48 Versículo de la Biblia sobre la muerte de Jesús
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donde le colgaron del madero, y con él otros dos, uno en un madero a cada lado, y Jesús en medio.
Porque el que es muerto, al pecado murió una vez; y el que vive, a Dios vive.
Y el centurión que estaba delante de él, viendo que había expirado así clamando, dijo: Verdaderamente este hombre era el Hijo de Dios.
Y estaban junto al madero de Jesús su madre, y la hermana de su madre, María mujer de Cleofas, y María Magdalena.
Y si morimos con el Cristo, creemos que también viviremos con él;
así mismo el Cristo murió por todos, para que también los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.
El Dios de nuestros padres levantó a Jesús, al cual vosotros matasteis colgándole en el madero.
éste, entregado por determinado consejo y providencia de Dios, tomándolo vosotros lo matasteis con manos inicuas, colgándole en un madero;
Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con él a los que durmieron en Jesús.
Y cuando vino la hora sexta, fueron hechas tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena.
Y desde la hora sexta hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena.
Y esto dijo, señalando con qué muerte había de clarificar a Dios. Y dicho esto, le dice: Sígueme.
Porque la ley del Espíritu de vida en el Ungido, Jesús, me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.
llevando siempre por todas partes la mortificación del Señor Jesús en nuestro cuerpo, para que también la vida de Jesús sea manifestada en nuestros cuerpos.
Le dice Pedro: Aunque me sea necesario morir contigo, no te negaré. Y todos los discípulos dijeron lo mismo.
Porque el Cristo para esto murió, y resucitó, (y volvió a vivir,) para enseñorearse así de los muertos como de los que viven.
Sabéis que dentro de dos días se hace la Pascua, y el Hijo del hombre es entregado para ser colgado en un madero.
Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo yo aprendí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras;
Porque la paga del pecado es muerte; mas la gracia de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro.
el cual fue entregado por nuestros delitos, y resucitado para nuestra justificación.
Desde aquel tiempo comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le convenía ir a Jerusalén, y padecer mucho de los ancianos, y de los príncipes de los sacerdotes, y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día.
Porque si fuimos plantados juntamente en él a la semejanza de su muerte, también lo seremos a la de su resurrección;
y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras;
Porque el fin de la ley es el Cristo, para dar justicia a todo aquel que cree.
Acuérdate que Jesús, el Cristo, resucitó de los muertos, el cual fue de la simiente de David, conforme a mi Evangelio;
Porque de la manera que en Adán todos mueren, así también en el Cristo todos serán vivificados.
Y el postrer enemigo que será deshecho, será la muerte.
Y oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.
Le dice Jesús: YO SOY la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.
Porque somos sepultados juntamente con él a muerte por el bautismo; para que como el Cristo resucitó de los muertos a gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida.
Pero vemos a aquel Jesús coronado de gloria y de honra, quien fue hecho un poco menor que los ángeles por pasión de muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos.
Y venida la mañana, entraron en consejo todos los príncipes de los sacerdotes, y los ancianos del pueblo, contra Jesús, para entregarle a muerte.
y salidos de los sepulcros, después de su resurrección, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a muchos.
sepultados juntamente con él en el bautismo, en el cual también resucitasteis con él, por la fe de la operación de Dios que le levantó de los muertos.
Salió entonces este dicho entre los hermanos, que aquel discípulo no había de morir. Mas Jesús no le dijo, No morirá; sino: Si quiero que él quede hasta que yo venga ¿qué a ti?
y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron;
al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible ser detenido de ella.
Y había recibido respuesta del Espíritu Santo, que no vería la muerte antes que viese al Cristo del Señor.
Mas esto decía Jesús de la muerte de él; y ellos pensaron que hablaba del sueño de dormir.
estando ciertos que el que levantó al Señor Jesús, a nosotros también nos levantará por Jesús, y nos pondrá con vosotros.
Por tanto, cuando resucitó de los muertos, sus discípulos se acordaron que les había dicho esto; y creyeron a la Escritura, y a la palabra que Jesús había dicho.
Y en aquel lugar donde había sido colgado del madero, había un huerto; y en el huerto un sepulcro nuevo, en el cual aún no había sido puesto ninguno.
Y el centurión, y los que estaban con él guardando a Jesús, visto el terremoto, y las cosas que habían sido hechas, temieron en gran manera, diciendo: Verdaderamente Hijo de Dios era éste.
Mas a Dios gracias, que nos dio la victoria por el Señor nuestro Jesús, el Cristo.
y cómo le entregaron los príncipes de los sacerdotes y nuestros príncipes a condenación de muerte, y le colgaron de un madero.
Cuando Jesús tomó el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, dio el Espíritu.
Porque donde hay testamento, necesario es que intervenga la muerte del testador.
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