'Hasta' en la Biblia
- 1.Gé 3:19-Éx 33:22
- 2.Éx 34:7-Números 34:10
- 3.Números 35:28-Josué 9:27
- 4.Josué 10:10-Jueces 19:12
- 5.Jueces 19:18-2 Samuel 19:7
- 6.2 Samuel 19:15-1 Crónicas 4:43
- 7.1 Crónicas 5:8-Nehemías 5:11
- 8.Nehemías 5:14-Salmos 132:5
- 9.Salmos 135:8-Jeremías 31:34
- 10.Jeremías 31:38-Daniel 5:21
- 11.Daniel 6:14-Mateo 24:31
- 12.Mateo 24:38-Hechos 28:15
- 13.Hechos 28:23-Apocalipsis 20:5
Pues en su ciudad de refugio habitará hasta que muera el sumo sacerdote; y después que muriere el sumo sacerdote, el homicida volverá a la tierra de su posesión.
Ni tampoco tomaréis rescate del que huyó a su ciudad de refugio, para que vuelva a vivir en su tierra, hasta que muera el sacerdote.
Once jornadas hay desde Horeb, camino del monte de Seir, hasta Cades-barnea.
volveos, partíos, e id al monte del amorreo, y a todas sus comarcas, en el llano, en el monte, en los valles, al mediodía, y a la costa del mar, a la tierra del cananeo, y al Líbano, hasta el gran río, el río Eufrates.
Y partidos de Horeb, anduvimos todo este desierto grande y temeroso que habéis visto, por el camino del monte del amorreo, como el SEÑOR nuestro Dios nos lo mandó; y llegamos hasta Cades-barnea.
Y se encaminaron, y subieron al monte, y llegaron hasta el valle de Escol, y reconocieron la tierra.
¿A dónde subimos? Nuestros hermanos han hecho desfallecer nuestro corazón, diciendo: Este pueblo es mayor y más alto que nosotros, las ciudades grandes y amuralladas hasta el cielo; y también vimos allí hijos de gigantes.
y en el desierto has visto que el SEÑOR tu Dios te ha traído, como trae el hombre a su hijo, por todo el camino que habéis andado, hasta que habéis venido a este lugar.
Y salió el amorreo, que habitaba en aquel monte, a vuestro encuentro, y os persiguieron, como hacen las avispas, y os quebrantaron en Seir, persiguiéndoos hasta Horma.
hasta que el SEÑOR me habló, diciendo:
Y los días que anduvimos de Cades-barnea hasta que pasamos el arroyo de Zered, fueron treinta y ocho años; hasta que se acabó toda la generación de los hombres de guerra de en medio del campamento, como el SEÑOR les había jurado.
Y también la mano del SEÑOR fue sobre ellos para destruirlos de en medio del campamento, hasta acabarlos.
como hizo con los hijos de Esaú, que habitaban en Seir, que destruyó a los horeos de delante de ellos; y ellos les heredaron, y habitaron en su lugar hasta hoy.
Y a los aveos que habitaban en Haserin hasta Gaza, los caftoreos que salieron de Caftor los destruyeron, y habitaron en su lugar.)
como lo hicieron conmigo los hijos de Esaú que habitaban en Seir, y los moabitas que habitan en Ar; hasta que pase el Jordán a la tierra que nos da el SEÑOR nuestro Dios.
Mas Sehón rey de Hesbón no quiso que pasáramos por él; porque el SEÑOR tu Dios había endurecido su espíritu, y obstinado su corazón para entregarlo en tu mano, como hasta hoy.
Desde Aroer, que está junto a la ribera del arroyo de Arnón, y la ciudad que está en el arroyo, hasta Galaad, no hubo ciudad que escapara de nosotros; todas las entregó el SEÑOR nuestro Dios delante de nosotros.
Y el SEÑOR nuestro Dios entregó también en nuestra mano a Og rey de Basán, y a todo su pueblo, al cual herimos hasta no quedar de él ninguno.
También tomamos en aquel tiempo de mano de los dos reyes amorreos que estaban a este lado del Jordán, la tierra desde el arroyo de Arnón hasta el monte de Hermón.
Todas las ciudades de la llanura, y todo Galaad, y todo Basán hasta Salca y Edrei, ciudades del reino de Og en Basán.
Jair hijo de Manasés tomó toda la tierra de Argob hasta el término de Gesur y Maaca; y la llamó por su nombre Basán-havot-jair, hasta hoy.
Y a los rubenitas y gaditas di de Galaad hasta el arroyo de Arnón, el medio del arroyo por término; hasta el arroyo de Jaboc, término de los hijos de Amón.
