'Había' en la Biblia
Isaí engendró al rey David. Y David engendró a Salomón de la {que había sido mujer} de Urías.
Y el nacimiento de Jesucristo fue como sigue. Estando su madre María desposada con José, antes de que se consumara el matrimonio, se halló que había concebido por {obra del} Espíritu Santo.
Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había hablado por medio del profeta, diciendo:
Y cuando despertó José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y tomó consigo a su mujer;
Entonces, reuniendo a todos los principales sacerdotes y escribas del pueblo, indagó de ellos dónde había de nacer el Cristo.
Entonces Herodes llamó a los magos en secreto y se cercioró con ellos del tiempo en que había aparecido la estrella.
Entonces Herodes, al verse burlado por los magos, se enfureció en gran manera, y mandó matar a todos los niños que había en Belén y en todos sus alrededores, de dos años para abajo, según el tiempo que había averiguado de los magos.
Cuando El oyó que Juan había sido encarcelado, se retiró a Galilea;
y cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos y azotaron aquella casa; pero no se cayó, porque había sido fundada sobre la roca.
A cierta distancia de ellos había una piara de muchos cerdos paciendo;
Pero cuando las multitudes vieron {esto,} sintieron temor, y glorificaron a Dios, que había dado tal poder a los hombres.
Y he aquí, una mujer que había estado sufriendo de flujo de sangre por doce años, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto;
Y después que el demonio había sido expulsado, el mudo habló; y las multitudes se maravillaban, y decían: Jamás se ha visto cosa igual en Israel.
Y si queréis aceptar{lo,} él es Elías, el que había de venir.
Entonces comenzó a increpar a las ciudades en las que había hecho la mayoría de sus milagros, porque no se habían arrepentido.
Y he aquí, {había allí} un hombre que tenía una mano seca. Y para poder acusarle, le preguntaron, diciendo: ¿Es lícito sanar en el día de reposo?
Porque Herodes había prendido a Juan, lo había atado y puesto en la cárcel por causa de Herodías, mujer de su hermano Felipe;
Y he aquí, una mujer cananea que había salido de aquella comarca, comenzó a gritar, diciendo: Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí; mi hija está terriblemente endemoniada.
Entonces entendieron que no les había dicho que se guardaran de la levadura de los panes, sino de la enseñanza de los fariseos y saduceos.
Entonces los discípulos entendieron que les había hablado de Juan el Bautista.
Porque el Hijo del Hombre ha venido a salvar lo que se había perdido.
Así que cuando vieron sus consiervos lo que había pasado, se entristecieron mucho, y fueron y contaron a su señor todo lo que había sucedido.
Entonces fueron los discípulos e hicieron tal como Jesús les había mandado,
Pero cuando los principales sacerdotes y los escribas vieron las maravillas que había hecho, y a los muchachos que gritaban en el templo y que decían: ¡Hosanna al Hijo de David!, se indignaron
Escuchad otra parábola. Había {una vez} un hacendado que PLANTO UNA VIÑA Y LA CERCO CON UN MURO, Y CAVO EN ELLA UN LAGAR Y EDIFICO UNA TORRE, la arrendó a unos labradores y se fue de viaje.
Ahora bien, había entre nosotros siete hermanos; y el primero se casó, y murió; pero no teniendo descendencia, le dejó la mujer a su hermano;
Pero al oír los fariseos que {Jesús} había dejado callados a los saduceos, se agruparon;
El que había recibido los cinco talentos, enseguida fue y negoció con ellos y ganó otros cinco talentos.
Asimismo el que {había recibido} los dos {talentos} ganó otros dos.
Pero el que había recibido uno, fue y cavó en la tierra y escondió el dinero de su señor.
Y llegando el que había recibido los cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: ``Señor, me entregaste cinco talentos; mira, he ganado otros cinco talentos."
Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: ``Señor, yo sabía que eres un hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste,
Entonces los discípulos hicieron como Jesús les había mandado, y prepararon la Pascua.
Y el que le entregaba les había dado una señal, diciendo: Al que yo bese, ése es; prendedle.
Y Pedro se acordó de lo que Jesús había dicho: Antes que el gallo cante, me negarás tres veces. Y saliendo fuera, lloró amargamente.
