y la matriz estéril, La tierra no harta de aguas, Y el fuego que jamás dice, Basta.
Y los bendijo Dios; y díjoles Dios: Fructificad y multiplicad, y henchid la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces de la mar, y en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.
He aquí, heredad de Jehová son los hijos: Cosa de estima el fruto del vientre. Como saetas en mano del valiente, Así son los hijos habidos en la juventud. Bienaventurado el hombre que hinchió su aljaba de ellos: No será avergonzado Cuando hablare con los enemigos en la puerta.
Y Michâl hija de Saúl nunca tuvo hijos hasta el día de su muerte.
Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará; No dejará para siempre caído al justo.
Aguarda á Jehová; Esfuérzate, y aliéntese tu corazón: Sí, espera á Jehová.
Por la fe también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir simiente; y parió aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó ser fiel el que lo había prometido.
Mas á Jehová vuestro Dios serviréis, y él bendecirá tu pan y tus aguas; y yo quitaré toda enfermedad de en medio de ti. No habrá mujer que aborte, ni estéril en tu tierra; y yo cumpliré el número de tus días.
Porque había del todo cerrado Jehová toda matriz de la casa de Abimelech, á causa de Sara mujer de Abraham.
Y Jacob se enojaba contra Rachêl, y decía: ¿Soy yo en lugar de Dios, que te impidió el fruto de tu vientre?
KAF. Desfallece mi alma por tu salud, Esperando en tu palabra. Desfallecieron mis ojos por tu palabra, Diciendo: ¿Cuándo me consolarás? Porque estoy como el odre al humo; Mas no he olvidado tus estatutos.
Y llevándole, tomaron á un Simón Cireneo, que venía del campo, y le pusieron encima la cruz para que la llevase tras Jesús. Y le seguía una grande multitud de pueblo, y de mujeres, las cuales le lloraban y lamentaban. Mas Jesús, vuelto á ellas, les dice: Hijas de Jerusalem, no me lloréis á mí, mas llorad por vosotras mismas, y por vuestros hijos.Leer más.
Porque he aquí vendrán días en que dirán: Bienaventuradas las estériles, y los vientres que no engendraron, y los pechos que no criaron. Entonces comenzarán á decir á los montes: Caed sobre nosotros: y á los collados: Cubridnos. Porque si en el árbol verde hacen estas cosas, ¿en el seco, qué se hará?
¿Yo que hago parir, no pariré? dijo Jehová. ¿Yo que hago engendrar, seré detenido? dice el Dios tuyo.
Mas el ángel le dijo: Zacarías, no temas; porque tu oración ha sido oída, y tu mujer Elisabet te parirá un hijo, y llamarás su nombre Juan.
Y VISITO Jehová á Sara, como había dicho, é hizo Jehová con Sara como había hablado.
Porque he aquí vendrán días en que dirán: Bienaventuradas las estériles, y los vientres que no engendraron, y los pechos que no criaron.