Asimismo la campiña, y el Jordán, y el término, desde Cineret hasta el mar del llano, el mar Salado, las vertientes abajo del Pisga al oriente.
hasta que el SEÑOR dé reposo a vuestros hermanos, como a vosotros, y hereden también ellos la tierra que el SEÑOR vuestro Dios les da al otro lado del Jordán; entonces os volveréis cada uno a su heredad que yo os he dado.
Y os acercasteis, y os pusisteis al pie del monte; y el monte ardía en fuego hasta en medio de los cielos con tinieblas, nube, y oscuridad.
Desde Aroer, que está junto a la ribera del arroyo de Arnón, hasta el monte de Sión, que es Hermón;
y toda la llanura de este lado del Jordán, al oriente, hasta el mar del llano, las vertientes de las aguas abajo del Pisga.
No te inclinarás a ellas ni les servirás; porque yo soy el SEÑOR tu Dios, fuerte, celoso, que visito la iniquidad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen,
y nos mandó el SEÑOR que hiciéramos todos estos estatutos, para que temamos al SEÑOR nuestro Dios, para nuestro bien siempre, y para que nos dé vida, como hasta hoy.
Para que sepas que el SEÑOR tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta por mil generaciones;
Y también enviará el SEÑOR tu Dios sobre ellos avispas, hasta que perezcan los que quedaren, y los que se hubieren escondido de delante de ti.
Mas el SEÑOR tu Dios los entregará delante de ti, y él los quebrantará con grande destrozo, hasta que sean destruidos.
Y él entregará sus reyes en tu mano, y tú destruirás el nombre de ellos de debajo del cielo; nadie te hará frente hasta que los destruyas.
Oye, Israel: tú estás hoy para pasar el Jordán, para entrar a heredar lo de gentiles más numerosos y más fuertes que tú, ciudades grandes y encastilladas hasta el cielo,
Acuérdate, no te olvides que has provocado a ira al SEÑOR tu Dios en el desierto; desde el día que saliste de la tierra de Egipto, hasta que entrasteis en este lugar, habéis sido rebeldes al SEÑOR.
Y tomé a vuestro pecado, es a saber el becerro que habíais hecho, y lo quemé en el fuego, y lo desmenucé moliéndolo muy bien, hasta que fue reducido a polvo; y eché el polvo de él en el arroyo que descendía del monte.
En aquel tiempo apartó el SEÑOR la tribu de Leví, para que llevara el arca del pacto del SEÑOR, para que estuviera delante del SEÑOR para ministrarle, y para bendecir en su nombre, hasta hoy.
y lo que hizo al ejército de Egipto, a sus caballos, y a sus carros; cómo hizo ondear las aguas del mar Bermejo sobre ellos, cuando venían tras vosotros, y el SEÑOR los destruyó hasta hoy;
y lo que ha hecho con vosotros en el desierto, hasta que habéis llegado a este lugar;
tierra de la cual el SEÑOR tu Dios procura; siempre están sobre ella los ojos del SEÑOR tu Dios, desde el principio del año hasta el fin de él.
Todo lugar que pisare la planta de vuestro pie, será vuestro; desde el desierto y el Líbano; desde el río, el río Eufrates, hasta el mar postrero será vuestro término.
porque aún hasta ahora no habéis entrado al reposo y a la heredad que os da el SEÑOR vuestro Dios.
de los dioses de los pueblos que están en vuestros alrededores cercanos a ti, o lejos de ti, desde un extremo de la tierra hasta el otro extremo de ella;
Y no parecerá levadura en ti, en todo tu término por siete días; y de la carne que matares a la tarde del primer día, no quedará hasta la mañana.
Mas el árbol que supieres que no es árbol para comer, lo destruirás y lo talarás, y edificarás baluarte contra la ciudad que pelea contigo, hasta sojuzgarla.
entonces tus ancianos y tus jueces saldrán y medirán hasta las ciudades que están alrededor del muerto;
Y aunque tu hermano no fuere tu pariente, o no le conocieres, lo recogerás en tu casa, y estará contigo hasta que tu hermano lo busque, y se lo devolverás.
Cuando entrares en la viña de tu prójimo, comerás uvas hasta saciar tu deseo; mas no pondrás en tu vaso.
El SEÑOR enviará contra ti la maldición, quebranto y asombro en todo cuanto pusieres mano e hicieres, hasta que seas destruido, y perezcas presto a causa de la maldad de tus obras, por las cuales me habrás dejado.
El SEÑOR hará que se te pegue mortandad, hasta que te consuma de la tierra a la cual entras para heredarla.
El SEÑOR te herirá de tisis, de fiebre, de ardor, de calor, de espada, y de calamidad repentina, y con añublo; y te perseguirán hasta que perezcas.
Dará el SEÑOR por lluvia a tu tierra polvo y ceniza; de los cielos descenderán sobre ti hasta que perezcas.