Entonces Judas, el que le había entregado, viendo que {Jesús} había sido condenado, sintió remordimiento y devolvió las treinta piezas de plata a los principales sacerdotes y a los ancianos,
Entonces se cumplió lo anunciado por medio del profeta Jeremías, cuando dijo: Y TOMARON LAS TREINTA PIEZAS DE PLATA, EL PRECIO DE AQUEL CUYO PRECIO HABIA SIDO FIJADO por los hijos de Israel;
Y LAS DIERON POR EL CAMPO DEL ALFARERO, COMO EL SEÑOR ME HABIA ORDENADO.
Y al atardecer, vino un hombre rico de Arimatea, llamado José, que también se había convertido en discípulo de Jesús.
y lo puso en su sepulcro nuevo que él había excavado en la roca, y después de rodar una piedra grande a la entrada del sepulcro, se fue.
Y mientras ellas iban, he aquí, algunos de la guardia fueron a la ciudad e informaron a los principales sacerdotes de todo lo que había sucedido.
Ellos tomaron el dinero e hicieron como se les había instruido. Y este dicho se divulgó extensamente entre los judíos hasta hoy.
Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había señalado.
Después que Juan había sido encarcelado, Jesús vino a Galilea proclamando el evangelio de Dios,
Y toda la ciudad se había amontonado a la puerta.
Y se reunieron muchos, tanto que ya no había lugar ni aun a la puerta; y El les exponía la palabra.
Y sucedió que estando Jesús sentado {a la mesa} en casa de Leví, muchos recaudadores de impuestos y pecadores estaban comiendo con Jesús y sus discípulos; porque había muchos de ellos que le seguían.
Otra vez entró {Jesús} en una sinagoga; y había allí un hombre que tenía una mano seca.
porque había sanado a muchos, de manera que todos los que tenían aflicciones se le echaban encima para tocarle.
Y había una multitud sentada alrededor de El, y le dijeron*: He aquí, tu madre y tus hermanos están afuera {y} te buscan.
Despidiendo a la multitud, le llevaron* con ellos en la barca, como estaba; y había otras barcas con El.
porque muchas veces había sido atado con grillos y cadenas, pero él había roto las cadenas y destrozado los grillos, y nadie era tan fuerte como para dominarlo.
Y había allí una gran piara de cerdos paciendo junto al monte.
Y los que cuidaban los cerdos huyeron y lo contaron en la ciudad y por los campos. Y {la gente} vino a ver qué era lo que había sucedido.
Y vinieron* a Jesús, y vieron* al que había estado endemoniado, sentado, vestido y en su cabal juicio, el {mismo} que había tenido la legión; y tuvieron miedo.
Y los que lo habían visto les describieron cómo le había sucedido {esto} al endemoniado, y lo de los cerdos.
Al entrar El en la barca, el que había estado endemoniado le rogaba que lo dejara acompañarle.
Y él se fue, y empezó a proclamar en Decápolis cuán grandes cosas Jesús había hecho por él; y todos se quedaban maravillados.
Y una mujer que había tenido flujo de sangre por doce años,
y había sufrido mucho a manos de muchos médicos, y había gastado todo lo que tenía sin provecho alguno, sino que al contrario, había empeorado;
Y enseguida Jesús, dándose cuenta de que había salido poder de El, volviéndose entre la gente, dijo: ¿Quién ha tocado mi ropa?
Pero El miraba a su alrededor para ver a la {mujer} que le había tocado.
Entonces la mujer, temerosa y temblando, dándose cuenta de lo que le había sucedido, vino y se postró delante de El y le dijo toda la verdad.
El rey Herodes se enteró {de esto,} pues el nombre de Jesús se había hecho célebre, y la {gente} decía: Juan el Bautista ha resucitado de entre los muertos, por eso es que estos poderes milagrosos actúan en él.
Porque Herodes mismo había enviado a prender a Juan y lo había encadenado en la cárcel por causa de Herodías, mujer de su hermano Felipe, pues {Herodes} se había casado con ella.
Y El les dijo*: Venid, apartaos de los demás a un lugar solitario y descansad un poco. (Porque había muchos que iban y venían, y ellos no tenían tiempo ni siquiera para comer.)
Cuando ella volvió a su casa, halló que la niña estaba acostada en la cama, y que el demonio había salido.
