'Al' en la Biblia
- 1.Gé 1:8-Gé 22:3
- 2.Gé 22:4-Gé 42:15
- 3.Gé 42:18-Éx 8:8
- 4.Éx 8:9-Éx 19:12
- 5.Éx 19:13-Éx 32:25
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- 7.Levítico 6:11-Levítico 19:14
- 8.Levítico 19:15-Números 5:8
- 9.Números 5:9-Números 15:14
- 10.Números 15:19-Números 29:1
- 11.Números 29:2-Deuteronomio 5:5
- 12.Deuteronomio 5:11-Deuteronomio 21:3
- 13.Deuteronomio 21:6-Josué 3:10
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- 18.1 Samuel 7:8-1 Samuel 17:52
- 19.1 Samuel 17:57-2 Samuel 2:24
- 20.2 Samuel 2:26-2 Samuel 17:22
- 21.2 Samuel 17:24-1 Reyes 1:41
- 22.1 Reyes 1:42-1 Reyes 13:21
- 23.1 Reyes 13:24-2 Reyes 3:24
- 24.2 Reyes 3:26-2 Reyes 17:11
- 25.2 Reyes 17:21-1 Crónicas 9:24
- 26.1 Crónicas 10:5-2 Crónicas 3:12
- 27.2 Crónicas 4:2-2 Crónicas 23:12
- 28.2 Crónicas 23:13-2 Crónicas 35:13
- 29.2 Crónicas 35:15-Nehemías 8:6
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- 31.Job 8:5-Job 39:5
- 32.Job 39:6-Salmos 31:1
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- 34.Salmos 69:13-Salmos 104:35
- 35.Salmos 105:1-Salmos 140:5
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- 38.Proverbios 31:30-Isaías 13:4
- 39.Isaías 13:8-Isaías 40:2
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- 41.Jeremías 7:12-Jeremías 31:40
- 42.Jeremías 32:8-Jeremías 50:5
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- 44.Ezequiel 16:27-Ezequiel 40:31
- 45.Ezequiel 40:32-Ezequiel 48:33
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- 61.2 Corintios 8:5-1 Tesalonicenses 5:11
- 62.2 Tesalonicenses 1:8-Hebreos 13:11
- 63.Hebreos 13:12-Apocalipsis 7:2
- 64.Apocalipsis 7:3-Apocalipsis 22:14
Cuando El arrancó a Israel de la casa de David, ellos hicieron rey a Jeroboam, hijo de Nabat. Entonces Jeroboam apartó a Israel de seguir al SEÑOR, y les hizo cometer un gran pecado.
hasta que el SEÑOR quitó a Israel de su presencia, como El había hablado por medio de todos sus siervos los profetas. E Israel fue llevado de su propia tierra al destierro, a Asiria, hasta hoy.
Y aconteció al principio, cuando comenzaron a habitar allí, que no temiendo ellos al SEÑOR, envió el SEÑOR contra ellos leones que los mataban.
Entonces dijeron ellos al rey de Asiria: Los gentiles que tú traspasaste y pusiste en las ciudades de Samaria, no saben el juicio del Dios de aquella tierra, y él ha echado leones en ellos, y he aquí los matan, porque no saben el juicio del Dios de la tierra.
Y el rey de Asiria ordenó, diciendo: Llevad allá a uno de los sacerdotes que llevasteis al destierro, y que él vaya y habite allí; y que les enseñe la costumbre del dios de la tierra.
Y vino uno de los sacerdotes que habían transportado de Samaria, y habitó en Bet-el, y les enseñó cómo habían de temer al SEÑOR.
Los Heveos hicieron á Nibhaz y á Tharthac; y los de Sepharvaim quemaban sus hijos al fuego á Adra-melech y á Anamelech, dioses de Sepharvaim.
Y temían al SEÑOR; e hicieron del pueblo bajo sacerdotes para los lugares altos, quienes sacrificaban para ellos en las casas de los lugares altos.
Temían al SEÑOR, y honraban también a sus dioses, según la costumbre de los gentiles que habían hecho traspasar de allí.
Hasta hoy hacen como antes; que ni temen al SEÑOR, ni guardan sus estatutos, ni sus ordenanzas; ni hacen según la ley y los mandamientos que mandó el SEÑOR a los hijos de Jacob, al cual puso el nombre de Israel;
mas solamente al SEÑOR vuestro Dios, que os sacó de tierra de Egipto con potencia grande y brazo extendido, a éste temeréis, y a éste adoraréis, y a éste haréis sacrificio.