Te herirá el SEÑOR con maligna llaga en las rodillas y en las piernas, sin que puedas ser curado, aun desde la planta de tu pie hasta tu coronilla.
Y vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te perseguirán, y te alcanzarán hasta que perezcas; por cuanto no habrás atendido a la voz del SEÑOR tu Dios, para guardar sus mandamientos y sus estatutos, que él te mandó;
servirás, por tanto, a tus enemigos que enviare el SEÑOR contra ti, con hambre y con sed y con desnudez, y con falta de todas las cosas; y él pondrá yugo de hierro sobre tu cuello, hasta destruirte.
y comerá el fruto de tu bestia y el fruto de tu tierra, hasta que perezcas; y no te dejará grano, ni mosto, ni aceite, ni la cría de tus vacas, ni los rebaños de tus ovejas, hasta destruirte.
Y te pondrá cerco en todas tus ciudades, hasta que caigan tus muros altos y encastillados en que tú confías, en toda tu tierra; te cercará, pues, en todas tus ciudades y en toda tu tierra, que el SEÑOR tu Dios te habrá dado.
Asimismo toda enfermedad y toda plaga que no está escrita en el libro de esta ley, el SEÑOR la enviará sobre ti, hasta que tú seas destruido.
Y el SEÑOR te esparcirá por todos los pueblos, desde un extremo de la tierra hasta el otro extremo de ella; y allí servirás a dioses ajenos que no conociste tú ni tus padres, al leño y a la piedra.
Pero el SEÑOR no os dio corazón para entender, ni ojos para ver, ni oídos para oír, hasta el día de hoy.
vuestros niños, vuestras mujeres, y tus extranjeros que habitan en medio de tu campamento, desde el que corta tu leña hasta el que saca tu agua;
Si hubieres sido arrojado hasta el extremo de los cielos, de allí te recogerá el SEÑOR tu Dios, y de allá te tomará;
Y cuando acabó Moisés de escribir las palabras de esta ley en el libro hasta concluirse,
Entonces habló Moisés en oídos de toda la congregación de Israel las palabras de este cántico hasta acabarlo.
Porque fuego se encenderá en mi furor, y arderá hasta lo más profundo del Seol; y devorará la tierra y sus frutos, y abrasará los fundamentos de los montes.
El es hermoso como el primogénito de su toro, y sus cuernos, cuernos de unicornio; con ellos acorneará a los pueblos juntos hasta los fines de la tierra; y éstos son los diez millares de Efraín, y éstos los millares de Manasés.
Y subió Moisés de los campos de Moab al monte de Nebo, a la cumbre de Pisga, que está enfrente de Jericó; y le mostró el SEÑOR toda la tierra de Galaad hasta Dan,
y a todo Neftalí, y la tierra de Efraín y de Manasés, toda la tierra de Judá hasta el mar postrero;
y el mediodía, y la campiña, la vega de Jericó, ciudad de las palmas, hasta Zoar.
Y lo enterró en el valle, en tierra de Moab, enfrente de Bet-peor; y ninguno sabe su sepulcro hasta hoy.
Desde el desierto y este Líbano hasta el gran río Eufrates, toda la tierra de los heteos hasta el gran mar del poniente del sol, será vuestro término.
hasta tanto que el SEÑOR haya dado reposo a vuestros hermanos como a vosotros, y que ellos también hereden la tierra que el SEÑOR vuestro Dios les da; y después volveréis vosotros a la tierra de vuestra herencia, y la heredaréis; la cual Moisés, siervo del SEÑOR, os ha dado, de este lado del Jordán hacia donde nace el sol.
Y los hombres fueron tras ellos por el camino del Jordán, hasta los vados; y la puerta fue cerrada después que salieron los que tras ellos iban.
Y les dijo: Marchaos al monte, para que los que fueron tras vosotros no os encuentren; y estad escondidos allí tres días, hasta que los que os siguen hayan vuelto; y después os iréis por vuestro camino.
Y caminando ellos, llegaron al monte, y estuvieron allí tres días, hasta que los que los seguían volvieran; y los que los siguieron, buscaron por todo el camino, pero no los hallaron.
Josué se levantó de mañana, y partieron de Sitim, y vinieron hasta el Jordán, él y todos los hijos de Israel, y reposaron allí antes que pasaran.
Tú, pues, mandarás a los sacerdotes que llevan el arca del pacto, diciendo: Cuando hubiereis entrado hasta el borde del agua del Jordán, pararéis en el Jordán.
Mas los sacerdotes que llevaban el arca del pacto del SEÑOR, estuvieron en seco, firmes en medio del Jordán, hasta que todo el pueblo hubo acabado de pasar el Jordán; y todo Israel pasó en seco.
