'Hombres' en la Biblia
Por tanto, es necesario que de estos hombres que han estado junto con nosotros todo el tiempo que el Señor Jesús entraba y salía entre nosotros,
Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo del cielo, dado a los hombres, en que debamos ser salvos.
Entonces viendo el denuedo de Pedro y de Juan, y sabiendo que eran hombres sin letras e ignorantes, se maravillaban; y les reconocían que habían estado con Jesús.
diciendo: ¿Qué haremos con estos hombres? Porque de cierto, un milagro notable ha sido hecho por ellos, manifiesto a todos los que moran en Jerusalén, y no lo podemos negar.
Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios.
Y más creyentes se añadían al Señor, multitudes, así de hombres como de mujeres;
Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres.
y les dijo: Varones israelitas, mirad por vosotros lo que vais a hacer acerca de estos hombres.
Porque antes de estos días se levantó Teudas, diciendo que era alguien; al que se agregó un número de como cuatrocientos hombres; el cual fue muerto, y todos los que le obedecían fueron dispersados y reducidos a nada.
Y ahora os digo: Apartaos de estos hombres, y dejadlos; porque si este consejo o esta obra es de los hombres, se desvanecerá;
Entonces sobornaron a unos hombres que dijeron: Le hemos oído hablar palabras blasfemas contra Moisés y contra Dios.
Y Saulo asolaba la iglesia entrando de casa en casa, y arrastrando hombres y mujeres los entregaba en la cárcel.
Pero cuando creyeron a Felipe, que les predicaba acerca del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, fueron bautizados, así hombres como mujeres.
y pidió de él cartas para las sinagogas de Damasco, para que si hallase algunos de este Camino, ya fuesen hombres o mujeres, los trajese presos a Jerusalén.
Y los hombres que iban con Saulo, se pararon atónitos, oyendo a la verdad la voz, pero sin ver a nadie.
Y como Lida estaba cerca de Jope, los discípulos, oyendo que Pedro estaba allí, le enviaron dos hombres, rogándole que no se detuviese en venir a ellos.
Envía, pues, ahora hombres a Jope, y haz venir a Simón, que tiene por sobrenombre Pedro.
Y mientras Pedro dudaba dentro de sí qué sería la visión que había visto, he aquí, los hombres que habían sido enviados por Cornelio, que, preguntando por la casa de Simón, llegaron a la puerta.
Y mientras Pedro pensaba en la visión, el Espíritu le dijo: He aquí, tres hombres te buscan.
Entonces Pedro, descendiendo a los hombres que le eran enviados por Cornelio, dijo: He aquí, yo soy el que buscáis; ¿cuál es la causa por la que habéis venido?
diciendo: ¿Por qué has entrado a hombres incircuncisos, y has comido con ellos?
Y he aquí, en seguida vinieron tres hombres a la casa donde yo estaba, enviados a mí de Cesarea.
el cual nos contó cómo había visto en su casa al Ángel, que se puso en pie, y le dijo: Envía hombres a Jope, y haz venir a Simón, que tiene por sobrenombre Pedro;
Y cuando la gente vio lo que Pablo había hecho, alzó su voz, diciendo en lengua licaónica: Los dioses en semejanza de hombres han descendido a nosotros.
y diciendo: Varones, ¿por qué hacéis esto? Nosotros también somos hombres semejantes a vosotros, y os predicamos que de estas vanidades os convirtáis al Dios vivo, que hizo el cielo y la tierra, y el mar, y todo cuanto en ellos hay.
Para que el resto de los hombres busque al Señor, y todos los gentiles sobre los cuales es invocado mi nombre, dice el Señor, que hace todas estas cosas.
hombres que han expuesto sus vidas por el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
Ésta, siguiendo a Pablo y a nosotros, daba voces, diciendo: Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, los cuales nos enseñan el camino de salvación.
y presentándolos ante los magistrados, dijeron: Estos hombres, siendo judíos, alborotan nuestra ciudad,
Y cuando fue de día, los magistrados enviaron alguaciles, diciendo: Deja ir a aquellos hombres.
Entonces Pablo les dijo: Nos azotaron públicamente sin ser condenados; siendo hombres romanos, nos echaron en la cárcel; ¿y ahora nos echan secretamente? No, de cierto, sino dejad que vengan ellos mismos y nos saquen.
Pero los judíos que no eran creyentes, llenos de envidia, tomaron consigo a unos hombres perversos, de lo peor, y juntando una turba, alborotaron la ciudad; y asaltando la casa de Jasón, procuraban sacarlos al pueblo.
Así que creyeron muchos de ellos; y mujeres griegas distinguidas, y no pocos hombres.
ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase algo; pues Él a todos da vida y aliento, y todas las cosas.
Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los términos de su habitación;
Siendo, pues, linaje de Dios, no debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte e imaginación de hombres.
Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora demanda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan;
diciendo: Éste persuade a los hombres a adorar a Dios contrario a la ley.
pues habéis traído a estos hombres, sin ser sacrílegos, ni blasfemadores de vuestra diosa.
Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas, para llevar discípulos tras sí.
Haz, pues, esto que te decimos: Hay entre nosotros cuatro hombres que tienen voto sobre sí:
Entonces Pablo tomó consigo aquellos hombres, y al día siguiente, habiéndose purificado con ellos, entró en el templo para anunciar el cumplimiento de los días de la purificación, hasta que una ofrenda fuese ofrecida por cada uno de ellos.
¿No eres tú aquel egipcio que levantaste una sedición antes de estos días, y sacaste al desierto cuatro mil hombres sicarios?
Y perseguí este Camino hasta la muerte, prendiendo y entregando en cárceles así hombres como mujeres;
Porque serás testigo suyo ante todos los hombres de lo que has visto y oído.
Pero tú no les creas; porque más de cuarenta hombres de ellos le acechan, los cuales han hecho voto bajo maldición, de no comer ni beber hasta que le hayan dado muerte; y ahora están apercibidos esperando de ti promesa.
Y por esto yo procuro tener siempre una conciencia sin ofensa ante Dios y ante los hombres.
Y al otro día, viniendo Agripa y Bernice con mucha pompa, y entrando en la audiencia con los tribunos y principales hombres de la ciudad, por mandato de Festo fue traído Pablo.
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