Mas temed al SEÑOR vuestro Dios, y él os librará de mano de todos vuestros enemigos.
Así temieron al SEÑOR aquellos gentiles, y juntamente sirvieron a sus ídolos; y asimismo sus hijos y sus nietos, según que hicieron sus padres, así hacen hasta hoy.
Porque se llegó al SEÑOR, y no se apartó de él, y guardó los mandamientos que el SEÑOR mandó a Moisés.
Y la tomaron al cabo de tres años; esto es, en el sexto año de Ezequías, el cual era el año noveno de Oseas rey de Israel, y así fue tomada Samaria.
Y el rey de Asiria traspuso a Israel a Asiria, y los puso en Halah, y en Habor, junto al río de Gozán, y en las ciudades de los medos:
Entonces Ezequías rey de Judá envió a decir al rey de Asiria en Laquis: Yo he pecado; retírate de mí, y yo aceptaré todo lo que me impusieres. Entonces el rey de Asiria impuso a Ezequías rey de Judá trescientos talentos de plata, y treinta talentos de oro.
Entonces rompió Ezequías las puertas del templo del SEÑOR, y los quiciales que el mismo rey Ezequías había recubierto de oro, y lo dio al rey de Asiria.
Y el rey de Asiria envió a Tartán y a Rabsaris y a Rabsaces desde Laquis al rey Ezequías con un gran ejército contra Jerusalén; y subieron, y vinieron a Jerusalén. Y subieron, y vinieron, y pararon junto al conducto del estanque de arriba, que es en el camino de la heredad del lavador.
Y llamaron al rey, y salió a ellos Eliacim hijo de Hilcías, que era mayordomo, y Sebna escriba, y Joa hijo de Asaf, escritor de crónicas.
¿Cómo, pues, harás volver el rostro de un capitán, al menor de los siervos de mi señor, aunque estés confiado en Egipto por sus carros y su gente de a caballo?
Entonces Eliaquim, hijo de Hilcías, Sebna y Joa dijeron al Rabsaces: Te rogamos que hables a tus siervos en arameo, porque nosotros {lo} entendemos, y no nos hables en la lengua de Judá a oídos del pueblo que está sobre la muralla.
Envió entonces a Eliaquim, mayordomo de la casa {real,} con el escriba Sebna y los ancianos de los sacerdotes, cubiertos de cilicio, al profeta Isaías, hijo de Amoz.
Por ventura oirá el SEÑOR tu Dios todas las palabras de Rabsaces, al cual el rey de los Asirios su señor ha enviado para injuriar al Dios vivo, y reprenderá las palabras, las cuales el SEÑOR tu Dios ha oído; por tanto, eleva oración por el remanente que aun se halla.
Y regresando Rabsaces, halló al rey de Asiria combatiendo a Libna; porque había oído que se había ido de Laquis.
Inclina, oh SEÑOR, tu oído, y oye; abre, oh SEÑOR, tus ojos, y mira; y oye las palabras de Senaquerib, que ha enviado a blasfemar al Dios viviente.
y han echado sus dioses al fuego, porque no eran dioses, sino obra de manos de hombre, de madera y piedra; por eso los han destruido.
Por mano de tus mensajeros has proferido injuria contra el Señor, y has dicho: Con la multitud de mis carros he subido a las cumbres de los montes; a las cuestas del Líbano, y cortaré sus altos cedros, sus hayas escogidas; y entraré a la morada de su término, al bosque de su Carmel.
Entonces volvió él su rostro a la pared, y oró al SEÑOR, y dijo:
Vuelve, y di a Ezequías, príncipe de mi pueblo: Así dice el SEÑOR, el Dios de David tu padre: Yo he oído tu oración, y he visto tus lágrimas; he aquí yo te sano; al tercer día subirás a la Casa del SEÑOR.
Y Ezequías había dicho a Isaías: ¿Qué señal tendré de que el SEÑOR me sanará, y que al tercer día subiré a la Casa del SEÑOR?
Entonces el profeta Isaías clamó al SEÑOR; e hizo volver la sombra por los grados que había descendido en el reloj de Acaz, diez grados atrás.
Entonces el profeta Isaías vino al rey Ezequías, y le dijo: ¿Qué dijeron aquellos varones, y de dónde vinieron a ti? Y Ezequías le respondió: De lejanas tierras han venido, de Babilonia.