Josué también levantó doce piedras en medio del Jordán, en el lugar donde estuvieron los pies de los sacerdotes que llevaban el arca del pacto; y han estado allí hasta hoy.
Y los sacerdotes que llevaban el arca se pararon en medio del Jordán, hasta tanto que se acabó todo lo que el SEÑOR había mandado a Josué que hablara al pueblo, conforme a todas las cosas que Moisés había mandado a Josué; y el pueblo se dio prisa y pasó.
Porque el SEÑOR vuestro Dios secó las aguas del Jordán delante de vosotros, hasta que pasasteis, a la manera que el SEÑOR vuestro Dios lo había hecho en el mar Bermejo, al cual secó delante de nosotros hasta que pasamos;
Y cuando todos los reyes de los amorreos, que estaban al lado occidental del Jordán, y todos los reyes de los cananeos, que estaban cerca del mar, oyeron cómo el SEÑOR había secado las aguas del Jordán delante de los hijos de Israel hasta que pasamos, su corazón se les derritió, y no hubo más espíritu en ellos delante de los hijos de Israel.
Porque los hijos de Israel anduvieron por el desierto cuarenta años, hasta que toda la gente de los hombres de guerra que habían salido de Egipto, fue consumida, por cuanto no escucharon la voz del SEÑOR; por lo cual el SEÑOR les juró que no les dejaría ver la tierra, de la cual el SEÑOR había jurado a sus padres que nos la daría, tierra que fluye leche y miel.
Y cuando acabaron de circuncidar toda la gente, se quedaron en el mismo lugar en el campamento, hasta que sanaron.
Y el SEÑOR dijo a Josué: Hoy he quitado de vosotros el oprobio de Egipto; por lo cual el nombre de aquel lugar fue llamado Gilgal, hasta hoy.
Y Josué mandó al pueblo, diciendo: Vosotros no gritaréis, ni se oirá vuestra voz, ni saldrá palabra de vuestra boca, hasta el día que yo os diga: Gritad; entonces gritaréis.
Y destruyeron todo lo que había en la ciudad; hombres y mujeres, mozos y viejos, hasta los bueyes, las ovejas, y los asnos, a filo de espada.
Mas Josué dio la vida a Rahab la ramera, a la casa de su padre, y a todo lo que ella tenía; y habitó ella entre los israelitas hasta hoy; por cuanto escondió los mensajeros que Josué envió a reconocer a Jericó.
Y los de Hai hirieron de ellos como treinta y seis hombres, y los siguieron desde la puerta hasta Sebarim, y los mataron en una bajada; por lo que se disolvió el corazón del pueblo, y vino a ser como agua.
Entonces Josué rompió sus vestidos, y se postró en tierra sobre su rostro delante del arca del SEÑOR hasta la tarde, él y los ancianos de Israel; echando polvo sobre sus cabezas.
Israel ha pecado, y aun han quebrantado mi pacto que yo les había mandado; pues aun han tomado del anatema, y hasta han hurtado, y también han mentido, y aun lo han guardado en sus vasos.
Levántate, santifica al pueblo, y di: Santificaos para mañana, porque el SEÑOR el Dios de Israel dice así: Anatema hay en medio de ti, Israel; no podrás estar delante de tus enemigos, hasta tanto que hayáis quitado el anatema de en medio de vosotros.
y levantaron sobre ellos un gran montón de piedras, hasta hoy. Y el SEÑOR se tornó de la ira de su furor. Y por esto fue llamado aquel lugar el Valle de Acor, hasta hoy.
(porque saldrán tras nosotros,) hasta que los arranquemos de la ciudad; porque ellos dirán: Huyen de nosotros como la primera vez. Huiremos, pues, delante de ellos.
Y los otros salieron de la ciudad a su encuentro; y así fueron encerrados en medio de Israel, los unos por un lado, y los otros por la otra. Y así los hirieron hasta que no quedó ninguno de ellos que escapara.
Y cuando los israelitas acabaron de matar a todos los moradores de Hai en el campo, en el desierto, donde ellos los habían perseguido, y que todos habían caído a filo de espada hasta ser consumidos, todos los israelitas volvieron a Hai, y también la pusieron a espada.
Porque Josué no retrajo su mano que había extendido con la lanza, hasta que hubo destruido a todos los moradores de Hai.
Y Josué quemó a Hai y la redujo a un montón perpetuo, asolado hasta hoy.
Mas al rey de Hai lo colgó de un madero hasta la tarde; y cuando el sol se puso, mandó Josué que quitaran del madero su cuerpo, y lo echaran a la puerta de la ciudad; y levantaron sobre él un gran montón de piedras, hasta hoy.
Y Josué los constituyó aquel día por leñadores y aguadores para la congregación y para el altar del SEÑOR, en el lugar que él escogiera; lo que son hasta hoy.
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