En aquellos días, cuando de nuevo había una gran multitud que no tenía qué comer, {Jesús} llamó a sus discípulos y les dijo*:
Ellos les respondieron tal como Jesús {les} había dicho, y les dieron permiso.
¿Mas si decimos: ``De los hombres"? {Pero} temían a la multitud, porque todos consideraban que Juan verdaderamente había sido un profeta.
Y procuraban prenderle, pero temían a la multitud, porque comprendieron que contra ellos había dicho la parábola. Y dejándole, se fueron.
Cuando uno de los escribas se acercó, los oyó discutir, y reconociendo que les había contestado bien, le preguntó: ¿Cuál mandamiento es el más importante de todos?
Viendo Jesús que él había respondido sabiamente, le dijo: No estás lejos del reino de Dios. Y después de eso, nadie se aventuraba a hacerle más preguntas.
Salieron, pues, los discípulos y llegaron a la ciudad, y encontraron {todo} tal como El les había dicho; y prepararon la Pascua.
Y el que le entregaba les había dado una señal, diciendo: Al que yo bese, ése es; prendedle y llevadle con seguridad.
Al instante un gallo cantó por segunda vez. Entonces Pedro recordó lo que Jesús le había dicho: Antes que el gallo cante dos veces, me negarás tres veces. Y se echó a llorar.
Y uno llamado Barrabás había sido encarcelado con los sediciosos que habían cometido homicidio en la insurrección.
Y subiendo la multitud, comenzó a pedirle que {hiciera} como siempre les había hecho.
Había también unas mujeres mirando de lejos, entre las que {estaban} María Magdalena, María, la madre de Jacobo el menor y de José, y Salomé,
las cuales cuando {Jesús} estaba en Galilea, le seguían y le servían; y {había} muchas otras que habían subido con El a Jerusalén.
quien compró un lienzo de lino, y bajándole {de la cruz,} le envolvió en el lienzo de lino y le puso en un sepulcro que había sido excavado en la roca; e hizo rodar una piedra a la entrada del sepulcro.
Y muy de mañana, el primer día de la semana, llegaron* al sepulcro cuando el sol {ya} había salido.
Cuando levantaron los ojos, vieron* que la piedra, aunque era sumamente grande, había sido removida.
Y saliendo ellas, huyeron del sepulcro, porque un {gran} temblor y espanto se había apoderado de ellas; y no dijeron nada a nadie porque tenían miedo.
Y después de haber resucitado, muy temprano el primer día de la semana, {Jesús} se apareció primero a María Magdalena, de la que había echado fuera siete demonios.
Cuando ellos oyeron que El estaba vivo y que ella le había visto, se negaron a creerlo.
Pero cuando salió, no podía hablarles, y se dieron cuenta de que había visto una visión en el templo; y él les hablaba por señas, y permanecía mudo.
Y sus vecinos y parientes oyeron que el Señor había demostrado su gran misericordia hacia ella; y se regocijaban con ella.
Y dio a luz a su hijo primogénito; le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.
En la misma región había pastores que estaban en el campo, cuidando sus rebaños {durante} las vigilias de la noche.
Y cuando {lo} vieron, dieron a saber lo que se les había dicho acerca de este Niño.
Y los pastores se volvieron, glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían oído y visto, tal como se les había dicho.
Y había en Jerusalén un hombre que se llamaba Simeón; y este hombre, justo y piadoso, esperaba la consolación de Israel; y el Espíritu Santo estaba sobre él.
Y por el Espíritu Santo se le había revelado que no vería la muerte sin antes ver al Cristo del Señor.
Y había una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Ella era de edad muy avanzada, y había vivido con {su} marido siete años después de su matrimonio,
Pero ellos no entendieron las palabras que El les había dicho.
Pero Herodes el tetrarca, siendo reprendido por él por causa de Herodías, mujer de su hermano, y por todas las maldades que Herodes había hecho,
Llegó a Nazaret, donde se había criado, y según su costumbre, entró en la sinagoga el día de reposo, y se levantó a leer.
Pero en verdad os digo: muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando el cielo fue cerrado por tres años y seis meses {y} cuando hubo gran hambre sobre toda la tierra;
Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, pero ninguno de ellos fue limpiado, sino Naamán el sirio.
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