``Abandonaré al remanente de mi heredad y los entregaré en mano de sus enemigos, y serán para presa y despojo para todos sus enemigos;
y dejó al SEÑOR Dios de sus padres, y no anduvo en el camino del SEÑOR.
Y los siervos de Amón conspiraron contra él, y mataron al rey en su casa.
Y en el año dieciocho del rey Josías, el rey envió al escriba Safán, hijo de Azalía, de Mesulam, a la casa del SEÑOR, diciendo:
Ve al sumo sacerdote Hilcías para que cuente el dinero traído a la casa del SEÑOR, que los guardianes del umbral han recogido del pueblo,
Entonces el sumo sacerdote Hilcías dijo al escriba Safán: He hallado el libro de la ley en la casa del SEÑOR. E Hilcías dio el libro a Safán, y {éste} lo leyó.
Viniendo luego Safán, el escriba al rey, dio al rey la respuesta, y dijo: Tus siervos han juntado el dinero que se halló en el templo, y lo han entregado en poder de los que hacen la obra, que tienen cargo de la Casa del SEÑOR.
Asimismo Safán, el escriba declaró al rey, diciendo: Hilcías el sacerdote me ha dado un libro. Y lo leyó Safán delante del rey.
Entonces el rey ordenó al sacerdote Hilcías, a Ahicam, hijo de Safán, a Acbor, hijo de Micaías, al escriba Safán y a Asaías, siervo del rey, diciendo:
Id, y preguntad al SEÑOR por mí, y por el pueblo, por todo Judá, acerca de las palabras de este libro que se ha hallado; porque grande ira del SEÑOR es la que ha sido encendida contra nosotros, por cuanto nuestros padres no oyeron las palabras de este libro, para hacer conforme a todo lo que nos fue escrito.
Y ella les dijo: Así dice el SEÑOR Dios de Israel: Decid al varón que os envió a mí:
Mas al rey de Judá que os ha enviado para que preguntaseis al SEÑOR, diréis así: Así dice el SEÑOR Dios de Israel: Por cuanto oíste las palabras del libro,
Por tanto, he aquí yo te recogeré con tus padres, y tú serás llevado a tu sepulcro en paz, y no verán tus ojos todo el mal que yo traigo sobre este lugar. Y ellos dieron al rey la respuesta.
Y poniéndose el rey en pie junto á la columna, hizo alianza delante de Jehová, de que irían en pos de Jehová, y guardarían sus mandamientos, y sus testimonios, y sus estatutos, con todo el corazón y con toda el alma, y que cumplirían las palabras de la al
Entonces mandó el rey al sumo sacerdote Hilcías, y a los sacerdotes de la segunda orden, y a los guardianes de la puerta, que sacaran del templo del SEÑOR todos los vasos que habían sido hechos para Baal, y para el bosque, y para todo el ejército del cielo; y los quemó fuera de Jerusalén en el campo de Cedrón, e hizo llevar las cenizas de ellos a Bet-el.
Y quitó a los religiosos, que habían puesto los reyes de Judá para que quemaran incienso en los lugares altos en las ciudades de Judá, y en los alrededores de Jerusalén; y asimismo a los que quemaban incienso a Baal, al sol, y a la luna, y a los signos, y a todo el ejército del cielo.
Hizo también sacar la entalladura del bosque fuera de la Casa del SEÑOR, fuera de Jerusalén, al arroyo de Cedrón, y la quemó en el arroyo de Cedrón, y la tornó en polvo, y echó el polvo de ella sobre los sepulcros de los hijos del pueblo.
Pero los sacerdotes de los lugares altos no subían al altar del SEÑOR en Jerusalén, mas comían panes sin levadura entre sus hermanos.
También profanó al Tofet que está en el valle de Ben-hinom, para que nadie hiciera pasar por fuego a su hijo o a su hija para {honrar a} Moloc.
Asimismo quitó los caballos que los reyes de Judá habían dedicado al sol a la entrada del templo del SEÑOR, junto a la cámara de Natán-melec, el eunuco, el cual tenía cargo del Parbar; y quemó al fuego los carros del sol.
Y los altares que {estaban} sobre el techo, el aposento alto de Acaz que habían hecho los reyes de Judá, y los altares que había hecho Manasés en los dos atrios de la casa del SEÑOR el rey los derribó, los destrozó allí y arrojó su polvo al torrente Cedrón.
Asimismo el altar que estaba en Bet-el, y el lugar alto que había hecho Jeroboam hijo de Nabat, el que hizo pecar a Israel, aquel altar y el lugar alto destruyó; y quemó el lugar alto, y lo tornó en polvo, y puso fuego al bosque.
Al volverse Josías, vio los sepulcros que {estaban} allí en el monte, y envió a recoger los huesos de los sepulcros y {los} quemó sobre el altar, profanándolo, conforme a la palabra del SEÑOR que había proclamado el hombre de Dios que había anunciado estas cosas.
Josías quitó también todas las casas de los lugares altos que {estaban} en las ciudades de Samaria, las cuales habían hecho los reyes de Israel provocando a ira al SEÑOR; les hizo tal y como había hecho en Betel.
Entonces mandó el rey a todo el pueblo, diciendo: Haced la pascua al SEÑOR vuestro Dios, conforme a lo que está escrito en el libro de este pacto.
A los dieciocho años del rey Josías fue hecha aquella pascua al SEÑOR en Jerusalén.
No hubo tal rey antes de él que así se convirtiera al SEÑOR con todo su corazón, y con toda su alma, y con todas sus fuerzas, conforme a toda la ley de Moisés; ni después de él nació otro tal.
Y el SEÑOR dijo: También quitaré a Judá de mi presencia, como he quitado a Israel. Y desecharé a esta ciudad que yo había escogido, a Jerusalén, y al templo del cual dije: ``Mi nombre estará allí."
En aquellos días el Faraón Necao rey de Egipto subió contra el rey de Asiria al río Eufrates, y salió contra él el rey Josías; pero aquel así que le vio, lo mató en Meguido.
Y Joacim pagó a Faraón la plata y el oro; e hizo apreciar la tierra para dar este dinero conforme al mandamiento del Faraón, sacando de cada uno, según la estimación de su hacienda, la plata y el oro de todo el pueblo de la tierra, para darlo a Faraón Necao.
En su tiempo subió Nabucodonosor rey de Babilonia, al cual sirvió Joacim tres años; y volvió, y se rebeló contra él.
Y el rey de Egipto no salió más de su tierra, porque el rey de Babilonia había tomado todo lo que pertenecía al rey de Egipto desde el torrente de Egipto hasta el río Eufrates.
Entonces salió Joaquín rey de Judá al rey de Babilonia, él, y su madre, y sus siervos, y sus príncipes, y sus eunucos; y lo prendió el rey de Babilonia en el octavo año de su reinado.
Y al ser abierta una brecha en la ciudad, todos los hombres de guerra {huyeron} de noche por el camino de la puerta entre las dos murallas, junto al jardín del rey, estando los caldeos alrededor de la ciudad, y se fueron por el camino del Arabá.
Y el ejército de los caldeos siguió al rey, y lo tomó en las llanuras de Jericó, habiéndose esparcido de él todo su ejército.
Tomado, pues, el rey, le trajeron al rey de Babilonia a Ribla, y profirieron contra él sentencia.
Y a los del pueblo que habían quedado en la ciudad, y a los que se habían juntado al rey de Babilonia, y a los que habían quedado del vulgo, lo transportó Nabuzaradán, capitán de los de la guardia.
Entonces el capitán de la guardia tomó al sumo sacerdote Seraías y al segundo sacerdote Sofonías y a los tres oficiales del templo.
y de la ciudad tomó a un eunuco, el cual era prefecto sobre los hombres de guerra, y cinco varones de los continuos del rey, que se hallaron en la ciudad; y al escriba príncipe del ejército, que hacía la reseña de la gente de la tierra, con sesenta varones del pueblo de la tierra, que se hallaron en la ciudad.
Estos tomó Nabuzaradán, capitán de los de la guardia, y los llevó a Ribla al rey de Babilonia.
Entonces los hirió el rey de Babilonia y les dio muerte en Ribla, en la tierra de Hamat. Así Judá fue llevado al cautiverio, lejos de su tierra.
Y al pueblo que Nabucodonosor rey de Babilonia dejó en tierra de Judá, puso por gobernador a Gedalías, hijo de Ahicam hijo de Safán.
Entonces Gedalías les hizo juramento, a ellos y a los suyos, y les dijo: No tengáis temor de los siervos de los caldeos; habitad en la tierra, y servid al rey de Babilonia, y os irá bien.
Y Mizrayim engendró al pueblo de Ludim, Anamim, Lehabim, Neftuhim,
y al heteo, al jebuseo, al amorreo, al gergeseo;
Muerto también Samla, reinó en su lugar Saúl de Rehobot, que está junto al río.
El hijo de Carmi {fue} Acar, el perturbador de Israel, que prevaricó en cuanto al anatema.
Y tuvo Sesán un siervo egipcio, llamado Jarha, al cual dio Sesán por mujer a su hija; y ella le dio a luz a Atai.
Y Jabes fue más ilustre que sus hermanos, al cual su madre llamó Jabes (dolor), diciendo: Por cuanto lo di a luz con dolor.
E invocó Jabes al Dios de Israel, diciendo: ¡Oh si me dieras bendición, y ensancharas mi término, y si tu mano fuera conmigo, y me libraras de mal, que no me dañe! E hizo Dios que le viniera lo que pidió.
Y asimismo quinientos hombres de ellos, de los hijos de Simeón, se fueron al monte de Seir, llevando por capitanes a Pelatías, a Nearías, a Refaías, y a Uziel, hijos de Isi;
Y destruyeron al remanente de los de Amalec, que habían escapado, y allí han habitado hasta el día de hoy.
Beera su hijo, a quien Tilgat-pilneser, rey de los asirios, se llevó al destierro; éste fue jefe de los rubenitas.
En los días de Saúl hicieron guerra contra los agarenos, los cuales cayeron en sus manos, de modo que ellos ocuparon sus tiendas por toda la tierra al oriente de Galaad.
Pero traicionaron al Dios de sus padres, y se prostituyeron con los dioses de los pueblos de la tierra, los cuales Dios había destruido delante de ellos.
Por lo cual el Dios de Israel despertó el espíritu de Pul rey de los Asirios, y el espíritu de Tiglat-pileser rey de los Asirios, el cual transportó a los rubenitas y gaditas y a la media tribu de Manasés, y los llevó a Halah, a Habor a Ara, y al río de Gozán, hasta hoy.
y Josadac fue al destierro cuando el SEÑOR llevó en cautiverio a Judá y a Jerusalén por mano de Nabucodonosor.
y del otro lado del Jordán frente a Jericó, al oriente del Jordán, dieron, de la tribu de Rubén, a Beser en el desierto con sus ejidos; y a Jasa con sus ejidos.
Entrando él después a su mujer ella concibió, y dio a luz un hijo, al cual puso por nombre Bería; por cuanto había estado en aflicción en su casa.
Y junto al territorio de los hijos de Manasés, Bet-seán con sus aldeas, Taanac con sus aldeas, Meguido con sus aldeas, Dor con sus aldeas. En estos lugares habitaron los hijos de José, hijo de Israel.
Y estos son los hijos de Aod: estos son los jefes de las {casas} paternas de los habitantes de Geba, y que fueron llevados al destierro a Manahat,
es decir, Naamán, Ahías y Gera; éste los llevó al destierro, y engendró a Uza y a Ahiud.
Todo Israel fue inscrito por genealogías; y he aquí, están escritos en el libro de los reyes de Israel. Y Judá fue llevado al destierro a Babilonia por su infidelidad.
Y hasta ahora entre las cuadrillas de los hijos de Leví han sido éstos los porteros en la puerta del rey que está al oriente.
Y estaban los porteros a los cuatro vientos, al oriente, al occidente, al septentrión, y al mediodía.
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- El acto de apertura
- El amor de Dios
- El amor y el mundo
- El séptimo día de la semana
- Embarcaciones
- Futuro
- Instrumentos musicales, tipos de
- La mano de Dios
- La opresión, la actitud de Dios
- La opresión, la naturaleza de
- La oración, la factibilidad de
- La reverencia, y la naturaleza de Dios
- La voz de Dios
- La ética, social
- Las multitudes
- Los extranjeros
- Mano de Dios
- Mendigos
- Mes
- Más allá de Jordania
- Música
- Nombres y Títulos Para Cristo
- Oro
- Palabra de Dios
- Pena de muerte
- Pies
- Quienes se levantaron temprano
- Sacrificio perfecto
- Sentado
- Siete días
- Subiendo las montañas
- Toda la consagración
- Trono
- Adorar a Dios
- Ayudar a los pobres
- Devolver el favor
- El castigo
- El miedo a Dios
- El padre
- El tercer día de la semana
- Esperar al Señor
- Hacer ofrendas de cereal y libaciones
- La adoración conjunta
- La alabanza y el culto
- La obstaculización de la obra de Dios
- La revelación de las cosas de Dios
- La vida eterna
- Las medidas correctas
- Los lagos
- Los ríos
- Los siete días para efectos legales
- Servir a Dios
- Servir a reyes